LFT: Ley para Fregar a los Trabajadores


¡Luchemos por abolir la esclavitud asalariada!

Protesta contra propuesta de nueva LFT
El nuevo proyecto de Ley Federal de Trabajo (LFT, casi igual a la vieja “Ley Lozano” de hace unos años) legaliza condiciones de sobreexplotación brutales para los trabajadores, y casi todo eso ya se hace, aunque hasta ahora haya faltado la justificación legal. Demuestra que los empresarios y el gobierno violan constantemente sus propias leyes, y que esta ley, como las leyes en general, sirve al sistema capitalista actual.

Los políticos burgueses dicen que la nueva LFT es necesaria para hacer “más competitivo” a México. ¿Qué quiere decir eso? Significa abaratar aún más los salarios y empeorar las condiciones de los trabajadores para que sean mayores las ganancias del capital, en aras de atraer el gran capital extranjero para explotarnos a nosotros, en vez de los proletarios en China, Vietnam o Guatemala.

Esto se refleja en provisiones de la Ley como:

El outsourcing o subcontratación, que ocurre cuando una empresa subcontrata a otra para realizar parte de su trabajo de manera más barata, generalmente por medio de empleos mal pagados, inestables y frecuentemente de poca duración, con pocas o nulas prestaciones y sin derecho de reclamar. Desde el punto de vista del patrón, es tener una fuerza de trabajo barata, flexible y desechable.

El mismo Senado de la República es un ejemplo de las relaciones típicas de la subcontratación: más de 100 trabajadores, la mayoría mujeres, contratados por la empresa Fonatur Constructora, hacen la limpieza y el mantenimiento. Tienen que firmar contratos cada mes, ganan 2 mil 500 pesos al mes por ocho horas de trabajo durante siete días, y ni les dan el material que necesitan para trabajar. No pueden sentarse, no pueden hablar mientras trabajan y deben comer junto a la basura, porque no cuentan con comedor, aunque sobra espacio en el edificio. El responsable de administración en el Senado, Rodolfo Noble, se justifica diciendo que están mejor que los trabajadores que laboran en la Cámara de Diputados, porque por lo menos tienen Seguro Social.

Este es el tipo de empleos que esta contrarreforma pretende generar, mal pagados, inestables con pocas o nulas prestaciones. La secretaria de Trabajo y Previsión Social dice que habrá 400 mil más empleos; los anuncios mentirosos del gobierno prometen “trabajo formal” y “oportunidades” para jóvenes y mujeres. En realidad, llamarle “trabajo formal” a estas chambas solo significa hacer formalmente legales condiciones abominables. Por otra parte, muchas veces “se crean” los empleos subcontratados por medio de eliminar otros empleos en la empresa y el abaratamiento del salario y la “flexibilización” del trabajo de los obreros en general que esta Ley avala no garantiza para nada que vaya a haber más empleo: eso depende de lo que pase en la economía capitalista en el mundo y en México, de si hay recesión o crecimiento, y no esencialmente de cambios en la LFT. Y las “oportunidades” para jóvenes y mujeres son en realidad cuestión de reforzar la discriminación en su contra, asignándoles los empleos peor remunerados y más inestables.

Un capitalismo mucho más veloz y globalizado
Este outsourcing ha crecido de manera espectacular en México (más de 40% de los nuevos empleos en el país vienen del outsourcing), así como en todo el mundo. Las grandes empresas extranjeras y nacionales —industriales, comerciales, así como los bancos y servicios— ocupan a empresas menores como maquiladoras, agencias de servicios y personal, así como call centers (como en la película Quisiera ser millonario), para proporcionarles bienes, servicios o trabajadores. Así rebajan costos, “exteriorizan” riesgos y tienen mayor flexibilidad para ajustar muy rápidamente la fuerza de trabajo que explotan y los bienes o servicios que producen de acuerdo a cambios en el mercado mundial. Las nuevas tecnologías han facilitado un capitalismo mucho más veloz, a la vez que la producción, el comercio y las finanzas se han globalizado mucho más en las últimas décadas, lo cual acelera e intensifica la lucha por la “ventaja competitiva” entre los grandes capitales, so pena de irse a pique, y la competencia entre los Estados de los países oprimidos por el imperialismo como México, que dependen de la inversión extranjera para mantenerse y tratar de mejorar su posición en el mercado mundial.

