Algunas Observaciones Sobre la Situación Objetiva

Acapulco, manifestación por Ayotzinapa 
 Organización Comunista Revolucionaria, México

Este escrito no intenta ser un análisis global de la situación en el mundo y el país, sino sólo unos comentarios de aspectos importantes y algunos cambios relativamente recientes a finales de 2015, que merecen la atención de todos los que luchamos por transformar este mundo de la única manera que puede ser transformado—por medio de la revolución comunista que tiene la meta final de emancipar a toda la humanidad.

La situación internacional
Se intensifica la guerra entre dos bandos completamente reaccionarios— los imperialistas y los fundamentalistas islámicos yihadistas. Los imperialistas dominan el mundo, explotan a miles de millones de personas y matan a millones en aras de mantener ese dominio. Los yihadistas son fanáticos religiosos misóginos y obscurantistas; presumen ser una alternativa al imperialismo, pero buscan un mundo donde siga la explotación y el sometimiento de la gran mayoría, bajo su dominio en lugar del dominio de las potencias imperialistas actuales.

En los últimos meses, se han dado los ataques terroristas del Estado Islámico (EI) en contra de civiles inocentes en Paris en los que mataron a 132 personas, y un día antes en Beirut, Líbano, mataron a 43 personas e hirieron a 200. Los gobiernos de Francia, Estados Unidos y Rusia intensificaron sus bombardeos terroristas a la ciudad de Raqqa en Siria, masacrando a muchos civiles. Anteriormente hubo el bombardeo intencional de EU de un hospital de Médicos sin Fronteras en Kunduz, Afganistán, que mató a una docena de médicos, además de pacientes y personal; el derribo de un avión de pasajeros ruso por el EI; y dos bombardeos de fiestas de bodas en Yemen por Arabia Saudita (armado y entrenado por Estados Unidos) que mataron a 160 personas. Son solo algunas de las masacres de civiles recientes en esta guerra completamente reaccionaria. Después del ataque en París, el Consejo de Seguridad de la ONU declaró unánimemente adoptar “todas las medidas necesarias…en el territorio controlado por el EI en Siria, para redoblar y coordinar los esfuerzos para prevenir y suprimir actos terroristas”. Esta es en esencia una declaración de guerra a favor de los imperialistas. El presidente francés Hollande y Obama han anunciado más bombardeos y más medidas represivas en sus propios países. Se fortalece la xenofobia (odio a los extranjeros) sobre todo antiislámico, pero también antiinmigrante en general y fuerzas fascistas, como Donald Trump en EU y Marine Le Pen (del Frente Nacional) en Francia lo fomentan a toda máquina. También hay sectores de la gente en estos países que no apoyan las acciones bélicas y represivas de sus gobernantes. Y hay luchas importantes en contra de los horrores causados por el sistema capitalista-imperialista, como se vio por ejemplo con los activistas ambientalistas que desafiaron la prohibición de manifestaciones ante el COP21 (conferencia sobre el cambio climático auspiciada por la ONU) en París. En EU, la resistencia contra los asesinatos policíacos de negros y latinos está creando grandes problemas para el sistema y condiciones más favorables para la revolución. En realidad los imperialistas no tienen ninguna solución para estas contradicciones, y solo la revolución comunista las puede resolver.

Como parte importante de preparar esta revolución (en todos los países del mundo), es muy importante captar y difundir la orientación planteada por Bob Avakian en Forjar otro camino:

Lo que vemos en contienda, con la jihad por un lado y McMundo/McCruzada por el otro, son sectores históricamente anticuados de la humanidad colonizada y oprimida contra sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista. Estos dos polos reaccionarios se oponen, pero al mismo tiempo se refuerzan mutuamente. Apoyar a uno u otro de esos polos anticuados, acabará fortaleciendo a los dos.

