Crisis brutal de un sistema perverso


Policía desaloja a una familia que perdió su casa por la crisis económica.

Vivimos la más grave crisis financiera y económica en el mundo desde la Gran Depresión de los años 1930. La caída de la economía este año en México será la más grande en la historia de que se tiene constancia. (Se pronostica una caída del Producto Interno Bruto del 7.3 a 10%, según diferentes fuentes). Primero Calderón y el Secretario de Hacienda Carstens nos dijeron que México estaba “blindado” contra cualquier crisis internacional, luego Carstens dijo que la crisis sería solo un “catarrito”, y ahora insiste en que habrá una “vigorosa recuperación” comenzando el año que entra. Una columnista de El Financiero comenta, "¿De cuál habrá fumado?”

Son brutales los efectos de esta crisis en la vida de la gente. En el mundo en este momento, uno de cada seis personas padece hambre cada día; 90 millones de personas más viven en la extrema pobreza que hace un año, 50 millones o más perderán sus empleos. En México 700 mil trabajadores han perdido la chamba definitivamente desde octubre pasado (solo en el "sector formal", es decir, los que tienen Seguro Social). Los salarios reales han caído. La inflación está por 6% y los precios de varios alimentos han subido aún más que hace un año cuando estalló la “crisis alimentaria”. Las remesas caerán por lo menos 10% este año, (la taza de desempleo general en EU es el 9.5% y entre latinos es el 12.2% ), lo cual significa hambre y desesperación para muchas familias, sobre todo en el campo, que dependen de ese ingreso para sobrevivir. Peligra la jubilación de millones de personas por las pérdidas en las Afores (más de 100 mil millones de pesos en 2008). Pequeños productores y comerciantes están en grandes aprietos y el comercio informal de que viven millones ha bajado mucho.

¿Y qué de la “vigorosa” recuperación? La verdad es que nadie puede saber qué pasará. Nos dicen que habrá crecimiento de 3% en 2010, pero como dijo el presidente del Consejo Mexicano de Comercio Exterior es “una adivinanza”. Lo seguro es que lo que hagan para salir de esta crisis significará más sufrimiento para la gente. Se intensificará la explotación. Habrá recortes salariales, se exigirá más producción a menos trabajadores y habrá más "flexibilización del mercado laboral”. Como ya se viene haciendo, habrá más trabajadores eventuales contratados por 3 o 6 meses, sin prestaciones ni siquiera Seguro Social. Habrá recortes en gasto social, como en salud y educación. Los impuestos subirán y probablemente también aumentarán las tarifas de la electricidad y la gasolina, por el déficit fiscal del gobierno federal. Muchas pequeñas empresas irán a pique.

Las crisis son inherentes al capitalismo

La causa fundamental de esta crisis es el sistema capitalista en sí. De hecho las crisis son parte esencial del funcionamiento del capitalismo. Ha habido crisis periódicas durante dos siglos, desde que el capitalismo llegó a ser predominante en diferentes países y desde el siglo pasado a nivel mundial. En México ha habido repetidas crisis capitalistas por lo menos desde 1899. Las más recientes fueron en 1982, 1995 y 2001. En cada crisis, nos dicen que es por los "errores" de alguien. En realidad es la erupción de las contradicciones internas del capitalismo.

Este sistema se basa en la explotación: las ganancias de los capitalistas vienen del valor creado por el trabajo de los obreros. La producción y distribución de la comida, la ropa, la vivienda, los medios de transporte, las computadoras, —casi todo lo que consumimos— es un proceso socializado llevado a cabo por miles de millones de personas, en redes que atraviesan el planeta. Pero toda esta riqueza social y los medios para producirla son propiedad privada de los capitalistas. Es un proceso que sólo funciona si los capitalistas sacan ganancias de esa producción. Esta contradicción básica, entre la producción socializada y la apropiación privada de toda la riqueza social, es lo que caracteriza el capitalismo y lo distingue de otros sistemas. Los capitales particulares compiten entre sí so pena de extinción. La producción social depende de un proceso anárquico en que cada capital busca la máxima ganancia, bajando salarios, introduciendo nueva tecnología, intensificando la explotación y tratando de aumentar su producción para ganar a los demás en el mercado. No existe ningún plan racional para satisfacer las necesidades de la humanidad ni crear un desarrollo sustentable y equilibrado. El gran capital ronda el mundo en busca de la máxima ganancia, brincando de un país a otro, de maquiladoras a bienes raíces a “futuros” de arroz a bonos de un gobierno u otro. La competencia entre los distintos capitales los impele a una carrera ciega de aumentar las ganancias y expandir el capital hasta que esto choca con los límites de estas propias relaciones capitalistas —la apropiación privada y la explotación—, creando grandes desequilibrios y nuevos obstáculos a su expansión rentable y finalmente estalla la crisis.

La Financierización y la Globalización: las raíces de esta crisis

La expansión capitalista de los últimos 15 años ha llevado a la presente crisis. Las dos características sobresalientes de ese crecimiento han sido una enorme expansión del sector financiero en EU y otros países imperialistas (que se llama “financierización”) junto con una nueva gran ola de globalización de la producción y la distribución de bienes.

Esta crisis estalló en el sistema bancario y el detonante fue el colapso del mercado de vivienda en Estados Unidos. La misma competencia entre capitales mencionada arriba llevó a un gran auge de construcción de casas y una “burbuja” especulativa en este sector. Los bancos ofrecieron préstamos “subprime” (con tazas de interés por debajo de las normales) para comprar casas a gente que no calificaba para el crédito normal. Engañaron a la gente con bajas tazas de interés por un par de años que luego subieron y llevó a que ya no podían pagar las hipotecas. Uno de cada 65 hogares en California está en alguna fase de juicio hipotecario y muchos ya perdieron sus casas. Esto no se debe a que la gente no necesita casas, ni a que no se podía construirlas. Ya se habían construido, pero quedan vacías por no poder pagar las hipotecas. Es un cruel ejemplo de como la producción para la ganancia particular no permite satisfacer las necesidades de la gente. Existen los recursos, la tecnología y los conocimientos suficientes para dar vivienda a todos. El obstáculo es el capital.

El desplome del mercado de viviendas en EU llevó a la crisis financiera internacional muy rápidamente, porque las hipotecas de las casas se habían vendido a bancos de inversión, que las combinaron con otros préstamos en lo que llamaron "bonos con aval hipotecario" que vendieron a otros bancos e inversionistas en Europa y otras partes del mundo. Se invirtieron más de un millón de millones de dólares de todo el mundo en el mercado de las hipotecas “subprime” en EU. Es un ejemplo de la financierización en acción y la competencia capitalista en otro nivel. Estos “bonos” se compraban y se vendían y llegaron a ser la base para otros préstamos. Fue un medio para atraer inversión extranjera a EU para estimular el crecimiento allá, apuntalar el dólar contra otras divisas y hacer más atractiva la inversión también en los bonos del gobierno de EU, que es el deudor más grande del mundo y necesita atraer inversión extranjera al nivel de 3 mil millones de dólares al día para financiar su deuda. Cuando la gente que compraba su casa con hipoteca ya no podía pagar las hipotecas, éstas quedaron sin valor. Y porque las hipotecas fueron la "garantía" para toda una cadena internacional de grandes inversiones y préstamos, se dieron pérdidas en cascada en el sistema financiero, miles de millones de dólares en valores se esfumaron, tambalearon grandes instituciones financieras sobre todo en EU, pero también en Reino Unido, Alemania y Francia. Los que no fueron "rescatados" quebraron y casi se desvaneció el crédito en la economía mundial.

Junto con la gran expansión del sector financiero en los países imperialistas la nueva ola de globalización de la producción ha llevado a una enorme expansión de la producción de manufacturas con mano de obra barata en muchos países del Tercer Mundo, incluyendo México. Los bajos salarios junto con la subcontratación y el "outsourcing" intensifican la explotación y producen enormes ganancias. A la vez aumenta la competencia entre estos países por atraer la inversión imperialista y los préstamos de los bancos imperialistas de que toda esta producción depende. En México, el “sector externo” es el motor y marca la pauta de la economía nacional, distorsiona la economía nacional y hace imposible cualquier desarrollo sustentable y racional. El 80% de las exportaciones van a EU, la mayor parte de la inversión extranjera productiva viene de EU y también la mayor parte del crédito. El país es como una gigantesca maquiladora, millones de trabajadores desgastan la vida en fábricas y talleres que abastecen el mercado estadounidense y 1300 mueren cada año en accidentes o por enfermedades causadas por las condiciones de trabajo. Tres millones de niños se ven obligados a trabajar y el 70 por ciento lo hacen en condiciones peligrosas. Para 5 millones o más de jóvenes mayores de 14 años no hay ni trabajo ni oportunidad de estudiar; no encuentran otro futuro excepto emigrar (o morirse en el intento) o entrarle al narcomenudeo u otras actividades ilegales. Tal vez hasta 15 millones de campesinos han sido obligados a migrar a las ciudades o a Estados Unidos. La destrucción del medio ambiente es rapaz.

Se han integrado las economías de los países oprimidos mucho más al mercado capitalista mundial y como resultado la presente crisis hace estragos en ellos (al contrario de los cuentos de hadas de Carstens de que porque es "externa" esta crisis será menos dura que otras). Por ejemplo, el peso cayó en octubre pasado principalmente porque la inversión extranjera huye de la bolsa mexicana y de los valores gubernamentales, en busca de inversiones más “seguras” en estos tiempos turbulentos. El Banco de México gasta divisas en el intento de mantener estable el tipo de cambio, porque es una condición esencial para atraer el financiamiento y la inversión extranjera directa que sustentan no solo al gobierno sino a la economía nacional. A la vez recibe menos dólares por la caída de las remesas, el precio del petróleo y el turismo. La producción está postrada por falta de mercado y falta de crédito. Se derrumba la industria automotriz, el motor del "sector externo", por la caída de General Motors y Chrysler y por la contracción del mercado en EU. Además, la caída de 60% en la producción de autos que se espera este año en México provoca una baja en los pagos de impuestos que podría llevar a la quiebra de las finanzas de los gobiernos de hasta 12 estados donde esta industria es el eje de la actividad económica. También el gobierno federal pierde ingresos del sector petrolero y una baja en el pago de impuestos (por la recesión). Por eso vuelven a hablar los políticos de IVA en alimentos y medicinas. A fuerzas vendrá más endeudamiento público junto con aumentos de impuestos y cobros de algún tipo.

Necesitamos un cambio de sistema. Necesitamos la revolución.

Esta crisis y todo el sufrimiento que conlleva es completamente innecesario. Nada de esto se da por escasez de recursos o conocimientos. Se da porque la apropiación privada capitalista impide el pleno desarrollo de la producción social de acuerdo con las necesidades del pueblo. En las crisis la producción cae porque los capitalistas no sacan suficientes ganancias de esa producción. Existen los conocimientos y la tecnología suficientes para satisfacer las necesidades materiales de todos, para crear una sociedad en que no haya explotación, no haya desempleo, no haya crisis económicas, no haya inflación, y aún más, que se crean nuevas relaciones, instituciones e ideas que contribuyan a emancipar a la humanidad en vez de a esclavizarla y degradarla.