Los períodos de prueba, contratos de capacitación inicial y contratos por temporada son otros elementos legalizados por la nueva LFT con el propósito de rebajar salarios, legalizar despidos sin razón ni indemnización y limitar o eliminar prestaciones. En muchos casos, como el caso citado del Senado, se recontrata continuamente a los mismos trabajadores supuestamente "temporales" para evitar proporcionarles todos los derechos y prestaciones de ley.

El pago por hora, los horarios discontinuos y la “polivalencia” (múltiples tareas) también sirven para abaratar el trabajo y proporcionar mayores ganancias y “flexibilidad” a los capitalistas, como parte de las nuevas normas adoptadas por el capital imperialista aquí y en todo el mundo. Un ejemplo de esto es Cinemex: emplea jóvenes con un contrato colectivo (tipo protección patronal, que los empleados desconocen) que establece un trabajo normal de 4 horas al día con pago por hora de $15.20 por los primeros 3 meses, llegando hasta $19.50 para los que tengan más de un año, cantidades que, según el contrato “incluyen las demás prestaciones”. Si trabajan 4 horas, tal vez alcanzan el salario mínimo. La empresa determina unilateralmente los horarios y días de trabajo, los trabajadores tienen que estar disponibles para trabajar los 365 días del año y deben aprender y desempeñar 10 trabajos diferentes, incluido el de proyeccionista.

La limitación del pago de los salarios caídos a un año y ascensos a base de productividad en vez de  antigüedad son otras medidas retrógradas. Desconocer la antigüedad aumenta la competencia entre los trabajadores. En cuanto a los salarios caídos, el presidente del Banco de México Agustín Carstens, con franqueza sorprendente, explicó que “Se necesita la flexibilización de contratación, pero también la flexibilización para despedir trabajadores, sin que sea tan costoso para las empresas”. Ya que los juicios laborales por despidos injustificados suelen durar de 3 a 5 años, esta medida facilita el despido barato, ahorrándole dinero al patrón, y robándoselo al trabajador despedido.

La supuesta “democratización” de los sindicatos sirve para que el gobierno meta aún más el hocico. Uno tiene que ser bastante ingenuo para creer que quiere “democratizar" los sindicatos gente de la calaña de Calderón y el ex secretario de Trabajo Lozano, que echaron a más de 40 mil electricistas a la calle en su intento de destruir el Sindicato Mexicano de Electricistas (SME), respaldaron al Grupo México contra los reclamos de los familiares de los mineros muertos en Pasta de Conchos mientras atacaban sin piedad al sindicato minero y las huelgas de Cananea, Taxco y Sombrerete, y se aliaron con engendros como Elba Esther Gordillo, cacique del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE) desde hace 23 años y autora intelectual del asesinato de gran número de maestros democráticos. El 90% de los sindicatos existentes son “blancos”, es decir, protección para los patrones, y los sindicatos corporativos del PRI han sido defensores leales del sistema capitalista (y semifeudal). Dos gobiernos panistas no han tocado ni un pelo de estas mafias; al contrario se han apoyado en ellas, mientras golpean a los trabajadores y a los sindicatos que ofrecen cualquier indicio de resistencia. Lo que les interesa a Calderón, al PAN y también a la dirigencia de los partidos “de izquierda” es debilitar al PRI, su competencia por el poder, sin acabar en realidad con el corporativismo. Las cláusulas sobre “democratización” en la LFT, en la medida que no sean pura pantalla, van a servir para aún mayor intromisión del gobierno en los sindicatos para aplastar cualquier resistencia por leve que sea. Debe haber sindicatos democráticos que realmente luchen en los intereses de los trabajadores, pero eso nunca va a venir de los capitalistas ni del Estado capitalista sino solo de la lucha independiente y sobre todo revolucionaria de los trabajadores.

