Bases de unidad de la Organización Comunista
Revolucionaria, México
1. Solo la revolución comunista podrá poner fin a los horrores del
actual sistema capitalista-imperialista mundial.
El actual sistema capitalista-imperialista es un horror que aplasta
vidas y sofoca espíritus por todo el globo terrestre.
Solo con la revolución comunista será posible superar los horrores y
grandes contradicciones que son parte de la naturaleza misma de este sistema: la
contradicción fundamental del capitalismo entre la producción socializada y la
apropiación privada/capitalista, con la fuerza impulsora de la anarquía
capitalista, así como otras contradicciones que son producto de esa
contradicción fundamental o se desarrollan ahora en ese contexto, tales como la
opresión a las mujeres, a los indígenas y en general de una nación por otra; la
pobreza y miseria de la mayoría de la raza humana; el calentamiento global y la
destrucción del medio ambiente que amenazan la sobrevivencia misma de la
humanidad y de muchas otras especies; las crisis económicas; las guerras
imperialistas y reaccionarias; el azote del crimen organizado coludido con los
gobiernos y grandes capitalistas; el hostigamiento y violencia contra los
lésbico-gays; entre tantas otras infamias y atrocidades. Solo la revolución
comunista podrá poner las grandes fuerzas productivas socializadas de nuestros
días al servicio de la gente, del medio ambiente y de una nueva cultura
cooperativa y liberadora, en vez de la máxima ganancia, la explotación de la
mayoría por unos cuantos, la reducción de todo y todos a mercancías y la lucha
egoísta de cada individuo por sobresalir por encima de los demás.
Esta revolución es urgente. Solo por medio de esta revolución será
posible ponerle fin a tanta injusticia y sufrimiento para tanta gente que es
completamente innecesario. Solo por ese medio será posible realizar las
inmensas transformaciones que son necesarias y apremiantes para lidiar con el
cataclismo ambiental que se nos viene.
Esta gran transformación revolucionaria es completamente posible, pero
no se puede realizar simplemente sobre la base de buenos deseos o al antojo de
uno. Es una lucha compleja y difícil que requiere un entendimiento científico, que
parte de las evidencias y hechos reales para penetrar a la esencia, de cuál es
el problema y cuál es la solución. Requiere la guía de la ciencia del comunismo
fundada por Marx, desarrollada en particular por Lenin y Mao y que ahora ha experimentado
un avance cualitativo con la nueva síntesis del comunismo de Bob Avakian. Lo
más fundamental y esencial de este nuevo comunismo, como señala Avakian, es “el
mayor desarrollo y síntesis del comunismo como método y enfoque científico, y
la aplicación más consecuente de este método y enfoque científico a la realidad
en general y en particular a la lucha revolucionaria para derrocar y arrancar
de raíz todos los sistemas y relaciones de explotación y opresión y avanzar a
un mundo comunista”.
Como tal, este nuevo comunismo ha logrado una resolución cualitativa de
una contradicción crítica en el comunismo del pasado entre su método y enfoque
fundamentalmente científicos y aspectos de ese comunismo que iban en contra de
eso. Avakian ha desarrollado esta nueva síntesis del comunismo al analizar críticamente
y aprender de la rica experiencia de la lucha y la teoría revolucionarias en
todo el mundo —en particular de los grandes logros y también de los errores importantes
de las primeras revoluciones proletarias triunfantes en Rusia y China— así como
de los cambios importantes en el mundo desde aquel entonces y de muchas otras
esferas de actividad y conocimiento humano. Como toda ciencia, este nuevo
comunismo sigue desarrollándose y necesita aplicarse a las condiciones
concretas en cada caso.
