Video de la presentación de "Algo terrible o algo verdaderamente emancipador" en la Ciudad de México
Con furia y alegría las mujeres se manifiestan en México y el mundo el 8 de marzo
Manifestación el 8 de marzo de 2023 en la Ciudad de México |
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En el Día Internacional de las Mujeres,
cientos de miles de mujeres en el mundo salieron a las calles y plazas públicas
llenas de energía y coraje contra la opresión patriarcal que las hace vivir una
infinidad de horrores y crímenes a diario. También expresaron valientemente sus
sueños y deseos de una vida radicalmente diferente, una aspiración justa y
necesaria. Esta se podrá cumplir por medio de la revolución encaminada a
derrocar todo el sistema capitalista imperialista en el mundo, para finalmente
emancipar a toda la humanidad.
Mujeres salieron a la calle en Afganistán,
Irán, Turquía, Ucrania, Francia, Reino Unido, España, Italia, Brasil, Estados
Unidos, Colombia, Chile, Perú, Argentina, Uruguay, El Salvador, Venezuela,
Filipinas, Corea del Sur, y otros países.
En México, desde el sur hasta el norte, desde
Yucatán hasta Baja California, en las 32 entidades federativas de este país,
abarcando un poco más de 50 ciudades, desde niñas hasta mujeres mayores se
hicieron presentes en las calles. En algunas ciudades fueron olas de miles de
mujeres, que pintaron el aíre de morado y verde con sus bengalas, con sus
vestimentas, con sus cartulinas escritas, con sus pintas y grafitis en el
pavimento y las paredes, acompañadas de sonidos rítmicos y consignas. Estas
olas de mujeres inundaron las calles en un festival de unidad furiosa contra
todas la violencia patriarcal y machistas expresando ¡no más feminicidios,
desapariciones, violaciones, agresiones con ácido, acoso! ¡No más degradación y
humillación de las mujeres! También exigieron el derecho al aborto legal y
seguro para todas las mujeres en todo el país, ya que en la mayoría de los
estados no se ha despenalizado, a pesar de una decisión de la Suprema Corte de
despenalizarlo.
El Ejército asesina y espía, el presidente miente: el caso Pegasus
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En julio de 2020, el Ejército asesinó a doce personas que
iban en una camioneta en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Nueve de ellos eran
delincuentes, tres eran civiles secuestrados que venían maniatados. Cuando los
militares se dieron cuenta de que uno de los secuestrados todavía sobrevivía
después de la despiadada balacera, lo ejecutaron a sangre fría para encubrir
sus crímenes de lesa humanidad, todo lo cual fue captado en un video
que uno de los militares entregó después al padre de la víctima, por remorderle
la conciencia.
A pedido del padre del joven ejecutado, Raymundo Ramos del
Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, una organización independiente,
entró a investigar el caso. En este contexto, su teléfono fue intervenido
por parte del Ejército con el software espía Pegasus a fin de vigilarlo,
desprestigiarlo, criminalizarlo y estropear la investigación del caso. Todo
esto fue ilegal, dado que el Ejército no está facultado para hacerlo.
Incluso las fiscalías no pueden intervenir legalmente los teléfonos sin orden
judicial, y el ramo judicial ha informado que no existía ningún orden judicial
en este caso.
El Ejercito mexicano vuelve a masacrar a civiles desarmados en Nuevo Laredo, Tamaulipas
Después de la masacre, los militares impusieron su terror contra los vecinos |
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En la madrugada del 26 de febrero, siete amigos salieron de
un antro de Nuevo Laredo, abordaron la camioneta que uno de ellos recién había
comprado e iban en camino a casa. Un vehículo militar que los seguía impactó
por atrás a su camioneta y la arrastró 20 metros hasta hacerla chocar con un
auto estacionado. En ese momento les abrieron fuego directo para matar a todos.
Asesinaron a cinco de los jóvenes. Dos fueron acribillados dentro del camión,
uno con 10 balas y el otro con 12. Balearon a otros tres sobre el pavimento —
uno fue ultimado con un solo tiro a la sien, los otros dos recibieron varios
balazos, y uno de ellos, Gustavo Pérez Benítez, murió desangrado después de
yacer varias horas sin atención médica. Su hermano, Alejandro, joven de 21
años, salió de la camioneta cuando ya no se oyeron balazos y le pusieron pecho al pavimento durante dos horas. Testificó que decían
“mátalo” y que cuando un herido pidió ambulancia, lo remataron con otro
balazo. “Luego me preguntaron si quería vivir o morir y
yo les respondí que quería vivir… me dijeron que me declarara culpable,
mientras ellos me grababan en vídeo. Que dijera que íbamos huyendo, lo cual no
es verdad”. Solo sobrevivió porque los militares querían utilizarlo para
encubrir sus crímenes y culpar a las víctimas. La FGR (Fiscalía General
de la Nación) tardó horas para llegar a la escena del crimen, más o menos a la
par con la ambulancia, que llevó el único herido aún vivo. Este séptimo joven
está mal herido, en coma inducido. Al despertar, dio testimonio coincidente
sobre la masacre. Sigue internado y se espera que se recupere.