La humanidad en la encrucijada entre el horror y la esperanza: un llamamiento a la acción revolucionaria

Comunicado de la Organización Comunista Revolucionaria, México

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La humanidad y el planeta se encuentran en una encrucijada crítica entre el horror y la esperanza. De seguir bajo el presente sistema, enfrentamos no solo los horrores e injusticias actuales sino también: • la perspectiva de una catástrofe climática por el calentamiento global que, si no se detiene, volverá inhabitable gran parte del planeta, incluida gran parte de México, y seguirá provocando la extinción de muchas especies, incluida posiblemente la nuestra; • la continuación de genocidios como el que ocurre ahora en Gaza, así como otras guerras reaccionarias, incluso la amenaza de guerra mundial nuclear, que también conllevaría el peligro de la extinción de la raza humana; además de la intensificación de: • el patriarcado y los feminicidios; • el despojo y desplazamiento de los pueblos indígenas; • el éxodo desesperado de millones de migrantes; • el cúmulo de asesinatos, desapariciones, torturas y colusión con el crimen organizado que azotan este y muchos otros países, por solo mencionar algunas consecuencias. Pero no existe ninguna necesidad permanente de nada de esto, todo esto podría eliminarse, cambiarse radicalmente. De hecho, todo esto está provocando cada vez más situaciones en que ni la gente puede seguir viviendo como antes ni las clases dominantes pueden seguir gobernando como antes y esto está abriendo nuevas oportunidades para la revolución.

Existe la base para otro sistema superior y liberador, el socialismo como transición al comunismo, una sociedad sin explotación, opresión ni desigualdades sociales. En el verdadero socialismo será posible: • liberar el país de la dominación imperialista, confiscar y convertir en propiedad de todo el pueblo las empresas de los grandes capitalistas y crear una economía socialista; • llegar a satisfacer las necesidades materiales, intelectuales y culturales de todas las personas, en vez de solo darles unos pesos más a los pobres; • ejercer justicia expedita contra los criminales feminicidas, traficantes y abusadores, en vez de tener que luchar durante 10 o 20 años para tal vez meter a uno en la cárcel; • emprender una lucha a fondo para finalmente ponerle fin al patriarcado y todo tipo de abuso y discriminación con base en el género u orientación sexual; • detener y, en la medida posible, revertir la destrucción del medio ambiente; • impulsar la resistencia y la revolución mundiales para poner fin a los genocidios y las guerras reaccionarias; • establecer la autonomía regional indígena, respetar los justos reclamos por devolverles sus tierras y detener los megaproyectos de muerte, rescatando de verdad sus idiomas y culturas y emprendiendo una lucha en todo el país en contra de la violencia, opresión y discriminación hacia los indígenas, afro-mexicanos y migrantes; y • ponerle fin al narcoestado y llevar ante la justicia a los principales responsables de tantos bárbaros asesinatos, desapariciones y torturas completamente inaceptables. Es más, • se desatará un gran florecimiento de creatividad e innovación del talento de mucha gente, el que es sofocado y suprimido bajo el capitalismo, y • será posible y necesario desatar amplios debates con una diversidad de pensamiento, así como la acción y contribuciones en diversas formas, para bregar con los problemas de la nueva sociedad, prevenir la restauración del capitalismo y seguir avanzando hacia la eliminación de toda forma de explotación y opresión en todo el mundo.

Nada de esto puede lograrse por medio de las elecciones, que son, bajo este sistema, nada más un ejercicio para engañar y desmovilizar a la gente, al darle el “derecho”, como dijera Marx, de escoger cuál representante de las clases dominantes va a seguir reprimiendo y oprimiendo al pueblo durante el próximo período. Solo se podrá detener la carrera de muerte y miseria del capitalismo y abrir una nueva aurora de esperanza por medio de una revolución real. Aunque pueden ser buenas, las grandes protestas, las autodefensas o los intentos de autonomía bajo este sistema no son revoluciones. Una revolución real implica • derrotar, tumbar y hacer añicos el Estado capitalista y su columna vertebral, las fuerzas armadas, por medio de la guerra popular en el momento apropiado. Este es el paso inicial imprescindible para poder: • crear un nuevo Estado radicalmente distinto y liberador a partir de la misma lucha revolucionaria de millones de personas; • forjar una nueva economía guiada por las necesidades de la gente y el medio ambiente, y no la competencia capitalista por la máxima ganancia; • fomentar nuevas relaciones sociales de respeto y apoyo mutuo en la lucha por acabar con todo vestigio de explotación, opresión, desigualdad social y las ideas correspondientes; y • alentar una nueva cultura multinacional, diversa y liberadora.