Este nuevo comunismo es la guía imprescindible para el triunfo y avance
de la revolución comunista en el mundo actual, porque sin entender bien la
realidad y cómo transformarla para emancipar a la humanidad, la lucha
inevitablemente se desviará a uno u otro callejón sin salida. Todas las fuerzas
que se opongan a la nueva síntesis del comunismo, aunque se presuman de
“comunistas”, “revolucionarias” o “rebeldes”, se guían por concepciones que no
son acordes con la realidad ni con los intereses más fundamentales del
proletariado de ponerle fin a este sistema y a toda forma de explotación y
opresión, y por lo tanto dejarían a las masas atrapadas dentro de los
sofocantes confines del sistema actual de muerte y miseria.
La ciencia del comunismo no puede ni debe reservarse para unos cuantos
sino que debe llevarse a las masas en general. A la vez que los comunistas nos
unimos con gente de muy diversas ideologías en la lucha común contra este
sistema podrido, luchamos en el seno del pueblo por el método y enfoque científico
del materialismo dialéctico para entender el mundo como realmente es y
transformarlo en los intereses de la gran mayoría y finalmente de toda la
humanidad. Los comunistas somos ateos y reconocemos el hecho de que dios no
existe. Nos unimos con los creyentes en la lucha contra la injusticia, la
opresión y la explotación, a la vez que libramos debate para ayudar a la gente
a deshacerse de las trabas mentales de la religión y otras supersticiones que
tanto daño hacen.
3. La revolución comunista es un proceso mundial de conquistar el poder
en los diversos países, continuar la revolución en el socialismo y avanzar la
revolución mundial hasta la emancipación de toda la humanidad.
El comunismo será una sociedad mundial sin clases ni fronteras
nacionales, una asociación libre de personas en que todos trabajen consciente y
voluntariamente por el bien común y por cuidar el planeta y las demás especies,
a la vez que reciban de la sociedad lo que necesitan. Será una sociedad en que
todos compartan el trabajo físico necesario a la vez que participen en las
actividades intelectuales y culturales; una sociedad que habrá superado las
desigualdades y divisiones sociales entre mujeres y hombres, gobernantes y
gobernados, una parte de la humanidad y otra; una sociedad con una orientación
y cultura científica, cooperativa, inspiradora y de gran diversidad.
El comunismo no es una utopía. Todavía habrá necesidad de trabajar y
luchar por cumplir con las necesidades de la gente, cuidar el medio ambiente y
resolver problemas y contradicciones. Tampoco es un sueño irrealizable: tiene
firmes bases materiales en las profundas contradicciones del sistema
capitalista-imperialista mundial que no pueden resolverse bajo este sistema y
solo podrán resolverse en los intereses de la inmensa mayoría y finalmente de
toda la humanidad por medio de la revolución comunista.
Estamos inmersos en un largo y tortuoso proceso histórico-mundial de
transición del capitalismo mundial al comunismo mundial en que lo decisivo en
última instancia es el escenario mundial y el eslabón clave para avanzar son
las luchas proletarias en los diferentes países que se compenetran y se apoyan
mutuamente. Es más, la meta comunista es mundial, el sistema a vencer es
mundial y el proletariado es una clase mundial. Por lo tanto, la lucha
revolucionaria ha de ser profundamente internacionalista, partiendo, como
remarcó Lenin, no desde el punto de vista de "mi país" sino de mi
contribución a acelerar la revolución proletaria mundial. O como lo expresa
Avakian: “Internacionalismo — el mundo entero ante todo”. Los países
socialistas, cuando existan, no se deben concebir como un fin en sí mismos sino
como bases de apoyo para el avance de la revolución hasta la emancipación de la
humanidad.
El socialismo no es, como comúnmente se supone, simplemente una sociedad
de propiedad estatal y programas sociales, sino esencialmente una sociedad en
transición hacia el comunismo, la sociedad sin clases, que requiere superar
finalmente en el planeta entero todas las relaciones heredadas del capitalismo —
las “cuatro todas” de las que habló Marx: “Este socialismo es la declaración
de la permanencia de la revolución, la dictadura de clase del
proletariado como punto necesario de transición” para la eliminación de todas
las diferencias de clase, la eliminación de todas las relaciones de producción que
dan lugar a las diferencias de clase, la eliminación de todas las relaciones
sociales que corresponden a estas relaciones de producción, y la transformación
de todas las ideas que brotan de estas relaciones sociales.