Esta es una formulación muy importante y crucial para entender muchas dinámicas que impulsan el mundo en este período, pero tenemos que tener en claro cuál de “los dos sectores anticuados” ha causado más daño y representa la mayor amenaza a la humanidad: los sectores dominantes históricamente anticuados del sistema imperialista, y en particular los imperialistas estadounidenses.
Lo Básico, 1:28

Todos los imperialistas y los otros gobiernos que luchan (en diferentes grados) contra el Estado Islámico en Siria a la vez tienen muchas contradicciones entre sí. Por ejemplo, Rusia apoya a Bashar al Assad, presidente de Siria, mientras EU se empeña en tumbarlo. También Assad tiene el apoyo de Irán y de Hezbollah de Líbano. EU apoya a los Kurdos (utilizándolos para combatir al EI), mientras su aliado Turquía los bombardea, y Turquía derribó un avión militar ruso que dice atacaba a las milicias turcomanas (sirios de etnia turca que apoyan a Erdogan, el presidente de Turquía), mientras Rusia dice que atacaba al EI y acusa a Turquía de ser cómplice del EI. Turquía es parte de la OTAN, y este incidente da una idea de las numerosas contradicciones entre las distintas fuerzas reaccionarias dentro de la “coalición” que combate al EI, y las posibilidades de que irrumpan otras conflagraciones. Otro ejemplo es Arabia Saudita, importante aliado de EU en Medio Oriente, que se opone al acuerdo de EU con Irán, y aparentemente da apoyo en alguna medida al Estado Islámico. Acaba de decapitar a 47 opositores, incluido el prominente clérigo chíita (una rama del Islam que domina en Irán y algunos otros países, contraria a la tendencia de la familia real de Arabia Saudita). El fondo de la pugna entre las clases dominantes de Arabia Saudita e Irán no son simplemente diferencias religiosas sino es la rivalidad por el poder a nivel regional. 

Como señala un número reciente de Revolución[1], “Los gobernantes de este sistema hacen frente a toda una serie de contradicciones y desafíos para los cuales no tienen ninguna solución. Son brutales y poderosos, pero ¡no tienen las cosas bajo su control!”      

También se agudiza la rivalidad entre los imperialistas, en particular entre Rusia y EU, así como la rivalidad entre EU y China. El TTP (Tratado Transpacífico) fue motivado en parte importante por la necesidad de EU de frenar el avance económico y geopolítico de China.          

Otra contradicción aguda en el mundo es la crisis de decenas de millones de refugiados. Sesenta millones de personas fueron expulsados de sus hogares solo en el año 2014. En 2015, refugiados de Siria, Irak, Afganistán y varios países africanos huyeron a Europa de condiciones insoportables de guerra y hambre causadas fundamentalmente por el mismo sistema capitalista-imperialista, y por el sangriento conflicto con los yihadistas, impulsado principalmente por el capitalismo-imperialismo de Estados Unidos. La mayor parte de los refugiados no llegan a Europa y son obligados a vivir en campos de otros países pobres donde apenas sobreviven o incluso mueren.

En Latinoamérica han experimentado derrotas electorales y debilitamiento las fuerzas burguesas en conflicto  (en diversos grados) con EU en Argentina y Venezuela. Existe una crisis económica y política en Brasil, donde todavía gobierna la “izquierda” burguesa, y EU restableció relaciones diplomáticas con Cuba, aunque no se ha levantado todavía el bloqueo. Así que, por el momento, EU fortalece su posición en Latinoamérica con respecto a la de otras potencias y frente a fuerzas burguesas de supuesta izquierda que han buscado diversos grados de espacio de maniobra dentro del sistema capitalista imperialista mundial.

El gobierno de México juega el papel de apoyar los intereses del sistema capitalista-imperialista en el mundo, mientras protege esos intereses dentro del país (con la dominación principal de EU, aunque hay contradicciones entre ellos), además de esforzarse por lograr más inversión extranjera, esencial para el funcionamiento de la economía. EPN anunció en septiembre que ahora México participará en las OMP (Operaciones del Mantenimiento de la Paz) de la ONU (cascos azules). Durante muchos años el ejército se opuso a participar en los despliegues internacionales, insistiendo que las tropas mexicanas nunca deben estar bajo el mando de oficiales de otros países, así que esto es un cambio notable. Actualmente participan ocho elementos del Ejército y de la Marina en Haití, Sahara occidental y el Líbano. Según algunos reportes de la prensa, hay compromiso de mandar tropas para 12 “misiones de paz”. SEDENA y SEMAR han dicho que será gradual el crecimiento de tropas mexicanas en las OMP. También la prensa dice que “Fue el año pasado que se dio inicio a la conformación de una coalición entre Estados Unidos y Gran Bretaña, Francia, Alemania, Italia, Dinamarca, Australia, Turquía, Canadá y Polonia para luchar contra el recientemente creado grupo terrorista ISIS; fue así como México, dentro de una lista de 60 países, manifestó su voluntad de participar en el desempeño de alguna tarea en esta campaña militar”. Así que posiblemente habrá participación de México en esta guerra, aunque sea limitada.

