La justa furia de las mujeres estalla contra la policía en Chimalhuacán

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El descontento, el coraje, la furia concentrada por feminicidios, violaciones y otras agresiones cometidas por la propia policía se hizo notar una vez más en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México.

Ante la la detención, tortura y amenazas en contra de la señora Irene Martínez a manos de la policía de tránsito de Chimalhuacán el viernes 1 de abril del 2022, las mujeres de algunos colectivos locales que han despertado y ya no se callan ante tantos crímenes en contra de las mujeres hicieron un llamado por las redes para exigir que la soltaran y defender a esta familia que ya había sufrido la violación y amenazas por parte de la policía.

Hace tres años, Ali, la hija de Irene de apenas 12 años de edad, fue secuestrada y violada por policías de Chimalhuacán. En un operativo mixto del ejército mexicano, la policía estatal y la policía municipal, su padre fue detenido y ella quedó desamparada en medio de los puercos de esos tres niveles. Al ver aislada a la niña, la policía no perdió la oportunidad y la subieron a una patrulla donde un mando de los puercos comenzó a manosearla entre las piernas y tocarle los pechos y decirle ofensas lascivas. La raptaron, la llevaron a una casa de seguridad donde la drogaron y violaron tumultuariamente diferentes policías durante toda la noche. Irene acusó a la policía y exigió justicia, pero como casi siempre sucede, el terrible crimen quedó impune y la policía sigue hostigando a la familia.

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A 12 años del feminicidio de Mariana Lima Buendía se sigue exigiendo justicia


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A casi 12 años del feminicidio de Mariana Lima Buendía, no se ha hecho justicia. Por eso, su madre, Irinea Buendía, madres de otras victimas, organizaciones e individuos, se manifestaron el 7 de marzo de 2022 afuera de los juzgados del penal de Neza-Bordo (Estado de México), para seguir exigiendo justicia una vez mas y castigo para su asesino, Julio Cesar Hernández Ballinas.

Irinea Buendía denunció que durante casi dos años las audiencias en el juicio contra el asesino dejaron de realizarse, alegando la pandemia del Covid19; y desde que se volvieron a reanudar, se suspenden y las posponen una y otra y otra vez. También denunció las amenazas y ataques que han recibido ella y su familia, señalando que “No solo acabaron con la vida de mi hija, acabaron con mi vida, porque he tenido que salir de mi casa e irme a vivir a otro lado”.

Desde el asesinato de su hija —el 29 de junio de 2010— Irinea no se tragó el cuento de que Mariana se había suicidado. Encaró al entonces esposo de Mariana e integrante de la Policía Judicial, y le dijo “¡Tú la mataste!” Eso porque Mariana sufría repetidas golpizas terribles durante el año y medio del matrimonio con este policía prepotente y machista y en los primeros meses de 2010 la arrojó por una escalera de la casa. Frente a esta violencia inaguantable había regresado a la casa de sus padres más de una vez, y la amenazaba que si lo denunciara la iba a matar. Incluso ese policía misógino le decía a Irinea que le iba a matar a su hija. Pocos días antes de su muerte, Mariana regresaba a casa de sus papás otra vez pero ahora había decidido denunciarlo y dejarlo.

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