Reproducido de: 29 de mayo de 2019 | revcom.us
Dos reportajes que salieron la semana pasada mostraron qué tan horrible
es el abuso de los refugiados en la frontera a manos de Estados Unidos. Una
noticia describió las condiciones que enfrentan los niños refugiados dentro de
los centros de detención fronterizos que están causando la muerte imperdonable
de niños bajo la custodia de la Patrulla Fronteriza. La otra sacó a la luz el
uso generalizado del aislamiento, especialmente para refugiados que tienen
diagnósticos de alguna enfermedad mental, lo que ha resultado en suicidios e
intentos de suicidio.
La muerte de un niño salvadoreño de 10 años de edad el 29 de septiembre
de 2018 fue la primera vez en una década que un niño había muerto bajo la
custodia de la Patrulla Fronteriza. Se hizo público la muerte de este niño sólo
hace unos días; el Departamento de Seguridad Nacional lo había mantenido
encubierto durante ocho meses. Desde diciembre, han muerto cinco niños
inmigrantes más, todos de Guatemala, incluido un niño de dos años que murió de
gripe.
Fernando García, director ejecutivo de la Red Fronteriza por los
Derechos Humanos, dijo a Democracy Now! que las condiciones de
detención que su grupo ha documentado son horribles: “[N]iños mueren como
resultado de a la manera en que la administración de Trump trata a estos
refugiados y solicitantes de asilo”. La Red presenció “niños durmiendo en el
suelo en la tierra, sin acceso a agua y atención médica, los medicamentos y
atención médica muy limitados” 1.
En el mismo show de Democracy Now!, Jennifer Harbury,
abogada y activista de derechos humanos en el Valle del Río Bravo, dijo que
había presenciado el impacto sobre los niños refugiados que habían estado en
detención. Harbury comparó las condiciones de los refugiados que conoció en
Reynosa, en el norte de México, obligados a esperar para poder solicitar asilo
en Estados Unidos, con los que ella vio después de ser liberados de detención
en Estados Unidos y trasladados a un centro de jóvenes inmigrantes. “La
diferencia en su estado de salud es extraordinario”, dijo. En Reynosa, si bien
están agotados por su viaje y aterrorizados por temor a ser secuestrados en
cualquier momento en el norte de México, por lo general ellos y sus hijos están
bien. Esto contrasta con la condición de los niños liberados de detención en
Estados Unidos:
Para cuando salen de la hielera... casi todos están muy enfermos, con
graves problemas respiratorios, porque son mantenidos en celdas de detención
con el aire acondicionado sumamente alto, y luego les privan de mantas, sólo
les dan esas de mylar [un tipo de plástico], por lo que literalmente se
congelan día tras día. Todos están gravemente enfermos, los niños con diarrea
así como graves problemas respiratorios por el frío....
Según la ley, no se puede dejar en detención a niños por más de 72
horas antes de trasladarlos a un albergue para jóvenes migrantes; no obstante,
al menos uno de los que murieron fue detenido durante 7 días. Los centros de
detención fronterizos están desbordados; el de McAllen, Texas normalmente tiene
1.500 detenidos pero ahora está atestado con el doble. No hay instalaciones
para lavarse las manos, ni duchas. El olor es horrible.
Una mujer cuyo hijo acababa de recuperarse de la varicela le dijo a
Harbury: “Nos metieron allí. Y nos mantuvieron a todos juntos en el área de
dormir, amontonados todos uno encima del otro. Y no nos llevaron a una
clínica”. Un hombre de Guatemala dijo: “Somos pobres, pero jamás he
experimentado condiciones como esas en toda mi vida”.
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En los centros de detención de ICE no usan el aislamiento como un“último
recurso”, sino a menudo como la primera y única opción. Esta es la
conclusión de The Intercept y el Consorcio Internacional de
Periodistas de Investigación, que recientemente completó una investigación de
un mes sobre el uso del aislamiento en los centros de detención de ICE en
Estados Unidos. Aún más escandaloso, el informe también encontró que
“en casi un tercio de los casos, les diagnosticaron a los
inmigrantes una enfermedad mental”. Este uso generalizado del
aislamiento ha resultado en suicidios e intentos de suicidio.
