Protesta: "No es mi presidente" |
EL PROBLEMA ES EL SISTEMA CAPITALISTA-IMPERIALISTA,
¡LA SOLUCIÓN ES LA REVOLUCIÓN!
1. Trump es un fascista descarado
La elección de Donald Trump a la presidencia de EEUU representa
un viraje político e ideológico que conlleva serias amenazas para el futuro de
la humanidad. Donald Trump no es un “populista” como le llaman los
comentaristas de la tele. Es un descarado fascista que pretende cometer
crímenes de lesa humanidad aún mayores en aras de apuntalar el imperio
estadounidense, bajo la consigna de “restaurar la grandeza de EU”. Trump es
un supremacista blanco: Injuria a las nacionalidades “no blancas”, tiene el
apoyo del Ku Klux Klan, incita a ataques racistas violentos y elogia a los
policías que a diario asesinan a personas negras, latinas, de los pueblos
originarios y otros en EU. Es un xenófobo (odia a los extranjeros): Sataniza
a los inmigrantes (sobre todo a los mexicanos y musulmanes), incita a ataques
violentos contra ellos y amenaza con deportar (o encarcelar) a dos o tres millones
(etiquetados de “criminales”) tan pronto como tome posesión el 20 de enero. Es
un misógino que se jacta de “agarrar por la panocha” a las mujeres; un comprobado
abusador sexual, que agravia a todas las mujeres con su lenguaje degradante y su
intención de acabar con el derecho al aborto. Es homofóbico: Amenaza con
acabar con el derecho de las personas lésbico, gay y trans a amarse, casarse y
vivir sin miedo. Niega el hecho comprobado del calentamiento global y
acelerará la destrucción voraz del medio ambiente. Es un predador
imperialista: Proclama la supuesta “grandeza” de un país que se fundó con
base en la esclavitud de los negros y el genocidio contra los pueblos indígenas,
creció con el robo de la mitad del territorio de México, y se devino el imperio
que ha cometido más crímenes de lesa humanidad en la historia del mundo. Trump defiende
abiertamente el uso de la tortura y amaga con usar las armas nucleares.
Contra Trump en Chicago |
Este fascista descarado ganó las elecciones
utilizando la demagogia y azuzando el odio entre sectores de los blancos en
contra de los sectores oprimidos bajo el sistema capitalista-imperialista. Como
señala revcom.us, (página web del Partido Comunista Revolucionario, EU) en su
declaración, “En nombre de la humanidad, nosotros nos NEGAMOS a aceptar a un Estados Unidos fascista”:
“Los
que apoyaban al programa fascista de Trump eran en su inmensa mayoría sectores
de gente blanca, especialmente pero sin limitación a los hombres blancos, que
anhelan los días de la franca supremacía blanca y dominación
global estadounidense y la flagrante subyugación de las mujeres. Una minoría
importante de la gente blanca sí se le opuso, pero tenemos que reconocer hasta
qué punto el racismo, el chovinismo nacional y el odio por las mujeres están
entretejidos en la sociedad estadounidense... y no ceder ante lo anterior sino
desafiarlo enérgicamente y oponérsele férreamente.
“Pero
aún más que eso, Trump contaba con el respaldo de poderosas fuerzas en la
sociedad estadounidense. Más allá de los que lo apoyaron directamente, los
medios de comunicación, el Partido Demócrata y otras personas lo trataron como
un candidato legítimo, se negaron a denunciarlo como un fascista y
ahora llaman a todos a aceptar su ascenso al poder. Todas las fuerzas poderosas
importantes de la sociedad estadounidense son responsables: son ellas las que,
durante décadas, construyeron esta fuerza fascista o la ‘habilitaron’”.
2. El Estado mexicano concilia con Trump porque es parte
subordinada del imperio estadounidense; representa los intereses de los grandes
capitalistas imperialistas y nacionales que explotan al pueblo.
Como ya sabemos, Peña Nieto también contribuyó a legitimar a
Trump cuando lo invitó a Los Pinos el 31 de agosto. Le dio la mano y la tribuna
al fascista que difamó a los migrantes mexicanos como criminales y violadores, y
amenazó con deportar a “11 millones de indocumentados” y extender el muro
fronterizo a lo largo de los 3 mil kilómetros de la frontera norte, a cuenta de
México. Le dio perfil “presidencial” a Trump dos meses y cacho antes de ser
elegido y ayudó así a su campaña, cometiendo otro crimen más en contra del
pueblo de México y de toda la humanidad.