El verdadero socialismo representa un gran avance para la gente. De
acuerdo con las distintas condiciones en diferentes países, se llega a establecer
un nuevo sistema económico al transformar la propiedad privada de los medios de
producción en propiedad socialista manejada colectivamente por la sociedad,
reemplazando la producción anárquica para el mercado y la máxima ganancia con
la producción planificada al servicio de las necesidades materiales y
culturales de la gente y el avance de la revolución mundial. Se establece un
nuevo sistema político al hacer añicos el viejo Estado que, detrás de cualquier
máscara de democracia electoral burguesa que pueda tener en varios países, es
siempre en esencia una dictadura burguesa sobre las masas. En su lugar se crean
las nuevas formas de poder que representan, en esencia, la dictadura del
proletariado sobre las clases explotadoras y la posibilidad por primera vez de
que las masas populares participen cada vez más en realmente gobernar y
determinar el rumbo de la sociedad, uniéndose con otros en todo el mundo para
finalmente abolir la explotación y la opresión.
A pesar de estos grandes avances, persisten las clases, la lucha de
clases y el peligro de restauración capitalista, como lo resumió de manera tan
penetrante Mao. Esto se debe, por una parte, al cerco y las agresiones
imperialistas que los países socialistas han tenido que enfrentar. Se debe, por
otra parte, a que, persisten muchas relaciones económicas y sociales heredadas
de la vieja sociedad, así como las ideas correspondientes, que no pueden
abolirse de inmediato sino solo podrán finalmente eliminarse por medio de una
prolongada lucha en relación dialéctica con el avance de la revolución mundial.
Por lo tanto, se da una lucha decisiva en el socialismo entre seguir el camino
socialista o volver al camino capitalista. ¿Se van a seguir transformando las
relaciones e ideas heredadas de la vieja sociedad y seguir apoyando e
impulsando la revolución mundial? ¿O, por el contrario, se van a implementar
políticas que de hecho significan fortalecer esas relaciones, defender y
aumentar las diferencias de clase y las ideas correspondientes y socavar el
avance de la revolución mundial? Aunque se pregonen tales políticas retrógradas
en nombre de un supuesto “comunismo”, de hecho llevan a restaurar el
capitalismo. Luchas sobre estas cuestiones brotan en toda la sociedad socialista
y los comunistas revolucionarios necesitan trazar el camino y luchar por
dirigir, ganar y alentar a toda la gente y fuerzas posibles para seguir el
avance hacia el comunismo, en lucha sobre todo con los “seguidores del camino
capitalista”, los aspirantes a una nueva burguesía, que se concentran sobre
todo entre una parte de los altos dirigentes del mismo partido comunista y de
la nueva sociedad en general.
La primera gran ola de la revolución proletaria mundial comenzó con el Manifiesto
comunista de Marx y Engels en 1848 y fue marcada por los hitos de la Comuna
de París, la Revolución bolchevique, la Revolución china y la Gran Revolución
Cultural Proletaria en la China socialista. Esta primera ola tocó su fin con la
restauración del capitalismo en la Unión Soviética en 1956 y en China en 1976.
Hoy en día, llámense como se llamen, no existe ningún país socialista. Hace
falta abrir una nueva etapa de la revolución mundial a la luz de las profundas
lecciones de los grandes avances y también de los errores y limitaciones de la
primera etapa, que Avakian ha resumido en la nueva síntesis del comunismo. Este
nuevo comunismo incluye una nueva visión y enfoque de cómo avanzar más y mejor
en el socialismo, combinando un “núcleo sólido” creciente de gente luchando
conscientemente por avanzar hacia el comunismo con “mucha elasticidad”, o sea, la
más amplia efervescencia, disentimiento, experimentación y debate posible sobre
la base de ese núcleo sólido.