En general, la participación de fuerzas militares de los países oprimidos en estas operaciones sirve principalmente para darle una fachada “internacional” a misiones que obedecen a defender los intereses de imperio, sobre todo de Estados Unidos. Peña Nieto se jacta de que “con esta decisión busca demostrar el ‘compromiso’ de México con la resolución de conflictos internacionales”. Hay algo de oposición a esto entre representantes de las clases dominantes con el argumento de que EPN viola la Constitución que estipula que solo el Senado puede autorizar el despliegue de tropas fuera del país, además de que es una ruptura con la política histórica de no intervención. También hay preocupación por posibles represalias en dos sentidos, por un lado, la oposición de sectores del pueblo, y por otro lado, posibles ataques de parte del otro polo “históricamente anticuado”, o sea, los yihadistas.

Aunque el gobierno mexicano no juega un papel importante en la guerra contra el EI, o en la contienda más amplia entre los dos anticuados, es muy importante desenmascarar el carácter reaccionario de los dos lados, así como el papel de los imperialistas, y en particular de EU, como la principal amenaza a la humanidad. La espontaneidad llevaría a la mayoría de la gente a alinearse e identificarse con los imperialistas en contra de los fundamentalistas islámicos, tanto por la dominación imperialista del país (cuyos intereses predominan en la superestructura), como por la predominancia del catolicismo y otras creencias cristianas. Por el otro lado, sectores inconformes pueden ser atraídos al otro anticuado (los fundamentalistas yihadistas) porque combaten a EU y “occidente”. Hacer la revolución requiere ganar y entrenar a la gente en el internacionalismo, a luchar consecuentemente contra toda forma de opresión y explotación y luchar por la emancipación de la humanidad. Hay que difundir y promover la oposición a los dos bandos de opresores en esta guerra, como parte de forjar otro camino, para emancipar y no esclavizar a la humanidad.

La crisis ambiental — calentamiento global
Las clases dominantes no pueden hacer nada significativo para reducir radicalmente el uso de combustibles fósiles ni para resolver la crisis ambiental en general. Esta es otra contradicción central que no tiene solución dentro del sistema capitalista-imperialista. Lo que hace falta para frenar el calentamiento global es una rápida transición de la producción de energía con base en combustibles fósiles a la predominancia abrumadora de fuentes renovables como el viento, la energía solar y geotérmica, la transformación radical de las ciudades, el sistema de transporte, la agricultura y producción de alimentos, y parar la destrucción de los bosques, entre otras cosas. Y estos cambios tienen que ser a nivel global.

Crece la conciencia en el mundo de que existe una crisis ambiental y la preocupación por sus consecuencias (que ya se sienten sobre todo en los países del “sur”, principalmente países oprimidos). 700 mil personas protestaron en ciudades alrededor del mundo con motivo del COP21, (la 21ª conferencia internacional sobre el cambio climático patrocinado por Naciones Unidas) con diferentes puntos de vista respecto a las causas y posibles soluciones. Las ilusiones falsas de que los gobiernos  pueden ser presionados para evitar la destrucción del planeta todavía abundan y son reforzadas por los políticos y los grandes medios. Obama, y Peña Nieto en menor grado, se esfuerzan por aparentar ser “líderes” en la lucha por salvar la Tierra, mientras en realidad actúan en sentido contrario, aumentando la explotación del petróleo y el gas natural, además de permitir la destrucción ambiental en muchos otros ámbitos. En esta COP se buscó engañar a muchos de que están actuando para parar el calentamiento global, cuando en realidad sólo buscan mitigar un poco la crisis, mantener (por ahora) el sistema que la causó y favorecer los intereses de las potencias dominantes. Todas las metas de reducir emisiones de gases invernaderos en este acuerdo son voluntarias, y aunque todos los gobiernos las cumplieran (que es casi seguro que no pase), las emisiones todavía llevarían a un aumento de temperatura de por lo menos 3º C. La mayoría de los científicos señalan que un aumento de 2º C sería desastroso, y que para mantener el calentamiento global al límite necesario de 1.5º C, hace falta eliminar por completo el uso de combustibles fósiles para el 2030 en los países “ricos” y para 2050 a nivel global.