Los investigadores analizaron más de 8.400 informes de incidentes de
ICE durante 5 años. Encontraron que en al menos 373 casos, metieron a un preso
en aislamiento porque era suicida. Y otros más de 200 informes
de personas que ya estaban en aislamiento y se pusieron bajo “vigilancia de
suicidio”, a menudo en otra celda solitaria. Los registros
informan sobre detenidos en aislamiento que se mutilaron los genitales, se
sacaron los ojos, se cortaron las muñecas y mancharon su célula con sus heces.
Encontraron que los inmigrantes detenidos en celdas de aislamiento habían
padecido alucinaciones, ataques de ira e impulsos suicidas.
En julio de 2018, un guatemalteco previamente diagnosticado
esquizofrenia y trastorno bipolar se suicidó después de 21 días en régimen de
aislamiento, esto siendo el tercer caso de suicidio desde mayo de 2017, cuando
un joven de 27 años diagnosticado enfermedad mental se suicidó después de 19
días de aislamiento.
En 2017 ICE detuvo a una mujer transgénero de 36 años de edad, de
Honduras, residente de Estados Unidos de larga data, y la puso en aislamiento
en mayo de 2018. La detenida, que pasó 23 horas al día sin hablar a nadie en
una celda con paredes desnudas y solo una mesa, un lavabo y un inodoro, dijo:
“Nunca sabes qué día es, qué hora es. A veces nunca ves el sol”. Después de
cuatro semanas en aislamiento, le dijeron a ella que iban a negarle acceso al
patio. Dos días después, ella hizo una soga de una manta rota y se ahorcó de una
rejilla de ventilación en el techo. Un guardia le cortó la soga antes de que
ella se ahogara. Pero después de ir al hospital, la pusieron en una diferente
celda de aislamiento, con enormes letras en la puerta que decían “SUICIDIO
SEGURO”. Pasaría 11 meses más en aislamiento.
El relator especial de las Naciones Unidas sobre la tortura ha dicho
que se debe prohibir el régimen de aislamiento salvo en “circunstancias muy
excepcionales”, y que el aislamiento de más de 15 días constituye un “trato
inhumano y degradante”. Nunca se debería poner en aislamiento a las
personas con enfermedades mentales, dijo el relator. Bajo la ley federal,
no se puede usar la detención civil como una forma de castigo. Sin embargo, se
usa el aislamiento de manera rutinaria.
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La tortura y el horror a gran escala se están imponiendo en la
frontera. Así parece el fascismo en proceso de consolidarse. Desde el
principio, para el régimen de Trump y Pence la guerra contra los inmigrantes ha
sido una pieza clave y un ariete para imponer toda su agenda fascista. Cada vez
más satanizan y criminalizan a los inmigrantes. Los fascistas pretenden
implementar una limpieza étnica.
Y la respuesta de los demócratas ha sido un silencio ensordecedor. Una
congresista solitaria de Illinois, Lauren Underwood, trató de enfrentar a la
jefa interina de Seguridad Nacional que estaba mintiendo ante un comité de la
Cámara de Representantes sobre las muertes de niños inmigrantes detenidos. La
congresista le dijo que estas muertes son “intencionales”. En una audiencia a
la que ni siquiera asistió la mayoría de los demócratas, ella fue puesta en su
lugar con ferocidad. “Suprimieron del registro” sus comentarios; cada
republicano en el comité la “amonestó” formalmente; y le prohibieron hablar
durante el resto de la sesión.
No ha salido ninguna protesta por parte de los demócratas en su
conjunto, y no van a enfrentar y detener este horror.
La pregunta ante la gente es: ¿Dónde está nuestra indignación? Nada
menos que protestas masivas y sostenidas de personas en todas partes, con el
fin de detener estos crímenes contra los inmigrantes, como parte del
movimiento para expulsar del poder a este régimen, puede hacerlo.
1. Escuche en inglés Democracy Now!, 21 de mayo de 2019.
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