Todas estas medidas tienen el propósito de intensificar la sobreexplotación y el avasallamiento de los trabajadores al servicio de mayores ganancias y control por parte de los empresarios, como parte de las medidas que los imperialistas están implementando en todo el mundo. Los proponentes de la Ley la justifican diciendo que se aplican medidas semejantes en otros países, y por lo menos eso es cierto: las grandes empresas y gobiernos imperialistas como los de EU, Europa y Japón, así como sus instituciones financieras internacionales como el FMI y el Banco Mundial, promueven estas medidas en todas partes para servir mejor a los intereses de los grandes capitalistas y su sistema. La globalización imperialista y las nuevas tecnologías han engendrado un capitalismo mucho más veloz y globalizado que exige estos cambios, con grandes cantidades del capital cambiando de un país a otro en una lucha desenfrenada por la “ventaja competitiva” y mayores ganancias entre grandes bloques de capital.

El papel que quieren reservar a México y a los países oprimidos en general con el lema de “ser  más competitivo” es de competir entre sí en ofrecerles a los grandes empresarios la mano de obra más barata y sometida, la entrega barata e ilimitada de recursos naturales, así como las mayores "oportunidades” de envenenar a los obreros y al medio ambiente con materiales y desechos tóxicos. O como el patrón decía en una caricatura, al pagarle sus centavitos del “pago por hora” al obrero de una familia muerta de hambre: “Tú piensa en la friega que le estás dando a los obreros chinos”.

Protesta multitudinaria contra la LFT
No queremos mayor sobreexplotación y esclavización para hacer "competitivo a México”; luchamos por abolir la esclavitud asalariada para emancipar a la humanidad. Algunos de los que se oponen con razón y de buen corazón a la nueva LFT dicen que significa la “esclavitud moderna” y la “sobreexplotación”. Es muy cierto que los cambios en la economía reflejados en esta LFT intensifican y empeoran todo eso, pero ¿cuándo es que el capitalismo no ha significado la pobreza y sobreexplotación de la mayoría de los trabajadores y su subyugación a la voraz necesidad del gran capital de mayores ganancias, desde el primer auge del gran capital e inversión imperialista en el Porfiriato hasta nuestros días? Nunca.

Es absurdo pensar que la mejor manera de organizar la economía y la sociedad a estas alturas es con la gran mayoría trabajando y sacrificándose para enriquecer a un puñado de grandes capitalistas nacionales y extranjeros, con todas las guerras, opresión, racismo, sexismo, destrucción del medio ambiente y del planeta mismo que eso implica. Por eso, además de la muy necesaria lucha defensiva de los trabajadores contra la nueva LFT y otros ataques, aún más se necesita la lucha revolucionaria por acabar con el sistema de esclavitud asalariada, el sistema capitalista. Es posible y necesaria otra sociedad, en que los principales medios de producción ya no sean la propiedad de un puñado sino de la sociedad en su conjunto, en que los trabajadores, en vez de ser los esclavos asalariados de la clase capitalista, sean, junto con los campesinos, los jóvenes y las clases medias, los hacedores conscientes de una nueva y muy distinta sociedad que satisfaga las necesidades materiales, intelectuales y anímicas de todos, que luche por liberar a los indígenas y a las mujeres y por restringir todo tipo de desigualdad social, que aliente el disentimiento, el debate y fermento intelectual y cultural, y mucho más, como parte de la lucha por la emancipación de toda la humanidad.

Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria
http://aurora-roja.blogspot.com auroraroja.mx@gmail.com

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La fuerza de trabajo como mercancía y la abolición del sistema de trabajo asalariado

Como hemos indicado en el volante, esta contrarreforma de la Ley Federal de Trabajo no es la causa de la sobreexplotación de los trabajadores ni del ataque sistemático a los derechos laborales ganados con lucha y sangre en el pasado. Pero sí es la justificación legal para las nuevas formas y condiciones de explotación que el capital imperialista ha desarrollado para mantener su rentabilidad y expandirse en un mundo globalizado. En las últimas décadas hemos visto la llegada de grandes empresas, desde las tiendas de WalMart a las plantas de electricidad de Iberdrola y las mineras canadienses, para aprovechar los bajos salarios, la ausencia de protecciones sanitarias y medioambientales, así como los recursos naturales. Hemos visto el crecimiento y decrecimiento de las maquiladoras de costura, televisores, etc. que pagan salarios de hambre e imponen jornadas de 10 o 12 horas, seguidas por “descansos” obligatorios o simplemente el despido definitivo, mientras envenenan los ríos, la tierra, el aire y hasta los mismos obreros con materiales peligrosos y desechos tóxicos. Todo esto, más el alto desempleo sobre todo entre los jóvenes, la expulsión de millones de personas del campo, el pujante narcotráfico enlazado estrechamente con las clases dominantes y el Estado, así como muchos males más. Todos estos horrores son resultados del funcionamiento del sistema capitalista-imperialista, que en las últimas décadas ha extendido y profundizado su explotación sobre todo en los países oprimidos, creando una fuerza laboral mundial extremadamente barata, flexible y desechable.

El Artículo 3 del proyecto de LFT dice, “El trabajo es un derecho y un deber social. No es un artículo de comercio”. Esto es una mentira descarada que encubre la relación económica fundamental del capitalismo. En este sistema, no el trabajo, pero sí la fuerza de trabajo, la capacidad de las personas para trabajar, es una mercancía. Lo único que tienen las y los obreros para vender es esa capacidad de trabajar, y tienen que encontrar alguien que los contrate si ellos y sus familias van a sobrevivir. Su fuerza de trabajo la venden en el mercado como cualquier otra mercancía. Pero tiene una particularidad importante: al usarse, crea más valor. Trabajas en una mina o una fábrica y tu trabajo y el trabajo de los demás crea un nuevo valor, al combinarse con medios de producción (las máquinas, herramientas, materias primas, etc.) que a su vez son productos del trabajo de otros. Es de ese nuevo valor producido por el trabajo que el capitalista paga los salarios, pero también es de ahí de donde saca su ganancia o plusvalía, del producto del trabajo de los trabajadores. Así las cosas, el sistema de trabajo asalariado característico del capitalismo es necesariamente un sistema de explotación, ya que los capitalistas se apropian de lo que ha producido la sociedad en general.

Carlos Marx
Así que la explotación capitalista es esa apropiación por parte de la clase capitalista de la plusvalía, el valor creado por encima del salario necesario para la supervivencia de los trabajadores y la reproducción de una nueva generación de trabajadores, que es la fuente de su ganancia. La sobreexplotación es cuando el salario de los trabajadores ni cubre los gastos de sobrevivir y criar y educar a una nueva generación de trabajadores. Esta sobreexplotación ocurre incluso entre un sector de los trabajadores en los países imperialistas como Estados Unidos y en Europa, sobre todo en el caso de los inmigrantes, las nacionalidades oprimidas y las mujeres. Es endémica en los países oprimidos del llamado “tercer mundo”, donde la mayoría de los trabajadores está sumida en la pobreza, y esto es uno de los gran “atractivos” para que los imperialistas inviertan en los países de Asia, África y América Latina. Todo esto es un proceso que lleva a la acumulación de riquezas en un polo y de la pobreza, miseria y agonía del trabajo en el otro, como vemos en el mundo actual, con unas cuantas potencias, con EU a la cabeza, que dominan a los demás países, y con unos cuantos multimillonarios en un polo—los Carlos Slim, Azcarraga, Bill Gates y Rockefeller del mundo— y la mayoría de la gente, sumida en la pobreza y la miseria, en el otro.

