Marcha del Primero de Mayo de los RevComs (comunistas revolucionarios) en Los Ángeles |
18 de noviembre de 2024
El siguiente mensaje es de Bob Avakian Oficial en Substack, y la
traducción del inglés al español hecha por revcom.us. Escuche en inglés y lea en español los
mensajes mediáticos de @BobAvakianOfficial
Les habla Bob Avakian —REVOLUCIÓN—
número 104.
Inmediatamente después de las elecciones, uno de los
revcom escribió los siguientes puntos de orientación muy importantes que
abordan esta cuestión:
A aquellos que quizá digan: “Trump acaba de ganar de manera aplastante, ¿cómo van a ganarse a la gente para la revolución?” — la respuesta es: A) Debido a que no es la misma gente; B) Debido a que todavía hay decenas de millones de personas que se oponen vehementemente al fascismo; y C) No necesitamos ganarnos a la mayoría de la gente para que participe activamente en esta revolución.... necesitamos ganarnos a miles a fin de llegar a millones de personas, influenciarlos y dirigirlos.
El primer punto (A) es otra manera de abordar la
realidad crucial que enfatizo en mi mensaje #102: existen “dos países” dentro de este llamado “Estados Unidos”.
Contrariamente a lo que se declara constantemente, incluido en los medios de
comunicación “tradicionales”, el “pueblo estadounidense” no votó por el
fascista Trump. Básicamente, de las personas que votaron, la mitad votó por Trump y el fascismo. Al mismo tiempo, la otra mitad votó contra Trump y (como se enfatiza en el citado
punto B) hay una enorme cantidad de personas que se “oponen vehementemente” a
este fascismo. Una vez más: “dos países” dentro de este llamado “Estados
Unidos”.
No es posible tapar y no se puede resolver esta
división, de ninguna manera positiva, dentro de los
límites de este sistema del capitalismo-imperialismo. Y:
Siempre que se limiten los horizontes de las personas a lo que es posible dentro de los límites de este sistema —siempre que las personas crean que las únicas “opciones realistas”, en cuanto al rumbo de la sociedad, implican apoyar a uno u otro partido de la clase dominante de este sistema (demócrata o republicano)— el resultado será una continuación de los horrores.
Volviendo a mi mensaje #101: cuando este sistema nos presenta la “elección” entre un fascista integral,
odia-mujeres, racista lunático (Donald Trump) y una criminal
de guerra genocida (Kamala Harris), ya es hora de
reconocer que se trata de un sistema completamente anticuado, masivamente destructivo,
monstruosamente criminal y totalmente podrido — desde hace mucho ya ha pasado
la hora en que puede representar algo positivo. (Y por si la gente no está prestando atención, la administración Biden-Harris sigue brindando un apoyo total
—surtiendo armas y respaldo— a Israel mientras intensifica aún más su genocidio
en Gaza y su matanza y destrucción masivas en El Líbano).
Como enfaticé en el mensaje #102:
Y así es el quid del asunto: las cosas ya no deben permanecer, y seguir siendo circunscritas, bajo los términos y dentro de los límites de este sistema y su clase dominante.
Ya es hora de buscar con seriedad soluciones fuera y más allá de
este sistema.
Ya es hora de que una
revolución derroque y arranque de raíz este sistema entero y cree un sistema
fundamentalmente diferente y mucho mejor.
Es necesario, y existe una base, para que se
desarrolle una fuerza incondicional de revolucionarios que hayan roto
fundamentalmente con este sistema entero, el que ha engendrado este fascismo,
junto con todas sus otras atrocidades. Las personas que haya adquirido la
comprensión científica —y, sobre esa base, tengan el corazón y la
determinación— de hacer los sacrificios que son necesarios no sólo para dar
dirección y orientación a la decidida resistencia que hay que desarrollar
contra este fascismo, sino también para ganarse a números cada vez mayores de
personas para que trabajen activamente por la revolución que se necesita con
urgencia para por fin deshacerse de este monstruoso sistema entero.
Esto está relacionado con el importante punto C. Las
revoluciones no ocurren cuando todos aquellos que quieren un cambio radical
positivo participen activamente en la lucha por esa revolución, mientras que
todos aquellos que se oponen a ese cambio radical positivo luchan activamente
en el otro bando.
En cambio, en cada bando se encuentran las fuerzas
vertebrales que participan directamente en la lucha, mientras que cantidades
mayores de personas apoyan a uno u otro bando, o tienen una posición de
“neutralidad amistosa” hacia uno u otro bando (mientras que algunos tratan de
“mantenerse al margen” o van y vienen de un lado a otro).
En Estados Unidos eso implicaría (como se indica en
el punto C) ganarse a miles de personas para que se conecten con millones de
personas, las influencien y las dirijan a participar activamente en la
revolución — y que muchos millones de personas adicionales apoyen o al menos
simpaticen con la revolución. (Sí, eso incluye ganarse a algunas personas desde
el otro bando, en el transcurso de la revolución — ganárselas a partir de
la fortaleza, la determinación y la resolución de las fuerzas revolucionarias).
En el contexto de esta lucha revolucionaria sin
cuartel, es probable que lo que han sido las instituciones dominantes de este
sistema se agrieten y se desintegren en sentidos importantes, con la
perspectiva de ganarse a números importantes de personas hacia la revolución.
Para tener una verdadera oportunidad de conseguir
que esto ocurra, es necesario poner al descubierto con agudeza y oponerse
activamente no sólo al fascismo encabezado por Trump, sino a todo el sistema
pútrido de cuyo suelo putrefacto ha crecido este fascismo. Como también
enfaticé en el mensaje #102, esto implica “derrotando final y
decisivamente” a este
fascismo — “y además hacerlo como parte de poner fin a este
sistema entero que ha engendrado este fascismo, junto con todas sus otras
atrocidades” (atrocidades que son una parte integral de
este sistema; atrocidades que he sacado a la luz por medio de estos mensajes en
su conjunto, y que se analizan extensamente y a fondo en la serie Crimen Yanqui en revcom.us).
Concluiré, por ahora, con el siguiente punto básico,
aprendido de la historia crucial de Estados Unidos:
En el período previo a la Guerra Civil en la década de 1860, la elección de Lincoln como Presidente fue la “gota que colmó el vaso” que impulsó a los propietarios de los esclavos en el Sur a romper con “Estados Unidos” y a librar una guerra para mantener su Confederación basada en la esclavitud. Hoy, para aquellos que se oponen a la esclavitud y a la opresión en todas sus formas, esta elección del fascista Trump debe ser la “gota que colme el vaso” que impulse una lucha revolucionaria para romper con todo este sistema, y hacerlo caer, sistema que, tal como he mostrado una y otra vez, se basa en la explotación despiadada y la opresión asesina, y que ahora ha engendrado este fascismo, como descendiente político directo de la Confederación de los propietarios de los esclavos.
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