Foto de la portada: Ciudad de México – “La humanidad necesita la revolución y la nueva síntesis del comunismo” |
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Vivimos en un mundo de guerras
injustas en que matan y destierran a millones de personas; la mitad de la
humanidad está sumida en la agobiante pobreza; las mujeres son cruelmente oprimidas
y sometidas a la supremacía masculina; crece una desigualdad abominable, y se
están destruyendo los ecosistemas que sostienen la vida en este planeta.
Promueven en México y en otras partes proyectos capitalistas e imperialistas de
minería, gasoductos, fracking, desarrollos turísticos y condominios de
lujo que expulsan a los pueblos indígenas, campesinos y pobres en general, a la
vez que devastan el medio ambiente. El Estado comete y solapa asesinatos, desapariciones,
tortura y encarcelamientos injustos de cientos de miles de personas, sobre todo
los de abajo y los que se oponen a los crímenes del sistema.
¿Cómo luchar contra todos estos
horrores? ¿Cómo ponerle fin a todo este sufrimiento injusto y también
innecesario?
¿Cómo cambiar la sociedad? — ¿“Tomar el Poder” en el
Estado actual? ¿“Cambiar el mundo” sin tomar el Poder? o ¿Hacer una revolución
real?
Los partidarios de "tomar el
Poder" o “cambiar el gobierno” en el Estado actual argumentan que por
medio de cambiar la persona y el partido o grupo a la cabeza del actual Estado
se puede “democratizarlo” y lograr ciertas reformas económicas y políticas. Antes
se expresaba en intentar elegir a Cuauhtémoc Cárdenas y el PRD; ahora se busca
elegir a Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y candidatos del Movimiento de
Regeneración Nacional (Morena).
En cambio, la dirigencia del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y otros sostienen no tomar el
Poder sino organizar “desde abajo” proyectos autónomos o alternativos para
lograr el “buen gobierno” y ciertas reformas económicas y políticas. Argumentan
que los que “suben al Poder” se convierten en opresores del pueblo. En el caso
del actual Estado, tienen cierta razón; ya se tiene bastante experiencia
que ilustra que incluso gente que inicialmente podría tener buenas intenciones,
al incorporarse al aparato del Estado actual, se convierte en parte del
problema y no parte de la solución.
Los partidarios de AMLO y Morena
responden que los que no intentan “tomar el poder” solo contribuyen a que todo
siga igual y no cambie nada importante en la sociedad en general, y también en
eso tienen cierta razón. Si se deja el Estado tal como está ahora, va a seguir
matando, desapareciendo, torturando y oprimiendo a la gente, entre otros
crímenes horrendos.
Lo que tienen en común ambas
posiciones es que están debatiendo subir o no al Poder dentro del Estado
actual: ni unos ni otros están hablando de la necesidad de destruir
el actual Estado reaccionario. Tampoco plantean tumbar el actual sistema económico
mayormente capitalista: unos y otros buscan cambios dentro del sistema
económico actual. Eso es más evidente en el caso de AMLO y Morena que, como
veremos, han dado bastantes garantías a los grandes capitalistas nacionales e
imperialistas de que respetarán y promoverán sus intereses. A pesar de cierta
retórica “anticapitalista”, la posición del EZLN de no luchar por acabar con el
Estado actual también necesariamente deja en vigor las relaciones económicas y
sociales opresivas que ese Estado mantiene y defiende. Como veremos, esta
posición intenta presionar al Estado capitalista “desde abajo", pero
también con ciertas alianzas “desde arriba”, a tolerar la existencia de los
proyectos “autónomos o alternativos” y otorgar ciertas reformas dentro del
mortífero sistema actual, sin cambiar fundamentalmente nada en la situación de
la inmensa mayoría de la gente. Así que, ambas posiciones aceptan la
continuación del sistema económico y político existente y solo buscan
cambios en ese contexto.
Por lo tanto, e
independientemente de las intenciones de quienes las propongan, estas
posiciones no van a lograr ningún cambio significativo, porque los horrores
y problemas fundamentales en esta sociedad se deben a la naturaleza y las
dinámicas del sistema capitalista imperialista que reina en el mundo y el
sistema mayormente capitalista, bajo dominación imperialista, que impera en México.
Este sistema puede y necesita ser
derrocado y reemplazado por un nuevo sistema socialista por medio de la
lucha revolucionaria de millones de personas, que logre tumbar el Estado
actual, que lo derrote y lo desmantele. Esta es la condición previa
necesaria para establecer un nuevo Estado revolucionario, completamente
diferente del Estado capitalista, junto con un nuevo sistema económico, nuevas
relaciones políticas y sociales, y nuevas ideas y cultura que corresponden a
eliminar toda forma de explotación y opresión, para finalmente emancipar a la
humanidad en todo el mundo. Esta es la única manera de lograr un cambio
fundamental.
Como señala Bob Avakian,[1] el
arquitecto del nuevo comunismo, “¿Quiere [usted] que la policía deje de matar a
tiros una y otra vez en la calle, que esos asesinos dejen de salir impunes…?
¿Quiere que se detenga eso? Hay que poner un poder estatal diferente. ¿Por qué
queremos el poder estatal? ¿Por qué hablamos de esto tanto? Pues, no queremos
que sigan ocurriendo estas cosas atroces y todo lo que concentran—porque es
totalmente innecesario así como indignante y atroz. ¿Quiere parar la violación,
quiere parar el empobrecimiento y todos los otros horrores en la sociedad y el
mundo de hoy? Hay que tener un conjunto distinto de relaciones de poder que
corresponde a eso, que lo apoya y lo avanza. Hay que tener una cultura e
ideología diferente. No existirán esas cosas sin un nuevo poder estatal—que sí
sería un poder estatal radicalmente diferente, pero al final y al cabo sería un
poder estatal. Es así de básico.”[2]
Carlos Marx, quien desarrolló por
vez primera un entendimiento científico del desarrollo de la sociedad humana,
resumió importantes enseñanzas sobre el problema del Estado. De la experiencia
de las revoluciones burguesas del siglo 19 y de la experiencia de la Comuna de
Paris, la primera revolución proletaria, resumió la necesidad de romper, hacer
añicos la “máquina burocrático-militar” que es el Estado burgués. Enfatizó que
es menester “no hacer pasar de unas manos a otras la máquina
burocrático-militar, como se venía haciendo hasta ahora, sino romperla,
y ésta es justamente la condición previa de toda verdadera revolución popular”.[3]
¿Por qué no podemos apoderarnos
del actual Estado y utilizar ese poder para cambiar la sociedad ni presionar
“desde abajo” a ese Estado para que actúe en los intereses del pueblo?
Por una parte, porque ese Estado
es y ha sido desde sus inicios una dictadura de los grandes capitalistas y
terratenientes sobre las masas populares. Tomemos el ejemplo de las fuerzas
armadas y policía, la columna vertebral de esta dictadura. Entre muchos otros
crímenes, mataron a traición y ahogaron en sangre a Zapata y Villa y sus
ejércitos para establecer este Estado, masacraron a los estudiantes en 1968,
protagonizaron la "guerra sucia" de los años 1970, así como las
matanzas de Acteal, el Charco, Aguas Blancas y tantos más. En años recientes y
en colusión con los narcos, han llevado a cabo una verdadera guerra contra el
pueblo bajo la cínica bandera de “combatir el crimen organizado” con un
sinnúmero de asesinados, desaparecidos y torturados, como en Ayotzinapa,
Nochixtlán, Tlatlaya, Tanhuato y tantos casos más. ¿Es posible que semejantes
instituciones, organizadas, entrenadas e indoctrinadas para ejercer la
violencia reaccionaria contra el pueblo en los intereses de las clases
dominantes, sirvan, al contrario, a defender los intereses populares en contra
de esas clases dominantes? Claro que no. Solo cabe, en las palabras de Marx,
romper semejantes instituciones y crear fuerzas armadas nuevas y
cualitativamente distintas a partir de la misma lucha revolucionaria de la
gente por tumbar este sistema y edificar otro radicalmente diferente y mucho
mejor.
Pero la razón más fundamental es
que el Estado (así como las relaciones sociales, la cultura y las ideas
predominantes, etc.) corresponden y tienen que corresponder a las relaciones económicas
que son la base de la sociedad y ponen el marco para todo lo demás. El
Estado existe para mantener y defender el funcionamiento y la estabilidad del
sistema económico: en este caso, una economía mayormente capitalista, dominada
por el imperialismo, y los intereses de las clases que son los dueños de los
principales medios de producción (la gran burguesía, los imperialistas y los
terratenientes). Por ejemplo, ¿por qué persiste tanta pobreza después de tantas
supuestas campañas contra la pobreza? No es simplemente por el actuar del
Estado y la corrupción de las autoridades, sino por el funcionamiento del
sistema económico mayormente capitalista. En resumidas cuentas, la mayoría es
pobre por la misma razón que los capitalistas son ricos: porque nos explotan.
