Protesta reciente en Tehran, Irán, contra el gobierno |
Declaración del Partido Comunista de Irán (marxista
leninista maoísta), noviembre de 2019
4 de diciembre de 2019 | revcom.us
Nota de la redacción de Revcom.us: Esta es una traducción al español, a
partir de la versión en inglés de la declaración del Partido Comunista de Irán
(marxista leninista maoísta) emitida antes del reciente auge de lucha de la
gente contra el aumento del precio de la gasolina por parte del régimen
teocrático de Irán. Esta lucha es, en su aspecto principal, abrumadoramente
positiva, y los revolucionarios y progresistas deben apoyarla. Lo que hace que
esta lucha se sobresalga es que en Irán hay un verdadero partido comunista
revolucionario, el Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta), que
está trabajando para transformar la situación en una lucha revolucionaria. Hay que apoyar fuertemente a
estos esfuerzos en particular.
En nuestra cobertura anterior, señalamos que Estados Unidos rompió unilateralmente con su tratado con Irán mediante el cual Irán había renunciado a la manufactura de armas nucleares por un período de al menos diez años. Después de romper con este tratado, Trump impuso sanciones económicas globales a Irán. Éstas han paralizado la economía, con consecuencias devastadoras para el pueblo de Irán (veaaquí más información al respecto). Esto ha sido una forma de guerra económica librada por los imperialistas estadounidenses. Con un régimen opresivo en el poder en Irán, el efecto castigador de estas sanciones en la economía iraní se ha transmitido aún más al pueblo. Además, como ya hemos señalado, la posición correcta de los revolucionarios en Estados Unidos hacia las acciones agresivas de su propio gobierno es de “derrotismo revolucionario”. En su libro El Nuevo Comunismo, Bob Avakian señala: “Derrotismo revolucionario quiere decir oponerse a las acciones del propio gobierno y clase dominante cuando libran sus guerras, que son guerras por el imperio”. (Véase los pasajes de las secciones “El internacionalismo y una dimensión internacional” y “El internacionalismo — el derrotismo revolucionario”.)
Siga revcom.us para obtener más reportajes, próximamente, sobre el auge de lucha en Irán y las amenazas de Estados Unidos contra Irán, las que últimamente han aumentado fuertemente.
El gobierno de la República Islámica (de Irán) anunció
que a partir del viernes 15 de noviembre, el precio de la gasolina aumentará en
un 300%, que implica que el precio de la gasolina subsidiada aumentará a 1.500
tomanes [1 tomán es igual a 10 riales, la moneda oficial de Irán — revcom.us]
por litro y el precio de la gasolina en el mercado abierto saltará a 3.000
tomanes por litro. El aumento del 300% del precio de la gasolina en Irán es un
grave ataque a la vida de la gente, una carga particularmente pesada sobre el
lomo de las masas básicas así como para la capa más baja de las clases medias.
Cientos de miles de hogares se ganan la vida directamente mediante el
transporte de bienes en vehículos que funcionan con gasolina, y no está claro
cómo podrían hacer frente a este precipitado aumento de precios. El combustible
es un producto básico esencial y el aumento de su precio conducirá al aumento
de los precios de otros productos básicos y, por lo tanto, al aumento de la
inflación. Se agravará la polarización de clases y le seguirá la nueva ola de
pobreza, desempleo y desplazamiento. Muchas pequeñas empresas se hundirán y se
trastornará el transporte de bienes de las aldeas a las ciudades y viceversa, y
muchas personas se verán obligadas a emigrar de las zonas rurales a las afueras
de las ciudades.
¡Por supuesto que algunos clérigos en las oraciones de
los viernes, como Emami-Kashani, han dicho que el aumento del precio de la
gasolina no necesariamente debe conducir a un aumento de los precios de otros
bienes en la sociedad! Alí Jamenei, el Líder Supremo de la República Islámica,
se ha quejado del alto consumo de gasolina en Irán y ha llamado a la
“conservación”. Por supuesto, esta fatwa [decreto religioso] del Líder Supremo
iraní no incluye el costo de aumentar la movilización y el despliegue de la
policía y las fuerzas armadas del aparato militar de la República Islámica para
reprimir aún más a las masas de personas en Irán, o meterse en guerras
reaccionarias y guerras de sustitutos regionales y matar a los sirios o los
jóvenes iraquíes. En los primeros minutos después del anuncio del nuevo precio
de la gasolina, miles de porta-tropas blindados y patrullas del orden público
se trasladaron a las gasolineras para impedir potenciales disturbios populares.
