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Performance "Un violador en tu camino", Zócalo, Ciudad de México |
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APOYAR Y EXTENDER LA REVUELTA CONTRA LA VIOLENCIA MACHISTA
Organización Comunista Revolucionaria, México
Un nuevo torrente de lucha contra la opresión patriarcal ha
conmovido la sociedad en los últimos meses. Las marchas de agosto 2019 en la
Ciudad de México dieron voz a la furia de las mujeres contra la dominación
masculina. Denunciaron violaciones de mujeres por policías capitalinos que
quedaron impunes, los feminicidios que siguen aumentándose en todo el país, la criminalización
del aborto y el papel del Estado en perpetuar todos estos horrores. En octubre y
noviembre estallaron paros en varias escuelas contra el acoso y abuso sexual y
la complicidad institucional que lo ampara, entre otras demandas, comenzando con
la FES Cuautitlán, seguida por varias facultades en Ciudad Universitaria (CU),
así como escuelas de educación medio superior de la UNAM. En total hubo paros
en 11 diferentes planteles, algunos muy breves y otros que duraron varias
semanas. Al momento de escribir esto, todavía sigue el paro en la Facultad de
Filosofía y Letras en CU, que comenzó el 4 de noviembre y se ha sostenido por
más de diez semanas. Los paros en las Preparatorias 7 y 9 también continúan. La
marcha combativa en la capital el 25 de noviembre (Día por la eliminación de la
violencia contra las mujeres) fue acompañada por muchísima gente que corearon
consignas y aplaudieron desde las banquetas. Pocos días después, miles de mujeres
presentaron “Un violador en tu camino” en el Zócalo capitalino, así como en por
lo menos 19 otras ciudades de México y en la Feria Internacional del Libro de
Guadalajara. Este poderoso “performance” creado por el colectivo feminista Lastesis
de Valparaíso, Chile, recorrió el mundo como un relámpago, con presentaciones
en más de treinta países.
Es muy importante apoyar y extender esta ola de lucha contra
la supremacía masculina que oprime a todas las mujeres, así como a todas
las personas cuya sexualidad o género difiera de las relaciones “tradicionales”
predominantes. Estas acciones son parte de una justa y muy necesaria rebelión
contra el patriarcado, justo ahora cuando se intensifican los ataques
misóginos en México y en todo el mundo. La situación exige ponerle fin a la
violencia y la asquerosa cultura machista, como parte fundamental de emancipar
a las mujeres y a toda la humanidad. Se requiere una revolución real para
lograr esto; una revolución que tumbe el sistema capitalista y el Estado que
lo mantiene, porque estas son las principales estructuras y relaciones que defienden
y refuerzan el patriarcado y todas las demás formas de opresión y explotación
en el mundo actual. Esta revolución puede dar el primer gran salto hacia
eliminar el patriarcado, y revueltas como ésta, que despiertan e instruyen a
miles de personas, pueden contribuir mucho para preparar a la gente y el
terreno para esa revolución.
Desenmascarar los ataques y las maniobras de los defensores del
patriarcado
Esta lucha puede y debe alentar a todas las personas que odian
el terror y las injusticias perpetradas contra las mujeres a combatir los
ataques abiertos y disfrazados de los defensores del patriarcado. Los aullidos hipócritas
sobre cristales rotos y monumentos “profanados” (por pintar denuncias verídicas
e importantes)
son una forma velada de justificar y defender la supremacía
masculina. Tras esas quejas, están las difamaciones a las luchadoras tachándolas
de “feminazis”,
pintas llamando
a matarlas y violarlas (por ejemplo, en la Facultad de Ingeniería en CU), el
ataque a las manifestantes arrojando piedras y cristales, así como ataques y
burlas en Internet, como el video de jugadores del sub17 del equipo de América
mofándose de “Un violador en tu camino”. La réplica justa de
¿cuál importa
más, la vida de las mujeres o unos cristales rotos y estatuas pintadas?, hizo
eco y contribuyó a desinflar un poco los ataques de parte del Estado y los machistas
airados. Las autoridades del gobierno y otras instituciones que al principio
les tildaron de “provocadoras” a las activistas y amenazaron con reprimirlas, cambiaron
de táctica para disimular su papel de defender el statu quo patriarcal y comenzaron
a buscar otra manera de contener y finalmente desarticular al movimiento. Tienen
mucho temor a que se desate más ampliamente la furia contra la violencia
misógina y la supremacía masculina en general.
Saben que esta intolerable
opresión se intensifica en el país y en todo el mundo, y que se intensificará
la resistencia. Por eso, las autoridades prometen unos cambios menores
mientras maniobran para intimidar y aislar al movimiento, en aras de mantener
la asesina “normalidad” patriarcal.
Sigue...