¡Vamos tras los verdaderos criminales — los que
están en el Poder!
La detención y encarcelamiento de
Juan Manuel Mireles y 77 personas más en La Mira, Michoacán, es otra injusticia
inadmisible cometida por un Estado completamente ilegítimo. De acuerdo con su
“norma”, sembraron unas armas y bolsas de mariguana y cocaína en el jeep de
Mireles. Con tales procedimientos “estrictamente apegados a la ley” (para citar
a Osorio Chong), el Estado le acusa a él y a tres de sus escoltas de posesión
de droga, además de portar armas de uso exclusivo de las FFAA, la acusación
utilizada para encarcelar a todos. Lo bueno es que esta vez será muy difícil
que alguien les crea. ¿Quién va a creer que al salir a organizar nuevos grupos
de autodefensas para combatir a Los Caballeros Templarios, a sabiendas
que corrían mucho riesgo de ser detenidos, iban a llevar droga consigo? Claro,
¿quién más allá de los jueces encargados de declarar auto de formal prisión?
Pese a lo burdo de sus procedimientos ilegales, es un ataque serio que hay que
denunciar y luchar por revertir. Es un intento de paralizar, intimidar y
desbaratar no solo a las autodefensas y guardias comunales en Michoacán, sino también
a las policías comunitarias de Guerrero y otros estados, así como habitantes de
colonias en muchas ciudades del país que buscan organizarse para defenderse
contra el crimen.
¿Cuál uso de la violencia es justa y
cuál es injusta? ¿Por qué surgieron las autodefensas en Michoacán en primer
lugar? Como es sabido, se sufrían durante muchos años los asesinatos,
secuestros, extorsión, las violaciones de mujeres, y el Estado no hacía nada.
¿Por qué? Porque está coludido con el crimen organizado. Así las cosas, la
gente se organiza y se arma para salvar su vida (y para algunos que las tengan,
sus propiedades). Comienzan a enfrentar y expulsar a Los Caballeros Templarios,
a inspirar a otros a luchar, y esto es un grave problema para el sistema. ¿Qué
hace el Estado? Necesita desmantelar y desbaratar toda fuerza armada que no
controle o que no sirva a los intereses reaccionarios del sistema que el Estado
defiende. Evidentemente, el actual Estado no busca eliminar las fuerzas armadas
del crimen organizado, solo quiere recuperar más control y orden en contubernio
con ellas. Además, el Estado arma, entrena, protege y utiliza a grupos armados
paramilitares como los que asesinaron a 45 personas en Acteal o los que
asesinaron el 2 de mayo de 2014 al maestro Jose Luís Solís López, Galeano, en La Realidad, Chiapas, así
como los que asedian a otras comunidades indígenas y campesinas que luchan
contra los proyectos de minas, presas, gasoductos, termoeléctricas, eólicas,
talamontes, etcétera. Estas y otras fuerzas armadas reaccionarias son
protegidas por el Estado. En cambio, reprimen y buscan desmantelar a las autodefensas,
guardias y policías comunitarias que no se sometan al mando del Estado y no obedezcan
a los intereses del sistema dominante.
La lección fundamental de la
detención de los autodefensas en Michoacán es que no se puede confiar y
apoyarse en el Estado para resolver el problema del crimen organizado, ni
cualquier otro problema social importante, porque este Estado es el guardián
armado del sistema que da lugar a estos problemas. El deber de este Estado
no es proteger al pueblo, como nos hacen pensar; su deber es proteger al
sistema que domina al pueblo, hacer respetar las relaciones opresivas que
mantienen la pobreza, brutalidad, humillación y degradación que padece la gran
mayoría de la gente. Dicen actuar para hacer cumplir “la ley” y que por eso su
violencia es legítima. Pero hay dos problemas: Primero, la ley defiende y
justifica la explotación y las injusticias innatas del sistema. Y segundo, el
Estado viola sistemáticamente su propia ley cuando presente algún impedimento para
imponer los intereses de las clases dominantes.
Marcha exigiendo libertad de Mireles y autodefensas en la Cd. de México |
El mismo sistema
capitalista-imperialista engendra el narcotráfico y otras formas del crimen
organizado. Es un sistema donde todo es mercancía. Un pequeño grupo de
grandes propietarios controlan lo que producen en común muchos millones de
personas, la competencia entre esos grandes propietarios para sacar la máxima
ganancia es lo que rige en el mundo, y el narcotráfico es un gran negocio muy
rentable. Por eso hay capos y cárteles, por eso los bancos y otros grandes
capitalistas buscan los dólares de los narcos, para lavarlos y para
invertirlos. Los Estados capitalistas e imperialistas fomentan y protegen el
narcotráfico (a la vez que también tratan de regularlo), porque contribuye a la
rentabilidad y competitividad del gran capital que representan. También lo
utilizan como fuente oculta de fondos para financiar guerras de
contrainsurgencia (como se documentó, por ejemplo, en el escándalo de
Irán-Contragate) y echan mano de los sicarios para asesinar a gente que
consideran un peligro o estorbo para el sistema. Así que el sistema engendra el
crimen organizado y el Estado lo protege. Y como señaló el libro Todo lo que
debería saber sobre el crimen organizado en México: “La especificidad
fundamental del crimen organizado en México es que se origina, se sostiene y
nutre desde las estructuras del Estado, en particular de aquellas que
teóricamente existen para combatir, precisamente, a la delincuencia”.
Bajo a
falsa bandera del “combate al crimen organizado”, el actual Estado mexicano mata
y aterroriza a cientos de miles de personas. El Ejército, la Marina y la
Policía Federal que detuvieron a Mireles y los demás autodefensas (así como a
19 guardias comunitarias de Aquila, Michoacán que siguen en la cárcel pese a
las promesas del famoso “pacto” con el gobierno del abril pasado), libran lo
que en esencia es una guerra contra el pueblo en todo el país. Por ejemplo, asesinaron
a dos estudiantes en el Tec de Monterrey y después les sembraron armas para
declararlos delincuentes; elementos de la Marina, disfrazados de “matazetas”,
asesinaron a 35 personas inocentes en Boca del Río, Veracruz; colaboran en
el secuestro y asesinato de decenas de miles de inmigrantes centroamericanos;
cometen y encubren la violación y el asesinato de mujeres en todas partes; y
amenazan, hostigan y asesinan a los familiares y otros que denuncian y combaten
estos crímenes. Estos matones uniformados echan mano de la tortura de manera “sistemática” y cometen asesinatos y
desapariciones de manera “endémica”, como documenta un informe de Human Rights
Watch de 2011. ¿No basta toda esta sangre, todo este sufrimiento completamente
innecesario, para concluir que el “monopolio de la fuerza” supuestamente
“legítima” del Estado es en realidad completamente ilegítima?
Protesta de guardias comunitarios de Aquila |
Sus crímenes
provocan la resistencia. Miles de
personas en Michoacán bloquearon la carretera de la costa, cientos protestan en
ciudades por todo el país, y muchos defensores del pueblo exigen la liberación
de Mireles y todos los autodefensas. Hay mucha ira por las detenciones, el
trato denigrante y cruel a Mireles, y la vileza del Estado que protege y
colabora con el crimen organizado a la vez que encarcela a los que se defienden
de él. Hay que fortalecer la lucha por liberar inmediatamente a los
autodefensas, las guardias comunitarias de Aquila y también a Nestora
Salgado, Gonzalo Molina, Arturo Herrera, Bernardino García y otros presos de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias (CRAC) en
Guerrero. Es hora de desechar ilusiones falsas acerca del Estado asesino y
represor. Es hora de desenmascararlo, combatirlo y forjar la lucha
independiente y sobre todo la lucha revolucionaria de las masas para finalmente
barrer con este Estado y este sistema criminal a fin de abrir el camino a un
mundo muy diferente y liberador.
Como lo han dicho muchos, esta es
una situación de emergencia nacional. Forjemos una mayor y más resuelta
resistencia para que los que detentan el poder no tengan carta blanca para
seguir cometiendo estas atrocidades. No permitamos que sigan encubriendo estos
ataques desalmados que pasan desapercibidos por la mayoría de la gente, ni que
los que ya están resistiendo queden solos y abatidos. Por esto, les convocamos
a todos a unirse a la Red Nacional de Resistencia “¡Alto a la guerra contra
el pueblo!” para movilizar a la gente y resistir en serio, con la meta de poner
fin a estos horrores, y no solo aminorarlos un poco, o contentarnos con
promesas falsas o gestos insignificantes del gobierno que desorientan y
desbaratan la resistencia. Uniéndonos para denunciar y luchar, podremos poner
el Estado y el sistema en el banquillo de los acusados, nutrir un nuevo
ambiente combativo y esperanzador.
Como decimos en el folleto Luchar y resistir, “México vive un infierno. Podemos,
debemos y tenemos que forjar otra alternativa tú, yo, ella, él, nosotros. Una
alternativa combativa que una a gente de diversas opiniones en una lucha común
en contra de estos crímenes inhumanos, pero no sólo eso, también una
alternativa revolucionaria que abra paso aquí y en todo el mundo hacia una
nueva sociedad, completamente distinta y radicalmente liberadora”.
¡Libertad para
Juan Manuel Mireles y todos los autodefensas y policías comunitarios apresados!
¡Muera el
Estado represor y opresor, cómplice del crimen organizado!
¡El Estado no
es omiso, es criminal!
¡Luchar contra el Poder y transformar el pueblo, para la revolución!
Aurora Roja
Voz de la Organización
Comunista Revolucionaria, México
http://aurora-roja.blogspot.com
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Protesta en Morelia |
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