El gobierno de Hasán Rohaní anunció que el aumento del
precio de la gasolina se basó en el acuerdo de los tres pilares del poder en
Irán. Es decir, el conjunto de la dictadura capitalista (burguesía) de la
República Islámica respalda incondicionalmente esta decisión. Esta decisión
puede analizarse desde varios ángulos diferentes:
Primero, la maniobra del gobierno de Rohaní para
aumentar el precio de la gasolina es parte de un proyecto neoliberal para
reducir los subsidios del gobierno e imponer el costo de los productos básicos
como el pan, el combustible, el agua y la electricidad a la sociedad y al
pueblo. Esta tendencia comenzó al final de la guerra entre Irán e Irak durante
el gobierno de Hashemí Rafsanyaní, continuó durante el gobierno de Jatamí, se
intensificó durante la era de Ahmadinejad mediante la eliminación de todos los
subsidios y ahora se está acercando a su finalización criminal bajo el gobierno
de Rohaní. El problema fundamental no estriba en la insuficiencia de los planes
socioeconómicos o en el carácter de “ladrón” o en la corrupción de este o aquel
gobierno iraní y su presidente. Por varias razones, el sistema capitalista
mundial ha podido proseguir con estas políticas en las últimas cuatro décadas,
como a causa de la crisis económica y financiera, la reducción del riesgo de
que se den revoluciones comunistas y otros movimientos de oposición, y así
sucesivamente. Esta política (la reducción o la eliminación de los subsidios)
es una de las propuestas más importantes de las instituciones capitalistas
imperialistas del mundo como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial
y la Organización Mundial del Comercio (tercer mundo) y hasta ahora ha
conducido la vida de varios miles de millones de personas desde Egipto, India,
México hasta Ghana, Rumania y Chile hacia el borde del precipicio de la pobreza
extrema y la desesperanza.
Pero hay otras razones por las cuales el régimen iraní
tomara esta decisión. La carga de las sanciones de Estados Unidos sobre el
gobierno de la República Islámica, especialmente las restricciones a las ventas
de petróleo y las transacciones internacionales, creará un enorme déficit en el
presupuesto del gobierno para el próximo año. Para hacer frente a este déficit,
el gobierno iraní está buscando nuevas fuentes de crecimiento de ingresos, y
¿dónde está la fruta madura más a la mano salvo atacar los bolsillos de la
gente imponiendo costos adicionales a la vida de la gente? ¡Mientras tanto, los
mulás príncipes corruptos y degenerados seguirán saqueando las erogaciones de
millones de millones de dólares de los proyectos militares, nucleares,
misilísticos y bélicos de la República Islámica además de los miles de millones
de dólares que se erogan para promover la ignorancia y la superstición
religiosa!
Antes del anuncio de la nueva tarifa de la gasolina,
todos los medios de comunicación oficiales, varios voceros y defensores oficiales
y semioficiales de la República Islámica emprendieron una campaña de propaganda
organizada para justificar la reciente decisión del gobierno iraní. Con
justificaciones como “los precios del combustible y los energéticos en Irán son
aún más baratos que muchos otros países del mundo y de la región” o “se debe
aumentar los precios de la gasolina para impedir daños ambientales y reducir la
contaminación...”. En respuesta a la propaganda de estos charlatanes y
partidarios del régimen, debemos decir que el ataque del gobierno capitalista
iraní a la vida económica de la gente no se trata tan sólo del combustible...
han comenzado su ataque con el aumento del precio del pan y la inflación del
cincuenta por ciento en alimentos, salud y educación. En segundo lugar, el
nivel de ingresos de la mayoría del pueblo iraní es incluso más bajo que en
muchos otros países de la región, ¡y no se puede concluir que “ahora los
precios de la gasolina y el agua mineral son los mismos”! Dicho esto, muchas
personas de las zonas rurales o de las aldeas de las zonas desfavorecidas no
tienen acceso al agua entubada ni al agua potable ni a servicios de
alcantarilla y educación, y ni siquiera reciben una ingesta diaria adecuada de
calorías. En tercer lugar, la preocupación por la crisis ambiental de parte de
estos férreos partidarios del gobierno no es más que falsa y brinda una fachada
para la invasión criminal del gobierno para poder robar el sustento de la
gente. Y lo dicen mientras en su mayoría guardan silencio sobre la devastación
de los sistemas de agua, la deforestación, el acaparamiento de tierras, la
construcción de rascacielos y villas lujosas en varias zonas; la construcción
de represas devastadoras por parte de los Guardianes de la Revolución, los
familiares de Jamenei y la mafia de instituciones financieras y de producción
como Astan Quds Razavi; la Fundación Mostazafan (fundaciones religiosas para
extraer dinero a la gente); y los ensayos y maniobreo de todo tipo de armas por
su... régimen.