4. Al conquistar el Poder, la revolución comunista en México llevará a
establecer un país socialista, independiente e internacionalista.
El pueblo en México, como el de otros países de África, Asia y América Latina,
es oprimido por los imperialistas de Norteamérica, Europa, Japón y otros,
principalmente por el imperialismo estadounidense. Aunque persisten algunas
relaciones semifeudales, sobre todo en las importantes zonas campesinas e
indígenas, así como algunos elementos heredados del pasado feudal en la cultura
del país en su conjunto, hoy en día predomina el modo de producción capitalista
desarticulado y subordinado al imperialismo.
La estrategia política para la revolución liberadora que tanta falta
hace en el país es un frente unido de los obreros, campesinos y clases medias
bajo la dirección del proletariado y su partido comunista revolucionario en
contra de los imperialistas, grandes capitalistas y terratenientes, así como el
sistema que estos representan. El programa básico de esta revolución consta de
siete puntos: 1.- Hacer añicos el Estado actual y establecer una República
Popular; 2.- Confiscar la propiedad de las clases dominantes y comenzar la
transformación socialista; 3.- Repartir la tierra entre los campesinos e
impulsar la colectivización voluntaria posterior; 4.- Autonomía regional e
igualdad para los pueblos indígenas; 5.- Liberación e igualdad para las
mujeres; 6.- Una nueva cultura crítica, científica, diversa e inspiradora; 7.-
Servir de base de apoyo para la revolución mundial.
Por su cercanía y por los múltiples lazos desiguales entre los dos
países, la revolución proletaria en México se compenetrará de manera importante
con las luchas y sobre todo con la lucha revolucionaria en los Estados Unidos. El
poderío del imperialismo estadounidense representa un gran desafío que solo
podrá ser superado al forjar la más estrecha unidad revolucionaria entre las
vanguardias comunistas, las masas oprimidas y los sectores progresistas en
ambos lados de la frontera en contra de la clase capitalista-imperialista de
Estados Unidos y sus socios menores, los grandes capitalistas y terratenientes mexicanos.
Sería una gran contribución a la emancipación de la humanidad que el avance de
la revolución liberadora en México marcara el principio del fin del imperio
mundial estadounidense.
5. La guerra del pueblo para tumbar este sistema inhumano es esencial y
profundamente liberadora.
El actual Estado mexicano es en esencia una dictadura de los
imperialistas, grandes capitalistas y terratenientes que, directamente y en
colusión con los grandes capitalistas del crimen organizado, son responsables
del asesinato, desaparición y tortura de cientos de miles de personas. Estas
rapaces clases dominantes nunca abandonarán por voluntad propia su paraíso de
explotación y opresión y siempre han respondido a cualquier desafío a sus
crímenes monumentales con la más sangrienta represión.
No es cierto que toda violencia degrada y deshumaniza. La violencia de
la mujer que se defiende de la violación y el feminicidio, del esclavo que se
rebela contra su esclavitud y de los oprimidos que se levantan contra sus
opresores es justa y profundamente liberadora. Ya lo dijo Marx: la violencia
revolucionaria es la partera de toda vieja sociedad preñada de una nueva que
lucha por nacer.
En la actualidad nos encontramos en un proceso de lucha por formar el
partido comunista revolucionario y de preparar de manera política, ideológica y
organizativa a la gente para la revolución. Al formar tal partido, su tarea
central será iniciar la guerra popular tan pronto como sea posible sostenerla y
desarrollarla. Esta guerra es una guerra de las masas y contará como bases
sociales esenciales en particular al proletariado y a las masas oprimidas en
las zonas campesinas e indígenas y en los “cinturones de miseria” que cercan
las grandes ciudades, a la vez que también será necesario ganar a sectores
importantes de las capas intermedias, sobre todo de la juventud. El ejército
popular viene del pueblo y será cobijado y protegido por los que toman partido
por la revolución. Dada la fuerza del enemigo y la certidumbre de la
intervención en varias formas del imperialismo estadounidense, es probable que
esta guerra revolucionaria sea relativamente prolongada.