En el país hay denuncia y resistencia en contra de muchos aspectos de la destrucción ambiental, de parte de científicos, campesinos e indígenas y ambientalistas así como personas afectadas por horrores como la contaminación de los ríos en Sonora por el Grupo México, la destrucción por los huracanes en la Montaña de Guerrero y otras partes del país, la destrucción de los manglares en Quintana Roo por la expansión turística y otros desastres ambientales. La lucha contra el maíz transgénico también es importante. Los Científicos Comprometidos con la Sociedad denuncian la “ciencia falsa” utilizada por Monsanto para justificar el maíz transgénico, entre otros atentados contra el medio ambiente. Recientemente Monsanto y otras empresas admitieron en el proceso legal lo que han negado públicamente: que al relajar las restricciones sobre la siembra del maíz transgénico se contaminaría rápidamente los demás cultivos maiceros, pero el gobierno argumenta que tal destrucción del maíz criollo sería benéfica. Todas estas luchas necesitan ser apoyadas y fortalecidas, como parte de preparar y acelerar la revolución que es la única solución real para la humanidad y las demás especies que habitan el planeta.

La situación económica
Las secuelas de la crisis de 2008-2009 incluyen el lento crecimiento en los países imperialistas, la continuación de niveles de desempleo más altos que antes de la crisis, la crisis de la deuda en Grecia y la imposición allí de la  austeridad draconiana por la Unión Europea, así como otros países muy endeudados, con medidas semejantes de “austeridad” que aumentan el sufrimiento de amplias capas de la población. Lo que los capitalistas llaman “la flexibilización de la mano de obra” significa empleos temporales o inestables, bajos salarios, recortes a pensiones y otras prestaciones, así como condiciones inseguras de trabajo. El dólar estadounidense ha subido frente a la mayoría de otras monedas, y este dólar “fuerte” agudiza la volatilidad de monedas y otras contradicciones. El precio del petróleo sigue bajando porque los países de la OPEP no reducen su producción aunque cae la demanda, entre otras razones. Esto tiene que ver con la competencia entre los grandes capitales en el sector energético, en particular Arabia Saudita que se empeña en una guerra de precios para hacer incosteable la producción del petróleo en EU a raíz del muy destructivo proceso de fracking.

En el país el crecimiento es muy lento, aproximadamente la mitad de lo que pronosticaron con las reformas estructurales Peña Nieto y Videgarray. (Se estima entre 2 y 2.5% en 2015). Hasta ahora las reformas estructurales no han llevado al crecimiento, en parte importante por las condiciones económicas y financieras internacionales. Entre los problemas que enfrentan las clases dominantes están: la caída de la inversión extranjera, la caída del peso, la caída del precio del petróleo, la reducción en la producción petrolera de PEMEX y la merma en las divisas enviadas por migrantes desde EU. Por un lado, todo esto significa que llegan menos divisas (dólares) al Banco de México para el pago de la deuda y otros pagos en dólares, mientras el Banco también vende grandes cantidades de dólares para mitigar la caída del peso, así que se reduce la cantidad de dólares en la reserva del gobierno federal. Por otro lado, han caído los ingresos del gobierno federal. Frente a esta situación, anunciaron recortes del presupuesto federal para el 2016, pero la cantidad del gasto total sigue aumentando y con eso la abultada deuda gubernamental. La deuda de PEMEX ya es impagable y puede que lo desaparezcan. El campo, la cultura y otros sectores sufren recortes. El gobierno federal sigue contratando más deuda para mantenerse a flote por un tiempo, pero lo más probable es que lleve a otra crisis de la deuda más adelante. Dentro del crecimiento que sí hay, los proyectos de infraestructura e inversión imperialista y de gran capital mexicano destruyen comunidades rurales y colonias urbanas y dañan el medio ambiente, mientras siguen los salarios de miseria, el desempleo alto, trabajos precarios y el crecimiento del sector informal (a pesar de los esfuerzos del gobierno federal para reducirlo).

Crece la pobreza, con 2 millones de pobres más en los primeros 2 años del gobierno de Peña Nieto (2013-2014). Más de la mitad de la población en general, y más del 70% de la población indígena, es pobre. Por primera vez en muchos años, más gente regresa de EU al país que los que migran hacia EU. (Esto incluye los deportados y los que regresan por su cuenta). Es uno de los factores que el INEGI menciona de por qué el crecimiento de la población de 2010 a 2015 es mayor de lo esperado. ¿Qué pasa con esta gente? ¿Cómo se gana la vida? ¿Cuál impacto tiene en la sociedad el regreso de cientos de miles cada año y el decrecimiento de la migración? Esto requiere más investigación.

