Por su pertinencia en la actual coyuntura electoral y la justa oposición a las elecciones, reproducimos el siguiente artículo, originalmente publicado en Aurora Roja No. 16.
De nuevo nos encontramos en
plena temporada electoral y como siempre el Instituto Federal Electoral (IFE) y
los candidatos nos inundan con sus montones de papel y su incesante
bla-bla-bla. Ya no es que “Nuestra democracia crece”, aunque sepa la bola si es
porque lo que más crece son las muertes, la impunidad, la crisis y el hambre, o
si es para no aburrirnos con la misma consigna publicitaria (por difícil que
sea creer que gente que es capaz de hacer pasar el mismísimo anuncio tres veces
seguidas en el mismo corte comercial sea capaz de compadecer nuestro
aburrimiento). Ahora es “Lo que hace grande a un país es la participación de su
gente”, lo que tal vez daría para pensar si su objetivo no era tan patente. ¿Se
trata de participar en la gestión de dónde trabajas? Lo siento, eso es
atribución exclusiva de tus jefes, todo el mundo sabe eso. ¿Se trata de
participar en el manejo de la economía que está condenando a cada vez más gente
al desempleo y la desesperación aquí y en todo el mundo? Vamos, ya sabes que eso
les compete a las autoridades financieras y más que nada a organismos extranjeros,
como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). ¿Tal vez se
trate de participar en esclarecer alguno de los miles de asesinatos, secuestros
y desapariciones impunes? ¿Qué va? ¿No sabes que lo menos que te puede pasar en
tal caso es que las autoridades te hacen caso omiso y te aconsejan no seguir
por tu propio “bien”?... si no es que acabas muerto, como le pasó a Nepomuceno
Moreno Muñoz, a quien nada menos que Calderón cínicamente ofreció “protección”.
¿Se tratará de participar en la lucha contra los feminicidios, los asesinatos
impunes por parte del gobierno, los ataques a la educación, las invasiones de
tierras por caciques y narcos y tantos crímenes más? ¿O de participar en la
lucha revolucionaria por acabar con todas estas infamias y crear otro mundo
mucho mejor? No, mi chavo, no se trata de eso, se trata de una participación
bien definida y restringida: 1) de “participar” en tenernos todos bien fichados
con la credencial de elector y 2) de participar en sus elecciones.
¿Por qué están tan obstinados
en lograr que votemos? La respuesta es sencilla: las elecciones sirven para
legitimar el gobierno y el sistema existente. ¿No votaste? Ajá, no puedes
quejarte, porque no votaste. ¿Votaste? Ajá, tienes que aguantarte todos los
ultrajes y porquerías del gobierno porque son las autoridades democráticamente elegidas, son los representantes democráticamente elegidos del pueblo, ¿quién eres tú para
cuestionar a la mayoría? Es un
ingenioso juego de “cara yo gano, cruz tú pierdes”.
¿Qué papel juegan las
elecciones y la democracia electoral en este sistema? Si nos atrevemos a penetrar
detrás de su vela tan alabada de la “democracia”, descubriremos que: 1.- las elecciones son controladas por las
clases dominantes; 2.- no determinan las decisiones básicas del gobierno y la
sociedad; 3.- su función esencial es legitimar el sistema y encasillar la
actividad política de las masas dentro del mismo; 4.- el cambio real sólo
vendrá de la lucha independiente y sobre todo revolucionaria de las masas.
Vamos por partes.
Sigue...