Será difícil pero posible vencer al gran poderío militar de los
reaccionarios, incluido el imperialismo estadounidense. Los imperialistas y
todos los reaccionarios son colosos con pies de barro, ya que su poderío
descansa, a fin de cuentas, en su explotación y opresión de la gran mayoría. Al
librar una guerra popular que se apoye en y movilice cada vez más a las masas a
luchar por su liberación, en estrecha unidad con las masas de negros, latinos,
pobres, otros oprimidos y gente progresista en Estados Unidos, así como en todo
el mundo, será posible aislar, socavar y
finalmente derrocar a los opresores del pueblo.
6. La tarea central de los comunistas en México es luchar por formar el
partido comunista revolucionario.
La lucha revolucionaria por tumbar el actual sistema criminal, edificar
un nuevo sistema socialista y continuar la revolución en el país y en el mundo
hacia el comunismo es una lucha compleja y difícil que requiere dirección que
aplique el método científico del comunismo y un alto grado de conciencia,
disciplina y organización; requiere la dirección de un partido comunista
revolucionario. Tal partido es el instrumento más importante y es absolutamente
necesario para trazar el camino, inspirar y guiar a las masas para ponerse a la
altura de los grandes desafíos para hacer la revolución y finalmente emancipar
a la humanidad.
Ya que tal partido no existe en el país, la tarea central de los
comunistas es la lucha por formarlo. Será un partido comunista de nuevo tipo en
dos sentidos. Por una parte, nunca ha existido un partido comunista
consecuentemente revolucionario en el país. Aunque se formó el antiguo Partido
Comunista en México como parte de la Tercera Internacional Comunista, nunca
elaboró una línea y programa correctos para la revolución proletaria y degeneró
completamente en un partido revisionista —marxista de palabra pero burgués en
esencia— a principios de los años 60 del siglo pasado, al unirse a los nuevos
elementos burgueses que restauraron el capitalismo bajo un falso letrero del
socialismo en la antigua Unión Soviética. El amplio movimiento de inspiración
maoísta de los años 60 y 70 tampoco logró trazar línea y programa correctos ni
formar el partido comunista tan esencial para el avance de la revolución
proletaria. Con la formación de la Organización Comunista Revolucionaria, México,
en 1989, se comenzó el difícil proceso de aplicar la ciencia del comunismo como
se conocía en aquel tiempo a desarrollar línea y programa acordes con la
realidad y los intereses fundamentales de las masas, así como de ganar a nueva
gente para el comunismo revolucionario en medio del retroceso en el movimiento
comunista mundial en la estela de la restauración del capitalismo en China.
Por otra parte y aún más importante, hoy en día el partido comunista
revolucionario que se lucha por formar ha de basarse en, desarrollar y aplicar la
ciencia del comunismo como se ha desarrollado con el avance cualitativo de la
nueva síntesis del comunismo. Esto ha implicado e implica una lucha a fondo
para romper con ciertos errores que han caracterizado el movimiento comunista
desde hace tiempo y para retomar y aplicar este nuevo entendimiento más científico,
más revolucionario y más inspirador a fin de hacer la revolución y construir un
nuevo mundo mejor en el que todos quisiéramos vivir. Esta nueva síntesis, así
como el nuevo despertar del pueblo de los últimos años, nos brindan nuevas
bases para avanzar ahora, más rápido y acertadamente, enfrentando varias
dificultades, hacia la formación del partido comunista revolucionario. Como
señala Avakian, es “muy importante no subestimar el significado y la fuerza
positiva potencial de esta nueva síntesis…” para “revivir sobre una base
nueva y más avanzada — la viabilidad y, sí, la deseabilidad de un
mundo totalmente nuevo y radical…”
7. Hay que trabajar ahora para la revolución, ganando y
organizando a más gente para el nuevo comunismo y transformando al pueblo para
la revolución.
