Llevando la revolución y lucha por la emancipación de las mujeres en una Universidad

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En medio del aumento de crímenes brutales en contra de las mujeres por el simple hecho de ser mujeres, así como el brote, crecimiento y radicalización de las protestas al respecto, se están dando importantes debates en la sociedad sobre el problema y la solución, como pude constatar previo al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, cuando un profesor me dio la oportunidad de hablar en su clase. Les doy fuertes abrazos y aplausos a este profesor, sus alumnas, que eran mayoría, y sus alumnos.

Al comenzar, les planteé que la única salida a todos los horrores que viven las mujeres y la humanidad es la revolución comunista, que podrá destruir este sistema capitalista, su Estado y el patriarcado que le es tan esencial para mantenerse; construir una nueva sociedad y avanzar hasta la eliminación de toda huella de explotación en el mundo entero. Esto es el entendimiento científico de cuál es el problema y cuál es la solución. Es importante pensar ¿cuál es el problema? y ¿cuál es la solución? Así que, ¿ustedes qué piensan de cuál es el problema?

Les di un poco de tiempo, mientras pasé a sus lugares para darles el volante de la Organización Comunista Revolucionaria, México (OCR,M) “LA LUCHA POR EMANCIPAR A LAS MUJERES—FUERZA IMPULSORA PARA TODO UN MUNDO NUEVO”. Observé que varios empezaron a leerlo en el momento.

Después empezaron a opinar: “El gobierno es el problema”; “Son varios factores, entre ellos el gobierno como dijo mi compañero, pero también es la educación que nos dan en la casa”; “Estoy de acuerdo que el gobierno es parte del problema, pero también es que pueden emprender, como gobierno, acciones que sean en el bien de las mujeres”.

Yo les expresé que estaba de acuerdo que son varios factores, y que el gobierno es parte del problema. Pero es algo que pensar considerar que desde el gobierno “pueden emprender acciones en el bien de las mujeres”. Entonces, ¿quiere decir que cambiando al gobierno se resuelve el problema?

Casi todos contestaron al unísono “¡¡¡NOOOO!!!”. Les pregunté ¿por qué? Y empezaron a denunciar por ejemplo lo que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) había dicho en su conferencia de la mañana, donde una reportera había denunciado a un hombre que estaba ahí, que le había dicho “Ojala y te maten”, y AMLO le pidió que se dieran un abrazo. La joven que puso esté ejemplo concluyó: “No, eso no se puede hacer, tener al que te desea eso, denunciarlo y luego este presidente que te pide que lo abraces. No, eso no puede ser”. Otras empezaron a denunciar el machismo que hay en la sociedad y los roles de género. Así llegamos hablar del patriarcado y la cultura que permea todo y que se promueve desde el Estado y lo refuerza con el machismo la represión para los que se nieguen a aceptarlo. Ese Estado de existe para reforzar las relaciones económicas y sociales de esta sociedad capitalista y patriarcal. Les pregunté: la opresión de las mujeres ¿es nada más cultural?

Algunas contestaron que no, y hablaron de que desde la familia se educa e inculca a las mujeres en el papel de casarse, ser madres y atender al marido. “Algunas ya no aceptamos que ese sea nuestro papel”. “En mi casa, reeducamos a mi hermano. Se tiene que reeducar a los hijos a vernos como seres humanos, no como objetos”. Yo les dije que estaba muy de acuerdo con eso, pero que se necesita ir más allá de eso. La familia actual es patriarcal. Se tiene que acabar con ese tipo de familia para que las mujeres realmente sean emancipadas junto con toda la humanidad, y eso será posible con el comunismo. Si no se rompe con esa familia, la opresión de las mujeres continuará. Algunas reconocieron que la familia es patriarcal, hablando de las relaciones de su papá hacia su mamá. Una joven denunció que “Como mi mamá dejó de arreglarse, cuando pasaba una mujer a su lado, [mi papá] le decía a mi mamá, ‘sa si es mujer. Mira no más como va de arreglada’. O nos decía, ‘Las mujeres se acuestan con nosotros los hombres por dinero’. Nos mira y nos trata como objetos. Y le dijimos, ‘Ten cuidado con lo que dices, papá. Somos tus hijas”.

También hubo importante denuncia de los “medios de (des)información” y como promueven los estereotipos de la mujer. Así llegamos a hablar más de la revolución comunista, la necesidad de tumbar el Estado actual, confiscar los medios de producción de los grandes capitalistas, incluidos los medios de desinformación, para poder producir para las necesidades del pueblo, no de las ganancias de unos cuantos, y promover una nueva cultura liberadora. Un joven dijo, “Pienso que se tienen que tomar los medios de comunicación tal vez antes de que gane esta revolución, para que se pueda crear conciencia en la gente”. Le dije que en el curso de la revolución se tomarán algunos medios de comunicación, pero un cambio mayor será con el triunfo de la revolución.

Una joven muy perspicaz habló de que, después de la revolución, “habrá aún cosas que sean problemas para nosotras las mujeres, muchas ideas que ahora hay y que nos ponen obstáculos. Las mujeres tendremos que seguir transformando eso”. Yo le dije que estaba muy de acuerdo con eso, por eso las mujeres jugarán un papel importante en hacer esta revolución y llevarla hasta el final.

También hice la invitación a asistir a la marcha del 8 de marzo, Día Internacional de las Mujeres, e integrarse al contingente revolucionario del Movimiento Popular Revolucionario. Algunas adquirieron los folletos de la OCR,M: Apoyar y extender la revuelta contra la violencia machista y !Desencadenar el coraje y lucha de las mujeres contra las causas y los responsables de tanta violencia e injusticia!

Se está dando un importante ambiente de debate y protesta entre la gente joven.



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