Kurdas llevan el pañuelo en alto para protestar por el asesinato de Mahsa Amini. Foto: AP |
Revista Fuego No.
131
octubre de 2022
5 de octubre de 2022 de revcom.us/es
Nota de la redacción: Los voluntarios de Revcom.us se responsabilicen de
traducir este posteo del Partido Comunista de Irán (marxista leninista maoísta)
(CPIMLM.org).
Lea aquí la versión original en persa.
En los últimos días de septiembre, el mundo volvió a cambiar por dos
importantes acontecimientos. Uno, el mundo se acerca más a una conflagración
nuclear por la confrontación catastrófica entre las potencias imperialistas en
Ucrania, y dos, el levantamiento sin precedentes en Irán que indica el comienzo
de un proceso revolucionario que tiene el potencial de convertirse en una
verdadera revolución.
El levantamiento de hombres y mujeres jóvenes a nivel nacional contra la
ley del hiyab obligatorio del gobierno religioso fascista de la República
Islámica es una sacudida que ha intensificado todas las principales fallas
sísmicas de Irán y ha cambiado el terreno político, no solo en Irán, sino
también en el Medio Oriente y el mundo.
La atención de millones de hombres y mujeres de todos los rincones del
mundo se ha desplazado del “Irán nuclear” al entusiasmo por la liberación que
brota de las masas. Ha despertado un apoyo tan amplio que ni siquiera los
gobernantes de los gobiernos imperialistas pudieron quedarse callados. El
nombre “Mahsa Amini” se repitió más de 100 millones de veces en Twitter, y
muchos artistas y atletas de todo el mundo gritaron su nombre para dejar
constancia indeleble del crimen de la masacre de la República Islámica en la
memoria histórica de la humanidad.
En este momento único lleno de potencial revolucionario, queremos
enfatizar algunos hechos importantes necesarios para comprender el alcance
total de cómo se está configurando el futuro.
Primero: de aquí al aplastamiento y desmantelamiento total de la República
Islámica, queda un largo y arduo camino por recorrer, lleno de altibajos. Sin
duda, la República Islámica no se alejará simplemente de los golpes que
amenazan a su propia existencia, y recurrirá a brutales atrocidades y
represalias para salvar y rescatar su barco naufragado y hundido.
Segundo: el cambio positivo y permanente solo puede lograrse con “¡Revolución, y
nada menos!” La realidad de la sociedad actual en Irán y el resto del mundo nos
dice que para arrancar de raíz las fuentes del sufrimiento, esta revolución
solo puede ser una revolución comunista. Esto se debe a que, en la era actual,
la raíz de todas las penurias humanas, incluida la opresión de las mujeres que
constituyen la mitad de la humanidad y que son aplastadas en las fauces del
patriarcado, está entretejida en las relaciones de producción capitalistas. Por
lo tanto, debemos establecer un nuevo poder estatal sobre las ruinas de
la República Islámica, un estado radicalmente diferente al actual estado
reaccionario, con su modo de producción capitalista. Y esto únicamente puede
ser un estado socialista1.
Tercero: Para derrocar a la República Islámica y todo su aparato estatal, es
necesario aplastar y desmantelar la columna vertebral militar del estado
(guardianes de la revolución, basji, ejército, fuerzas policiales, etc.). No
podemos apoyarnos simplemente en continuar con las protestas y la resistencia
en las calles, aunque, por supuesto, las protestas son necesarias y han creado
el punto de viraje actual. Nunca debemos hacernos ilusiones de que, incluso en
esta situación difícil y compleja, podemos confiar en un “golpe de estado” de
los militares, o confiar en la “ayuda” y el apoyo de parte de los imperialistas
o fuerzas que están bajo el ala de los imperialistas, incluidos los estados
regionales [en el Medio Oriente — Ndlr]. Las atrocidades que las
potencias imperialistas y sus representantes han cometido en Siria, Afganistán
e Irak están a la vista de todos. La injerencia e invasiones de los
imperialistas siempre han causado terribles desastres, incluido el
fortalecimiento del fundamentalismo islámico. Sólo un ejército
revolucionario del pueblo, integrado por millones de hombres y mujeres
conscientes y decididos a instaurar una nueva sociedad, puede hacer añicos la
columna vertebral del estado y sus fuerzas armadas2.
La situación que se está perfilando tiene características específicas.
La legitimidad de la teocracia ha sido destruida en las llamas del hiyab en
llamas. Se han esfumado treinta años de esfuerzo continuo por parte de una
parte importante de la clase dominante (reformistas) para intimidar y disuadir
a la gente de hacer otra revolución. La gran ilusión de que sin una revolución,
podemos obtener una medida de los derechos humanos y las relaciones se ha
convertido en cenizas esparcidas. Pero la característica más estratégica es la
poderosa demostración de que las mujeres son la piedra angular de la revolución
comunista.
En una revolución acelerada, los factores decisivos son el carácter
internacional de la lucha y el estado de ánimo de la gente, y ha habido grandes
cambios en esos frentes. En el espacio de una semana, el entorno político y
cultural general y las alineaciones en la sociedad cambiaron de maneras
sorprendentes. Un sector importante de la clase media, a pesar de sus múltiples
descontentos con el régimen, no se había levantado antes. Pero ahora ha
comenzado a manifestar su oposición, incluso con declaraciones de sus
representantes políticos y voceros.
Las comunidades acomodadas en ciudades importantes y los atletas y
artistas famosos se han unido a las protestas. Incluso los atletas aduladores y
los artistas famosos se han visto obligados a cambiar de bando. Cuanto más el
régimen criminal ha reprimido a las masas, más ha crecido la ira de este grupo.
Aquellos que eran indiferentes abandonaron su indiferencia de observadores
imparciales y se activaron. Quemar el hiyab ha operado una transformación
intelectual y cultural de proporciones históricas en la sociedad e indica que
el equilibrio del poder político e ideológico está cambiando.
Hombres y mujeres jóvenes conocidos como “los ochenteros” (con edades
entre 15 y 25 años) han demostrado un enérgico y profundo espíritu de
resistencia, enviando un mensaje a todos de que una fuerza decisiva ha entrado
en la batalla entre la revolución y la contrarrevolución. A escala
internacional, mujeres por todo el mundo, y especialmente mujeres y jóvenes en
el Medio Oriente, Afganistán y Turkiya [Turquía], ven en los acontecimientos en
Irán una victoria contra el patriarcado tiránico en todas partes, y miles de
artistas, científicos, activistas políticos y feministas de todo el mundo se
consideran acérrimos partidarios de este levantamiento.
Estos cambios muestran el potencial para una revolución y oportunidades
revolucionarias, ¡pero estos cambios todavía están lejos de ser una revolución!
La revolución, o cambio fundamental, ocurrirá cuando el sistema contra el que
nos hemos rebelado sea realmente derrocado y reemplazado por un sistema
fundamentalmente diferente. Hay una gran diferencia entre un pueblo para el que
este régimen le vale menos que una mota de polvo, que está harto de humillación
y odio, y que en la médula de su ser quiere derrocarlo — y por otro lado, un
pueblo que está tomando conciencia de las características básicas de un orden
político, social y económico diferente, una sociedad más justa y
fundamentalmente diferente, que se está organizando de acuerdo con un plan y
una dirección, y que está decidido a luchar por ello.
La principal tarea para nosotros como comunistas revolucionarios es
hacer nacer tal pueblo.
Al organizar y entrenar rápidamente a una fuerza de cientos de personas
con la orientación científica del Nuevo Comunismo, y con base en el “Programa y
Manifiesto de la Revolución Comunista en Irán”, levantaremos una fuerza capaz
de liderar a millones de personas en una batalla que tendrá dimensiones
histórico-globales, y que desafiará al viejo orden no solo en Irán sino en todo
el Medio Oriente y el mundo.
Los hombres y mujeres jóvenes que han hecho avanzar este proceso hasta
ahora pueden y deben convertirse en los líderes de tal revolución. Pero también
necesitamos aclarar lo que significa una dirección. “Dirección” no significa
este o aquel partido o una coalición de partidos. Es necesario que una
dirección encarne el tipo de sociedad por la que luchamos, nuestra hoja de ruta
para alcanzarla y la forma de organización que le corresponde y es necesaria
para el tipo de sociedad que queremos construir.
¿Será una sociedad capitalista?
¿Cuál será la diferencia entre la República Islámica, frente a una
república dominada por aquellos que anhelan la “democracia” o la “república”,
ya se llamen a sí mismos “liberales”, “constitucionalistas” o “republicanos”?
Ciertamente, necesariamente el patriarcado y la supremacía masculina
persistirán y continuarán, aunque con formas diferentes a las de la República
Islámica. La pobreza, el desempleo, la falta de un futuro digno, la destrucción
del medio ambiente, las guerras devastadoras, serán parte integral de tal
orden.
No queremos una sociedad así.
[Necesitamos] un sistema económico y político radicalmente diferente y
mucho mejor, un sistema socialista, que se base en satisfacer las
necesidades de la gente y en llevar adelante la lucha por un mundo comunista
donde por fin se ponga fin, por todas partes, a la explotación, la opresión y
la destrucción del medio ambiente que están integradas en este
sistema del capitalismo-imperialismo. Cualquier cosa menos que esta
revolución no lidiará para nada con la raíz de todos los problemas ni conducirá
hacia la verdadera solución.
No nos queda mucho tiempo para resolver el tema de la dirección. Porque
además del aparato estatal gobernante, que todavía tiene su aparato militar
represivo intacto y cuyo poder político e ideológico no se ha agotado, otras fuerzas
reaccionarias están al acecho, con el objetivo de tomar el control de muchas de
las fuerzas de seguridad e instituciones militares represivas existentes, y
presentarle a la gente todo este paquete describiéndolo como “más justo”, ¡a
fin de engañar a la gente! Nunca debemos olvidar que en 1979, la mayoría de la
gente que salió a las calles sintió la urgente necesidad de una revolución.
Pero una verdadera revolución nunca triunfó. En cambio, prevaleció el proceso
contrarrevolucionario, que resultó en el reemplazo de un régimen reaccionario
por otro régimen reaccionario.
Por eso nosotros, los comunistas revolucionarios, convocamos a
cualquiera que no pueda tolerar la situación actual y esté enojado, a
cualquiera que quiera luchar para librar a las mujeres de la esclavización del
hiyab obligatorio y quiera luchar contra el patriarcado, a cualquiera que
quiera enterrar por fin la teocracia gobernante en Irán, a cualquiera que odie
la supresión y matanza de opositores políticos, la pobreza, el desempleo y la destrucción
del medio ambiente. Además de estas personas, hacemos un llamado a aquellos que
quieren un mundo en el que toda la humanidad esté libre de la subyugación al
sistema capitalista, les decimos: si no son comunistas revolucionarios, ¡es
necesario que se conviertan en uno para la revolución que es necesario
para tener éxito!
_______________
NOTAS:
1. En cuanto al paisaje y el panorama general de esta sociedad, vea el
documento “Constitución de la Nueva República Socialista de Irán (borrador
propuesto)” en el sitio web de nuestro partido (cpimlm.org), así como
una breve descripción de ese documento en el mismo número de la revista Atash y
el artículo “Una breve descripción de la Constitución de la Nueva República
Socialista de Irán”. [Éstos están disponibles en persa — Ndlr.]
2. En cuanto a la
naturaleza y características de esta guerra, vea el documento “Estrategia para
el camino de la revolución en Irán” en el sitio web de nuestro partido. (cpimlm.org),
así como un resumen del mismo en este número de Atash y
en el artículo “Del derecho a la defensa a la guerra revolucionaria”. [Éstos
están disponibles en persa — Ndlr.]
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