Protesta en Chile. Pancarta "Seremos la pesadilla de quienes roban nuestro sueños" |
4 de diciembre de 2019 | revcom.us
Los brotes de protesta sostenida de masas contra gobiernos por todo el
mundo han sido un rasgo de la última década, pero su intensidad y alcance han
crecido en los últimos años — Corea del Sur, Puerto Rico, El Líbano, Chile,
ahora Irak, para nombrar solamente unos tantos… y la lista crece con casi cada
semana. Hay mucho que aprender de lo que son ejemplos generalmente positivos y
sus dinámicas, especialmente para la lucha ¡Fuera Ya! que busca sacar del poder
al régimen fascista de Trump y Pence mediante la movilización no violenta
sostenida de masas.
Estos brotes y auges de protesta de masas son el
producto de profundas contradicciones en diversas sociedades, con muchas
diferencias y variaciones, y las reflejan. Si bien muchos de estos movimientos
de masas reflejan un acontecimiento positivo, hay que analizarlos en lo
concreto con respecto al contenido y la naturaleza de los auges de lucha y sus
programas. Varían los orígenes o sucesos desencadenantes, algunos de los cuales
surgen de una lucha económica o medidas gubernamentales drásticas que provocan
graves penurias, y otros surgen de crisis políticas de un tipo u otro,
frecuentemente mezcladas con cuestiones del medio ambiente y conflictos
culturales/étnicos/religiosos — todo ello en el contexto del funcionamiento
general del sistema capitalista-imperialista, y las diferentes historias y
formas en que eso afecta a la gente en estos países. El carácter general de los
auges de protesta será diferente en cada caso, incluido el papel de diferentes
clases dominantes que ven que sus intereses están vinculados al desenlace de la
lucha.
Inevitablemente en situaciones de este tipo, fuera lo
que fuera el factor que las prende, operan diferentes tipos de fuerzas de clase
—que van desde fuerzas radicales-progresistas a fuerzas burguesas-imperialistas
(democráticas) a fuerzas reaccionarias-fascistas, con toda índole de fuerzas de
en medio— y cada una de estas fuerzas lucha por sus intereses según los
percibe, aunque a menudo de manera disfrazada. Las potencias imperialistas se
meten directamente o por medio de actores locales para influir en los
desenlaces que sirvan a sus intereses geopolíticos.
Tomemos por ejemplo a Hong Kong. Este levantamiento
prolongado sí abarca una lucha justa del pueblo contra las leyes y
restricciones reaccionarias que les impone el gobierno chino de Beijing — una
parte de una tendencia general a socavar paso a paso la autonomía de Hong Kong
desde que China lo reabsorbió. Esta lucha ha incorporado y ha contado con el
sustento de estudiantes, masas básicas y amplias capas medias, pero también
importantes sectores de figuras gobernantes locales de la élite empresarial y
política de Hong Kong que consideran que los actos y leyes del gobierno chino
son una amenaza existencial a su posición, derechos democráticos y relativa
autonomía. Sin embargo, las declaraciones de Estados Unidos en apoyo a las
protestas (entre ellas el proyecto de ley aprobado hace poco por Trump y el
Congreso1) guardan una estrecha relación con la creciente contienda y la
competencia global de este régimen con China. También hay complejidad en esa
situación, dada la historia particular de Hong Kong, anteriormente una colonia
de Gran Bretaña — en la que el imperialismo británico maniobra tras bambalinas,
en estrecha colaboración con Estados Unidos. Otro factor es el carácter
complejo del movimiento por la “democracia” ahí contra lo que la mayoría
considera como una China “comunista”, aunque es comunista “solo de nombre” pero
capitalista en su contenido y esencia (China era una sociedad auténticamente
socialista bajo de dirección de Mao Zedong, y a un faro inspirador para la
revolución mundial, pero ha dejado de serlo desde su muerte en 1976 y la
posterior restauración del capitalismo en China2.
Varios países latinoamericanos también han presenciado
protestas de masas, pero el carácter de la oposición es distinto en cada uno de
ellos. Por ejemplo, la mano del imperialismo estadounidense está muy metida en
fomentar y configurar una rebelión contra el gobierno actual de Venezuela,
después de que se ha topado con algunos límites el experimento
bolivariano/chavista que se suponía beneficiaba a los pobres3, especialmente al derrumbar los ingresos venezolanos por la
exportación del petróleo con la caída de los precios del petróleo a nivel
mundial. En Bolivia, un gobierno que ascendió al poder como parte de un
movimiento para incluir a la población indígena mayoritaria en el poder
político, con la presidencia de Evo Morales, se ha topado con sus límites. Esto
ha creado una situación en que las fuerzas reaccionarias que se identifican con
el viejo orden han saltado a la palestra. En Venezuela bajo Chávez y Bolivia
bajo Morales, los movimientos populares que se generaron no rompieron fundamentalmente
con la dominación imperialista a estos países ni desencadenaron una
transformación social radical. Los auges de lucha populares actuales se
caracterizan por corrientes reaccionarias dominantes con la participación de
otros sectores de las élites de la clase dominante (principalmente
pro-estadounidenses), capas medias e incluso masas básicas. En cambio, en
Colombia, las protestas de masas se oponen a las fuerzas en el gobierno que
están más directamente vinculadas con posiciones pro estadounidenses, y a un
régimen muy represivo.