Esta revolución es urgente. El cúmulo de muertes, desapariciones, injusticias y sufrimientos completamente innecesarios de millones en este país y miles de millones en todo el mundo basta y sobra como motivo para hacer la revolución. Pero no solo eso. Si dejamos que este sistema capitalista siga en pie, los científicos nos dicen que pronto llegaremos a un "punto de no retorno" de cambios irreversibles en el clima que irán destruyendo las bases para la vida humana y de muchas otras especies en gran parte del planeta, orillando a muchos millones de migrantes más a tratar desesperadamente de entrar en los países privilegiados del norte mundial, que responderán con medidas cada vez más sangrientas. Esta destrucción del planeta resultarían cuando menos en la destrucción de la civilización como la hemos conocido o incluso a la extinción de la raza humana. También nos amenaza con extinción el peligro de una nueva guerra mundial, esta vez con armas nucleares, por los crecientes choques del bloque imperialista occidental encabezado por Estados Unidos con el imperialismo chino y ruso, todos los cuales están enfrascados en una lucha a muerte por la dominación mundial. Y en medio de todo este caos, seguirán creciendo a pasos agigantados la represión sangrienta, el fascismo y el uso del crimen organizado para amedrentar al pueblo.

Sabemos que hacer tal revolución no es fácil. Requiere • una clara guía teórica científica; • un núcleo organizado armado con y capaz de aplicar esa guía; y • un pueblo revolucionario que finalmente llega a abarcar a millones de personas. Contamos con una guía científica general, que es el nuevo comunismo desarrollado por el dirigente revolucionario Bob Avakian. Es un nuevo desarrollo de la ciencia revolucionaria del marxismo a partir, entre muchas otras fuentes, de analizar tanto los grandes avances como los errores importantes de las primeras experiencias del socialismo en Rusia y en China, así como las lecciones de la restauración del capitalismo en esos países. También contamos con el programa y la orientación básica para la revolución en México (si bien necesitan desarrollarse más) desarrollados por la Organización Comunista Revolucionaria, México (OCR,M), al aplicar el método científico del nuevo comunismo a las condiciones concretas de México y el mundo.

Sin embargo, estos avances importantes e imprescindibles en el entendimiento guía para poder hacer una revolución realmente liberadora y con verdaderas posibilidades de ganar, están llegando al pueblo de una manera muy limitada, principalmente por el reducido número de fuerzas revolucionarias organizadas para llevárselo y organizar para la revolución a los millones de oprimidos y explotados que necesitan tan desesperadamente tal revolución.

Por eso, el eslabón clave ahora es fortalecer y ganar a cada vez más gente a participar y contribuir a esta revolución. Con ese propósito, el Movimiento Revolución (MovRev) necesita desarrollarse cada vez más como una verdadera comunidad revolucionaria en que se brega colectivamente, se aprende más del nuevo comunismo y la OCR,M, y se contribuye de muchas maneras a preparar la revolución liberadora que tanto hace falta.

Entre las y los que participamos y contribuimos al MovRev y a la OCR,M, necesitamos resumir la experiencia e ideas de todos de cómo mejor encontrar, atraer y organizar a nueva gente en el Movimiento Revolución. Existen ahora miles de personas que podrían ser organizadas para esta revolución liberadora. Aunque son una minoría, son decisivas para ir forjando un núcleo organizado guiado por y capaz de aplicar el nuevo comunismo. Tal núcleo es esencial para poder atraer y orientar a la gente mucho más ampliamente y finalmente guiar a millones en la difícil lucha por tumbar este sistema de muerte y crear otro radicalmente distinto y mucho mejor.

Comienzan a desvanecerse las falsas ilusiones de la engañosa “cuarta transformación”. Soplan nuevos vientos de resistencia en las inspiradoras rebeliones de las mujeres, la valiente lucha de los familiares de los desaparecidos, las justas protestas por el genocidio en Gaza, las decididas resistencias indígenas contra los megaproyectos de muerte y el despojo, las protestas ecologistas y magisteriales, entre otras. Los partidos electorales y otros representantes de las clases dominantes, así como el mismo funcionamiento del sistema capitalista, siempre maniobran para contener dentro del sistema actual la justa furia del pueblo con una combinación de represión sangrienta y melosas promesas huecas de reformas. Para que no salgan con la suya, hacen falta quienes lleven a la gente la verdad científicamente comprobada de que existe una alternativa mucho mejor y esperanzadora por medio de una revolución real.

¿Un futuro horroroso o un futuro esperanzador y liberador? Lo que hagas o no hagas tú va a contribuir a uno u otro. Si te atreves a soñar con un futuro mejor para la humanidad, checa el Movimiento Revolución y éntrale a la lucha por la emancipación de la humanidad.

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