Ciertos antecedentes de las amenazas trumpistas de imponer aranceles

Reproducido de revcom.us en español

Título completo: 

Ciertos antecedentes de las amenazas trumpistas de imponer aranceles con tal de exigir que México sea el socio de Estados Unidos en crímenes contra los refugiados

En el último período, al hacer uso de la amenaza de imponer, como garrote, aranceles escalonados y paralizadores sobre todo los bienes provenientes de México, Trump exigía que México se ponga de rodillas y se convierta en un colaboracionista aún más servil y ejecutor de la meta del régimen de Trump y Pence de aniquilar de manera efectiva el derecho al asilo para el creciente número de refugiados provenientes de América Central que huyen de la pobreza, el desempleo, la violencia y la represión en sus países de origen.

El 7 de junio, tan sólo unas horas antes de que los aranceles contra México estuvieran programados para entrar en vigor, Trump anunció que México se había suscrito una “declaración conjunta” que aceptara “tomar medidas sin precedente para aumentar los esfuerzos de agentes del orden público para frenar la migración irregular”. México también acordó ampliar el programa “Permanecer en México” a lo largo de la frontera de Estados Unidos y Mexico. Este programa obliga a miles de personas que solicitan asilo a esperar en México durante meses, o incluso años, hasta que se resuelva su solicitud de asilo, lo que implica que tendrían que encontrar trabajo y sobrevivir en las ciudades fronterizas de México en lugar de poder unirse a sus familias y amigos en Estados Unidos mientras esperan.

Según informes, México también está muy cerca de firmar un convenio, en violación total de las leyes de Estados Unidos y el derecho internacional, el que obligaría a todos los refugiados de América Central a solicitar asilo en el primer país que entren. De entrar en vigor ese convenio, los guatemaltecos tendrían que solicitar asilo en México, mientras que los hondureños y los salvadoreños serían obligados a solicitar asilo en Guatemala, un país con una pobreza tan severa, agravada por el calentamiento global que está destruyendo los cultivos, que los niños se están muriendo de hambre.

Incluso antes del 7 de junio, México ya llevaba semanas y meses de hacer concesiones a los mangoneos de Estados Unidos para evitar la amenaza arancelaria. Las fuerzas armadas mexicanas han estado llevando a cabo redadas y montando retenes las 24 horas del día en las rutas que van hacia el norte. Recientemente, México apostó 6.000 soldados fuertemente armados, una parte de una Guardia Nacional recién formada, para bloquear una caravana de unos mil migrantes y obligarlos a dar marcha atrás justo un día después de cruzar la frontera provenientes de Guatemala.

Para asegurar Estados Unidos que los organismos de inteligencia de México también estuvieran a bordo, las autoridades mexicanas detuvieron a dos trabajadores prominentes de ayuda humanitaria de Pueblos Sin Fronteras (PSF). Los dos cooperantes habían desempeñado un papel clave en la organización de las grandes caravanas públicas en 2018 que viajaban de Honduras a Estados Unidos. Trump y su régimen fascista atacaron vilmente a las caravanas como unos “invasores” de las “fronteras sagradas de Estados Unidos”. De acuerdo con documentos secretos divulgados a la prensa el pasado invierno, estos cooperantes habían estado bajo vigilancia de un operativo conjunto de inteligencia estadounidense-mexicano, el que también perseguía a otros activistas, abogados y periodistas, luego de que la Patulla Fronteriza gaseó a los refugiados en Tijuana en noviembre de 2018. Uno de los cooperantes, Irineo Mújica, director de PSF, ha trabajado en estrecha colaboración con Scott Warren, un voluntario de otro grupo de ayuda, No Más Muertes. Warren había estado bajo proceso en Tucson por escandalosos delitos mayores simplemente por proporcionar comida, ropa y una estancia corta para dos migrantes desesperados antes de que el proceso terminara con el jurado indeciso. 

El régimen de Trump y Pence comenzó a reunirse con el secretario de relaciones exteriores de México justo después de la toma de posesión del nuevo presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), lo que culminó en diciembre de 2018 con el anuncio del Departamento de Estado yanqui de un acuerdo con México “en un marco estratégico para nuestra cooperación en América Central para abordar las causas fundamentales de la migración. El secretario de relaciones exteriores de México dijo que Estados Unidos prometió hasta 10.6 mil millones de dólares para financiar iniciativas de “reforma institucional” y de “buen gobierno” en América Central, junto con el desarrollo regional en el sur de México. En otras palabras, el imperialismo estadounidense tiene la intención de usar a México como ejecutor regional de los intereses imperialistas. Este acuerdo no tiene nada que ver en absoluto con los intereses de las masas de personas en América Central o en México.

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