La justa furia de las mujeres estalla contra la policía en Chimalhuacán

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El descontento, el coraje, la furia concentrada por feminicidios, violaciones y otras agresiones cometidas por la propia policía se hizo notar una vez más en el municipio de Chimalhuacán, Estado de México.

Ante la la detención, tortura y amenazas en contra de la señora Irene Martínez a manos de la policía de tránsito de Chimalhuacán el viernes 1 de abril del 2022, las mujeres de algunos colectivos locales que han despertado y ya no se callan ante tantos crímenes en contra de las mujeres hicieron un llamado por las redes para exigir que la soltaran y defender a esta familia que ya había sufrido la violación y amenazas por parte de la policía.

Hace tres años, Ali, la hija de Irene de apenas 12 años de edad, fue secuestrada y violada por policías de Chimalhuacán. En un operativo mixto del ejército mexicano, la policía estatal y la policía municipal, su padre fue detenido y ella quedó desamparada en medio de los puercos de esos tres niveles. Al ver aislada a la niña, la policía no perdió la oportunidad y la subieron a una patrulla donde un mando de los puercos comenzó a manosearla entre las piernas y tocarle los pechos y decirle ofensas lascivas. La raptaron, la llevaron a una casa de seguridad donde la drogaron y violaron tumultuariamente diferentes policías durante toda la noche. Irene acusó a la policía y exigió justicia, pero como casi siempre sucede, el terrible crimen quedó impune y la policía sigue hostigando a la familia.

Esta vez la policía detuvo a Irene acusándola de haber robado una moto, aunque les mostró los papeles que comprueban que es suya. Se la llevaron y la mantuvieron incomunicada por varias horas. Las jóvenes activistas, junto con las luchadoras y madres de victimas de feminicidio, Irinea Buendía y Lidia Florencio, hicieron un plantón en la Fiscalía de Chimalhuacán para exigir que la soltaran. Cuando Irene salió libre la madrugada del sábado 2 de abril, tenía signos de tortura, estaba golpeada y le faltaban dientes. Las mujeres declararon que sostendrían el plantón hasta que fueran detenidos y castigados los cuatro policías de tránsito responsables: tres mujeres y un hombre que es comandante.

Por la noche del sábado, la fiscal de género del Estado de México, Dylcia García Espinoza de los Monteros, llegó a la fiscalía para “dialogar”, en aras de disolver la protesta con promesas. Frente a la firmeza de las activistas de que fuesen detenidos todos los policías involucrados en las agresiones a Irene y sus mandos, se retiró la fiscal y casi inmediatamente comenzó el desalojo con saña: policías vestidos de civil y otros uniformados atacaron brutalmente a las activistas con macanazos, golpes y gas lacrimógeno. Dejaron caer una puerta metálica sobre algunas activistas, golpearon a otras con puño cerrado, azotaron algunas al suelo, y le abrieron la cabeza a por lo menos dos jóvenes. Arrebataron los celulares a las que grabaron para documentar la sangrienta agresión policial. En un video, el colectivo “Las Tlahuelpuchis” señala que al irse Dylcia García, se les dio la señal de atacar a la policía. Exigen la remoción inmediata del cargo de García, así como la remoción de la fiscal de Chimalhuacán.

Las tres mujeres policías fueron detenidas y acusadas de golpear a Irene, pero enfrentan su proceso en libertad y pueden o no ser sentenciadas. Al comandante no le han tocado. Las activistas siguen exigiendo justicia, con el apoyo ahora de mujeres en Toluca, la Ciudad de México y en otras partes del país.

Según el gobierno municipal de Chimalhuacán, la policía y la Guardia Nacional actuaron como es debido: "Respecto a los hechos de vandalización cometidos anoche por un grupo de 40 feministas contra las instalaciones del Ministerio Público… el Comisario indica que elementos de la Policía Municipal y Guardia Nacional acudieron al lugar para resguardar la integridad física de siete detenidos y todo el personal del Ministerio Público de Chimalhuacán y trasladarlos a un sitio seguro, en tanto la situación se pacificaba".

Esta situación no es un hecho aislado de violencia de género, ni es el único en este municipio ni en otras partes; es la violencia cotidiana de un sistema patriarcal que siempre está operando para que las relaciones de sometimiento hacia las mujeres y la estabilidad de su sistema sigan de pie. Movilizan a todas sus instituciones fiscales y fuerzas represivas para intentar apagar esta lucha justa contra la opresión patriarcal, que por miles de años ha existido, pero que ahora puede y necesita ser eliminado.

En la actualidad la participación de las mujeres en distintas esferas de la sociedad ha venido cobrando fuerza pero también viene acompañada de más ataques contra ellas como las violaciones y feminicidios que ya registran más de 10 mujeres asesinadas diariamente en todo el país. El funcionamiento del sistema capitalista, y la lucha de las mujeres, han traído cambios que han nutrido la lucha y fortalecido la base para ponerle fin a la supremacía masculina. Pero también el mismo funcionamiento del capitalismo, sus relaciones económicas, políticas y sociales, las ideas y la cultura que predominan y todas las instituciones que defienden y refuerzan todo esto, es el obstáculo que impide la liberación de las mujeres y de toda la humanidad.

Ningún cambio cosmético, ni reformas dentro de este mismo sistema podrán eliminar este lastre. Ya lo vemos en este mismo municipio: ni los gobiernos antorchistas anteriores ni los morenistas actuales combaten el patriarcado y en cambio defienden la violencia contra las mujeres, porque estos grupos y partidos políticos oficiales son parte de este sistema. Existen para reforzarlo y para asegurarse de que las mujeres (y otros oprimidos) no salgan de control y que se mantenga este “orden social” intolerable. Por eso la falsa “esperanza” (Morena) se atrevió a reprimir a estas valientes mujeres que aun sabiendo que era probable que las reprimirían, exclamaron “¡No nos iremos hasta que detengan al comandante y los policías que detuvieron y torturaron a Irene!”

Necesitamos que la furia, el coraje y la lucha combativa de las mujeres sigan avanzando y que se vuelvan una fuerza impulsora del movimiento revolucionario para derrocar este sistema capitalista patriarcal con una revolución comunista, lo único que puede desencadenar el potencial revolucionario de las mujeres para eliminar las relaciones patriarcales, alentar su organización y plena participación, como seres humanos no como cosas, en la futura sociedad socialista que abrirá paso a la nueva sociedad comunista en todo el mundo.

¡Castigo a los policías que torturaron a Irene Martínez, secuestraron y violaron a su hija Ali y golpearon a las mujeres activistas!

¡Desencadenar la fuerza y el coraje de las mujeres como una fuerza poderosa para la revolución!

Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México

aurora-roja.blogspot.com       auroraroja.mx@gmail.com

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