Es cierto que limitar los combustibles fósiles,
incluida la gasolina, es una de las estrategias importantes para reducir la
tendencia creciente de la degradación ambiental y crisis de emergencia en todo
el mundo. Pero esa política no puede materializarse dentro del marco del
sistema capitalista y el modo de producción capitalista en todo el mundo,
incluso en Irán. Para lograr eso, se requiere disminuir la propiedad privada de
los medios de producción y una economía capitalista que sacrifique todo en su
camino con el fin de generar ganancias, incluido el ecosistema humano. En el
marco del sistema capitalista en Irán no es posible reducir y eliminar los
combustibles fósiles, de una manera que no perjudique gravemente la vida de la
gente y que solucione este conflicto de manera adecuada y favorable para la
mayoría de la población. Para proporcionar transporte público, construir la
infraestructura necesaria y un nuevo sistema de urbanización, se requiere el
establecimiento de una economía socialista planificada cuyo propósito no sea
generar ganancias para una minoría de la población sino satisfacer las
necesidades de todas las personas y erradicar todas las formas de
discriminación, explotación y opresión en la sociedad y en el mundo.
Es posible establecer semejante economía mediante el
proceso de emprender un movimiento para la revolución comunista y el
derrocamiento revolucionario de la República Islámica para poder establecer la
nueva república socialista de Irán sobre las ruinas de este régimen. Para
emprender semejante movimiento y semejante revolución, para zafarse de las
decisiones y consecuencias mortales de la economía capitalista, para poner fin
al sufrimiento y la asfixia causados por la pobreza y la contaminación, para
vivir en una sociedad sana en la que toda la gente de la Tierra merece vivir,
no existe ninguna otra manera de salvar el futuro de las siguientes
generaciones de la humanidad, excepto la revolución comunista y el
establecimiento de la nueva república socialista.
En el anteproyecto de la constitución de la nueva
república socialista de Irán, nuestro partido escribió sobre la naturaleza de
dicha economía y su relación con las necesidades de la gente:
El principio rector de una economía socialista es la
producción social directa, y no la ley del valor (la producción e intercambio
de trabajo y la explotación de mano de obra) y las ganancias. La producción
social directa significa que la producción se basará en una estimación y
evaluación directa de las necesidades sociales (de poner medios para el
bienestar de la población, la necesidad de reducir las brechas sociales y
también satisfacer las necesidades de hacer avanzar la revolución mundial), y
no hacerlo sobre la base de la rentabilidad y la aplicación de los criterios de
productividad capitalista. El desarrollo económico en esta república no compite
con una variedad de intereses privados, y la economía socialista es capaz de
superar el devastador caos de la economía capitalista y de capacitar la
voluntad consciente de los seres humanos para que gobiernen el desarrollo
económico.
Pero ahora, ¿y qué de la política del gobierno de
aumentar el precio de la gasolina? La República Islámica estaba tan asustada
por el potencial levantamiento de la gente que anunció su plan sin ningún
anticipo y advertencia, pero lo hizo de repente a la medianoche del viernes.
Hasta ahora, se ha informado de protestas y quema de gasolineras en varias
ciudades, entre ellas Isfahán, Ahvaz, Shiraz, Bushehr, Teherán, Bandar Abbas y
Yasuj. Esta lucha y furia debe crecer. No debemos callarnos ante el ataque de
la República Islámica a la vida de la gente. No debemos permitir la economía
parásita del capitalismo y su... rencoroso saqueo de Irán. No debemos permitir
que estas entidades que están organizadas en una inmensa red de capitalistas
públicos y privados, comandantes del ejército, burócratas y ayatolás, mafias
religiosas y seminarios religiosos continúen su brutal ataque a la vida y el
sustento de la gente, especialmente los oprimidos, los trabajadores y los
jornaleros. La respuesta a tal ofensiva es ahora un movimiento nacional
generalizado cuyo objetivo específico es presionar al gobierno para que detenga
la política de aumentar el precio de la gasolina y poner al descubierto la
corrupción y el saqueo de parte de todos los dirigentes de la República Islámica,
todos los comandantes, bancos e instituciones gubernamentales e instituciones
financieras, y todas las instituciones públicas y privadas de producción y
dependientes del gobierno. Esta lucha debe continuar en el contexto de un
movimiento nacional que nuestro partido ha formulado en un documento titulado
“Siete Altos”. Este documento sobre el tema de la pobreza y la miseria
económica de la gente dice:
El trabajo y la vivienda significan el derecho a la
vida. No debe tolerarse la invasión de la República Islámica al derecho a la
vida. Toda la riqueza acumulada en las manos de las fundaciones, instituciones
de crédito y bancos, numerosos mulás, ejércitos y corporaciones públicas y
privadas pertenece a la gente y es el fruto de su arduo trabajo. La otra cara de
la moneda de la malversación y el robo de parte de varias facciones y figuras
del gobierno... es la pobreza y el hambre para muchas personas, la privación a
los niños que trabajan de una educación y la bancarrota y la miseria. Se debe
detener la pobreza, el hambre, el desempleo y el desplazamiento de los pobres.
¡Abajo la República
Islámica!
¡Viva la revolución
comunista!
¡Hacia la Nueva
República Socialista de Irán!
El Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta)
Noviembre de 2019
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