Quema de la bandera estadounidense en la Embajada de EU el 20 de enero, día de toma de posesión de Trump |
No podemos acostumbrarnos ni callarnos ante las agresiones
del nuevo gobierno en Washington. Este régimen intenta imponer el fascismo: una
forma de gobernar cualitativamente más brutal, represiva y belicosa, en
aras de apuntalar el mismo criminal sistema capitalista-imperialista y el
dominio de Estados Unidos en el mundo. Azuzan descaradamente el odio racista
contra los musulmanes, los mexicanos, los negros, los latinos, los pueblos
indígenas y otros pueblos “de color”. Fomentan la misoginia y el sometimiento
de las mujeres por los hombres, y vilipendian a los LGBTT. Incitan a asaltos violentos
contra personas de todos estos sectores oprimidos, y actúan desde el Estado
para someter, expulsar, encarcelar o asesinarlas. Cazan, deportan o encarcelar
a los inmigrantes, separando familias y creando terror en sus comunidades. Disparan
sus misiles contra Siria, no porque les duela la muerte de niños (al contrario:
Trump alabó el asesinato de niños en Yemen por EU en febrero), sino para intimidar
a sus rivales y súbditos, en aras de reforzar su poder en el mundo. Amagan con
su arsenal nuclear, atacan la ciencia e intentan sustituir la verdad objetiva por
falsedades que atontan y ensombrecen la sociedad. Este régimen representa un
gran peligro para la humanidad y se necesita un torrente de lucha aquí y en todo
el mundo para pararlo.
El régimen fascista arremete contra México
Difaman a los mexicanos, llamándonos “narcotraficantes,
violadores, y asesinos”, satanizando a un pueblo entero como los “culpables” de
los horrores que su mismo sistema ha creado. A la vez, buscan imponer un
control más directo y más férreo del imperialismo estadounidense sobre México. Si
no es sacado del poder, este régimen cumplirá sus amenazas de deportaciones y
detenciones masivas, terror abierto contra los inmigrantes, el muro y una
especie de “zonas de guerra” en las fronteras norte y sur de México, mayor
intromisión militar y político, y mayor explotación, saqueo y destrucción del
país por el capital estadounidense.
El mismo sistema capitalista-imperialista, con Estados
Unidos a su cabeza, ha obligado a millones de personas de todo el mundo a emigrar,
huyendo de la miseria, la violencia y la destrucción causadas por sus
guerras por imperio y sus “inversiones” que despojan a los campesinos,
destruyen el medio ambiente, deforman la economía y no dejan vivir a grandes
sectores de la gente en México, Centroamérica y otros muchos países oprimidos. Estos
estragos facilitan el auge del narcotráfico y tanto el Estado mexicano como el
estadounidense (por medio de la DEA, la CIA, la policía, etc.) se coluden con
los cárteles, mientras asesinan, desaparecen y encarcelan a gente inocente en nombre
de “combatir al crimen organizado”. Además de expulsar forzosamente a la gente de
sus países de origen, el sistema depende de la labor de los inmigrantes que lleguen
a EU (y no se mueran en el intento): hacen el trabajo más agobiante por
salarios ínfimos brindándoles mayores ganancias y ventajas competitivas en el
mundo. EU se beneficia también de la labor de los científicos, médicos,
técnicos, artistas, investigadores y otros que emigran porque ahí se concentran
los mayores recursos y oportunidades para trabajar en los campos en que se han
preparado, debido a la riqueza sacada de su “imperio”.
Al imperialismo y al régimen fascista que sataniza a los
migrantes, les decimos: USTEDES SON LOS CRIMINALES MÁS GRANDES EN LA
HISTORIA DE LA HUMANIDAD. Han masacrado a millones de personas en sus
constantes guerras por imperio y han explotado brutalmente y condenado a la
miseria a miles de millones en todo el mundo. En su propio país, la policía
asesina a jóvenes negros, latinos e inmigrantes y los encarcelan masivamente en
lo que es una forma de genocidio lento, que ahora amenazan con acelerar. ¡NO
TOLERAREMOS SUS ATAQUES RACISTAS CONTRA LOS INMIGRANTES Y LOS PUEBLOS OPRIMIDOS
EN EU NI SUS AGRESIONES CONTRA LOS PUEBLOS DEL MUNDO!
El régimen de Trump y Pence intenta
imponer el fascismo, que representa el mismo sistema capitalista-imperialista,
pero con un cambio drástico en la forma de gobernar y las “normas” o “valores”
que rigen la sociedad. Como señala el Partido Comunista Revolucionario, EU:
El
fascismo es cuando la clase burguesa (capitalista-imperialista) ejerza una
dictadura abierta, la que gobierna por medio del uso del abierto terror y la
violencia, pisotea lo que se supone son derechos civiles y legales, utiliza el
poder del estado y moviliza a grupos organizados de golpeadores fanáticos para
cometer atrocidades contra las masas populares, particularmente contra los
grupos de personas que identifica como “enemigos”, “indeseables” o “peligros
para la sociedad” (revcom.us).
La supremacía blanca — Piedra angular del fascismo
estadounidense
Este régimen fascista busca reafirmar y reforzar
violentamente la supremacía blanca, (un principio fundacional de Estados
Unidos) frente al debilitamiento del tejido social tradicional por la
inmigración, la intensificación de la opresión de los negros, latinos y otros,
una mayor resistencia en años recientes del pueblo negro, entre otros problemas
para la clase dominante. Los fascistas quieren un “país blanco”. Con
deportaciones masivas y el terror abierto, buscan reducir la cantidad y someter
más a los inmigrantes y a los pueblos “de color”. Movilizan su base social en
torno a la supremacía blanca, para luego imponerla violentamente a la sociedad
en general. Sus arengas racistas y xenofóbicas incluyen la declaración de un
diputado republicano, hincha de Trump, de que: “No podemos reconstruir nuestra
civilización con los bebés de otros”; y las arengas racistas y xenofóbicas de
Trump y de Jeff Sessions (Fiscal General) de que están deportando a narcos y
“pandilleros criminales”, la “basura que ha convertido las ciudades y suburbios
de EU en zonas de guerra”. Así hablan los genocidas. Así Hitler criminalizó a
los judíos, antes de encerrar y luego exterminarlos.
En realidad deportan a personas trabajadoras como Guadalupe
García Rayos. Fue detenida dentro de la oficina de Inmigración en
Phoenix, Arizona, al reportarse como lo había hecho de rutina desde hace seis
años. Súbitamente, después de vivir 22 años en EU, Guadalupe fue deportada a
México, separada repentina y violentamente de sus dos hijos, ciudadanos
estadounidenses, a pesar de que llegaron corriendo cientos de personas para tratar
de impedir su deportación. O personas como Daniel
Ramírez Medina, joven mexicano que fue detenido y está en peligro de ser
deportado, pese a tener el permiso temporal de “deportación diferida”
(“Dreamers”). Cuando Daniel les mostró a los agentes de ICE (Control de
Inmigración y Aduanas) su permiso, respondieron “No importa. Tu no naciste
en este país”. Después lo acusaron de ser “pandillero”, por tener un
tatuaje común y corriente.
O veamos el caso de Félix
Torres, mexicano y residente permanente legal desde hace 30 años. El 27 de
marzo, a las 6:20 de la mañana, abrió la puerta de su casa en Chicago, al
escuchar un escándalo afuera. Fue baleado de inmediato por agentes de ICE
y hospitalizado en condición grave. Los agentes irrumpieron en su casa,
encañonaron a sus hijos y nietos y los sacaron a la fuerza a todos, a pesar de
haber nacido en EU. Su estatus “legal” no los protegió del terror de ICE. Con
redadas así, este régimen fascista manda un mensaje: “Vamos a aterrorizar y
cazar a los inmigrantes, y a cualquiera que parezca inmigrante. No
importa que no hayas cometido ningún delito grave; no importa que tengas
papeles o algún permiso legal temporal; no importa incluso que seas ciudadano.
No importa lo mucho que hayas trabajado, lo honrado que seas, ni tus hijos que
te amen y te necesiten. Te podemos detener, te podemos deportar, o te podemos
matar a sangre fría.”
“Estados Unidos Primero” = Agredir al mundo para apuntalar
su imperio
“Estados Unidos primero” es la consigna al frente de este régimen
fascista. Lejos de ser “aislacionista”, anuncia mayores agresiones y coacción
contra otros países y pueblos con la meta de rehacer las relaciones y afianzar
su poder en el mundo. Amenazan con usar medidas extremas para lograrlo, frente
a los grandes problemas que enfrentan. ¿Cuáles problemas? EU está atascado en
guerras por imperio en gran parte del mundo, trabado en una contienda sangrienta
con el también reaccionario jihadismo islámico. Además, enfrenta los desafíos por
el ascenso económico y militar de China y la rivalidad con potencias
imperialistas como Rusia y algunos países europeos. (revcom.us) Las agresiones
y la mayor intromisión política y militar en México se dan en este contexto más
amplio.
Construir
el muro (y “¡que México lo pague!”), se volvió un grito que resonaba en la
campaña de Trump, azuzando la xenofobia antimexicana. Con sus típicas mentiras,
Trump y sus secretarios arengan que “enemigos”, “criminales” y “terroristas”
cruzan la frontera a raudales, sin ningún impedimento. En realidad es una de
las fronteras más fortificadas y vigiladas del mundo, pero el régimen fascista se
apresta a hacer su muro de la ignominia más largo, más alto y presumiblemente
más infranqueable, junto con desplegar cinco mil efectivos más de la patrulla
fronteriza y más equipo de vigilancia y represión. Además de servir de asalto (e
insulto) racista contra los mexicanos, el muro es parte de “asegurar la
frontera” frente al peligro de mayores migraciones y otros problemas para su
control, que aumentarán debido a las guerras reaccionarias y mucho mayores
estragos que provocará su sistema con las medidas extremas que piensa tomar este
régimen. También refuerzan y militarizan su frontera sur contra posibles
migraciones masivas de víctimas de los trastornos provocados por el
calentamiento global, que afecta desproporcionadamente a los países oprimidos,
a la vez que estos fascistas niegan que exista el calentamiento global e
implementan políticas que lo aceleran.
La
reunión “secreta” de los mandos del Comando Norte y el Comando Sur de las
fuerzas armadas de EU con autoridades mexicanas anónimas en Tapachula en
febrero de este año subraya que “los intereses” de EU imperialista se extienden
mucho más allá de su propia frontera. También la amenaza de Trump, (negado por
el gobierno federal pero corroborado por fuentes anónimas de ambos países), de
mandar fuerzas militares estadounidenses a México si las FFAA mexicanas no controlan
a los “bad hombres” del crimen organizado, es una señal de la posible
intervención directa mayor.
También
buscan mayor explotación y control económico del país. Por ejemplo, al insistir
en la renegociación del Tratado de Libre Comercio (TLC), Trump ha puesto muy en
claro que EU exige mayores ventajas para la explotación, el comercio y el control
de México. Los 22 años de este Tratado han aumentado con creces la
dominación económica y política por el imperialismo, la ruina del campo, el
despojo de las comunidades indígenas, la acelerada destrucción del medio
ambiente, mayor desigualdad salarial, millones más en la pobreza, millones
obligados a emigrar a EU, y millones deportados cuando ya no les puedan
explotar con ganancias.
Pero
claro, el gobierno achichincle de Peña Nieto es “optimista” respecto al TLC. Como
jefe del Estado mexicano, representa los intereses de las clases dominantes: los
grandes capitalistas y terratenientes mexicanos y los imperialistas. El Estado
mexicano es cómplice del imperialismo EU y del régimen fascista: mantiene las
relaciones económicas y financieras para la explotación y dominación
imperialista y ejerce la brutal represión del pueblo mexicano. Es cómplice también
al reprimir y deportar a migrantes centroamericanos, y al defender los
intereses de EU en el mundo — por ejemplo, ahora promueven en la OEA los
intentos de derrocar el gobierno de Maduro en Venezuela, que es un estorbo para
EU.
Paremos
al régimen fascista de Trump y Pence y preparemos la revolución
No
podemos quedarnos con los brazos cruzados mientras intentan imponen el fascismo
en EU y avanzan en sus planes de crímenes monstruosos contra la gente en todo
el mundo. Nos dicen, “preocúpate por ti y los tuyos nada más” para dividir y
conquistar: tenemos que velar por todos y luchar unidos contra el fascismo. Desde
el Poder han tratado de embaucar a la gente, proclamando que Trump no sería
candidato, que no ganaría y ahora que no va a implementar el programa fascista
que ha venido pregonando. Son mentiras y no podemos esperar a protestar hasta
cuando ya hayan avanzado más en ahogar las voces de protesta y oposición. Pensar
o fingir que este régimen fascista solo es “allá” y “no nos va a afectar” sería
cerrar los ojos al mundo real: el sistema capitalista-imperialista rige en todo
el mundo y no respeta fronteras; EU es la potencia imperialista más poderosa, México
es su “patio trasero” y ha sido dominado por EU desde hace un siglo. Incluso
desde antes de la época imperialista, EU robó la mitad del territorio mexicano
en 1848.
Solo
habrá un cambio fundamental para el pueblo al romper esta dominación. Se necesita
una revolución comunista que derroque el actual Estado, confisque la propiedad
de las clases dominantes, saque el país del sistema capitalista-imperialista
mundial y tome el camino socialista, desarraigando la opresión de las mujeres,
de los pueblos indígenas y los afromexicanos, superando todo el sufrimiento
innecesario infligido por el actual sistema, y apoyando esta revolución en
otros países, con la meta final de emancipar a toda la humanidad.[1]
Como
parte imprescindible de preparar esta revolución, de preparar al pueblo, el
terreno y construir el partido revolucionario comunista que hace falta para
dirigirla, necesitamos movilizar a amplios sectores del pueblo contra los
ataques del régimen de Trump y Pence y unirnos a la lucha en EU y el mundo por sacar
a este régimen, antes de que se consolide e imponga el fascismo. Los fascistas
están en el poder, pero aún no han podido implementar completamente su plan. Importa
mucho a las masas populares del mundo que no lo logren, por los atrocidades que
conlleva y porque, si lo logran, va a hacer mucho más difícil avanzar en la
lucha revolucionaria por la emancipación de la humanidad.
Un
torrente de lucha desde abajo en EU, México y el mundo, independiente de los políticos burgueses
conciliadores y colaboracionistas puede parar en seco el fascismo y
desenmascarar el sistema capitalista-imperialista y el Estado mexicano que lo
defiende. No es cierto que no podemos hacer nada: ¡imagina el impacto, aquí, en
EU y en el mundo, si estuvieran miles en las calles en México denunciando al
fascismo en EU y el colaboracionismo del gobierno mexicano y haciendo causa
común con la lucha de nuestras hermanas y hermanos al otro lado de la frontera
y en todo en mundo!
Nosotros,
los “enemigos” satanizados por Trump y su régimen, los que no tenemos ningún
interés en mantener este sistema de grandes desigualdades e injusticias,
necesitamos ponernos de pie y dar el grito al mundo de que ¡No conciliaremos,
no colaboraremos, y no claudicaremos ante los ataques del régimen fascista en
EU! Lucharemos junto con todos los demás “indeseables”, en EU y por todo el
mundo, para parar el fascismo y sacar este régimen del poder, junto con sus
colaboradores, el criminal Estado mexicano.
¡Fuera
Trump, Fuera Peña, Abajo Todo el Sistema!
Aurora Roja, Voz
de la Organización Comunista Revolucionaria, México
[1]
Véase La Revolución Liberadora, Orientación
estratégica y programa básico, disponible en http://aurora-roja.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario