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A 10 años del crimen de desaparición forzada contra los 43 Normalistas
de Ayotzinapa, por las calles de la Ciudad de México (CDMX) miles de personas
se unieron a las madres y padres de los 43 y a los normalistas en su exigencia
de verdad y justicia. A lo largo de la marcha y en el mitin en el zócalo
capitalino, hubo contundentes expresiones de coraje y denuncia contra el
gobierno actual por encubrir el papel del Ejército en este crimen de Estado
cometido por el gobierno anterior de Enrique Peña Nieto, la noche del 26 de
septiembre de 2014. Las evidencias demuestran que participaron el Ejército,
policías federales, estatales, ministeriales y municipales en un operativo
conjunto con el grupo criminal Guerreros Unidos para realizar la desaparición
forzada de los 43 normalistas, así como el asesinato de tres estudiantes y
otras tres personas, además de decenas de heridos de balas policíacas.
La demanda de verdad y justicia también resonó en destacadas protestas en
estados como Puebla, Oaxaca, Aguascalientes, Chihuahua, Chiapas y Morelos, así
como en California, Estados Unidos.
En la CDMX, miles de personas marcharon a pesar de la lluvia que cayó
durante casi todo el recorrido. Fueron tal vez más de 35 mil y en todo
caso más de la cifra de 10 mil según el
gobierno, que trató de minimizar a la marcha, además de denigrarla. La marcha
fue caracterizada sobre todo por el entusiasmo de miles de jóvenes, entre ellos
estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Universidad
Autónoma de la Ciudad de México (UACM), Universidad Autónoma Metropolitana
(UAM), Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), Universidad
Iberoamericana, el Instituto Politécnico Nacional (IPN) y otros. Cargaban
mantas y cartulinas con una variedad de señalamientos y consignas, como “Fue el
Estado”, “Nos faltan 43 y miles +”, un rostro de Andrés Manuel López Obrador
(AMLO) con la palabra “Farsante”. Los normalistas de Ayotzinapa cargaban tres representaciones
de tumbas para recordar el asesinato de sus tres compañeros en aquella noche
oscura de Iguala. Y las consignas con fuerza resonaron en todo el camino: “Porque
vivos se los llevaron, vivos los queremos”; “Ahora, ahora, se hace
indispensable presentación con vida y castigo a los culpables”; los conteos del
1 al 43 y al final el grito y puño en alto de “¡Justicia!”.
Que se llegará a 10 años sin verdad ni justicia motivó la participación
masiva de la gente, alentados por la persistente lucha de los padres y madres
de los 43, así como sus asesores, abogados y los y las normalistas. Esta lucha durante
10 años ha logrado evidenciar con pruebas científicas, sobre todo por la
investigación del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI),
la participación destacada que tuvo el Ejército en coordinación con las
policías de los diferentes niveles de gobierno y el grupo criminal de Guerreros
Unidos en la desaparición forzada de los 43 normalistas.
Comisiones de madres y padres, asesores y familiares, desde el 23 de
septiembre, participaron en la CDMX en varios espacios de universidades y
otros, en donde señalaron enfatizadamente que existen pruebas científicas de la
participación del Ejército, las policías y el crimen organizado y que AMLO encubre
al Ejército al esconder más evidencias documentales en poder del Ejército y
otras instituciones estatales. Y eso es la pura verdad. En vez de perseguir a
los culpables (que incluyen a los más altos niveles del Ejército y del gobierno
anterior), lanza ataques bajos e intenta desprestigiar a las víctimas, las
madres y padres, así como a sus asesores y la gente solidaria.