Los levantamientos de masas en el Medio Oriente
ocurren en el contexto configurado por una lucha entre las dos fuerzas
“históricamente anticuadas”4 del imperialismo
encabezado por Estados Unidos y el fundamentalismo islámico, conflictos
religiosos como entre los chiítas y los sunitas, las luchas de liberación de
las nacionalidades históricamente oprimidas como los curdos, todo ello
entrelazado con la dominación imperialista general y sus rivalidades
geopolíticas, y las potencias locales que aspiran a ejercer su influencia en
este contexto. Estados Unidos y otros imperialistas han desempeñado un papel
importante en fomentar muchas de las crisis que subyacen a los levantamientos
de masas. Estados Unidos ha venido librando guerras injustas y acciones
militares en pro del imperio, y ha instituido sanciones duras como guerra
económica para imponer su voluntad sobre algunos de estos regímenes mesoorientales,
como está haciendo ahora con Irán.
El crecimiento de estos auges de protesta popular es
una expresión del hecho de que vivimos en un momento de la historia en que se
están intensificando múltiples crisis, como el calentamiento global e inmensos
abismos de desigualdad, y el viejo orden forcejea contra sus límites, los que
en muchos casos no se mantienen. La pregunta decisiva que pende a nivel global
es que si habrá una tendencia revolucionaria dentro de esas luchas que haga el
trabajo necesario para transformarlas en revoluciones
reales —al derrocar al
sistema reaccionario por medio de una guerra revolucionaria, como parte de
luchar por un mundo completamente nuevo— O si la humanidad será relegada a
formas aún más grotescas de miseria, opresión y enajenación y quizá incluso la
extinción. Estas son las opciones; eso y nada menos es lo que está en juego.
Como dijo Bob Avakian con ocasión de la Primavera
Árabe en Egipto, en EGIPTO 2011: MILLONES SE HANPUESTO DE PIE CON HEROÍSMO… EL FUTURO ESTÁ POR ESCRIBIRSE:
Cuando el pueblo en sus masas, de millones de
personas, por fin rompa con las trabas que han estado impidiendo que se levante
contra sus opresores y atormentadores, en ese momento el que su lucha y
sacrificios heroicos lleven a un cambio fundamental serio o no, avance a la
abolición de toda explotación y opresión o no, dependerá de si existe una
dirección, una dirección comunista, o no, que tenga la necesaria
comprensión y método científico y sobre esa base, pueda desarrollar el
necesario enfoque estratégico y la influencia y lazos organizados entre un
creciente número de personas, a fin de dirigir el levantamiento del pueblo en
medio de todas las curvas, giros y vaivenes, hacia la meta de una transformación
revolucionaria real de la sociedad, en concordancia con los intereses
fundamentales del pueblo.
Por tanto, a su vez, cuando el pueblo rompa en masa
con “la normalidad” y las cadenas fuertemente forjadas de relaciones opresivas
en que de costumbre está atrapado y que lo agobian tan fuertemente —cuando abra
paso y se levante en sus millones—, ése es un momento crucial para que la
organización comunista forje más sus lazos con esas masas, fortalezca sus filas
y su capacidad de dirigir.
O, en caso de que tal organización comunista todavía
no exista, o que exista solamente de manera aislada y fragmentaria, ése es un
momento crucial para que se forje y desarrolle una organización comunista, se
asuma el desafío de estudiar y aplicar la teoría comunista, de manera viva, en
medio de esta tumultuosa situación, y de esforzarse para desarrollar
constantemente lazos con un creciente número de masas, influenciarlas y a la
larga dirigirlas por el camino de la revolución que representa sus intereses
fundamentales y más elevados, la revolución comunista.
Así, estamos llamando atención a los comunicados de
dos diferentes organizaciones comunistas revolucionarias que están trabajando
para hacer nacer y hacer avanzar semejante fuerza — del PartidoComunista de Irán (marxista leninista maoísta) y del GrupoComunista Revolucionario de Colombia. Al hablar de las crisis inmediatas en
sus países respectivos y al apoyar a las personas que están en pie de lucha,
propagan la necesidad de hacer una revolución cabal contra el propio sistema.
Los revolucionarios en todas partes deben dar apoyo no solamente a la justa
lucha de las personas donde se están poniendo de pie contra regímenes
opresivos, sino, de gran importancia, dar apoyo a aquellas fuerzas que están
asumiendo la tarea de luchar por una revolución bajo dirección comunista, y por
un mundo mejor y completamente diferente en sus países respectivos, pero como
parte de la lucha mundial para emancipar toda la humanidad.
1. La “Hong Kong Human Rights and Democracy Act”
[Ley de Derechos Humanos y Democracia en Hong Kong] ratificada por unanimidad
en el Senado de Estados Unidos y por una amplia mayoría en la Cámara de
Representantes, fue firmada por Trump el 27 de noviembre.
2. Para obtener un análisis a fondo, véase No sabes lo que crees que “sabes” sobre… La revolucióncomunista y el VERDADERO camino a la emancipación: Su historia y nuestrofuturo. Una entrevista a Raymond Lotta.
3. Véase "Hugo Chávez tiene una estrategia petrolera…¿pero conducirá a la emancipación?" de Raymond Lotta.
4. De Bob Avakian:
Lo que vemos en contienda, con la jihad por un
lado y McMundo/McCruzada [el imperialismo occidental en creciente
globalización] por el otro, son sectores históricamente anticuados de la
humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente
anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen,
pero al mismo tiempo se
refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará
fortaleciendo a los dos.
Esta es una formulación muy importante y crucial
para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero
tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores históricamente anticuados”
ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores
dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular
los imperialistas estadounidenses.
Lo BAsico 1:28
No hay comentarios:
Publicar un comentario