Todo eso se demostró en la experiencia de Rusia y China cuando fueron socialistas. Durante la Gran Depresión del siglo pasado, no hubo crisis en la Unión Soviética, hubo grandes avances económicos y sociales basados en la movilización consciente de los obreros, campesinos y las clases medias que proclamaron “Estamos construyendo un nuevo mundo” y lo hacían en verdad. En la China socialista se eliminó el hambre por primera vez, los planes económicos no solo cubrían las necesidades materiales de la gente sino que sirvieron para superar las diferencias entre el campo y la ciudad, entre el hombre y la mujer, entre las diferentes nacionalidades y entre el trabajo manual e intelectual. La Gran Revolución Cultural Proletaria impulsaba la producción sobre la base de revolucionar las relaciones sociales y las ideas de la gente, sirviendo a la meta del comunismo en todo el mundo. Fue la más amplia movilización y participación consciente de la gente común en la política y la transformación de las instituciones y las ideas jamás visto.

El socialismo del siglo pasado eliminó la apropiación capitalista y la reemplazó con formas colectivas y estatales de propiedad, de acuerdo con el carácter social de la producción, que permitieron desarrollarla sirviendo al avance hacia el comunismo. El capitalismo finalmente fue restaurado en la Unión Soviética y 20 años después en China, no porque el socialismo fracasó, sino porque fue derrocado por fuerzas capitalistas que crecen dentro del socialismo, fortalecidos por el capitalismo-imperialismo que aún predominaba en el mundo. El problema no es que el socialismo es utópico ni que es un sistema “totalitario” que explota y oprime a la gente. Al contrario, estas primeras revoluciones socialistas fueron las experiencias más liberadoras en la historia de la humanidad. El problema es que el socialismo es sólo una transición a la completa eliminación de todas las relaciones opresivas heredadas del capitalismo, una transición al comunismo que finalmente solo puede lograrse a escala mundial.

Lo que hace falta en el mundo ahora es una nueva ola de revolución comunista que establezca el socialismo y lo desarrolle mejor y más allá de lo que se logró en el pasado, aprendiendo de los avances y de las fallas de esas primeras experiencias. Una revolución popular verdadera que barre con este sistema y el estado que lo sostiene, que se apodere de los recursos productivos y los desarrolle para satisfacer las necesidades humanas y cuidar el planeta; una revolución que cree un nuevo estado socialista que fomente nuevas relaciones e instituciones que promuevan la diversidad, la vivacidad y la creatividad de la gente, que siga transformando las relaciones e ideas tradicionales que aun pesan sobre la sociedad, que apoye la revolución en todos los demás países sirviendo a la meta de la emancipación de toda la humanidad, la sociedad comunista. Se está desarrollando el entendimiento y la visión que se necesita para guiar la revolución en las nuevas condiciones en el mundo ahora, concentrado en los nuevos avances de la teoría comunista por Bob Avakian. Para hacer la revolución y emancipar a la humanidad hay que entrarle con esta teoría, estudiarla y debatirla, contribuir a desarrollarla y unirse para aplicarla para preparar la revolución que hace falta.

La presente crisis ha golpeado el orden capitalista mundial, ha debilitado el “baluarte” del sistema, Estados Unidos, y ha aumentado las rivalidades entre las potencias. De esta crisis y de la eventual “recuperación” de este sistema vienen mayores trastornos y crímenes contra la humanidad que generan ira, resistencia y rebeliones de diferentes sectores de la población, que a menudo irrumpen de repente e inesperadamente. Dedicarnos ahora a preparar la revolución que las contradicciones de este sistema exigen es lo que tiene sentido y lo que vale la pena. ¿Cómo? Forjando un movimiento revolucionario que denuncia los ultrajes y desenmascara el sistema capitalista-imperialista de dónde provienen. Que pone en claro la necesidad y la posibilidad de la revolución y el comunismo ampliamente en la sociedad. Que fortalece la resistencia en contra de este sistema, sirviendo a la revolución y la emancipación de la humanidad.

Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria
http://aurora-roja.blogspot.com
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Trabajar ahora para la revolución comunista

Importante documento de la Organización Comunista Revolucionaria, México sobre el trabajo necesario para preparar la revolución comunista ahora.

Descarga: Trabajar.pdf


También contiene una crìtica importante del economismo y seguidismo.

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