Raymond Lotta
7 de julio de 2021 | revcom.us
Por toda China se montan celebraciones oficiales del centenario del Partido Comunista de China (PCCh). Xi Jinping y otros líderes del PCCh gobernante fingen que hay una cadena ininterrumpida desde el congreso fundador del partido en julio de 1921 hasta el PCCh actual. Narran un cuento de un PCCh que ha realizado su misión de convertir a China en una gran potencia mundial que no ceda ante las presiones y amenazas extranjeras.
Los imperialistas estadounidenses y otros imperialistas occidentales
promueven su propia versión de esta narrativa de una “cadena ininterrumpida”.
Narran un cuento de un partido históricamente “autoritario” que, desde el
comienzo, ha buscado controlar vidas y dominar al mundo.
Ambos cuentos son mentiras profundamente irreales y sirven a fines
reaccionarios.
Poner en claro
algunos hechos básicos de la revolución china… y la contrarrevolución
He aquí la verdad. Estos cien años desde la fundación del PCCh
no han sido una cadena ininterrumpida sino una lucha entre la revolución y la
contrarrevolución.
El Partido Comunista que hoy gobierna a China NO es el mismo Partido Comunista que Mao Zedong dirigió desde los primeros años de los años 1930 hasta su muerte en 1976. NO es el mismo partido que, bajo la dirección de Mao, representaba la revolución, el socialismo y un mundo comunista sin explotación y opresión… el partido que, bajo Mao, verdaderamente dirigía al pueblo chino a hacer la revolución. La revolución socialista que Mao dirigió fue derrocada en 1976, poco después de su muerte y el arresto de sus seguidores dirigentes más cercanos.
He aquí la verdad. La China de hoy es una sociedad cien por
ciento capitalista — un potencia imperialista en ascenso. Los gobernantes
de China han conservado el nombre “partido comunista” y algunos de los adornos
de la revolución a fin de apuntalar sus reivindicaciones de legitimidad. Pero
lo que una vez era un bastión de la revolución ahora explota brutalmente a su
pueblo y contiende con Estados Unidos por la supremacía mundial.
Alguna información
esencial de trasfondo
En 1949, la revolución china triunfó. Esto fue la culminación de
más de 20 años de lucha armada que pasó por diferentes etapas: contra las
fuerzas opresivas de señores de la guerra… contra el imperialismo japonés que
había invadido y ocupado a grandes extensiones de China… contra los
reaccionarios respaldados por Estados Unidos. La revolución bajo la dirección
de Mao movilizó a decenas y cientos de millones de campesinos, obreros y
sectores más amplios de la sociedad en una lucha heroica para poner fin a los
salvajismos de la dominación imperialista y el dominio de los terratenientes. Pero
la toma de poder en 1949, como Mao enfatizó, no era el punto final sino
el inicio de un complejo proceso y lucha de transformar la sociedad y
el modo de pensar.
Mao estaba dirigiendo a la gente por el camino socialista.
Cientos de millones de personas asumieron la causa de forjar una sociedad libre
de explotación y opresión. Pero una clase capitalista nueva se
había generado dentro de las estructuras del PCCh y del nuevo estado socialista
— y estaba organizándose para llevar a China por el camino capitalista.
Mao hizo el análisis sin precedentes del peligro de la restauración
capitalista bajo el socialismo y de la manera de combatir
esto.
En 1966, Mao lanzó la Revolución Cultural sobre la base de ese análisis,
convocando a las masas populares a alzarse para derrocar a estas nuevas fuerzas
burguesas y prevenir la restauración del capitalismo — y para llevar la
revolución adelante hacia un mundo comunista. Esta lucha monumental y las
transformaciones increíbles que sucedieron en China en la década de 1966 a 1976
eran una fuente de inspiración y dirección para la humanidad oprimida y para
todos los que anhelaban la emancipación total y un mundo nuevo.
Pero en octubre de 1976 los seguidores del camino capitalista
triunfaron, al llevar a cabo un golpe de estado violento un mes después de la
muerte de Mao.
Revolución y
contrarrevolución… el análisis histórico de Bob Avakian
En 1977, Bob Avakian (BA) hizo un análisis histórico de la última gran
lucha de Mao — la lucha en la cima del Partido Comunista de China entre las
fuerzas revolucionarias por un lado y por otro, las nuevas fuerzas capitalistas
que se hacían pasar por socialistas “prácticos”. Él identificó y examinó los
factores críticos subyacentes al golpe de estado militar reaccionario de
octubre de 1976. Explicó las implicaciones de la pérdida en China para todos
aquellos por todo el planeta que anhelan la liberación.