Ya que tanto los salarios y prestaciones de los trabajadores como las ganancias de los capitalistas tienen su fuente en una cantidad limitada, que es el nuevo valor producido por el obrero en el proceso de producción, es evidente que esta relación de explotación va a provocar conflicto, por la presión de los capitalistas para reducir los salarios y empeorar las prestaciones y condiciones de los trabajadores para aumentar sus ganancias, y la lucha contrapuesta de los trabajadores para resistir esos embates. Y la historia del país, desde Cananea hasta Pasta de Conchos, así como la historia de los demás países, está repleta de esas luchas, además de las luchas de muchos otros sectores importantes de la sociedad y a pesar de cambios importantes en la composición y situación de la clase obrera que necesitan investigarse y analizarse más.

¿Esto significa, como algunos dicen, que la lucha de los obreros es por salarios y condiciones? Aunque es un aspecto de la lucha, pensamos que no puede ni debe limitarse a eso. Como lo expresó Marx:

…el propio desarrollo de la moderna industria contribuye por fuerza a inclinar la balanza cada vez más en favor del capitalista y en contra del obrero, y que, como consecuencia de esto, la tendencia general de la producción capitalista no es a elevar el nivel medio de los salarios, sino, por el contrario, a hacerlo bajar, o sea, a empujar más o menos el valor del trabajo a su límite mínimo. Siendo tal la tendencia de las cosas en este sistema, ¿quiere esto decir que la clase obrera deba renunciar a defenderse contra las usurpaciones del capital y cejar en sus esfuerzos para aprovechar todas las posibilidades que se le ofrezcan para mejorar temporalmente su situación? Si lo hiciese, veríase degradada en una masa uniforme de hombres desgraciados y quebrantados, sin salvación posible. Creo haber demostrado que las luchas de la clase obrera por el nivel de los salarios son episodios inseparables de todo el sistema del trabajo asalariado, que en el 99 por 100 de los casos sus esfuerzos por elevar los salarios no son más que esfuerzos dirigidos a mantener en pie el valor dado del trabajo, y que la necesidad de forcejear con el capitalista acerca de su precio va unida a la situación del obrero, que le obliga a venderse a sí mismo como una mercancía. Si en sus conflictos diarios con el capital cediesen cobardemente, se descalificarían sin duda para emprender movimientos de mayor envergadura.
Al mismo tiempo, y aun prescindiendo por completo del esclavizamiento general que entraña el sistema del trabajo asalariado, la clase obrera no debe exagerar a sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra los efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad. No debe, por tanto, entregarse por entero a esta inevitable lucha guerrillera, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado. Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de "¡Un salario justo por una jornada de trabajo justa!", deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: "¡Abolición del sistema del trabajo asalariado!" (Salario, precio y ganancia, Cap. XIV, ELE, Pekín, 1976, p. 73-74).

Inscribamos, pues, esa consigna revolucionaria en nuestras banderas.





Sigue...

¡Se justifica la rebelión contra la educación discriminatoria y elitista!


¡Libertad incondicional para todos los normalistas detenidos en Michoacán!

Normalistas de Michoacán en lucha
El ataque de más de 1500 policías, federal y del estado de Michoacán, contra tres normales en la madrugada del lunes, 15 de octubre, tuvo el propósito de aplastar la justa resistencia contra una “reforma curricular” nociva y de dar un escarmiento a toda la gente descontenta y enojada en el país. Los medios masivos solo te dicen de 90 camiones y autobuses retenidos, 13 incendiados, 176 normalistas detenidos y 8 que siguen encarcelados sin derecho a fianza, acusados de daño en las cosas agravado. Veamos lo que no te dicen: ¿para qué están luchando los normalistas de Tiripetío, Cherán y Arteaga?

