Las palabras de López Obrador y Trump ante los medios de
comunicación, y la muy escueta “declaración conjunta” que firmaron el 8 de
julio, resaltan la dominación de México por el imperialismo estadounidense.
López Obrador alabó a Trump y su gobierno, un régimen
fascista basado en la supremacía blanca, la supremacía masculina y la xenofobia
estadounidense que sigue agrediendo a los mexicanos, a los inmigrantes (y a los
negros, latinos e indígenas de EU), con estas palabras falsas: …“durante mi
mandato como presidente de México, en vez de agravios hacia mi persona y, lo
que estimo más importante, hacia mi país, hemos recibido de usted comprensión y
respeto”. Agradeció “al pueblo de Estados Unidos, a su gobierno y a usted,
presidente Trump, por ser cada vez más respetuosos con nuestros paisanos
mexicanos”. Y terminó sus halagos a Trump con esto: “Pero lo que más aprecio es
que usted nunca ha buscado imponernos nada que viole o vulnere nuestra
soberanía… Usted no ha pretendido tratarnos como colonia, sino que, por el
contrario, ha honrado nuestra condición de nación independiente. Por eso estoy
aquí, para expresar al pueblo de Estados Unidos que su presidente se ha
comportado hacia nosotros con gentileza y respeto, nos ha tratado como lo que
somos: un país y un pueblo digno, libre, democrático y soberano”.