Es posible y urgente llevar ahora el nuevo comunismo a las masas ganando,
y organizando más gente para la revolución liberadora que tanto hace falta. Las
tres formas básicas de trabajo revolucionario entre las masas ahora son: 1.-
Promover amplia y audazmente la nueva síntesis del comunismo; 2.- Desarrollar
denuncias comunistas de los grandes crímenes del sistema actual; 3.- Movilizar
a las masas en lucha combativa contra los crímenes que concentran la naturaleza
opresiva de este sistema.
Esto es completamente contrario a la idea equivocada de que lo único
posible o necesario ahora son algunos “proyectos alternativos” que dejan
intactos tanto al Estado reaccionario como al sistema mayormente capitalista.
Aunque algunos proyectos alternativos pueden hacer una contribución como
parte de un movimiento para la revolución, pensar que puede haber un cambio
liberador sin tal revolución es una ilusión falsa que dejará al pueblo
sufriendo sin fin bajo este sistema reaccionario. Tampoco puede haber un cambio
real por medio de los partidos electorales que representan los intereses de
diversos sectores de las clases dominantes y del sistema.
Trabajar ahora para la revolución también es completamente contrario al
trillado y desgastado camino economista de encajar a las masas dentro de los
estrechos límites de la lucha reivindicativa, evitando y suprimiendo las
grandes cuestiones de la revolución y la nueva sociedad. Para lograr una
revolución verdaderamente liberadora, las masas pueden y necesitan entender y
debatir todas las cuestiones esenciales de esa revolución, que será obra de las
mismas masas bajo dirección comunista o no será. La lucha por reformas es justa
y necesaria, pero necesita subordinarse, como la parte al todo, a la lucha
revolucionaria por emancipar a la humanidad.
La revolución comunista no es inevitable: depende, entre otras cosas, de
la dirección acertada de la vanguardia comunista y de la lucha revolucionaria
de las masas. Tampoco “vendrá” por sí sola del descontento y auge de las luchas
de la gente en la ausencia de un entendimiento acertado del problema y la
solución. Es imprescindible ganar, forjar y organizar desde ahora muchos más
comunistas, formar lo antes posible el partido e impulsar un movimiento consciente
para la revolución entre las masas sin lo cual nunca será posible salir de este
sistema mortífero. De ahí se ve la miopía criminal del argumento de que “no se
puede” o “no se tiene que” hacer trabajo revolucionario entre la gente sino
hasta cuando exista una gran crisis y auge de las luchas de masas. En medio de una
crisis profunda y potencialmente revolucionaria del sistema, ya es tarde
comenzar a forjar lo que se necesita para avanzar hacia la victoria de la
revolución: el partido comunista revolucionario, el movimiento para la
revolución del que se organizará en el momento apropiado el ejercito popular y
un amplio frente unido bajo dirección proletaria. Si no nos esforzáramos al
máximo por forjar el partido comunista, el movimiento para la revolución y el
frente unido desde ahora, se echarían a perder las oportunidades para
finalmente ponerle fin a este sistema reaccionario y liberar al pueblo. Otra
contribución importante de la nueva síntesis del comunismo es el entendimiento
de que, aunque existen en distintos momentos condiciones a veces más y a veces
menos propicias para el avance de la revolución, los comunistas y
revolucionarios pueden y tienen que comprender las contradicciones reales del
sistema y “empujar contra los límites” de la situación en todo momento para
crear nuevas condiciones favorables a través de la lucha.
8. Dar la vida por el pueblo y la revolución; encarnar y luchar por una
nueva moral y valores emancipadores.