Los alumnos de las ocho normales en Michoacán rechazaron la Reforma Curricular de la Educación Normal desde el 21 de agosto de este año, cuando entró en vigor. Su demanda ante el gobierno estatal y la Secretaría de Educación Pública (SEP) del gobierno federal ha sido: posponer la aplicación de esta reforma por un año, durante lo cual los normalistas propondrían un currículo (plan de estudios) alternativo, más adecuado para las condiciones reales del estado. Entre otras cosas, los normalistas luchan porque se estudien las lenguas indígenas que, pese a frases bonitas del documento de la SEP (Reforma Curricular de la Educación Normal), solo figuran en tres de los ocho semestres de la malla curricular Licenciatura en Educación Intercultural Bilingüe para preescolar y primaria. Aunque el documento base de la SEP dice, “El dominio de una segunda lengua permitirá a los estudiantes normalistas comunicarse en otros países, con los pueblos originarios de sus entidades o una combinación de posibilidades”, la principal “segunda lengua” que ofrece es el inglés. ¿Se debe estudiar y desarrollar las lenguas indígenas o discriminar y suprimirlas? Desarrollarlas corresponde a luchar por eliminar la opresión de los pueblos indígenas, y suprimirlas a mantener y reforzar esa opresión.

El 10 de septiembre, los estudiantes tomaron las ocho normales y organizaron paros parciales o totales, exigiendo respuesta a sus demandas, que también incluyen dar plazas a los normalistas que cursan el 4° año de estudios, y el rechazo a los exámenes estandarizados como criterio para determinar quién puede ser maestro/a y quién no. Los estudiosos del tema han comprobado que estos exámenes estandarizados de opción múltiple, diseñados por la OCDE e impuestos como medida de supuesta “calidad educativa”, tienen un sesgo (en lenguaje y cultura) de clase media alta y discriminan en contra de los pobres en general, los indígenas, los afro-mexicanos y las mujeres. Además, son completamente inadecuados para indicar las capacidades de uno para enseñar. ¿Quiénes deben evaluar a los maestros y las maestras, y con qué criterios? ¿Deben ser evaluados por los alumnos y la comunidad, con los criterios de apreciar y apoyar a los alumnos, alentar el pensamiento crítico y promover la moralidad de servir al pueblo, o deben ser evaluados por los altos burócratas del sistema capitalista, con los criterios de humillar a los alumnos, inculcarles la ansiedad y angustia de la competencia individualizada en aras del “máximo rendimiento” para el capital y obediencia ante la autoridad, así como una moralidad del “yo primero y al diablo con los demás” y para colmo son corruptos?

El gobierno del estado insistió en que no podía hacer nada respecto a las demandas de los normalistas, porque era asunto federal, y el 25 de septiembre la SEP respondió que no habría prorroga ni modificación de la reforma curricular. Si no la acatan, sus estudios no serán validados por la SEP. Insistir que el currículo “tiene que ser igual en todo el país” es completamente erróneo y discriminatorio, cuando las condiciones son muy distintas y muy desiguales. Imponer en comunidades indígenas rurales un currículo diseñado para la clase media urbana acomodada sirve para perpetuar la desigualdad existente. La “justificación” que dio fue que era imposible cualquier cambio, porque “se tendría que aplicar en todo el país”. Según el mismo documento de la SEP arriba citado, un gran mérito de esta reforma es la “flexibilidad curricular” y la “mayor autonomía del estudiante”: más mentiras. ¿Por qué no se demuestra “flexibilidad curricular” alguna frente a las demandas justas de los normalistas michoacanos? ¿Por qué no hay lugar para la “mayor autonomía” de estos estudiantes?

Frente a la cerrazón de las autoridades, a partir del 4 de octubre, hubo manifestaciones, bloqueos, tomas de casetas por los normalistas del estado y los alumnos de Tiripetío, Arteaga y Cherán comenzaron a tomar camiones y autobuses —todos propiedad de grandes empresas nacionales y transnacionales— como medida de presión. Exigieron una reunión con el gobernador, Fausto Vallejo, como condición para liberar las unidades, pero el gobierno estatal replicó que no habría negociaciones sin soltar primero las unidades.
Normalistas detenidos