El crimen organizado
El crimen organizado es obviamente un factor económico importante y hace falta más investigación para entender concretamente el papel económico que juega en el país. Parece que el poder político que ejerce en muchas partes del país crece significativamente, muy entrelazada no solo con los políticos y las fuerzas represivas del Estado, sino también con los grandes empresarios. Hay muchas contradicciones entre todas estas fuerzas, pero también mucho contubernio. Todas son fuerzas enemigas de la revolución (hablando de los jefes del crimen organizado—no necesariamente de las bases). Necesitamos desarrollar más la investigación y análisis que hemos publicado en Aurora Roja 15 al respecto, y en particular cómo bregar con las dificultades así como las posibles dimensiones estratégicas favorables, sobre todo si se lograra sostener y desarrollar la lucha directa por el poder. ¿Qué aprender de las experiencias de policías comunitarias y autodefensas hasta ahora?

La guerra contra el pueblo y la crisis de legitimidad
Hemos analizado que se desarrolló una crisis de legitimidad con el crimen de Ayotzinapa y todo lo que se destapó más contundentemente en cuanto a los asesinatos y desapariciones en muchas partes, la complicidad del Estado con el crimen organizado, el encubrimiento del crimen y la fabricación de su “verdad histórica”, la impunidad y completa falta de justicia. Además contribuyen a la crisis las masacres realizadas por las fuerzas federales en Tlatlaya, Apatzingán, Tanhuato, Ostula y otros lados, el segundo escape del Chapo, así como los escándalos por los “conflictos de intereses”: contratos a empresas preferidas, casas de lujo a cambio, etc. El descontento por las reformas estructurales, el asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa Becerril y 4 personas más en la colonia Narvarte del Distrito Federal, entre muchos otros asesinatos impunes de periodistas, son otros motivos de la animadversión y la poca credibilidad y legitimidad de las instituciones del gobierno y el Estado.

El Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI) y su informe, han contribuido a desacreditar la “investigación” de la Procuraduría General de la República (PGR) sobre Ayotzinapa, con el respaldo de algunos voceros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) en sí, de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y en menor grado la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), que (junto con algunas de las Organizaciones No Gubernamentales — ONGs) señalan lo que ellos llaman “una crisis de derechos humanos”. Estas fuerzas juegan  un papel contradictorio: sus denuncias quedan dentro de límites claros y sirven para canalizar la protesta y deseos de un cambio por el camino de apelar a las estructuras e instituciones del mismo sistema que comete todos estos crímenes. Sin embargo, en este caso han contribuido en parte a minar la legitimidad del Estado mexicano actual, mientras refuerzan las ilusiones falsas de que puede ser reformado. Trabajan para restaurar la legitimidad de instituciones que son completamente ilegítimas y criminales, porque su papel fundamental es de servir y mantener el funcionamiento de un sistema que oprime y jode a la gran mayoría de la gente—sean los que sean los “derechos humanos” estipulados formalmente por la ley. 

Es importante no tomar el auge o declive de protesta en las calles como el único criterio de si existe una crisis política o no. Eso sería confundir los fenómenos en la superficie con la agudización o mitigación de contradicciones subyacentes importantes que están en movimiento y cuyas consecuencias no son inmediatamente evidentes. Y el sentir de gran parte de la población no necesariamente se expresa directamente en la calle. Aunque el auge de lucha no se sostenía más que un par de meses (con un repunte momentáneo en el primer aniversario de la masacre), esto no significa que el sistema ha recuperado legitimidad ante los ojos de gran parte de la población o que ya no existe la crisis de legitimidad. Actualmente el Estado va más a la ofensiva con más represión política: por ejemplo contra los normalistas de Ayotzinapa que apoyaron a los maestros en Guerrero, contra los maestros que protestan por los exámenes y la Reforma “Educativa”, contra periodistas críticos (Anabel Hernández y Desinformémonos), contra los normalistas de Cherán, etc. Aunque maniobran sobre la investigación de Iguala, abriendo “nuevas líneas de investigación” planteadas por el informe del GIEI, a la vez varias voces en el gobierno intentan descalificar al GIEI y su informe, rehúsan permitir que los expertos del GIEI entrevisten a los militares del Batallón 27 que actuaron la noche de los crímenes en Iguala, y siguen insistiendo en la supuesta calcinación de los cuerpos de los desaparecidos en el basurero de Cocula, a pesar de toda la evidencia científica que ha demostrado la imposibilidad de esta fábula. El desenlace de esta situación no está predeterminado. Es posible que la represión, encubrimiento e impunidad lleven a profundizar la crisis del gobierno, y también es posible que el gobierno logre controlar y mitigar la crisis. El desenlace va a ser producto en parte importante de la lucha de clases.