Y esto se volvió a reiterar en el mitin en el Zócalo al final de la
marcha: “Andrés Manuel López Obrador… dio la espalda al caso Ayotzinapa por
proteger al Ejército. Pasará como cómplice de aquellas personas que
desaparecieron a nuestros hijos. Son 10 años, que hemos caminado a pesar de
todo… Hay pruebas, hay informes que demuestran la participación de los militares…
Exigimos que se entreguen los folios faltantes donde está toda la información
de lo que ocurrió esa noche. Pedimos también el regreso del Grupo de Expertos
[GIEI] porque son los únicos que nos han llevado hacia la verdad. Gracias al
Grupo de Expertos hemos caminado un poco hacia la verdad, queremos el regreso
de ellos...”. Esto fue el señalamiento, exigencia y denuncia de Hilda Legideño,
madre de Jorge Antonio Tizapa Legideño, uno de los 43 desaparecidos.
Y es importante comprender más a fondo ¿Por qué encubren a su criminal
Ejército? “Porque el Ejército es la
fuerza represiva más importante del Estado. Al revelar su papel criminal, coludido con el crimen organizado, queda
al descubierto el Estado tal como es: un aparato de dominación, opresión y
represión criminal contra los oprimidos y el pueblo en general para mantener
este sistema capitalista de explotación y opresión”. (Del volante “Ayotzinapa: sigue la impunidad y el
encubrimiento del papel criminal del Ejército. Hace falta una revolución real
que abra paso a una nueva forma de vivir”, de la Organización Comunista
Revolucionaria, México [OCR, M]. Disponible en aurora-roja.blogspot.com).
Y una vez más tendieron cercos de altas murallas metálicas para “proteger”
el Palacio Nacional, la Catedral y el acceso al Zócalo. También colocaron
grandes y pesados bloques de concreto sobre los accesos para obstaculizar la
llegada de la marcha. Obstáculos como estos bloques de concreto no se habían
visto antes. “Se atrevieron a cerrarnos el paso”, dice Cristina Bautista, madre
de Benjamín Ascencio Bautista. Pero los obstáculos no pudieron detener el
coraje del mar de gente que pasó uno por uno por un resquicio o de plano los
brincó.
Le reclama Mario González, padre de César Manuel González, al presidente
López Obrador: “A estos 43 padres de familia no nos van a detener esos pedazos
de bloque. Si tenemos que brincarlos, los vamos a brincar con toda esta gente
solidaria que nos ha acompañado, que usted mismo ha defraudado poniendo estos
bloques para que no pasen. La marcha es pacífica, esta gente lo que quiere es
caminar con los 43 padres de familia. Durante diez años ninguna autoridad les
ha podido dar justicia”.
Y plantea: “No sé que miedo tenían de que la marcha completa llegara al
Zócalo. ¿Dónde está aquella democracia que pregona este gobierno que se dice
humanista?” Esa democracia, dice, “la utilizan nada más cuando le conviene,
cuando quieren algo a su favor. Pero para nosotros no existe”.
Y la verdad es que la “democracia” del capitalismo es cuando mucho para
los de arriba, los ricos y poderosos, los grandes capitalistas mexicanos y extranjeros,
así como los representantes políticos de su sistema. No existe democracia para
el pueblo sino más bien el uso de la fuerza del Estado capitalista contra
el pueblo. Así que esconden la mano negra del Ejército en Ayotzinapa y dejan en
la casi completa impunidad los cientos de miles de casos de asesinatos y
desapariciones. Dicen que “no reprimimos” a la vez que la policía de los
gobiernos de Morena mata al normalista de Ayotzinapa Yanqui Kothan Gómez
Peralta en Guerrero, a dos campesinos protestando el acaparamiento y
contaminación del agua por Granjas Carroll en Veracruz; brutalizan y encarcelan
a defensores indígenas en CDMX. ¡Ya basta! ¡Hay que tumbar este Estado
capitalista que se ensaña con el pueblo y establecer un nuevo poder
revolucionario que sirva al pueblo por medio de la revolución!