La policía montó un ataque coordinado a las tres normales el 15 de octubre a eso de las 3 am, con gases lacrimógenos, balas de goma, y armas de fuego. Detuvieron a 176 normalistas;  varios fueron golpeados, hubo fracturas y por lo menos 5 fueron hospitalizados. También golpearon y “levantaron” a otras personas, como algunos comuneros de Cherán K’eri (el municipio autónomo purépecha en resistencia contra los narcotraficantes y la tala de los bosques) y dos dirigentes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) que trataban de impulsar negociaciones. Durante casi 12 horas las autoridades rehusaron informar el paradero de 170 de los detenidos. Actualmente, 8 normalistas siguen encarcelados bajo el cargo de “daño a las cosas”, mientras 41 fueron consignados por sedición, motín y robo y tuvieron que pagar una fianza de 15 mil pesos, más multas por sedición y motín (sin juicio). Los otros 127 fueron liberados, pero “bajo las reservas de ley”, o sea que todavía se les tiene contemplados en la investigación y se les puede citar a comparecer si así lo requiere el Ministerio Público”.

La reforma curricular para las normales es parte del ataque frontal contra la educación pública, laica y gratuita que hemos visto en años recientes, que incluye la Alianza para la Calidad Educativa (ACE), el examen ENLACE, (que utilizan para medir los “resultados educativos”, determinar los salarios de los maestros y culpar a los alumnos y a los maestros para el fracaso del sistema), la Reforma de Educación Básica y Secundaria, con nuevos libros de texto con errores garrafales, la eliminación de la historia pre-colonial, de la filosofía a nivel de bachillerato, los exámenes estandarizados para evaluar a los maestros, y muchas otras atrocidades. La lucha de los normalistas de Michoacán es parte de la misma lucha de los estudiantes, profesores, catedráticos, intelectuales y otros por todo el país y en muchos otros países (Chile, Reino Unido, España, Argentina, EU, Francia, etcétera) que resisten este tipo de ataques.

Todas estas “reformas” son patrocinadas y diseñadas por el Banco Mundial y la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), y representan un intento de reconfigurar le educación a las nuevas necesidades del gran capital en un mundo globalizado. El documento de la SEP intenta embellecer este propósito escondido, hablando de “las exigencias de un mundo cambiante, no sólo por el acelerado desarrollo científico-tecnológico, sino además por la cuantiosa generación, producción y circulación de conocimientos, propicia la necesidad de establecer mecanismos para reorientar y mejorar las formas de aprendizaje-enseñanza”. Son las exigencias de enormes inversiones de capital que cambian de un lugar a otro del planeta con un clic en la computadora, en una carrera disparatada con otros  para controlar recursos, mercados y seres humanos para lograr la máxima ganancia. Con el propósito de atraer ese capital imperialista, lo que estas reformas nocivas buscan es entrenar a la gente a trabajar para ese capital, para servir a ese capital y para hacerlo más rentable. Por eso, los programas de estudio enfatizan la capacitación para “usar la tecnología de información y comunicación”, “trabajar con la gente en otros países” y dominar el inglés, que es la “lengua franca” del capitalismo mundial.

Manifestación en Morelia exigiendo liberación
de los detenidos
El problema no es que saber inglés y saber computación es perjudicial. El problema es que las relaciones económicas y sociales del sistema capitalista mundial son muy perjudiciales y este sistema es el obstáculo que estorba el avance liberador que es posible. La lucha sobre la educación es parte de la lucha más general en el mundo entre dos caminos: ¿aceptar y servir al sistema y dejar el mundo como es, aunque esto significa perpetuar las guerras injustas, los feminicidios, asesinatos, torturas, y la destrucción del medio ambiente? O ¿luchar para derrocar este sistema y crear una sociedad y un mundo mucho mejor para la gran mayoría de la humanidad?