En una coyuntura de desorientación y desmoralización entre las fuerzas
comunistas a nivel mundial, BA asumió la responsabilidad de dirigir al
movimiento comunista hacia adelante ante esta terrible derrota, y de sacarle
lecciones. Y BA ha seguido desarrollando el marco teórico para entender muy a
fondo la lucha entre la revolución y la contrarrevolución al
interior de un partido comunista, que ocupe el poder o no lo ocupe. Es
decir, la lucha que determina si un partido comunista sea, como lo ha expresado
BA, “una vanguardia del futuro o un residuo del pasado”.
El azuzamiento del
nacionalismo-chovinismo… la intensificación de la rivalidad entre grandes
potencias
La contrarrevolución de 1975 transformó al PCCh en un instrumento
represivo al servicio de los intereses de una nueva clase dominante capitalista
explotadora. Para 2005 a 2010, la dirigencia del partido chino ya había
evolucionado y se había transformado en una clase dominante imperialista. La
economía china está organizada en torno a las ganancias — con sus corporaciones
estatal-capitalistas al mando, sus talleres de sobreexplotación, enormes
reservas de capital privado y flujos al extranjero de masivas cantidades de
capital de inversión generador de ganancias.
Los gobernantes capitalista-imperialistas de China están aprovechando
este centenario del PCCh para azuzar el nacionalismo y el chovinismo. Hacen
espectáculo de su creciente poderío militar. Al mismo tiempo ponen sobre aviso
a Estados Unidos y a otros imperialistas de que China no permitirá
interferencia alguna con su persecución de sus “legítimos” intereses económicos
y estratégicos de gran potencia en Asia central, África y América Latina.
Por su parte, los imperialistas estadounidenses se aprovechan del
centenario para incitar un chovinismo anti-China y afirmar su “derecho” y
“responsabilidad” de prevenir que China perturbe el orden internacional mundial
que Estados Unidos estableció tras la Segunda Guerra Mundial. Un orden que
descansa sobre una inmensa red de explotación globalizada y violencia militar
bruta. Por más agudas, e intensificadas, que sean las discrepancias al interior
de la clase dominante imperialista estadounidense, tiene esta unidad básica:
reconocen a China como el adversario principal de Estados Unidos y la “amenaza”
principal a su hegemonía mundial.
Ambos bandos están avivando las tensiones. Y se intensifica el peligro
de una escalada hacia la guerra entre estas dos potencias igualmente
explotadoras y opresivas. Es de suma importancia entender las dinámicas de
la rivalidad y la contienda entre Estados Unidos y China — y revcom.us ofrecerá
una cobertura más a fondo.
Adquirir perspectiva…
convertirse en seguidores de Bob Avakian para hacer una revolución verdaderamente
emancipadora
La revolución china de 1949 a 1976, en particular la Revolución Cultural
de 1966 a 1976, era el punto álgido radicalmente transformador de la primera
etapa de la revolución comunista: con su inicio en la fugaz Comuna de Paris de
1871 y luego la revolución rusa de 1917 a 1956. El importante documento El comunismo: El comienzo de
una nueva etapa — Un manifiesto del Partido Comunista Revolucionario, Estados
Unidos, hace un resumen de esta primera etapa y del camino hacia
adelante.
La entrevista a Bob Avakian sobre La Revolución
Cultural de China… el arte y la cultura… el disentimiento y la efervescencia… y
el avance de la revolución hacia el comunismo que acompaña
este editorial ofrece observaciones valiosas sobre la experiencia de la
revolución china, los desafíos que ésta enfrentaba en ese entonces, lecciones,
y da vida al análisis que BA ha desarrollado sobre la importancia crítica del
disentimiento y la efervescencia intelectual-cultural en la sociedad socialista
del futuro. Los pasajes de la entrevista conmigo abordan
la verdadera historia de la revolución china, especialmente de
la Revolución Cultural, en contraposición a las calumnias y tergiversaciones
tan acostumbradas.
Bob Avakian ha analizado los grandes avances y los
problemas de China cuando era una sociedad auténticamente socialista, abordando
cuestiones de método y enfoque — y se ha adentrado a fondo en las razones por
la derrota de la revolución. Él ha hecho un resumen de todo el gran desfile de
la primera etapa de la revolución comunista. Ha defendido, sintetizado y
avanzado sobre los avances importantes en entendimiento que hicieron los
líderes de esas revoluciones y en algunos sentidos importantes ha roto con lo
que ha ocurrido en el pasado. Y, en el proceso, ha hecho avanzar de
manera cualitativa la ciencia del comunismo y la revolución para
emancipar a la humanidad.
En 1975, ser un comunista significaba seguir a Mao y al camino que él
forjó. Hoy, ser un comunista significa seguir a Bob Avakian y el nuevo camino él ha
forjado, el nuevo comunismo. Esta es la base para iniciar una nueva
etapa de la revolución comunista e ir mucho más lejos y hacerlo mucho mejor en
el mundo de hoy. En un momento en que se está volviendo más posible hacer la
revolución.
No hay comentarios:
Publicar un comentario