Este 12 de
septiembre, con la presencia de Clemente Rodríguez Moreno, padre del joven
Cristian Alfonso Rodríguez uno de los normalistas desaparecidos por las fuerzas
del Estado en Iguala Guerrero el 26 de septiembre del 2014, en una protesta convocada
por la Red Nacional de Resistencia “¡Alto a la Guerra contra el Pueblo!” se
dieron cita en la entrada a esta ciudad una diversidad de fuerzas e individuos,
así como los reporteros de las radios y periódicos.
Marchó un
contingente de aproximadamente mil personas: mayoritariamente maestros de la Sección
22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, así como miembros
del Movimiento Popular Revolucionario (MPR) y de la Red Nacional de Resistencia
“¡Alto a la Guerra contra el Pueblo!”, contingentes de la Red Internacional de Indígenas
Oaxaqueños (RIIO), algunos del Comité de Defensa de los Derechos del Pueblo
(CODEP), el colectivo Canoa de Totonundó, albañiles, comerciantes, estudiantes
y colonos de diferentes barrios y colonias de esta ciudad de Tlaxiaco. Nos
reunimos a las 2 de la tarde frente a las instalaciones del Centro para el
Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI) y partimos en una marcha combativa gritando
diversas consignas en el recorrido, como: ¡De Iguala a Los Pinos, cárcel a los
asesinos!; ¡Brazo con brazo, codo con codo, Ayotzi, Ayotzi, somos todos!; ¡No
somos todos, faltan 43!; ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos! En el
recorrido salían a las bocacalles personas que de alguna manera, como
levantando el brazo, apoyaban la marcha.
En el recorrido de
la marcha también hubo diversos oradores. Entre otros, tanto en el recorrido
como en el mitin, participantes en el Movimiento Popular Revolucionario (MPR)
denunciaron y desenmascararon la participación del ejército, la policía
federal, la policía estatal y la municipal en este horrendo crimen. Desde antes
del ataque, todas estas fuerzas del Estado ya venían monitoreando y siguiendo a
los normalistas por medio del C4, Centro de Comunicaciones, Cómputo, Control y
Comando, que en tiempo real se comunica con todas las corporaciones represivas
del gobierno, sólo uno de los hechos que el gobierno ha querido tapar. Más
evidencias han salido a la luz por los expertos de la Comisión Interamericana
de Derechos Humanos y por periodistas y científicos independientes que
derrumban la supuesta “verdad histórica”
del ex procurador Murillo Karam de que los desaparecidos fueron incinerados en
el basurero de Cocula. Hace falta elevar y reforzar la participación del pueblo
junto con la lucha de los padres y normalistas de Ayotzinapa para exigir justicia
para los desaparecidos y asesinados de Ayotzinapa y castigo a los culpables,
desde Peña Nieto hacia abajo.
El MPR denunció que
el problema fundamental es el sistema capitalista-imperialista y las clases
dominantes del mismo en México —los grandes capitalistas extranjeros y
nacionales, así como la clase terrateniente— y el Estado criminal e ilegítimo
que los protege. El sistema capitalista-imperialista mundial causa sufrimiento
tan extremo así como tan innecesario, desde la India donde 150 mil campesinos
arruinados por el capitalismo global se han suicidado en tan solo diez años,
Europa del Este donde cada año secuestran a miles de mujeres para convertirlas
en esclavas para el mercado global del sexo, y aquí en México donde van más de
150 mil asesinados, más de 30 mil feminicidios, más de 25 mil desaparecidos, cientos
de presos políticos; donde los migrantes de Centroamérica son extorsionados,
secuestrados y asesinados con total impunidad muchas veces por agentes del
mismo gobierno coludidos con el crimen organizado, entre muchos otros crímenes
cometidos o solapados por el gobierno.
Este sistema no
merece perdurar: hace falta tumbarlo, arrancarlo de raíz. Hace falta la
revolución. El orador del MPR en el mitin culminó con “que no sea que nuestros
hijos, que nuestros nietos y hasta los nietos de nuestros nietos sigan
padeciendo los horrores de este sistema criminal, sigan en la necesidad de
luchar contra las mismas infamias y peor hasta la posible extinción de la raza
humana. ¡No! que la historia diga, al contrario, que aquí y ahora, como en
varias partes del globo terrestre, comenzó un nuevo movimiento para la
revolución que no se parará hasta lograr la liberación, la emancipación
definitiva de toda la humanidad. La historia queda por escribirse, y su
desenlace depende de lo que hagamos o no hagamos cada uno de nosotros presentes
aquí y ahora. ¡Atrevámonos a luchar por la revolución liberadora!”
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