Si se tratara de implementar políticas y leyes que perjudiquen el funcionamiento
de estas relaciones económicas y la estabilidad de la propiedad y el poder de
estas clases dominantes, el sistema pararía, habría convulsiones y crisis, y se
daría un duro golpe para reimponer y reforzar “la ley y el orden” del
capitalismo. La única alternativa en el mundo real es derrumbar el Estado por
medio de una revolución real, confiscar las propiedades de las clases dominantes
y crear nuevas relaciones socialistas.
Avakian ha ilustrado esto con el
ejemplo de que bajo el capitalismo, no puede existir un “derecho de comer”,
porque la dinámica del capitalismo crea desempleo y pobreza, y si uno no tiene
dinero, no puede adquirir la comida que necesita. Por eso, “algo tan básico
como ‘el derecho de comer’, la gente no tiene ese derecho bajo el capitalismo.
Si se declarara como un derecho y la gente empezara a ejercerlo yendo a los
lugares donde se vende comida como mercancía y diciendo ‘tenemos un derecho más
fundamental que su derecho de distribuir las cosas como mercancías y acumular
capital —tenemos el derecho a comer’— y si la gente empezara a llevarse la
comida, pues sabemos lo que ocurriría y lo que ha ocurrido cuando la gente lo
ha hecho: ‘saqueadores, mátenlos en la calle’.”[4] La
gente no tiene un derecho de comer, y los capitalistas sí tienen el derecho de
solo pagarle un salario cuando haya ganancia para el patrón, y echarla a la
calle cuando le convenga.
Algunos argumentan que cambios
importantes son posibles siguiendo el ejemplo de gobiernos como el de Hugo Chávez
y ahora Maduro en Venezuela, Evo Morales en Bolivia, Lula da Silva en Brasil,
etc. Estos gobiernos socialdemócratas en diferentes medidas han sido
“incómodos” para el imperialismo (sobre todo de EU) y sectores de la gran
burguesía (del sector privado) en esos países. En grado importante, estos
gobiernos se han basado en el desarrollo y la exportación de petróleo y gas
natural, lo que temporalmente proporcionó mayores recursos al Estado que
permitieron extender programas sociales y mejorar temporalmente el nivel de
vida para un sector de los pobres. Pero sigue operando la explotación
capitalista, dentro de y dependiente del sistema capitalista imperialista
mundial, sin ninguna ruptura con este sistema, y por eso no puede
haber ningún cambio fundamental en la sociedad. Como ya se ha visto, vienen
crisis económicas que son endémicas al capitalismo, y en particular la caída de
los precios del petróleo y el gas causó trastornos, desempleo y carestía en
esos países. Depender de combustibles fósiles para el “desarrollo nacional”,
además de profundizar la dependencia de los imperialistas[5]
(para la inversión de capitales, préstamos, tecnología, y mercados) y aumentar
los desequilibrios y el impacto de las crisis económicas, también contribuye a
agravar el calentamiento global que ya está destruyendo ecosistemas y vidas
humanas y llevará a consecuencias catastróficas para la vida en el planeta si
no se reduce drásticamente el uso de estos combustibles. (Y su uso es un elemento
central del programa de AMLO, que veremos en seguida).
Si en serio queremos cambiar el
mundo, sí tenemos que tomar el Poder—pero no el viejo poder de las
clases dominantes actuales. Ese poder hay que hacerlo añicos, para erigir un
nuevo Estado revolucionario, un nuevo sistema económico socialista, y nuevas
relaciones sociales que correspondan a eliminar los horrores y grandes
desigualdades de este sistema. Con esta revolución, será posible luchar
por eliminar la opresión de las mujeres, de los pueblos indígenas, los
afromexicanos, las personas LGBTTI, ir superando las diferencias entre el campo
y la ciudad, entre trabajo intelectual y trabajo manual, y las diferencias de
clase en general, así como apoyar esta misma revolución en otras partes del
mundo. Sin esta revolución, el mismo sistema seguirá destruyendo vidas
humanas y el planeta en que vivimos.
Elecciones
2018: Ni con AMLO habrá ningún cambio fundamental
El bombardeo incesante de los
“spots” de los candidatos y las “noticias” de los medios tratan de hacernos
pensar que no pasa nada más importante en el mundo que la elección
presidencial. Todas las instituciones del sistema te quieren engatusar a votar,
a “participar” en el proceso electoral, para que actúes y pienses solo dentro
de las “opciones” de este sistema; para que no veas la dictadura de las clases
dominantes, disimulada como la “libre expresión” de “la voluntad popular”.
La verdad es que todos los
candidatos y partidos representan a este sistema; contienden para ser el jefe
(o la jefa) de Estado de este sistema capitalista bajo dominación imperialista,
ganando el respaldo de sectores importantes de las clases dominantes. Por eso
vemos a López Obrador, Anaya y Meade, presentándose en todas las reuniones
importantes de asociaciones de grandes empresarios y entrevistándose con los
círculos de los más influyentes—cada uno intentando convencerlos que representa
la mejor “oferta” para defender sus intereses económicos y políticos, que es
más capaz de proporcionar seguridad, estabilidad, eficiencia y “prosperidad” para
este sistema y las clases que reinan.
En su tercera campaña
presidencial, Andrés Manuel López Obrador ha ganado mayor aceptación entre
sectores importantes de las clases dominantes, y los intentos de descalificarlo
en los medios (“protegido de Putin”, el “Maduro de México”, etc.) hasta ahora
han rebotado más contra los calumniadores que afectar a AMLO. El enojo con el
gobierno de Peña Nieto y el PRI, y en menor grado con el PAN (por el gobierno
de Felipe Calderón), es tan amplio y tan profundo que AMLO mantiene una ventaja
considerable en las encuestas a solo 3 meses de la elección. Las investigaciones
de algunos bancos imperialistas conceden que dado el “hartazgo” social, tal vez
la victoria de AMLO sería la mejor opción para contener la indignación
generalizada y mantener la “estabilidad”. Incluso Antonio Solá, el asesor de la
campaña de Calderón en 2006 que inventó la consigna de que AMLO “es un peligro
para México”, declaró que “ya no es un peligro”. Además de los cambios en la
situación política desde 2012, AMLO también ha modificado sus propuestas: por
ejemplo, ahora dice que no va a revertir la reforma energética, sino solo
revisar los contratos y proceder en tribunales en los casos en que detecten
corrupción.
La diferencia con otros
representantes del sistema capitalista-imperialista es que López Obrador
representa un sector de la gran burguesía que quiere modificar un poco la forma
en que opera la economía. Pero al igual que los demás, no hará ningún cambio en
las relaciones básicas de propiedad y poder, de explotación y opresión de la
gran mayoría. Como es sabido, propone menos privatización en el sector
energético, más refinación de petróleo y producción de gasolina en el país, más
programas sociales, más austeridad en el gobierno y menos corrupción (que será
más una consigna que una realidad, a la luz de la corrupción que caracterizó su
gobierno en la Ciudad de México). Por estas diferencias parciales con las
políticas que han predominado en las últimas décadas, despierta inquietudes
entre otros sectores de los grandes capitalistas por un lado y esperanzas de un
cambio importante entre sectores del pueblo, por el otro. Estas ilusiones
falsas serán truncadas si AMLO llega a la presidencia, y vale más deshacerse de
ellas de una vez.
Su campaña hasta ahora ilustra
que un gobierno de AMLO no representaría ninguna ruptura con este sistema, sino
que le serviría lealmente. En primer lugar, está la alianza con el Partido
Encuentro Social, un partido evangelista fundamentalista que se opone al
derecho al aborto, los anticonceptivos, el matrimonio gay y su derecho a
adoptar y otros derechos para las personas LGBTTI.[6]
Este tipo de alianzas con fuerzas abiertamente reaccionarias no son solamente
para tratar de ganar las elecciones sino que también son necesarias para poder
gobernar en esta sociedad. Además, AMLO ha dicho que no hay “diferencias de
fondo” con esta fuerza fundamentalista, legitimando así los ataques y el odio
que este partido azuza hacia las mujeres y las personas de sexualidad
diferente. El mismo AMLO promueve la moralidad de la Biblia, que es patriarcal
hasta la médula, además de que justifica la esclavitud, la matanza de los bebés
de tu enemigo, y todo tipo de horrores.[7] En todo el mundo es notable el crecimiento del
fundamentalismo religioso en estos tiempos de crisis sociales, con el apoyo de
sectores poderosos de las clases dominantes que buscan reforzar la opresión de
las mujeres bajo la autoridad patriarcal, como piedra angular de la “unión” de
la sociedad bajo su dominio. López Obrador también dice que las cuestiones del
derecho al aborto, libertad reproductiva, y los derechos de las personas LGBTTI
deben ser sometidas a “consulta popular”, dándoles apertura a la iglesia
católica, las iglesias evangélicas fundamentalistas y otros reaccionarios a tratar
de suprimir estos mínimos derechos fundamentales recientemente ganados y
reforzar la opresión estructural y los crímenes de odio en contra de las
mujeres y las personas LGBTTI.
La propuesta de gabinete de López
Obrador incluye varios representantes muy directos de la gran burguesía, cuya
presencia asegura a esa clase que sus intereses serán protegidos. El nombramiento
de Víctor Villalobos Arámbula como el Secretario de Agricultura (Sagarpa) es un duro golpe contra los campesinos y la lucha contra el
maíz transgénico. Como funcionario de gobiernos del PRI y del PAN y como
funcionario desde 2010 del organismo agropecuario de la Organización de Estados
Americanos (OEA), Villalobos ha sido perro de ataque para Monsanto y otras
empresas de transgénicos, así como de las grandes empresas de biología sintética
y agronegocios.