Las normales, sobre todo las normales rurales, han sido blanco de ataques del gobierno durante largo tiempo: recortando los presupuestos, reduciendo la matrícula y reprimiendo a los estudiantes. De 39 normales rurales que hubo en un principio, quedan sólo 16. En Tiripetío tanto la secretaria de educación de Michoacán como el gobernador del estado amenazaron con cerrar la escuela cuando los alumnos lucharon por aumentar la matrícula, en marzo de 2012. Recordemos a los normalistas de Ayotzinapa, Gabriel Echeverría de Jesús, Jorge Alexis Herrera Pino, asesinados en diciembre de 2011 por luchar por aumentar la matrícula y mejorar las condiciones en su normal rural. Como señalamos al respecto en Aurora Roja #16 (hablando de la lucha de Ayotzinapa), “El gobierno quiere eliminar estas escuelas porque están en contradicción con los intereses del sistema: por una parte por chocar con el modelo educativo elitista al servicio del gran capital que vienen imponiendo, y por otra parte por querer sofocar el activismo social en estas escuelas que la nefasta dirigente del sindicato magisterial, Elba Esther Gordillo, y otros funcionarios han llamado ‘semilleros de guerrillas’. Quieren un pueblo aplastado y sumiso que ni se atreva a protestar, pero lo que necesita el pueblo es más y no menos resistencia contra este sistema inhumano”.

El carácter capitalista de la “reforma curricular” es lo que dicta su contenido discriminatorio en contra de los pueblos indígenas, que niega o restringe el derecho a estudiar, desarrollar y enseñar los idiomas indígenas, impone los exámenes estandarizados racistas y clasistas, y obliga a todos a estudiar el mismo currículo de la cultura dominante, ninguneando y menospreciando la cultura de los diferentes pueblos indígenas (que consideran “atrasada”). La irrupción de la policía federal y estatal en Cherán K’eri, sin ningún aviso al gobierno comunal, también es una provocación y amenaza en contra de la autonomía de esta comunidad, así como el derecho a la autonomía de los pueblos indígenas en general.

He aquí un extracto del “Boletín del gobierno comunal de Cherán K´eri sobre el asalto a la Escuela Normal Indígena de Cherán”:

“Un convoy de mas de 50 unidades entre estatales y federales, que con lujo de violencia, irrumpen en nuestra comunidad, violando los acuerdos emanados de reuniones con el gobierno federal y estatal, que sin tomar en cuenta los protocolos a los cuales tenemos derecho como gobierno comunal de Cherán y con apego al carácter institucional se nos ignoró y se nos violentó nuestro territorio al realizar incursiones por todas las calles de nuestra comunidad. Unidades golpeando y levantando a comuneros que se encontraban transitando dentro de nuestra comunidad, de igual manera estos amenazando a dos fotoperiodistas que se encontraban en la zona de conflicto, además de romper cristales y prender en fuego a carros particulares que se encontraban en la zona a los que 4 autos quedaron totalmente calcinados y uno de los que logró salir con daños fue el automóvil de uno de los fotoperiodistas que se encontraban en la zona al cual le fueron dañados todos los cristales y se le intentó prender fuego de lo cual la ronda comunal fue un testigo fiel. Hay pruebas gráficas de la no intervención de nuestras fuerzas de seguridad de la población civil de la comunidad de Cherán K’eri. Ante su artero operativo de desalojo que consumaron en la escuela normal indígena, a punta de golpes, disparos y petardos realizados por las fuerzas federales y estatales que sometieron a más de 60 normalistas y 20 padres de familia de las diferentes comunidades, quienes fueron agredidos brutalmente”.
"Educamos para liberar al pueblo..."
Así actúan los policías de los gobernantes que nos arengan sobre su supuesto “Estado de derecho” y pintan a los normalistas como delincuentes: un buen ejemplo del carácter de la Ley en este sistema, que no es neutral, sino que protege los intereses del gran capital y somete a la gran mayoría. Si quieren llenarse la boca con el “Estado de derecho”, que nos expliquen por qué no comienzan con aplicarlo a su propia policía y ejército, que siempre roban y torturan, y a menudo asesinan y desaparecen a la gente. En el caso concreto, robaron computadoras y otras pertenencias de los normalistas y destruyeron por los menos 5 vehículos, además de golpear brutalmente a la gente.

El amplio apoyo que  se ha manifestado para los normalistas de Tiripetío, Arteaga y Cherán es muy bueno y se necesita mucho más. ¡Apoyar la resistencia justa de los normalistas de Michoacán! ¡Luchar contra el poder, transformar el pueblo, para la revolución!

Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México
http://aurora-roja.blogspot.mx auroraroja.mx@gmail.com

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