Los muros metálicos y de concreto son la expresión de seguir férreamente
encubriendo a su Estado capitalista y sus fuerzas armadas represivas, frente a
la indignación, el coraje y la creatividad colectiva que lucha por saber la
verdad y castigo a los criminales, no solo en el caso Ayotzinapa, sino en miles
de casos más de desaparecidos, miles más de asesinados, miles más de gente
desplazada forzadamente de sus territorios, y tantos crímenes más del sistema
capitalista y el Estado que lo protege.
La misma mañana del 26 de septiembre, AMLO vuelve a atacar a las
víctimas, a los padres, sus asesores y la gente solidaria con unas mentiras tan
descaradas que serían risibles, si no representaran la amenaza de nuevas
represiones por parte del Estado: “Con el paso del tiempo se ha vuelto un
movimiento conservador, de propósitos políticos muy vinculados a la derecha, al
PAN. Hasta el zapatismo, ahora cada vez que hay un cuestionamiento del
zapatismo es en contra de nosotros. El Agustín Pro es lo mismo, y otras
organizaciones”.
Así intenta justificar el encubrimiento del papel del Ejército, el golpe
en 2022 para reventar la investigación seria que realizaba la Unidad Especial
de Investigación y Litigación para el Caso Ayotzinapa (UEILCA) y las mentiras
para absolver al Ejército y consolidar la “Verdad Verde Olivo” (en la acertada
frase el articulista Julio Hernández López, el Astillero). Insiste una y otra vez que no hay ninguna evidencia
contra el Ejército, cuando existe un montón, e intenta reducirlo todo al grupo
criminal de Guerreros Unidos y algunas autoridades locales corruptas, semejante
en este respecto a la "Verdad Histórica" del gobierno de Peña Nieto,
fabricada a partir de la tortura, como señala John Gibler en un reciente
artículo (“La ‘Verdad Histérica’: López Obrador y el caso Ayotzinapa”, en adondevanlosdesaparecidos.org).
Cabe señalar aquí lo siguiente: “La misma saña con la que AMLO ha atacado a
la gente que lucha por verdad y justicia demuestra la extrema necesidad de
tapar la verdad sobre este horrendo crimen, porque revela la putrefacción de
este criminal Estado capitalista hasta los niveles más altos del gobierno. De revelarse toda la verdad muchos más
concluirían que este Estado y la violencia que ejerce son completamente
ilegítimos”. “Ayotzinapa es solo uno
de más de cien mil casos de desaparición que los sucesivos gobiernos han
mantenido en casi completa impunidad. Pero aunque fuera el único crimen del
actual sistema, el criminal operativo conjunto del Ejército, demás fuerzas del
Estado y Guerreros Unidos y los subsecuentes encubrimientos con la ‘Verdad Histórica’
y la ‘Verdad Verde Olivo’, bastan y sobran para subrayar la urgente necesidad de una revolución real para
tumbar este Estado capitalista que reprime al pueblo”. (Del libro Ayotzinapa:
Faro de lucha contra el Estado criminal y la necesidad de una revolución real”
de la OCR, M. Disponible a la venta y gratuitamente en forma digital en aurora-roja.blogspot.com).
Cuando la marcha finalmente llegó al Zócalo, el júbilo estalló cuando se
le prendió fuego a una gran figura siniestra de un militar parado sobre
cráneos, elaborado artísticamente de papel, representando a los culpables de
desaparecer a los 43 normalistas. Los normalistas lanzan algunos petardos sobre
las altas vallas metálicas que protegen el centro de la mentira, la traición y
la represión, el Palacio Nacional.
Al final del mitin en el Zócalo los padres y madres de los 43
agradecieron a toda la gente que ha apoyado la lucha y subrayaron que la lucha
va a seguir por conocer la verdad y castigar a todos los responsables.
¡Verdad y Justicia YA para Ayotzinapa y TODAS
las personas desaparecidas y asesinadas!
¡Fue el Estado! ¡El gobierno encubre al
Ejército criminal!
¡Luchamos por la revolución y una nueva y mucho
mejor forma de vivir!
Aurora Roja
Voz de la
Organización Comunista
Revolucionaria, México
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