AMLO designó a Alfonso Romo como
coordinador de su “proyecto de Nación 2018-2024”, y es el principal operador de
conectar a López Obrador con los grandes capitalistas y los imperialistas, y de
convencerlos a respaldarlo. Romo es un gran empresario nacional que vendió su
empresa de semillas a Monsanto en 2005, quedando al frente y trabajando para
Monsanto por un tiempo. Después invirtió su fortuna en Synthetic Genomics,
empresa trasnacional de biología sintética que, entre otros saqueos, se llevó
microorganismos únicos de aguas nacionales de México.
La presencia de estos dos
representantes de la gran burguesía en su campaña no deja lugar a dudas de que
un gobierno de AMLO promovería los agronegocios y probablemente abriría más la
puerta a los transgénicos, como lo han hecho otros gobiernos supuestamente
progresistas. “En el tema de transgénicos en América Latina, los gobiernos que
más han avanzado su siembra son los de Lula da Silva en Brasil, Kirchner en
Argentina y José “Pepe” Mujica en Uruguay”.[8]
Alfonso Durazo, secretario
particular de Fox en la Presidencia, y también su vocero, fue nombrado para la
Secretaría de Seguridad Pública. Encabeza el “Consejo Asesor para Garantizar la
Paz”, encargado de elaborar la propuesta de seguridad de López Obrador, con la
participación de Manuel Fastlicht, empresario de la gran burguesía, suegro del
presidente de Televisa, Emilio Azcárraga Jean, y Alejandro Gertz Manero,
secretario de Seguridad Pública en el gobierno de Fox.
Al frente de la Secretaría de
Educación Pública estaría Esteban Moctezuma Barrágan, secretario de Gobernación
bajo Zedillo, responsable infame de lanzar una ofensiva militar contra el EZLN
en época de negociación con el gobierno federal en 1995, y actualmente
presidente de Fundación Azteca.
Como secretario de Turismo se
propone a Miguel Torruco Márquez, empresario turístico, secretario de Turismo
para CDMX bajo Mancera, y consuegro de Carlos Slim.
Todos estos nombramientos indican
que un gobierno de Andrés Manuel López Obrador representará a las mismas clases
dominantes y el mismo sistema capitalista imperialista, pese a los cambios
limitados que podría implementar. Si algunos seguidores de Morena se sienten
traicionados por estas decisiones, es importante que aprendan que no es que
AMLO cambió, que acaba de “traicionar” lo que antes representaba, sino que
ellos se habían dejado engañar por las frases melosas y promesas de AMLO,
porque no distinguieron que el contenido detrás de estas declaraciones
corresponde a los intereses de la gran burguesía y los imperialistas, a la
continuación del mismo sistema.
Un buen ejemplo de las frases
engañosas de López Obrador es la justificación para su promesa de “borrón y
cuenta nueva” para Peña Nieto y su gobierno en general. El objetivo es de
tranquilizar a los que han sido sus adversarios en las clases dominantes que
habrá continuidad sin rupturas para el sistema. A la vez es un intento de
pactar con los que han cometido grandes crímenes contra el pueblo, no solo para
que lo dejen ganar la elección, sino también para poder gobernar. AMLO está
absolviendo no solo la corrupción en gran escala, sino también crímenes de
sangre como Ayotzinapa, Nochixtlán, Tlatlaya, Tanhuato e incontables crímenes más
de las fuerzas del Estado; promete impunidad absoluta para estos asesinos y sus
jefes en el Poder. Luego trata de disimular esta complicidad de no procesarlos,
con la justificación de que “no es mi fuerte la venganza” y “no odio a nadie”.
En realidad es un vil arreglo, para el bien del sistema. Juzgar a Peña Nieto
por sus crímenes no sería venganza, sería justicia.
Además de prometer impunidad para
los atroces crímenes del actual gobierno y de incorporar a empresarios y
políticos reaccionarios reconocidos en su propuesta de gabinete, López Obrador
ha dado la bienvenida a Morena a todo tipo de políticos burgueses asquerosos
del PRI, PAN, y PRD. Todos estos tratos y cambalacheo de AMLO y Morena con los
otros partidos electorales, grandes empresarios e influyentes en general son el
pan de cada día de la política burguesa, tanto para ganar las elecciones como
para gobernar en el sistema actual.
AMLO, Jefe de Gobierno del DF, buen servidor del sistema
Si se examina el gobierno de AMLO
en el Distrito Federal de 2000-2005, abundan las evidencias de que sirvió a las
necesidades del sistema y el gran capital, y no cambió nada fundamental para
los oprimidos.
En su campaña
ahora, AMLO dice repetidas veces que no utilizará las fuerzas armadas y la
policía para reprimir al pueblo. Sin embargo, bajo su gobierno y la política de
“Cero Tolerancia” que adoptó, la policía reprimió vez tras vez, como lo hacen
las fuerzas del Estado en toda sociedad basada en la explotación. Para mencionar
solo algunos ejemplos:
- El 14 de noviembre de 2001, 150 granaderos atacaron
salvajemente a una marcha de campesinos y otros de San Salvador Atenco
(solo uno de varios ataques que sufrieron bajo ese gobierno).
- El 1° de septiembre de 2003, la policía paró
autobuses de normalistas en camino a una protesta en contra del cierre de
otra normal, los agredieron brutalmente y detuvieron a 108 alumnos.
- La policía capitalina reprimió dos veces a
manifestantes contra la guerra imperialista contra Irak: el 22 de marzo de
2003 atacaron a manifestantes en la embajada yanqui, y de nuevo en la multitudinaria
manifestación del 12 de abril golpearon a mujeres y hombres por igual, y
secuestraron a por lo menos 27 manifestantes, los golpearon, les robaron
sus pertenencias y después los soltaron en varios puntos de la ciudad. Los
policías dijeron a la gente que “tenemos la orden de arriba de
chingarlos”.
- El 23 de enero de 2003, Nadia
Ernestina Zepeda Molina, estudiante del CCH Oriente de 18 años, fue
detenida al azar por 30 policías encapuchados del Grupo Sagitario; la
golpearon salvajemente, abusaron de ella sexualmente, la obligaron a hacer
sentadillas desnuda, y le sembraron 300 gramos de cocaína. El gobierno de
AMLO protegió a los policías y Nadia fue sentenciada a 5 años en prisión.
Por la movilización popular, finalmente fue liberada, pero el crimen quedó
impune. Nadia denunció que en la
prisión conoció a otras 10 mujeres que sufrieron lo mismo a manos de este
grupo policíaco.
AMLO promete que al llegar a la
presidencia pondrá fin a la impunidad. Sin embargo, fue precisamente la
impunidad que caracterizó el actuar de su procuraduría al encubrir los
asesinatos políticos de Digna Ochoa y Pavel González. Desecharon todas las
evidencias de asesinato, declararon que eran “suicidios” y decretaron la “no
acción penal”. Digna Ochoa fue una valiente abogada defensora de campesinos
ecologistas de Guerrero (y otros casos de represión política), que había
sufrido otros atentados anteriores contra su vida. Los más probables verdugos
de Digna serían matones del cacique ganadero, narco y talamontes, Rogaciano
Alba, a instancias del ejército, o asesinos del mismo cuerpo armado, porque
Digna fue la primera abogada que logró interrogar a elementos del ejército en
un juicio civil, hecho que suscitó la ira castrense. Pavel González fue
activista y estudiante de la UNAM, cuyo cuerpo fue colgado de una cruz en el
Ajusco, con huellas de tortura provocadas antes de su muerte. Aunque el primer
médico forense que examinó su cuerpo rehusó acatar las “órdenes de arriba” de
calificar de “suicidio” su muerte, así lo decretaron las autoridades
capitalinas de AMLO. Había sido amenazado de muerte previamente por “porros” de
ultraderecha y el Yunque.
¿Por qué los gobiernos
capitalistas, incluido el gobierno de AMLO, casi siempre encubren los asesinatos
políticos cometidos por fuerzas del Estado y otros reaccionarios? Porque el
sistema capitalista necesita aterrorizar a los oprimidos y a los opositores
para mantener el “orden”. Los asesinos están siguiendo órdenes para este
propósito, y por eso son protegidos. Es hipocresía y complicidad si uno
denuncia este tipo de crímenes contra el pueblo cuando los cometen los
gobiernos del PAN y del PRI, y se calla cuando los comete un gobierno de AMLO.
Sus partidarios argumentan que
AMLO aumentó los programas sociales, que es cierto—y también es cierto, como él
mismo reconoce, que los otros partidos de la gran burguesía imitan varios de
esos programas. En realidad, la represión y los programas sociales son, a fin
de cuentas, dos caras de la misma moneda: son dos formas utilizadas por los
gobernantes provenientes de todos los partidos políticos burgueses para tratar
de mantener el control sobre la mayoría explotada y oprimida en este sistema
dominado por un puñado de grandes empresarios extranjeros y nacionales. AMLO
dejó ver esto en el No. 19 de sus Compromisos asumidos con los grandes
empresarios: “Se combatirá la pobreza por razones humanitarias y para evitar
la frustración y los estallidos de odio y resentimiento”.[9]
Entre políticos de este sistema, el “combate a la pobreza” es tan eterno como
la pobreza misma, y se reduce en los hechos a ciertas migajas, ciertos
programas sociales que tienen precisamente la finalidad de “evitar la
frustración y los estallidos de odio y resentimiento” por parte de los pobres,
que son pobres por la misma razón que los grandes empresarios son mega-ricos:
porque los explotan. Los programas sociales y la represión son, en fin, “la
zanahoria y el garrote” que se utilizan para defender el actual sistema de grandes
desigualdades e injusticias.
El gobierno
capitalino de AMLO favoreció mucho a los grandes capitalistas imperialistas y
nacionales, a pesar de su retórica en ese tiempo de “primero los pobres”. Como
enfatiza el grupo empresarial “Despierta México” al refrendar ahora su apoyo a
su candidatura a la presidencia, “Andrés Manuel López Obrador… convirtió al
Distrito Federal en líder de inversión extranjera directa...”[10] Y
así fue: “... en el año 2006, 41.2% de las sociedades con participación
extranjera registradas en el país se encontraban en el Distrito Federal... En
este sentido los países con mayor inversión en el Distrito Federal en ese año
fueron Estados Unidos (62.4%), España (16.7%) y Holanda (7.31%)”.[11]
Un ejemplo de lo que
AMLO llama “estímulos para la inversión privada” extranjera y nacional fue “el
otorgamiento de descuentos de entre 25 y 100 por ciento en el pago de impuestos
sobre nómina, predial, adquisición de inmuebles y derechos de inscripción en el
Registro Público de la Propiedad”.[12] La
tan cacareada “Renovación del Centro Histórico” se hizo a base de crear condiciones
para hacer atractivo al gran capital ese espacio de la ciudad. Esta
“renovación” significó ventajas y jugosas ganancias para grandes negocios como
CICSA de Carlos Slim y los hoteles Sheraton, mientras los vendedores
ambulantes, franeleros, pequeños negocios y otros “indeseables” fueron
expulsados y reprimidos.
Respondiendo a los
intereses de las constructoras y otras empresas interesadas, y con la
justificación de siempre de "atraer más inversión”, Andrés Manuel López
Obrador dio el banderazo al actual boom inmobiliario al emitir el bando 2 que
permitía construir edificios en "cuatro demarcaciones con la idea de hacer
crecer la ciudad de manera vertical" (Proceso, No 2134). Luego se amplió
esto a toda la ciudad bajo otros gobiernos de supuesta “izquierda” de Marcelo
Ebrard y Miguel Ángel Mancera.
La incesante
competencia capitalista entre las constructoras en la Ciudad de México las ha
llevado a construir edificios cada vez más altos, por el alto precio de la
tierra. (La tierra se encarece debido a la sobrecentralización del aparato
productivo y la población característica del desarrollo capitalista.) Tanto los
gobiernos como las empresas hacen caso omiso del suelo comprobadamente movediza
de la zona lacustre, porque las dinámicas del capitalismo no permiten tomar en
cuenta ni la naturaleza ni el bienestar del pueblo. No entran en los cálculos
de ganancias y crecimiento; lo que manda son las necesidades de la acumulación
capitalista.
Todo eso puso el
escenario para una tragedia mucho mayor en el sismo del 19 de septiembre de
2017. Fueron principalmente los edificios altos, varios incluso de construcción
reciente, que se desplomaron, provocando cientos de muertes en la Ciudad de
México y otros estados del centro del país. Desde el punto de vista de los
intereses del pueblo, es una locura “hacer crecer de manera vertical” una
ciudad en una zona sísmica; pero desde el punto de vista de las clases
dominantes y el funcionamiento del sistema capitalista, es completamente
“racional”. Para colmo, varios de estos edificios se han construido con
materiales de ínfima calidad, rindiendo mayores ganancias para las
constructoras pero viviendas y lugares de trabajo mucho más peligrosas para la
gente.
El gobierno de López Obrador en
el Distrito Federal fue el gobierno de un representante político de las clases
dominantes que cumplió con los requisitos para semejante gobierno: crear
condiciones propicias para la acumulación del gran capital y mantener a las
masas bajo el dominio del sistema mayormente capitalista por medio de una
combinación de represión y programas sociales. No tiene nada de sorprendente:
la misma dinámica de la economía capitalista y la estructura y naturaleza del
Estado que la defiende y promueve exigen que sea así, esté quien esté al mando
de ese aparato.
Las elecciones bajo este sistema son una trampa
Las elecciones son como un juego
de naipes con la baraja arreglada. Si le entras no puedes ganar, porque las
clases dominantes controlan todo el proceso. Como hemos señalado, el Estado
tiene que servir a la base económica de
la sociedad y tiene que proteger al sistema político y las relaciones sociales
e ideas que corresponden a las relaciones económicas (o el modo de producción),
para que el sistema funcione y no se deshaga la sociedad. Por eso las clases
dominantes controlan todo el proceso de elegir al jefe de Estado y los demás
representantes políticos del sistema.
¿Quiénes eligen a los candidatos?
Personas y grupos que tienen poder y mucho dinero y juegan un papel importante
en el sistema. Ellos deciden respaldar a unos y oponerse a otros. Enormes cantidades
de dinero para publicidad (y compra de votos) fluyen a los “escogidos”. Esto lo
admitió Alfonso Romo, mano derecha de López Obrador, en una reunión de
ejecutivos de empresas, diplomáticos y académicos convocada por el Consejo
Mexicano de Asuntos Internacionales (Comexi). Hablando de la victoria del PRI
en 2012, dijo “Y miren dónde estamos. Y pregunto: ¿Eso no es culpa también del
sector privado? ¿Quiénes fuimos los que lo pusimos (a Peña Nieto)?” (Proceso
No. 2156, p. 23, negrillas nuestras.).
Los principales medios (que son
aparatos de propaganda de las clases dominantes), presentan de manera positiva
a uno y negativa a otro, difunden unos escándalos y callan otros, y a menudo
las instituciones del Estado intervienen directamente para descalificar a uno y
apuntalar a otro (como el intento de desaforar a AMLO en 2006 o la amenaza de
investigar a Anaya por corrupción ahora). Además, las instituciones que
organizan las elecciones y los tribunales que las certifican son parte del
aparato del Estado, que tiene el propósito de mantener al sistema y el
monopolio de poder de las clases dominantes.
Si resulta que en ciertas circunstancias las elecciones
salen del carril y llega al poder un jefe (o jefa) de Estado que tome medidas
que no son aceptables para los sectores predominantes de las clases dominantes
(y en los países oprimidos como México, sobre todo para los imperialistas de
EU), lanzan ataques económicos y políticos para aislar y socavarlo, y a menudo
recurren a las FFAA para sacarlo. ¡Fíjense como estos “caballeros andantes” de
la democracia no tienen inconveniente alguno de organizar golpes de Estado para
quitar a gobiernos “debidamente elegidos”, si plantean obstáculos a los
intereses imperialistas! Así quitaron a Allende en Chile, a Arbenz en
Guatemala, a Mossadegh en Irán, a Sukarno en Indonesia, e intentan hacerlo
ahora con Maduro en Venezuela, aunque ninguno en realidad planteó salir del
actual sistema capitalista-imperialista mundial. Hace poco, el (entonces)
secretario de Estado de EU, Tillerson, desde México llamó a un golpe militar en
Venezuela para quitar a Maduro, en nombre de “restaurar la democracia”, o sea,
para restaurar una forma de dictadura burguesa más de su gusto.
Las elecciones no
determinan las decisiones básicas del gobierno, ni el rumbo de la sociedad
La
propaganda y los debates electorales centran en ligerezas y promesas huecas,
mientras evaden todo análisis de las cuestiones esenciales. ¿Cuándo se ha visto
un debate electoral de la sistemática y brutal opresión estructural de los
pueblos indígenas, o de las mujeres? ¿De
los asesinatos de los jóvenes y la ausencia de futuro alentador alguno para
ellos? ¿Qué tal un debate sobre la dominación imperialista del país y el mundo
y el papel del Estado mexicano como perro de ataque para esta dominación, sobre
todo de Estados Unidos, cazando a los inmigrantes centroamericanos, o asediando
gobiernos incómodos para EU? ¿El calentamiento global y la destrucción del
medio ambiente? ¿La sistemática tortura, detención arbitraria, desaparición
forzada y asesinato ejercido por la policía y las FFAA? ¿La colusión profunda
del Estado mexicano, y de Estados Unidos, con el crimen organizado? Nunca.
Pero insisten, “Tú puedes decidir el país que tu quieras”. No, solo puedes
escoger entre candidatos que representan mantener todo esto.
Además, las elecciones no determinan lo que
vaya a hacer el gobierno. Veamos:
- 2000—Se votó por una prometida “transición democrática”,
y no hubo tal cosa. El gobierno de Fox, prometió respetar la “libertad de
expresión” y “resolver la situación” con el EZLN “en quince minutos”, pero
arrancó con la brutal represión de manifestantes contra el Foro Económico Mundial
en Cancún y el rechazo por el Congreso de la Ley COCOPA, con la que el
EZLN esperaba que se legalizaran los municipios autónomos. Solo cambió
cuál partido mandaba, oprimía y robaba desde el Poder.
- 2006—La campaña de Calderón prometía “manos limpias”
y ser “el presidente del empleo”. Nada de esto pasó. Siguió la corrupción
y la crisis capitalista mundial de 2008-2009 llevó a mayor desempleo. El
"cambio" más importante del sexenio, la “guerra contra el crimen
organizado”, (en realidad, contra el pueblo), el “cambio”, nunca se
mencionó en la campaña presidencial. Fue decidido por los representantes
políticos de las clases dominantes de EU y México, y lanzado por Calderón
tan pronto como tomara posesión. Se intensificó la militarización del país
y fueron asesinados más de 100 mil personas bajo su gobierno,
principalmente jóvenes.
- 2012—El voto por el PRI (aparte de los votos comprados) fue en parte importante por la ilusión falsa de que pactaría con los narcos y así bajaría la violencia reaccionaria. En realidad continuó con la funesta política ya decidida por las clases dominantes, y los asesinatos y desapariciones han superado por miles incluso al sexenio anterior—con 46 mil en 2017, el año más mortífero en la historia.
Las decisiones importantes no se
toman por medio de elecciones. Las toma el jefe de Estado, en consulta con
otros notables de las clases dominantes, y en particular bajo la presión del
gobierno de EU, de acuerdo con las necesidades del sistema y las políticas que
consideran mejores para mantener y fortalecerlo.
Las elecciones sirven para legitimar el sistema
Las elecciones son el principal
mecanismo para legitimar al sistema y el Estado que lo representa. Nos jalan a
participar en un proceso en que todas las opciones representan el mismo sistema
y el mismo monopolio de poder político de parte de los capitalistas,
imperialistas y terratenientes. Si te dejas engañar que así puedes cambiar las
cosas, en realidad solo estás contribuyendo a prolongar y validar la continuidad
del mismo infierno. Piensa en todas
las maneras en que tratan de hacernos participar en su circo electoral. “Tú
puedes decidir el gobierno que quieras”; “Si te importa tu país, tienes que
votar”; “Si no participas, no puedes quejarte”;
O si votaste por el que quedó, tampoco puedes quejarte, porque “tú lo elegiste”.
Además de la masiva propaganda que intenta engañar a la gente, se obliga a
votar a muchas personas, (entre el más
de 25% de la población que está inscrita en programas gubernamentales), so pena
de perder los reducidos fondos o servicios que reciben.
¿Por qué les importa tanto que
participemos en las elecciones? Porque así nos entrenan a pensar dentro de los
límites de este sistema y nos involucran en un proceso que les da un sello
de aprobación a todas las injusticias y atrocidades que cometen. Nos dicen,
“Esta persona al frente del Estado representa la voluntad del pueblo, y lo que
hace es lo que quiere la mayoría.”
Las elecciones disfrazan de un
gobierno “elegido por la voluntad popular”, lo que en realidad es una dictadura
de estas clases dominantes. Gane quien gane la presidencia, actuará de acuerdo
con el funcionamiento y las dinámicas del sistema capitalista-imperialista, y
seguirán todos los horrores innecesarios e inadmisibles que conlleva.
“Cambiar
el mundo, sin tomar el poder” no desmontará el capitalismo ni cambiará el mundo
A diferencia de los que buscan
puestos en el Estado actual, como ya señalamos, la dirigencia del Ejército
Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) y otros sostienen no tomar el Poder
sino organizar “desde abajo” proyectos autónomos o alternativos para lograr el
“buen gobierno” y ciertas reformas económicas y políticas. Afirman o sugieren
que agregando más y más localidades autónomas, se podrá lograr el cambio que se
necesita, sin derrotar las fuerzas del
actual Estado y barrer con el sistema capitalista. Ya que no plantean tumbar el
Estado reaccionario actual, sus esfuerzos se encaminan a presionar al Estado a
aceptar la existencia de los proyectos “autónomos y alternativos” y otorgar
ciertas reformas dentro del mortífero sistema actual. Desde hace más de una década,
el EZLN se declara “anticapitalista”, pero nunca plantean otro modo de
producción que reemplazaría el capitalismo; a la vez, siguen afirmando que el
problema es el “mal gobierno” y la solución es un “buen gobierno”, que tratan
de crear dentro del mismo sistema, “desde abajo”, con las Juntas de Buen
Gobierno (JBG) y municipios autónomos, pero también “desde arriba”, como veremos
a continuación. Mientras AMLO, como hemos mencionado, es un representante
político de un ala de las clases dominantes, el EZLN y otros partidarios de no
tomar el poder sostienen una posición intermedia representativa de las clases
medias: critican y denuncian el “mal gobierno” pero tampoco están a favor de ir
al 'extremo’ de luchar por tumbarlo.
A fin de cuentas, comparten con
los partidarios de ocupar puestos en el Estado actual la meta esencial de
tratar de "democratizar" y reformar el Estado burgués y el sistema
mayormente capitalista en el país que ese Estado defiende y protege. De hecho,
desde el principio el EZLN ha reivindicado las consignas históricas de la
revolución burguesa del siglo 18 de "Democracia, libertad y justicia",
y las siguen proclamando hoy en día.
Como comenta Engels, “Los grandes
hombres que en Francia ilustraron las cabezas para la revolución que había de
desencadenarse, adoptaron ya una actitud resueltamente revolucionaria... Sólo
ahora había apuntado la aurora, el reino de la razón; en adelante, la
superstición, la injusticia, el privilegio y la opresión serían desplazados por
la verdad eterna, por la eterna justicia, por la igualdad basada en la
naturaleza y por los derechos inalienables del hombre.
“Hoy sabemos ya que ese reino de
la razón no era más que el reino idealizado de la burguesía, que la justicia
eterna vino a tomar cuerpo en la justicia burguesa; que la igualdad se redujo a
la igualdad burguesa ante la ley; que como uno de los derechos más esenciales
del hombre se proclamó la propiedad burguesa; y que el Estado de la razón, el
‘contrato social’ de Rousseau pisó y solamente podía pisar el terreno de la
realidad convertida en república democrática burguesa. Los grandes pensadores
del siglo XVIII, como todos sus predecesores, no podían romper las fronteras que
su propia época les trazaba”.[13]
Los que buscan democratizar y
reformar el sistema capitalista ya en pleno siglo 21, tampoco logran romper las
fronteras del pensamiento de hace tres siglos. No importa que nunca, en
ninguna parte, ningún Estado capitalista por democrático que sea haya dejado de
reprimir y matar al pueblo, defender y fortalecer la opresión de las mujeres y
las nacionalidades oprimidas. No importa que el sistema capitalista-imperialista
actual, además de la explotación, pobreza, miseria y guerras reaccionarias que
SIEMPRE lo han caracterizado, haya llevado a la humanidad al precipicio incluso
de su posible extinción, ya sea por el rampante calentamiento global y
destrucción del medio ambiente, ya sea por la guerra nuclear. ¡No! ¡Habrá que
seguir tratando de reformar el sistema capitalista a que cumpla con sus
promesas democráticas, aunque tres siglos de intentar precisamente eso han
acabado siempre en fracaso!
Como señala Bob Avakian, “En un mundo de profundas divisiones
de clase y grandes desigualdades sociales, hablar de la 'democracia’ sin
señalar su carácter de clase y a qué clase beneficia no tiene sentido o
tiene implicaciones peores. Mientras exista la sociedad dividida en clases no
puede haber ‘democracia para todos’: dominará una clase u otra, y la clase que
gobierna defenderá y promoverá el tipo de democracia que concuerde con sus intereses
y metas. Por eso, debemos preguntar: ¿qué clase dominará y si su
gobierno, y sistema de democracia, sirve para continuar las divisiones
de clase, y las relaciones de explotación, opresión y desigualdad que corresponden
a estas, o lleva a abolirlas?”[14]
La “democracia” sobre la base de relaciones capitalistas,
por muy democráticas que sean las formas, siempre será democracia burguesa, democracia cuando mucho para
las clases dominantes para gobernar, oprimir y suprimir a los obreros,
campesinos y clases medias, como ocurre, no solo en México sino también en las
repúblicas capitalistas más "democráticas". La liberación del pueblo nunca
se logrará por medio de intentos de reformar y democratizar el Estado actual
sino por medio de romper, hacer añicos ese viejo Estado y establecer un nuevo
Estado proletario, a partir de la lucha revolucionaria de las masas encabezada
por un partido comunista revolucionario, para emancipar a las masas antes oprimidas
y servir al avance de la revolución mundial, así como suprimir los intentos de
restauración capitalista.
Es más, proclamar el “anticapitalismo” cuando en realidad
se está luchando por reformar y no acabar con el capitalismo es una farsa y un
engaño. El único “anticapitalismo” consecuente es la lucha por abolir todas las
relaciones económicas capitalistas. Esa lucha también requiere
luchar por superar la división de la sociedad en clases, así como todas las
relaciones sociales correspondientes (tales como la opresión de las mujeres,
las naciones y pueblos oprimidos, la división entre el trabajo intelectual y manual,
etc.), así como las ideas correspondientes (chovinismo masculino y nacional, el
"yo primero", etc.). Marx demostró científicamente, y la experiencia
desde su época ha confirmado, que la única vía para lograr eso es la revolución
comunista que lleva a establecer el socialismo como transición, junto con el
avance de la revolución mundial, hasta llegar al comunismo, la sociedad sin
clases ni explotación ni opresión de ningún tipo en el mundo entero.
Aunque esa lucha sí es difícil, particularmente en la
coyuntura mundial actual, es con esta vara que hay que juzgar al EZLN y toda
fuerza política, porque, francamente, la única manera de escapar de los
horrores del mundo capitalista-imperialista es poniéndole fin al capitalismo imperialismo
con la meta de un mundo comunista y la emancipación de toda la humanidad.
Un problema fundamental con la
posición del EZLN y otros que proponen luchar por un cambio sin tomar el Poder,
es que deja intacto el actual Estado criminal, y por eso no puede llevar a
parar los horrores que el sistema arroja; no puede liberar a los pueblos
indígenas y al pueblo en general, no puede liberar a las mujeres, no puede
eliminar la pobreza de la mayoría, no puede parar la destrucción del medio
ambiente, ni lograr un cambio fundamental para la humanidad. Solo lleva a
prolongar el sistema mayormente capitalista en el país y el sistema capitalista
imperialista en el mundo, con todo el sufrimiento innecesario que conlleva, a
cambio de lograr, cuando mucho, algunas mejoras limitadas para un grupo
reducido de personas.
El problema no son los proyectos
autónomos en sí, sino la idea de que de alguna forma su proliferación va a
llevar a un cambio fundamental sin la necesidad de tumbar al Estado
reaccionario, confiscar la propiedad de las clases dominantes y establecer el socialismo
como transición al comunismo.
Los proyectos de autogobierno del
EZLN, otros municipios autónomos como Cherán en Michoacán, las policías o
guardias comunitarias en Ostula, Michoacán y en la región de la Montaña de
Guerrero, entre otros, han surgido de la resistencia justa de los pueblos
indígenas y campesinos, de la necesidad de defenderse de los ataques del
sistema para no perecer. Han recuperado algunas tierras y limitado la tala de
algunos bosques; han logrado resistir y parar (o posponer) algunos proyectos
del gran capital que despojan a las comunidades y destruyen el medio ambiente,
defenderse en alguna medida del crimen organizado y las fuerzas del Estado, y
no dejarse aplastar por la guerra de exterminio que el capitalismo imperialismo
está librando contra los pueblos originarios. Estas luchas son valerosas y
dejan lecciones importantes, y en la medida que sigan en lucha contra los
estragos y las injusticias de este sistema, deben ser apoyadas por todos los
que odian la opresión y quieren un cambio radical.
Sin embargo, arrancar cierta
autonomía a nivel local dentro de este sistema no es una solución. El sistema
mayormente capitalista no va a desaparecer frente a proyectos de autogobierno.
Tampoco va a dejar de embestir a los pueblos indígenas. Seguirá matando y
destruyendo, hasta que sea tumbado.
Toda autonomía que afecte los
intereses del sistema y las clases dominantes será atacada por ellos, y el
asedio no termina hasta que o bien logran trastocarla y acoplarla a sus
necesidades o bien la destruyen por la fuerza. Los municipios y policías
autónomos han sufrido asesinatos, encarcelamientos, y hostigamiento continuo de
parte de las fuerzas del Estado y sus paramilitares. Por ejemplo, en Ostula,
Michoacán, en 2010 y 2011, asesinaron a un promedio de un comunero cada 15
días, echando mano del crimen organizado en colusión con el Estado.
Está muy bien organizar la
autodefensa y autogobierno donde hay condiciones para hacerlo como parte de
resistir al sistema, pero no debemos engañarnos a pensar que sea posible
extender el “autogobierno” por todo el país hasta hacer caer el Estado y desaparecer
el sistema de explotación capitalista. Los capitalistas, imperialistas y
grandes terratenientes no renunciarán a sus propiedades y su poder
pacíficamente, y el Estado, que es su aparato de represión, no se
reformará para ponerse al lado del pueblo.
Además del asedio militar, los
municipios autónomos son “bombardeados” económica y políticamente por el
sistema que los tiene cercados. Son muy limitados los cambios que pueden implementarse
cuando el sistema capitalista sigue dominando todo el país: los principales
medios de producción siguen en manos de los capitalistas y siguen explotando y
destruyendo; siguen dominando a todos con su monopolio de poder político y
militar; y siguen predominando las relaciones opresivas y la ideología capitalista
en la sociedad en general. En estas condiciones, los proyectos autónomos solo
pueden abarcar unos sectores muy reducidos del pueblo. En el intento de
mantenerse de pie en el mar de explotación capitalista en que existen,
enfrentan la coacción del Estado para colaborar de alguna manera, y de no
“pasarse de la raya” para combatir el sistema.
Por eso, centrar en mantener un
“autogobierno” dentro de los confines del actual sistema entra en contradicción
con denunciar y luchar consecuentemente contra todos los crímenes del sistema y
sobre todo con luchar por una revolución que es lo único que puede poner fin a
todos estos crímenes. ¿Por qué? Porque si se lucha consecuentemente contra el
sistema, el sistema vendrá para tratar de arrasar con la limitada autonomía que
por un tiempo haya tolerado.
Un ejemplo de esto es lo que hizo
el EZLN en febrero de 2001, cuando estaban en su marcha a la ciudad de México
para que la Ley Cocopa se aprobara en el Congreso. Al mismo tiempo, hubo una
muy brutal represión ordenada por el Estado Mayor Presidencial a los
manifestantes contra el Foro Económico Mundial y la globalización imperialista
en Cancún. El EZLN no dijo ni una sola palabra en contra de esa represión,
aunque hacían pronunciamientos públicos todos los días cuando se dio. Guardar
silencio ante este crimen correspondía a no molestar a Fox, que introducía la
Ley Cocopa para su aprobación, ni a los congresistas a quienes llamó el EZLN en
su quinta Declaración ‘a que legislen en beneficio de todos los mexicanos. A
que manden obedeciendo…’, por medio de aprobar la Ley Cocopa”. Como decía
Miroslava Breach, (periodista asesinada en 2017 por denunciar la colusión de
autoridades políticas con el crimen organizado), “el silencio es
complicidad”. Además, llamar al Congreso de la Unión a “mandar obedeciendo”
es un ejemplo de intentar reformar el actual Estado, y negarse a reconocer que
de hecho los diputados y senadores sí “mandan obedeciendo”, pero a las
clases dominantes.
Desde poco después del
levantamiento de 1994, ha existido un acuerdo, por lo menos tácito, en que el
Estado tolera su existencia y sus Juntas de Buen Gobierno, sin reconocerlos
oficialmente, a cambio de que el EZLN se limita a la “lucha civil y pacífica”.
Esto no quiere decir que el Estado no siga hostigando. El Estado ha seguido
atacando en varias formas, dando más dádivas a comunidades a su alrededor;
armando, entrenando y azuzando a los paramilitares a atacar y asesinar a
zapatistas, y en otras formas. Por otra parte, el EZLN colabora con el Estado
reaccionario en asuntos como organizar elecciones, reportar o entregar
“criminales” a las autoridades, entregar a “polleros” de migrantes (que el EZLN
clasifica como un “crimen contra la humanidad”) después de una advertencia, por
ejemplo.[15]
Como es sabido, en 2016 el EZLN propuso y convenció al
Congreso Nacional Indígena (CNI) a participar en la elección presidencial de
2018, con una mujer indígena como candidata independiente. Declararon que el
objetivo no era ganar la elección y “subir al poder”, sino generar “un proceso
de reorganización combativa no sólo de los pueblos originarios, también de
obreros, campesinos, empleados, colonos, maestros, estudiantes, en fin, de toda
esa gente cuyo silencio e inmovilidad no es sinónimo de apatía, sino de ausencia
de convocatoria […], podría generarse un movimiento donde confluyeran todos los
abajos, un gran movimiento que cimbrara el sistema político entero.”[16]
¿Por qué convocar a “todos los abajos” para recolectar
firmas para el Instituto Nacional Electoral (INE) y participar en las
elecciones, en vez de organizarse para denunciar y resistir las atrocidades que
comete este sistema, de manera independiente de y en contra del proceso
electoral? ¿Por qué apuntar a “cimbrar el sistema político entero”, en vez de
desenmascarar y resistir el sistema capitalista entero (económico y
político), con lucha independiente de las instituciones del sistema, lucha que
contribuya a forjar la conciencia, organización, combatividad y dirección
necesarias tanto para fortalecer la resistencia independiente como para preparar
lo que hace falta para hacer una revolución real?
Intentar poner una candidata independiente en la boleta y
participar en la elección presidencial implicaba, por una parte, dar un claro
mensaje a las clases dominantes de que el EZLN sigue comprometido con quedar
dentro de las reglas del juego del sistema para la “lucha política”. Por eso,
las clases dominantes le dieron la bienvenida a su campaña. Fue muy notable
como los políticos (excepto AMLO y Morena) la alabaron, los medios burgueses le
dieron publicidad favorable, la Marina acudió muy rápidamente para atender a
los heridos del accidente automovilístico en Baja California y Peña Nieto
expresó sus condolencias de una vez por la muerte de la activista joven. Por otra
parte, este intento de campaña electoral jaló a personas que ya veían con asco
las elecciones burguesas a regresar a participar en el proceso electoral, o a
sacar su credencial de elector y entrarle por vez primera, contribuyendo así a
darle más legitimidad a este circo.[17]
María de Jesús Patricio Martínez, la candidata
independiente a la presidencia, elegida para representar al Concejo Indígena de
Gobierno, explicó que “Es una propuesta que estamos llevando a cabo, de
gobernar diferente y que el pueblo organizado sea al que obedezca ese gobierno.
Solamente si nos organizamos lo podemos sacar, si no, no; nos van a seguir
destruyendo, nos van a seguir dispersando, y nos van a seguir imponiendo esos
proyectos de muerte que es lo que han traído a nuestros pueblos… Era necesario
participar en esta fiesta de los ricos, pero no para llegar y hacernos como
ellos, sino demostrarles que los pueblos indígenas queremos seguir viviendo y
queremos que nos respeten, y queremos que no se sigan metiendo en nuestros territorios
para dañarnos, para exterminarnos”.[18]
Es necesario organizarnos y
resistir, pero es una ilusión falsa creer que si simplemente estamos
organizados podemos impedir que sigan “imponiendo esos proyectos de muerte”,
entre muchos otros crímenes, o hacer que los “ricos… nos respeten”. La competencia
entre los mismos capitalistas los obliga a seguir expandiendo sus negocios y
proyectos, so pena de ser derrotados en la competencia entre unos y otros e ir
a la bancarrota. La lucha organizada de la gente puede arrancar, a veces,
ciertas concesiones del enemigo de clase. Por ejemplo, la defensa física no
violenta de Atenco logró un amplio apoyo social y logró detener por el momento
el proyecto del aeropuerto, que fue una victoria importante. Pero las fuerzas
combinadas de los tres niveles del Estado (con el PAN en la presidencia, Peña
Nieto del PRI como gobernador, y el PRD, en que todavía militaba AMLO, a nivel
municipal) no tardaron mucho en tomar su venganza matando a dos personas y violando
a dos docenas de mujeres. Y ahora vuelven con un nuevo proyecto de aeropuerto.
Además, aunque se pare temporalmente un ataque en un lugar, el sistema sigue
expulsando a una enorme cantidad de campesinos e indígenas de sus tierras en
otros lugares.
Como muchos lo han señalado, la
situación para los pueblos indígenas es peor ahora que en 1994; el gran
capital, el crimen organizado y las fuerzas armadas del Estado intensifican el
despojo de los recursos naturales y la
expulsión de los pueblos de sus tierras, y la resistencia y proyectos de
autonomía enfrentan la represión brutal. Todo esto es verdad. Organizar
y fortalecer la resistencia es imprescindible, pero si se hace sobre la base de
ilusiones reformistas solo desarma a la gente, debilita su capacidad de
resistir y lleva a la desmoralización.
Si la resistencia de veras va a
fortalecer la lucha por la emancipación, ha de orientarse con la sencilla
verdad de que, "El Estado no es omiso, es criminal" y no con la
ilusión falsa de que de alguna manera es posible hacer que este Estado obedezca
al pueblo. Debe prender y avivar el espíritu de "Al carajo con todo el
sistema” en vez de implorar a las clases dominantes que “nos respeten”. Se
necesita resistencia realmente independiente de y en contra del sistema y su
Estado, y los comunistas y revolucionarios tienen que trabajar para poner en
claro ante todos por qué el Estado comete o solapa estos crímenes, y cómo están
arraigadas en la naturaleza y el funcionamiento del sistema capitalista. Tal
resistencia puede arrancar algunas victorias parciales y temporales, puede
inspirar e instruir al pueblo y crear condiciones mucho mejores para la
revolución, pero no puede poner fin a todos los horrores de este sistema. Hay
que decirle la verdad a la gente, y mostrarle la posibilidad de sí acabar con
todas estas atrocidades por medio de la revolución comunista y solo así. Por
eso decimos “Luchar contra el Poder, y transformar al pueblo, para la
revolución”.
El EZLN lucha por
reformar el actual estado y el sistema capitalista
A lo largo de su historia, el EZLN ha planteado que el
problema es el “mal gobierno”, y la solución es un “buen gobierno”, y ha
intentado lograr un “buen gobierno”, tanto “desde arriba”, como “desde abajo”,
dentro del mismo sistema mayormente capitalista.
Para poner esto
más en claro, veamos brevemente planteamientos en su historia política:
- En
la primera Declaración de la Selva Lacandona, dijeron el problema era “la
dictadura que padecemos, monopolizada por el partido en el poder y
encabezada por el ejecutivo federal que hoy detenta su jefe máximo e
ilegítimo, Carlos Salinas de Gortari…” y de ahí, “pedimos a los otros
Poderes de la Nación se aboquen a restaurar la legalidad y la estabilidad
de la Nación deponiendo al dictador”. Es decir, llaman al Congreso y
al poder judicial, que son ramas del aparato del gobierno burgués, a
deponer a Salinas, por el fraude electoral de 1988.
- En
la Segunda Declaración, convocaron a la Convención Nacional Democrática
(CND) para hacer “propuestas de un gobierno de transición y una nueva ley
nacional, una nueva Constitución que garantice el cumplimiento legal de la
voluntad popular”; declaran “la posibilidad de tránsito pacífico a la
democracia y a la libertad se enfrenta a una nueva prueba: el proceso
electoral de agosto de 1994”. Excluyen de la CND a los que se opongan a
las elecciones, y llaman a votar “no por el PRI, ni por el PAN”, una
manera avergonzada de apoyar al PRD y su candidato, Cuauhtémoc Cárdenas.
- Tercera Declaración de la Selva Lacandona, enero de 1995: Como acostumbra hacer, el EZLN niega la dirección política que ellos mismos dieron con respecto a esas elecciones y culpan a otras fuerzas de su propia posición. Declaran: “El proceso preelectoral de agosto de 1994 trajo la esperanza, en amplios sectores del país, de que el tránsito a la democracia era posible por la vía electoral. Sabiendo que las elecciones no son, en las condiciones actuales, el camino del cambio democrático, el EZLN mandó obedeciendo al hacerse a un lado para dar oportunidad de lucha a las fuerzas políticas legales de oposición”. Según esto, “mandar obedeciendo” quiere decir: llamar a la gente a votar, vetar a la gente que argumenta por no votar, apoyar (veladamente) al PRD y Cárdenas (un representante político del ala “izquierda” de los grandes capitalistas pro-imperialistas)[19] y fomentar la ilusión falsa de que una reforma democrática del gobierno podría llevar a un cambio importante para la vida de la gente.
- Quinta
Declaración de la Selva Lacandona, julio de 1998: Llama a luchar por la
Ley Cocopa y celebra la mayor presencia del PAN y el PRD en el Congreso,
como un logro para el pueblo, y fomentan la ilusión falsa de que estos
representantes políticos de las clases dominantes podrían “mandar
obedeciendo” al pueblo. “Es esta la hora del Congreso de la Unión. …hay en
las cámaras de Diputados y Senadores una nueva correlación de fuerzas que
dificulta las arbitrariedades propias del presidencialismo y apunta, con
esperanza, a una verdadera separación e independencia de los poderes de la
Unión. La nueva composición política de las cámaras baja y alta plantea el
reto de dignificar el trabajo legislativo, la expectativa de convertirlo
en un espacio al servicio de la Nación y no del presidente en turno…
Llamamos a los diputados y senadores de la República… a que legislen en
beneficio de todos los mexicanos. A que manden obedeciendo…”
- Comicios
presidenciales de 2000: El EZLN vuelve a promover ilusiones electorales.
Al ver que Cárdenas no iba a ganar la presidencia, apela a los diputados y
senadores: “Esperamos que el próximo Poder Legislativo…no desempeñe su
trabajo atado a compromisos con sus direcciones partidarias o con el
Ejecutivo electo, sino con los mexicanos y mexicanas que, votantes o no de
sus candidaturas, forman la nación mexicana para y con la que habrán de
hacer leyes”. Otra vez, en vez de denunciar el carácter reaccionario de
las elecciones y del sistema que legitiman, independientemente del
candidato que gane, el EZLN refuerza y fomenta las más cretinas ilusiones
parlamentarias.
- Sexta Declaración de la Selva Lacandona, 2005: Después de más de una década de alianza, por lo menos tácita, con el PRD, el EZLN lo critica por haberles “traicionado” y se distancia de ese partido. Sin embargo, no critica la meta política que fue la base de esta alianza: democratizar el actual Estado. Como señalamos en ese entonces, “Desde las pláticas entre el EZLN y la dirigencia de ese partido el 15 de mayo de 1994, existía una alianza de hecho y una división del trabajo entre estas dos fuerzas políticas. El PRD se encargaba de la transición democrática ‘desde arriba’ y desde dentro del sistema electoral y gubernamental, y el EZLN se encargaba de la transición democrática por medio de ejercer presión ‘desde afuera’ y ‘desde abajo’, incluyendo por medio de los municipios autónomos que se esperaba legalizar y ampliar por medio de la Ley Cocopa”[20]. Vuelven a llamar por una nueva Constitución que retome el espíritu de la Constitución de 1917 (que es una constitución burguesa que, entre otras cosas, consagra la propiedad privada capitalista),[21] lanzan “La “Sexta”, reafirman que “no lucha por el poder”, y lanzan la “otra campaña”, que es alabado por los medios y los políticos de la gran burguesía, porque representa otro paso en el camino de dedicarse a la “lucha civil y pacífica”; es decir “la lucha” por reformar el actual sistema y así reforzar y prolongar su despiadado dominio.
En el mundo real, no se puede poner fin a la represión y
todos los demás horrores que vivimos y crear un nuevo sistema económico y
político sin explotación, a menos que se destruya el viejo sistema que rige.
Solo una guerra popular revolucionaria puede ganar la liberación del pueblo y
sentar las bases para una nueva sociedad liberadora, que actúe como base de
apoyo para la revolución mundial. El subcomandante Galeano (Marcos) llama “dogmático”
y “sectario” al que lo diga, pero es la verdad, y es lo que hace falta que
hagamos todos los que queremos una verdadera emancipación de los oprimidos, y
finalmente de toda la humanidad.
En cambio, la visión de “Cambiar el mundo, sin tomar el Poder”,
o como lo dice el EZLN, “no luchamos por tomar el poder”, es un engaño. Lo que
realmente está en juego no es cómo mejor reformar el actual sistema, sino cómo
hacer una revolución de millones que derroque el viejo Estado, cree un nuevo
Estado revolucionario, y un nuevo sistema económico y político que ya no se
base en la explotación; ya no se rija por la competencia salvaje de los grandes
capitalistas por la máxima ganancia, sino por la lucha para superar todas las
contradicciones heredadas de las sociedades de clase, y finalmente emancipar a
toda la humanidad. No luchar por el poder en este sentido, es aceptar la
permanencia del actual sistema con todos sus horrores y solo buscar mitigarlos
un poco para una pequeña minoría de la gente.
En esta época de calentamiento global y armas nucleares,
de grandes carencias y miseria al lado de riqueza opulenta, de enormes y
avanzados medios de producción que se mueven con el trabajo de millones pero
son monopolizados por unos cuantos, el futuro de la humanidad depende de
finalmente superar el históricamente anticuado sistema
capitalista-imperialista. El mismo desarrollo de este sistema ha sentado las
bases materiales para una sociedad superior y mucho mejor, y las intensificadas
contradicciones del sistema no tienen otra resolución en los intereses de la
gran mayoría.
Es una lucha ardua y difícil, pero contamos en esta lucha
con el nuevo comunismo desarrollado por Bob Avakian a partir de resumir las
grandes lecciones positivas pero también los errores de las revoluciones
socialistas del pasado, analizar nuevas condiciones y aprender de otras esferas
para lograr un avance cualitativo en el método y enfoque científico para hacer
la revolución y emancipar a la humanidad, sentando bases para una nueva etapa
de la revolución comunista que tan urgentemente necesitan las masas oprimidas.[22]
La Organización Comunista Revolucionaria, México, lucha
por aplicar ese nuevo comunismo y ha trazado una orientación estratégica y
programa básico inicial para la revolución liberadora que hace falta en México.[23]
Es hora de desechar las falsas ilusiones de democratizar y
reformar el caduco e inhumano sistema capitalista-imperialista, ya sea por
dentro o por fuera del Estado burgués. Hace falta dedicarnos a la urgente
necesidad más fundamental de las masas oprimidas: una revolución real que barra
con este sistema y contribuya finalmente a la emancipación de toda la
humanidad.
Organización Comunista Revolucionaria,
México
Abril de
2018-04-28
Visítanos: http://aurora-roja.blogspot.com
Contáctanos: auroraroja.mx@gmail.com
[1] Bob
Avakian es Presidente del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, y
líder en el movimiento comunista internacional.
[2] Bob
Avakian “Los pájaros no puede dar a luz cocodrilos, pero la humanidad puede
volar más allá del horizonte, Primera Parte: Revolución y Estado”, disponible
en revcom.us o en folleto distribuido por Aurora Roja, página 23.
[3] Carlos
Marx, “Carta a Kugelmann”, 18 de abril de 1871.
[4] Bob
Avakian, op. cit., p. 7; También citado en Lo BAsico de los discursos y
escritos de Bob Avakian, p. 15.
[5] Por
ejemplo: “Venezuela provee el 12% del petróleo que importa Estados Unidos a
diario, y desempeña cierto papel estratégico con respecto a la capacidad de Estados Unidos de proyectar
su poderío en el mundo. Pero el otro lado de la ecuación es muy diciente, y
deja ver un aspecto de la dependencia estructural de Venezuela: ¡el 12%
que Estados Unidos importa representa el 60% de la producción total de
Venezuela!”. Fuente: Revolución, #94, 1° de julio de 2007. Disponible
en: revcom.us.
[6] LGBTTI =
Lésbico, gay, bisexual, transexual, transgénero e intersexual.
[7] Para
mayor documentación y análisis científica de la Biblia, las religiones monoteístas,
el fundamentalismo, y la moralidad, vea Bob Avakian, ¡Fuera con todos los
dioses! Desencadenando la mente y cambiando radicalmente el mundo. JB
Books, Chicago, 2009. Disponible de la editorial Aurora Roja.
[8] Silvia
Ribeiro, “Política partidaria, transgénicos y comunidades campesinas”, 19 diciembre
2017.
[9]
“Compromisos de Andrés Manuel López Obrador, precandidato a la Presidencia de
la República, en el Foro Empresarial en Saltillo, Coahuila”, 17 de enero de
2012, en www.babeldelnorte.com. Nuestro énfasis.
[10] Citado
en “El segundo aire de López Obrador”, noticiasnet.mx, 12 feb 2012,
http://www.noticiasnet.mx/portal/principal/68706-segundo-aire-lopez-obrador.
[11] Jorge A
Schiavon, “La diplomacia local del Distrito Federal (2000-2007)”, en Documento
de Trabajo Número 172. CIDE, agosto de 2008.
[12] Miguel
Ángel Vite Pérez, “Reflexiones sobre el desarrollo social de la Ciudad de
México, en Intersticios Revista Sociológica de Pensamiento Crítico, Vol.
5(2), Octubre de 2011, pp. 290-291. http://www.insterticios.es.
[13]
Federico Engels, “Del socialismo utópico al socialismo científico", C.
Marx, F. Engels, Obra escogidas, Tomo III, Editorial Progreso, Moscú,
1978, pp. 121-122.
[14] Bob
Avakian, Lo BÁsico, 1:22, RCP Publications, Chicago, 2011, p. 17-18
[15] El
subcomandante Marcos, “Leer un video”, citado en La Jornada, 24 de
agosto de 2004).
[16] Subcomandante
Insurgente Moisés y Subcomandante Insurgente Galeano. Una historia para tratar
de entender. 17 de noviembre de 2016. (http://enlacezapatista.ezln.org.mx/2016/11/17/una-historia-para-tratar-de-entender/)
[17] En
ciertas circunstancias excepcionales, a veces puede ser necesario participar en
elecciones burguesas como parte subordinada de desenmascarar la falsedad de la
democracia burguesa y la necesidad de tumbar todo el sistema. Así lo hicieron
los bolcheviques, por ejemplo, en algunos momentos de la revolución rusa, por
ejemplo cuando la revolución de 1905 había sido derrotada y se introducía
elecciones por primera vez en la historia de ese país. No existe tal necesidad
de participar en las elecciones de 2018, en momentos en que amplios sectores de
la población repudian a todos los partidos burgueses como la misma porquería.
Por otra parte, la participación del EZLN en estas elecciones no tuvo el
propósito de denunciar la farsa electoral y todo el sistema sino, como se menciona,
objetivamente contribuyó a legitimarlo.
[18] “Palabras
de Marichuy en el Encuentro con el Pueblo Mayo en Cohuirimpo, Sonora”. 13 De
Enero De 2018.
[19] Revolución
¡sí¡, elecciones ¡no¡ documenta esto en detalle. Folleto del Centro de
Investigación Popular, 1994.
[20] “Sobre
el EZLN, El Pueblo Necesita la Revolución Proletaria, No la Democratización del
Estado Existente”, Aurora Roja Número 13, febrero de 2006, página 11. Se
puede descargar en http://aurora-roja.blogspot.com
[22] Ver Bob
Avakian, El nuevo comunismo, La ciencia, la estrategia, la dirección para
una revolución real y una sociedad radicalmente nueva en camino a la verdadera
emancipación.
[23] Ver
Organización Comunista Revolucionaria, México, La revolución liberadora,
Orientación estratégica y programa básico, Editorial Flor de la Sierra,
México, 2015.
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