En esta situación, desarrollar más el movimiento para la revolución y la resistencia con la influencia de la visión de luchar por acabar con este sistema y crear un mundo mucho mejor por medio de la revolución es de suma importancia. La agudización de las contradicciones no solo hace necesario intensificar la lucha por avanzar en preparar la revolución, también proporciona condiciones más favorables para poder avanzar, que por supuesto requiere también lucha científica y resuelta con las masas y los/las compañeros/as. Sin avances ahora en el movimiento para la revolución, no se podrá sostener la lucha y se reforzaría ampliamente la idea de que no se puede lograr nada con luchar, porque “el gobierno no va a hacer nada”, como nos dijo una señora — es decir, no hará nada bueno para el pueblo. En cierto sentido podríamos decir que cuando existan menos ilusiones reformistas en el sentido de falsas esperanzas de que el “gobierno” puede cambiar para proteger y servir a la mayoría de la gente, esto no lleva automáticamente a más resistencia popular. Aunque muchos ven realmente podridas las instituciones del Estado, por lo general su pensar se encierra todavía dentro del marco de este sistema, como si existiera una “necesidad permanente” de la situación actual y del tipo de sociedad en que vivimos ahora. Y esto da lugar a cierta desesperanza y parálisis.

Hace falta ganar a más gente a ver dos cosas: primero, aun dentro de los confines de este sistema no es cierto que no cambia nada en un sentido positivo con la amplia agitación y lucha de masas en la sociedad. Una resuelta resistencia de masas en contra de los asesinatos, feminicidios, desapariciones y otros crímenes intolerables cambiaría el ambiente y la dinámica prevaleciente en la sociedad: habría más iniciativa y esperanzas de poder cambiar la sociedad y se pondría a la defensiva a los representantes políticos e ideológicos de las clases dominantes, que tendrían que maniobrar para intentar revertir su aislamiento político. Incluso se vio esto en pequeña escala en el período de octubre-noviembre del año 2014, en el auge de protesta sobre Ayotzinapa. De repente muchas personas perdieron su temor y su parálisis política, pululaban el cuestionamiento y el descontento y los representantes políticos de las clases dominantes tuvieron que maniobrar, fingir su indignación ante el crimen, su compasión para con las víctimas y dejar de lado (por lo menos por un tiempo) la habitual criminalización de las víctimas. Por un tiempo estaban notablemente a la defensiva, mientras el despertar y la oposición al gobierno de amplias capas de la población fueron palpables. Segundo, y más importante a fin de cuentas, hay que lograr que cada vez más gente vea que no tenemos que vivir como estamos viviendo, que este sistema es obsoleto y puede y necesita ser barrido por una nueva revolución comunista, y tenemos que preparar y acelerar esa revolución desde ahora, luchando contra el poder, y transformando a la gente, para la revolución.

Siguen los asesinatos, desapariciones, tortura y la impunidad, y esta es una contradicción importante en que tenemos que trabajar y encontrar cómo avanzar, tanto en acumular fuerzas para la revolución y organizarlas, como en ganar y dirigir a fuerzas más amplias y diversas en resistencia más radical y realmente independiente del sistema y su Estado.

La opresión de las mujeres
Crecen los asesinatos de mujeres, la trata, las violaciones y otra violencia misógina así como la pornografía, los “men’s clubs”, y otras formas de cultura misógina (narco cultura, por ejemplo). La opresión de las mujeres es una contradicción muy fundamental del sistema que se agudiza en diferentes formas. La predominancia ideológica de la religión juega un papel muy importante en reforzar el patriarcado e ideas misóginas, incluso entre sectores de las mujeres. Por ejemplo, algunas mujeres de las masas básicas y de las clases medias nos han dicho que las mismas mujeres tienen la culpa por los asesinatos, desapariciones, y otros ataques que padecen (por “andar enseñando todo”, por “irse con el novio”, etc.). Refleja la influencia de los valores “tradicionales” que aceptan y justifican la supremacía masculina y el sometimiento de las mujeres, chocando con otras ideas y relaciones entre las generaciones jóvenes. Estas mujeres están repitiendo las palabras de los policías, procuradores y otros oficiales que se encargan de mantener y fortalecer la opresión de las mujeres, que es un pilar fundamental de este sistema.