Los comunistas no tenemos otro propósito que no sea lograr la victoria
de la revolución comunista en todo el mundo, la liberación de las masas
oprimidas y finalmente la emancipación de toda la humanidad. Es una ardua y
difícil lucha que requiere grandes sacrificios en los intereses del pueblo, así
que todo comunista ha de estar dispuesto a dedicar la vida de todo corazón a la
meta del comunismo y a dar la vida por el pueblo y la revolución.
Los comunistas han de poner el ejemplo y promover una nueva moral y
valores emancipadores acordes con la meta del comunismo y la eliminación de las
"cuatro todas", que incluyen, entre otras cosas: preocuparse en
primer lugar por la revolución, el bien común y los demás, en contra del
estrecho egoísmo burgués; impulsar la liberación cabal y plena participación
social de las mujeres, indígenas, afromexicanos e inmigrantes y oponerse a toda
manifestación del chovinismo masculino, machismo, racismo y discriminación;
promover el internacionalismo y no el nacionalismo; alentar relaciones íntimas
basadas en el amor y el respeto mutuo en vez de relaciones opresivas y
machistas; reconocer y defender el derecho a la diversidad sexual; buscar y basarse
en la verdad, actuar de manera franca y honrada y dar la bienvenida al proceso
de crítica colectiva constructiva en el seno del pueblo.
9. En su funcionamiento la Organización Comunista Revolucionaria,
México, aplica el centralismo democrático y la orientación de núcleo sólido con
mucha elasticidad sobre la base del núcleo sólido.
La Organización Comunista Revolucionaria, México, (OCR,M) es una organización
prepartidaria que ha asumido la responsabilidad de dirigir la lucha por formar
el partido comunista revolucionario en México como destacamento del movimiento
comunista internacional. Su dirección, como toda dirección comunista en
general, es en esencia la dirección de una línea ideológica y política lo más
acorde posible con la realidad y los intereses fundamentales del proletariado y
las masas populares. Como tal, es esencial estudiar, basarse en y aplicar la
ciencia del comunismo, como el “marco” o “núcleo sólido”, para analizar y
resolver los problemas, y entrenar a otros a hacer lo mismo, lo que incluye
promover un proceso de rigurosa investigación, informes y debate en toda la organización,
aprendiendo también de mucha otra gente con otros puntos de vista, a fin de sintetizar
científicamente el entendimiento más correcto posible para guiar la lucha
revolucionaria. Una vez que se haya acordado una línea o política, toda la
organización se une para implementarla. Los dos aspectos de este centralismo
democrático, tanto el debate y forcejeo sobre la línea como su implementación
unificada, son esenciales para conocer y cambiar el mundo. Las instancias de la
OCR,M funcionan de manera colectiva. Aunque muchas veces las decisiones se
toman por consenso sobre la base del debate y análisis colectivo, en los casos
de desacuerdos, la minoría se subordina a la mayoría, el individuo a la
colectividad y toda la organización a la dirección central.
10. Lo más importante que puedes hacer con tu vida es luchar por la
emancipación de la humanidad e ingresar a la Organización Comunista
Revolucionaria, México,
El mundo no tiene que ser el horror que vive hoy en día la mayoría de la
humanidad. Pero la posibilidad de un mundo mucho mejor solo puede realizarse si
cada vez más gente retoma el comunismo nuevo, lo lleva a las masas e ingresa a
la OCR,M, para luchar por el partido comunista revolucionario que tanto hace
falta para encabezar la lucha de las masas por la revolución y la emancipación
de la humanidad.
Toda persona que tenga unidad con los principios expresados aquí y que
esté dispuesta a trabajar en una instancia colectiva para la revolución
comunista puede y debe solicitar su ingreso a la Organización Comunista
Revolucionaria, México, por medio de un proceso de evaluación y debate
colectivos.
No existe mejor propósito a que dedicar tu vida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario