Grecia: Sufrimiento, crisis y una SALIDA REVOLUCIONARIA

15 de julio de 2015 | Periódico Revolución | revcom.us

Las instituciones imperialistas mundiales impusieron una serie de medidas económicas que han causado enorme sufrimiento en Grecia. Arriba: En 2011, protestas contra las medidas de austeridad frente al Parlamento griego en Atenas. En la sociedad griega, este gesto de las manos expresa la intensa indignación e ira. Foto: AP

“Imperialismo quiere decir enormes monopolios e instituciones financieras que controlan las economías y sistemas políticos —y la vida de la gente— no solamente en un país sino en todo el mundo. Imperialismo quiere decir explotadores parasíticos que oprimen a centenares de millones de personas, condenándolas a incalculable miseria; financistas parasíticos capaces de hacer pasar hambre a millones simplemente presionando una tecla de una computadora y trasladando de esa manera grandes cantidades de riqueza de un lugar a otro. Imperialismo quiere decir guerra —guerra para suprimir la resistencia y rebelión de los oprimidos, y guerra entre los estados imperialistas rivales—, quiere decir la capacidad de líderes de estos estados de condenar a la humanidad a increíble devastación, quizás hasta la aniquilación total al oprimir un botón.

“El imperialismo es el capitalismo en la etapa en que sus contradicciones básicas han alcanzado un nivel extremadamente explosivo. Pero el imperialismo también significa que habrá revolución —el levantamiento de los oprimidos para derrotar a sus explotadores y atormentadores— y que esta revolución será una lucha mundial para barrer a ese monstruo global, el imperialismo”.
Lo BAsico 1:6

Ese monstruo mundial —el imperialismo— ha creado una crisis infernal en Grecia. Y esa crisis, a su vez, plantea un gran interrogante: ¿Hay otro camino para el mundo?

La respuesta es SÍ. Pero la respuesta se encuentra fuera del sistema existente, en una VERDADERA revolución liberadora.
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Grecia es un pequeño país mediterráneo de unos 11 millones de personas que se encuentra en la esquina bastante pobre del sureste de Europa. Es una puerta de entrada a las partes más ricas de Europa para cientos de miles de inmigrantes desesperados que huyen de la pobreza extrema, la inestabilidad o la guerra en Europa del Este, Oriente Medio, África y Asia Central y del Sur.

El domingo 5 de julio, con la bancarrota nacional apuntándoles a la cabeza como un arma, millones de griegos acudieron a las urnas y votaron decisivamente para rechazar un nuevo programa de austeridad cruel que la Unión Europea (UE) quería imponerles. El “no” fuerte y enojado refleja el inmenso sufrimiento que ya ha padecido el pueblo griego y su negativa a aceptar aún más. Reflejó su decisión de navegar la tormenta, de oponerse a esto de la única manera que les parecía disponible, en lugar de aceptar que los dictados del capital imperialista les rompieran y humillaran.

Pero al mismo tiempo, en este “referéndum”, las dos opciones constituyeron un debate sobre los términos del saqueo y sangrado del pueblo griego en aras del capital, la única diferencia siendo su ritmo y gravedad.

Una crisis infernal y el surgimiento del SYRIZA

Las instituciones imperialistas mundiales han impuesto una serie de medidas económicas que ha causado el sufrimiento terrible en Grecia. Los recortes a las pensiones y salarios, los despidos y cierres de negocios han llegado en una oleada tras otra. Esto a su vez llevó a la contracción económica y por lo tanto una caída en los ingresos del gobierno (de impuestos, etc.), lo que llevó a una deuda aún más profunda... y más recortes.


Junio de 2015, inmigrantes sirios, detenidos por días en la isla griega de Lesbos, protestan a las autoridades griegas por mejores condiciones de vida y papeles para poder viajar. Durante los primeros cinco meses de 2015, 40.297 migrantes llegaron a Grecia. Foto: AP
Hay personas durmiendo en las calles de Atenas (la capital). En Tesalónica una niña de 13 años de edad murió de envenenamiento por monóxido de carbono de la estufa de leña que su madre utilizaba para calentar la casa después de que les cortaron la electricidad; el invierno pasado la ciudad estaba cubierta de un manto de humo debido a que miles de personas quemaban la madera para el calor. La vida de las personas mayores está aún más amarga, las pensiones reducidas en 40 por ciento. En abril de 2005, un hombre de 77 años de edad se pegó un tiro en frente del Parlamento. Dejó una nota: “[el] gobierno ha aniquilado todos los rastros de mi supervivencia... Y ya que mi avanzada edad no me permite una forma de reaccionar dinámica (aunque si un compatriota griego agarrara un Kalashnikov, yo estaría justo detrás de él), no veo ninguna otra solución excepto este digno fin de mi vida, para que no me encuentre a mí mismo rebuscando en los cubos de basura para mi sustento”. La tasa de desempleo de los jóvenes es más del 50 por ciento. Y la tasa de suicidios en Grecia casi se duplicó en sólo los tres primeros años de la crisis económica.

Desde diciembre de 2008, Grecia ha experimentado repetidos estallidos de rebelión feroz. En varios momentos cientos de miles de personas marcharon en Atenas y otras ciudades para exigir la dimisión del gobierno; huelgas generales paralizaron todo el transporte público que entraba y salía de Grecia así como dentro del país; la gente montó barricadas en las calles y batallaron a la policía con piedras y botellas; atacaron y a veces incendiaron a bancos y edificios del gobierno. Los jóvenes que exigen un futuro y una vida dignos han estado en la vanguardia, denunciando y negándose a aceptar el mundo que les han dado. Al mismo tiempo, también han crecido las feas fuerzas fascistas con el apoyo de elementos de la policía y el ejército así como de unas fuerzas políticas establecidas, el núcleo siendo el nacionalismo griego reaccionario, el racismo bestial, y los ataques contra los inmigrantes.

De este caldero hirviente surgió “SYRIZA” (un acrónimo griego para “Coalición de la Izquierda Radical”) como un factor político importante, desafiando y contendiendo con los principales partidos burgueses tradicionales que habían perdido toda credibilidad para dirigir el Estado griego en esta crisis. En enero de 2015, se celebraron elecciones que llevaron a SYRIZA al poder. Pero la demanda básica de SYRIZA ante la UE es la de mejores condiciones en el rescate financiero: cancelar parte de la deuda de Grecia, desacelerar el ritmo de los pagos, permite que se dirija algún dinero a la inversión capitalista para “estimular la economía”, así como canalizar dinero a los servicios sociales de emergencia. Pero las principales potencias europeas no pueden aceptar esto por el precedente que sentaría. Y no es ninguna solución, ni a la crisis inmediata ni a los horrores que impregnan a la sociedad griega, los que incluyen ningún futuro para la juventud y la brutal persecución de los inmigrantes. El problema no es que SYRIZA “se vendió”. Es que la lógica y los líderes de SYRIZA ni siquiera pueden concebir la idea de romper las cadenas del capitalismo-imperialismo global, ni hablar de dirigir a la gente a hacerlo.


Octubre de 2012, manifestantes intentan derribar la barrera policial frente al parlamento en Atenas durante la visita de la cancillera alemana, Angela Merkel. Cientos de miles de personas han marchado en Atenas y otras ciudades para exigir la dimisión del gobierno; huelgas generales paralizaron todo el transporte público que entraba y salía de Grecia así como dentro del país; la gente montó barricadas en las calles y batallaron a la policía con piedras y botellas; atacó y a veces incendiaron a bancos y edificios del gobierno. Foto: AP
Muchos progresistas e incluso “radicales” alaban la experiencia de SYRIZA como un glorioso ejemplo de la democracia que dicen que necesitamos. Pero independientemente de las intenciones o las ilusiones de quienquiera, la democracia sólo puede funcionar sobre la base económica, social y política que ya existe, y bajo el capitalismo, la democracia siempre se reduce a escoger tu veneno... y al mismo tiempo a abandonar la posibilidad del cambio verdadero.


Una alternativa revolucionaria es posible... La dirección revolucionaria es de crucial necesidad

No hay una solución a la crisis en Grecia, ni a todo el sistema mundial del cual es una expresión, dentro del orden mundial actual. Ese orden mundial condena a millones de niños a morir de enfermedades prevenibles; esclaviza a mujeres; fuerza a millones de personas a huir de sus hogares y las persigue donde llegan; y su “moral” de la jungla sirve y se deriva de la naturaleza desalmada del capitalismo.

Pero EXISTE una salida revolucionaria. En el mundo de hoy existe la base para una revolución con el objetivo de poner fin a TODA explotación y opresión. Lo que falta, en Grecia y en la mayor parte del mundo, es una fuerza revolucionaria que pueda dirigir a la gente a realizarlo.

Los autores de los mayores crímenes de la historia han decretado que el capitalismo de una forma u otra es lo mejor que la humanidad puede lograr, que los intentos de revolución comunista fueron un desastre totalitario. Pero, ¿por qué recurrir a ellos en busca de soluciones y una comprensión científica de esa experiencia principalmente muy positiva y de cómo hacerla aún mucho mejor la próxima vez?

Bob Avakian (citado al comienzo de este artículo) ha desarrollado la visión y está dando dirección para una nueva etapa de la revolución comunista — un mundo radicalmente liberador. Obtenga más información y explore el trabajo y la dirección de Bob Avakian y el movimiento para la revolución comunista en www.revcom.us.

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