Ahora Peña, un criminal por derecho propio, responsable de las
atrocidades cometidos por las fuerzas federales en Ayotzinapa, Nochixtlán y
tantos otros lugares, nos conmina a tener “buena vibra”, a unirnos con su
gobierno infame para ¡“seguir trabajando por lo que hemos logrado”! y
desarrollar “una relación de confianza” con Trump. ¡En verdad no tiene vergüenza
este perro faldero de los imperialistas, igual que los sinvergüenzas de los
demás partidos electorales! Porque lo que representan todos es la subordinación
al imperialismo estadounidense que nos ha sometido a la pobreza, las
injusticias, la degradación y la brutalidad que vivimos hoy, situación que se
empeorará aún más con los planes de Trump. Incluso López Obrador, que dice
representar “la esperanza de México”, plantea “la cooperación para el
desarrollo” con el imperialismo estadounidense, que no hay que preocuparse y alega
que si en México hubiera un “presidente honesto” (como él), se obtendría “el
respeto” de Trump. (¡!) ¡Quién busque el respeto de Trump es un servil
lamebotas de ese fascista representante del imperialismo!
Miami |
Veamos, por ejemplo, “lo que hemos logrado” (como lo dice
Peña) con el Tratado de Libre Comercio, que el mentiroso de Trump alega
privilegia a México. De verdad este Tratado (y la globalización imperialista de
la que forma parte), solo beneficia a los imperialistas y el puñado de grandes
empresarios mexicanos que son sus socios menores, y causa grandes estragos para
los trabajadores, campesinos y pequeños comerciantes en los dos países. En los
22 años de este Tratado se ha aumentado con creces la dominación económica y
política por el imperialismo (principalmente estadounidense) de México, y “lo
que hemos logrado” es la ruina del campo, el despojo de las comunidades indígenas,
la destrucción del medio ambiente, millones más en la pobreza, millones obligados
a emigrar a EU, y millones deportados cuando no los pueden explotar con
ganancia. Además, el imperialismo estadounidense es la mano tras la “guerra
contra el crimen organizado”, declarada por Calderón y seguida por Peña bajo
acuerdos con los gobiernos de Bush y Obama. Esta “guerra” de contrainsurgencia
preventiva ha arrojado un saldo de más de 165 mil muertos en diez años; mayor intervención
y mando por fuerzas estadounidenses; mayor confabulación del Estado mexicano con
los cárteles; y mayor reino de terror del crimen organizado en partes
importantes del país. La mano del imperialismo estadounidense también está detrás
de la cacería de los inmigrantes centroamericanos por el Estado mexicano, que ha
deportado más centroamericanos que la Migra de EU, además de torturarlos,
extorsionarlos, asesinarlos o entregarlos al crimen organizado.
Los Ángeles: "No al odio, No al racisimo, No a Trump" |
El hecho de que fuerzas poderosas en EU recurran al extremo de
intentar imponer un régimen fascista es una indicación de las agudas
contradicciones que desgarran a la sociedad estadounidense y el mundo en
general. En muchos sentidos, la
“globalización imperialista” de las últimas décadas se está convirtiendo en su
contrario. Trump busca apuntalar un sistema anticuado que causa tremendo
sufrimiento innecesario en todo el mundo, y lo que la humanidad necesita es la
revolución que puede poner fin al capitalismo-imperialismo y emancipar a la
humanidad.
3. Apoyemos a la resistencia contra los fascistas en EU y
preparemos la revolución
Desde la misma noche de las elecciones en EU salieron los
gritos de “No es mi presidente” y “Al carajo con Trump” desde las calles, las
universidades y las prepas. Ha crecido la resistencia con manifestaciones en
por lo menos 25 ciudades de Estados Unidos con la participación de decenas de
miles de personas. Estudiantes, inmigrantes, activistas por los derechos de los
lésbico-gays, artistas, luchadores contra el asesinato policiaco, mujeres
desafiando la misoginia y muchos otros se sienten obligados a combatir el
ascenso de Trump y todo lo que representa, así como a oponerse a los crímenes
de odio que ya comenzaron a multiplicarse—contra mujeres musulmanes, jóvenes
negros y hasta hijos de inmigrantes.
En México y el mundo, todos los que rechazamos el fascismo
que Trump representa necesitamos apoyar la resistencia en EU y también salir a
la calle nosotros mismos para denunciar y combatirlo. Las contradicciones del
mismo sistema capitalista-imperialista que produce un Donald Trump hacen
posible y exigen una revolución comunista que derroque el sistema que es la
fuente de todos estos horrores. Hace falta trabajar ahora enérgicamente para preparar
esta revolución en este país y apoyarla en todos los demás países, por la
emancipación de la humanidad de este sistema de horrores.
Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México
auroraroja.mx@gmail.com http://aurora-roja.blogspot.com
San Francisco: "Presidente Nazi" |
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