Protesta en Embajada de Israel, 28 de mayo, CDMX |
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Desgarradoras
escenas del genocidio perpetrado por el sionismo israelí con el pleno apoyo del
imperialismo estadounidense nos sacuden todos los días. Es horror
inaguantable y completamente inaceptable. Casi 38 mil asesinados ya, con unos
10 mil más bajo los escombros, en su gran mayoría gente inerme, sobre todo
niños, mujeres y ancianos, y el conteo mortífero sube cada día. Son crímenes de
guerra perpetrados por el ejército israelí con bombas y armamento suministrados
en enormes cantidades por Estados Unidos. Las ciudades reducidas a escombros,
todas las universidades destruidas y, como los nazis antes, hasta queman los
libros. Cortan el agua, comida y medicamentos para matar a los palestinos de
sed, hambruna, falta de atención médica. Acribillan a la gente que acude para
recibir ayuda humanitaria. Matan intencionalmente a los trabajadores de ayuda
humanitaria, como los de World Food Kitchen, que asesinaron a sangre fría en la
ruta que habían acordado al darles permiso de entrar. Bombardean y atacan los
hospitales, escuelas, centros religiosos y de refugio. Corren a los civiles de
un lugar a otro, a supuestas “zonas seguras” donde los bombardean, como en el
campo de desplazados en Rafah con 45 muertos, incluidos niños descabezados por
el fuego, entre tantos casos más. Han encarcelado y torturado sin cargo alguno
a miles de palestinos. Asesinan adrede y expulsan a los periodistas para
esconder sus crímenes de lesa humanidad del mundo.
Es un
genocidio completamente premeditado, como puso en claro el primer ministro
de Israel, Netanyahu, al llamar por “una guerra santa de aniquilación”
contra los palestinos e invocar la masacre a los amalecitas por los israelitas
en la Biblia: “Ustedes deben recordar lo que a los amalecitas les hicieron,
según nuestra sagrada Biblia. ‘Ahora vayan y hiéranlos y destruyan
absolutamente todo lo que tengan y no los perdonen, pero mátenlos, tanto a
hombres como a mujeres, infantes y lactantes, bueyes y ovejas, camellos y
burros’". (La Jornada, 30/10/2023). Dos semanas antes del
reaccionario ataque por Hamás en Israel, principalmente a civiles, el 7 de
octubre pasado, Netanyahu presentó en la ONU mapas en que el “Gran Israel” abarcaba
todo el actual territorio palestino de Gaza y Cisjordania, demostrando
gráficamente la meta del sionismo: masacrar, desterrar y subyugar a los
palestinos y otras poblaciones oprimidas para ensanchar cada vez más el Estado
racista de supremacía judía.
Estos
crímenes inhumanos han provocado una masiva, justa e inspiradora ola de
protestas por todo el mundo que las clases dominantes en muchos países han
calumniado y reprimido salvajemente. Al comienzo, países como Francia,
Alemania y Reino Unido intentaron declarar ilegal toda manifestación
de apoyo a los palestinos, bajo el falso argumento de que eran
“antisemítias”. Pero no pudieron contener las manifestaciones airadas, sobre
todo de los jóvenes, contra el apoyo de sus gobiernos a Israel y sus atrocidades.
En la Universidad de Columbia en Estados Unidos, los estudiantes establecieron
un campamento pacífico de protesta contra el genocidio que fue brutalmente
reprimido por la policía. Esto no paró a los jóvenes, que volvieron a poner el
campamento, a pesar de múltiples arrestos, suspensiones y expulsiones de la
universidad. Estas escenas incendiaron a las universidades a lo largo y ancho
de EU, a pesar de más de 3 mil detenciones y ataques brutales por parte de
la policía y algunas turbas fascistas. Desde Gaza, varios palestinos mostraron
al mundo carpas pintadas, mantas y cartulinas agradeciendo el apoyo de estos
estudiantes, y las protestas se han generalizado alrededor del mundo,
generalmente con la típica respuesta represiva de las autoridades. Aquí
también, el 28 de mayo, la policía atacó con gases lacrimógenos y extintores a
más de 300 manifestantes protestando frente a la embajada de Israel,
fracturando el cráneo de un estudiante de la UNAM e hiriendo a una periodista
de HispanTV que fue hospitalizada. Es otro caso de represión por parte del
gobierno que constantemente declara “nosotros no reprimimos”, mientras reprimen
vez tras vez a los migrantes, maestros, mujeres, indígenas y muchos más. Toda
esta represión por parte de los gobiernos del mundo contra protestas justas,
valientes y principalmente pacíficas demuestra una vez más el puño de hierro
de la dictadura de las clases dominantes dentro del guante de seda de la falsa
democracia bajo el sistema del capitalismo-imperialismo.
¿Por qué
el gobierno y la clase dominante entera de EU (tanto Demócratas como Republicanos
fascistas) apoyan firmemente este genocidio si les está costando el repudio
de miles de millones de personas en todo el mundo y en el mismo EU, además de
perjudicar las posibilidades de reelección del actual presidente Joe Biden?
Como lo explica Bob Avakian, líder revolucionario y arquitecto del Nuevo
Comunismo: “No se debe al 'poder del cabildo judío’ — ni a que, según
alguna noción ignorante, ridícula e indignante, 'los judíos lo controlan todo’.
Se debe al ‘papel especial’ de Israel como un bastión fuertemente armado de apoyo para el imperialismo
estadounidense en una región estratégicamente importante del mundo (el ‘Medio
Oriente’). Además Israel ha constituido una fuerza clave en la comisión de
atrocidades que han contribuido al mantenimiento de la dominación opresiva del
imperialismo estadounidense en muchas otras partes del mundo” (revcom.us). Como el “genocida Joe”
Biden ha dicho, “Si Israel no existiera, Estados Unidos tendría que
inventarlo”. Por su ubicación estratégica, el petróleo y otros factores, el
control de Medio Oriente es clave para el imperio estadounidense en su
rivalidad con los imperialistas rusos y chinos y también para sofocar el
potencial revolucionario de los 450 millones de habitantes de la región, la
mayoría mantenida en la pobreza por el saqueo y dominación imperialista. Por
eso EU tiene 30 bases militares y 54 mil soldados en la región. Y por eso
Israel le es tan esencial, al haber librado cuatro guerras contra regímenes
nacionalistas o influenciados por rivales de EU, así como un sinnúmero de
agresiones armadas en la región y ataques a las luchas revolucionarias. También
ha servido a los intereses del imperialismo estadounidense alrededor del mundo,
como en la guerra sucia en Guatemala, la dictadura militar en Argentina y hasta
en pertrechar al actual y anteriores gobiernos de México con Pegasus y otro software sofisticado para espiar y atacar a periodistas, críticos,
activistas, ambientalistas, revolucionarios y otros opositores.
El Estado sionista de Israel es engendro del
sistema capitalista-imperialista y sostenido principalmente por EU. El
genocidio en Gaza no es esencialmente producto de una u otra política
gubernamental ni de Netanyahu y Biden. Es fundamentalmente producto del
sistema capitalista-imperialista mundial, que comete un sinfín de
atrocidades, mantiene a la gran mayoría de la humanidad oprimida, empobrecida y
sufriendo innecesariamente, a la vez que nos lleva hacia la posible
extinción con las intensificadas amenazas de guerra mundial nuclear y la
aceleración de la crisis ambiental. Hace falta generalizar e intensificar
las protestas contra el genocidio en Gaza, así como contra tantos otros
crímenes del sistema, contribuyendo a preparar una revolución real en
Palestina, Estados Unidos, México y en todo el mundo. Como subraya Avakian,
“Es un hecho científico que no tenemos que vivir así”.
Hace falta forjar una fuerza revolucionaria
en Palestina que luche por un Estado revolucionario laico en todo el
territorio histórico de Palestina que garantice justicia e igualdad de derechos
a los palestinos, judíos y demás habitantes. Israel es un Estado racista
supremacista judío ilegitimo, establecido bajo patrocinio del
imperialismo británico y estadounidense por medio de la nakba ("catástrofe" en árabe), un reino de terror en 1948 en que
los sionistas violaron, torturaron y masacraron a muchos, con por lo menos 31
masacres documentadas, y expulsaron a casi un millón de palestinos de sus
hogares y tierras, arrasando con sus aldeas. Es una burla hipócrita la propuesta imperialista de “dos Estados”, en que un mini-estado palestino sería
completamente dominado y subyugado por Israel. La solución tampoco es expulsar
o matar a los judíos. El problema es el sionismo y el imperialismo, no
los judíos. De hecho, muchos judíos han jugado un papel importante en las
protestas contra el genocidio, declarando “no en nuestro nombre” y que la
verdadera lección del holocausto nazi que exterminó a 6 millones de judíos es
que nunca más debe haber un
genocidio contra nadie. Hamás
es una organización reaccionaria que sueña con un Estado teocrático
fundamentalista islámico como Irán, donde encarcelan y matan a las mujeres por
no cubrir bien su cabello y ejecutan a la gente por protestar contra el
régimen. De hecho, Netanyahu ha apoyado a Hamás para debilitar a las
fuerzas palestinas laicas, diciendo a miembros de su partido gobernante Likud:
"Quien quiera frustrar el establecimiento de un Estado palestino tiene
que apoyar el refuerzo de Hamás y la transferencia de dinero a Hamás”
(BBC).
La única
solución es una revolución real que acabe con el sistema que es la
fuente de tantos horrores. En Palestina hace falta forjar una fuerza
revolucionaria que establezca un Estado palestino revolucionario, laico y
unificado. En Estados Unidos Bob Avakian y los “revcoms” luchan por la
revolución, aprovechando la crisis política entre los demócratas belicistas y
los republicanos fascistas, declarando ‘Ni Trump fascista ni el genocida Joe,
todo el sistema tiene que caer’. En México, la Organización Comunista
Revolucionaria, México, y el Movimiento Revolución luchamos por forjar
una fuerza comunista para dirigir la revolución y nos unimos con otros para
denunciar y exigir el fin de los crímenes de este sistema, desde Gaza a
Ayotzinapa, enarbolando la consigna del Nuevo Comunismo, “Revolución y Nada
Menos”, Ponte en contacto y únete a la lucha contra el genocidio en Gaza y por
la emancipación de la humanidad.
Aurora Roja
Voz de la
Organización Comunista Revolucionaria, México
auroraroja.mx@gmail.com aurora-roja.blogspot.com
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