A la vez hay mayor conciencia de los feminicidios, desapariciones y otra violencia misógina, creando tanto el miedo por un lado como el enojo, el deseo y a veces la decisión de denunciar y combatir esos crímenes por el otro. La denuncia de casos y hechos concretos por parte de otras fuerzas ha contribuido algo de positivo en algunos casos, pero tienden a limitarse a exigir que los gobiernos estatales declaren una “alerta de género” y otros cambios ligeros en las políticas oficiales que no cambian nada importante para parar los crímenes ni la impunidad de los criminales. Tampoco desenmascaran la moralidad tradicional anti-mujer, ni señalan (por lo general) la fuente de esta opresión en el sistema capitalista y las sociedades de clase anteriores. No luchan por acabar con toda esta opresión, sino solo apuntan a intentar reducirla en algún grado.

También el derecho al aborto es una batalla importante, tanto contra los representantes políticos e ideológicos de las clases dominantes como contra la influencia entre las masas de las ideas patriarcales de que la maternidad es y debe ser el propósito central de la vida de las mujeres, que el feto sí es bebé y el aborto es asesinato, que es correcto prohibir el aborto para controlar la sexualidad de las mujeres (“para que no se metan con todos”), etc. Transformar al pueblo en estas cuestiones es fundamental para la revolución y la emancipación de las mujeres y de toda la humanidad. Como señala BA en Lo BAsico, “Tres alternativas para el mundo”, en una sociedad en que el papel fundamental de la mujer es parir y criar niños, no habrá igualdad entre el hombre y la mujer. “Sin atacar y arrancar de raíz las tradiciones, la moral y demás factores que refuerzan ese papel, ¿acaso se van a poder transformar las relaciones entre hombres y mujeres, y abolir las profundas y arraigadas desigualdades que entraña la división de la sociedad en opresores y oprimidos, explotadores y explotados? ¡Imposible!”

La opresión de los pueblos indígenas
Esta es otra contradicción fundamental del sistema y una fuerza impulsora de la revolución que se necesita tan urgentemente. Crece la pobreza entre los indígenas, así como el flagelo del crimen organizado en muchas zonas indígenas, junto con la militarización, los asesinatos, violaciones y desapariciones por las fuerzas del Estado. El asesinato por el ejército de un niño de 12 años de edad (Hidilberto Reyes García), la detención injusta de Cemeí Verdía, comandante de la policía comunitaria de Ostula, Michoacán y el encarcelamiento de Nestora Salgado y otros dirigentes de la CRAC (policía comunitaria) en Guerrero, son concentraciones importantes de la represión política que recrudece en contra de los indígenas que se atreven a resistir los crecientes ultrajes de este sistema. Además, los “proyectos de muerte”, desastres naturales y la falta de medios para vivir para las nuevas generaciones expulsan a la gente del campo, en parte importante indígenas. En décadas recientes se han creado toda una gama de leyes y derechos formales para los pueblos indígenas en el papel, internacionalmente y a nivel nacional, pero la realidad de la opresión es más brutal que nunca, las condiciones de vida para la mayoría se empeoran, y la discriminación y el racismo permean las instituciones, las relaciones sociales, la cultura predominante y el pensar de mucha gente. Esto lo ilustran incidentes como la grabación filtrada de Lorenzo Córdova (entonces cabeza del Instituto Federal Electoral) burlándose de un dirigente indígena llamándole “Toro Sentado”, ataques racistas contra los normalistas de Ayotzinapa en las redes sociales, la indígena que tuvo que dar a luz en el patio de una clínica en Oaxaca que no la admitía, o la joven indígena que sufrió una golpiza a manos de otros alumnos en una secundaria en el DF. Por otro lado, hay mucho rechazo de todo esto entre sectores importantes de los jóvenes, que refleja, entre otras cosas, la justa lucha de los indígenas en contra de su opresión.

Se dan importantes luchas actualmente por la defensa o la recuperación de la tierra, la defensa de los bosques, la autonomía de municipios y comunidades, y en contra de los proyectos de inversión imperialista y de infraestructura para servir al mayor desarrollo capitalista en general. Es importante apoyar y contribuir a fortalecer estas luchas, y sobre todo es importante esforzarnos por mostrar concretamente cómo estos ultrajes vienen del sistema mayormente capitalista bajo dominación imperialista en que vivimos, que no tenemos por qué seguir sufriendo estas y otras injusticias generación tras generación, podemos barrer con este sistema por medio de una revolución que establezca el socialismo como transición a un mundo comunista y tenemos que organizarnos ahora para preparar esta revolución y forjar el núcleo capaz de dirigirla.

Brotes de lucha entre obreros y jornaleros
El levantamiento en San Quintín de jornaleros principalmente indígenas exigiendo un aumento salarial, mejores condiciones laborales, sindicato independiente y alto al abuso sexual a las mujeres representa un despertar y nueva rebeldía entre un sector estratégico de los trabajadores y los pueblos indígenas. También se realizaron recientemente acciones en por lo menos seis maquiladoras de Ciudad Juárez en contra del acoso sexual y laboral, así como los bajos salarios, malas condiciones y para exigir libertad sindical. Estas son capas de proletarios que son parte importante de la base social más firme para la revolución comunista. Y existe la base para mucha más agitación y rebeldía entre estos sectores. Necesitamos conectarnos con estas luchas y sectores y hacer que esta revolución llegue a ellos.

Se intensifica la cacería de los migrantes, principalmente centroamericanos
EPN se jactaba ante la ONU de que “México tiene una de las legislaciones más avanzadas a favor de los derechos humanos” y que “se trabaja para asegurar su vigencia en toda la geografía nacional”. En realidad, México deporta ahora más centroamericanos que Estados Unidos, gracias a la aplicación del Plan Frontera Sur, diseñado, financiado e impuesto por el gobierno de Obama, “acordado con” los presidentes de México y países centroamericanos como parte de la respuesta a la “crisis” de decenas de miles de jóvenes y niños centroamericanos que intentaban entrar en EU en 2014. En los 7 meses de octubre de 2014 a abril de 2015, México detuvo a 92 mil 889 “indocumentados” mientras la migra de EU arrestó a 70 mil 448. Además de más deportaciones, los migrantes sufren más violencia a manos de los criminales, los agentes del Instituto Nacional de Migración (INM), la Policía Federal (PF) y las fuerzas armadas, tienen que caminar largas distancias por el monte porque el tren conocido como “la Bestia” ya es mucho más vigilado y se establecen más retenes el las carreteras. Hay extorsiones, desapariciones, asesinatos, maltrato en las estaciones del INM, y abusos extremos en los centros de detención como denuncia el artículo en La Jornada de Sanjuana Martínez sobre un centro en Iztapalapa. Parece que la cantidad de centroamericanos que huyen de sus países de origen (principalmente Honduras, Guatemala y El Salvador) no se ha reducido pese a los mayores peligros y sufrimiento al intentar llegar a EU, porque ya no pueden vivir allá, aunque más se quedan a vivir en México en vez de seguir la ruta hacia el norte. Como lo han denunciado Solalinde y otros activistas y periodistas, el Estado mexicano está haciendo el trabajo sucio para Estados Unidos. En 2016, el gobierno de EU pagará al de México 142 millones de dólares para “reforzar el control” de la frontera sur. Esta contradicción expresa de manera concentrada el carácter criminal del Estado mexicano y también su papel de guardián y asesino a sueldo del imperialismo estadounidense.

La lucha magisterial
Se intensifica la resistencia a la reforma “educativa” y la “evaluación” frente a la militarización y represión del Estado que está decidido a imponerla — cueste lo que cueste. La satanización de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y los maestros disidentes en general es como un diluvio en los medios, así como las mentiras en cuanto al número que han tomado el examen, etc. El gobierno federal busca dividir la CNTE y destruirla como una fuerza organizada de oposición, reducir los gastos del gobierno para la educación, extender la privatización y la subordinación directa de la educación a las necesidades del gran capital, abaratar salarios y prestaciones, eliminar la estabilidad laboral de los maestros, y obligar a los padres de familia a asumir los costos de mantener las escuelas y ¡hasta pagar los recibos de la luz! Debemos contribuir a fortalecer la resistencia y luchar por organizar ahora para la revolución a los maestros que son atraídos a este polo. La idea de que “ahora estamos en esta lucha, veremos lo de la revolución después” llevará a debilitar la resistencia y probablemente a la desorientación y la desmoralización. Al contrario, hace falta intensificar la difusión, presentaciones y estudio de La Revolución Liberadora en medio de la resistencia actual y maximizar los avances para la revolución que hace falta.

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[1] Revolución #417, “El discurso de Obama sobre el terrorismo: más guerra, conflicto en la cúpula del poder, y una VERDADERA salida

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