Brincando la cerca en la frontera sur |
Son nuestras hermanas y
hermanos. Merecen el apoyo que en su
paso por el país mucha gente les viene dando, alentándolos y apoyándolos con
agua, comida, ropa, zapatos y transporte. ¡Exigimos libre paso y apoyo a los
trabajadores migrantes y fin a la represión, detenciones y deportaciones!
Los grandes empresarios
estadounidenses, en asociación con los grandes capitalistas locales, recorren
el mundo con sus capitales sin ningún impedimento para sacar miles de millones
de dólares de ganancias al precio de la devastación, pobreza y violencia
desbordada que han desolado a países como los centroamericanos aún más que a
México. Eso lo pregonan como el supuesto "libre comercio", la
libertad de los capitalistas e imperialistas de explotar a la gente dónde,
cuándo y cómo ellos quieran. Pero si los trabajadores cruzan alguna frontera en
busca de empleo y seguridad, son tachados de “ilegales” y “criminales”, y
cazados con saña. ¡Ya basta!
Los migrantes van a
Estados Unidos porque los capitalistas imperialistas estadounidenses han jodido
a otros países aún más que a su propio país. Todos los horrores que impelen el éxodo de los oprimidos de Honduras,
Guatemala y El Salvador son resultados directos del sistema imperialista que
los ha dominado y explotado por más de un siglo. En Centroamérica, grandes
plantaciones de plátano y de café propiedad de monopolios agroindustriales de
EU sobreexplotan a los jornaleros y amarran la dependencia del país dentro del
sistema imperialista mundial. En maquiladoras con salarios de hambre, la gente produce
la ropa que se exporta a Estados Unidos. El “mercado libre” imperialista,
avalado por el Tratado de Libre Comercio de Centroamérica de 2005, ha inundado a
estos países con granos básicos y productos lácteos importados de EU,
devastando la producción campesina y aumentando mucho los precios. Con la
colusión entre los gobernantes y el crimen organizado, se ha creado una
situación mortífera con una tasa de asesinatos más de dos veces la de México,
donde hemos visto más de 240 mil asesinatos en los últimos dos sexenios. Para
mantener este “paraíso de explotación” y asegurar su control de esta región por
razones estratégicas para su imperio mundial, EU ha impuesto y apuntalado regímenes
brutales que protegen sus intereses y someten al pueblo.
Honduras: El ejército de EU lo invadió siete veces entre 1903
y 1925. En los 1980s utilizó el país como base de la contrainsurgencia de los
Contras en Nicaragua. En 2009, EU respaldó el golpe militar contra el
presidente hondureño Manuel Zelaya. En 2017, el régimen fascista de Trump y
Pence avaló la reelección del actual presidente, Juan Orlando Hernández, que
reprimió con saña las nutridas protestas contra el fraude electoral. En años
recientes han asesinado a 200 activistas LGBT, 100 periodistas y por lo menos una
docena de activistas ecologistas, entre ellos, Berta Cáceres, renombrada
luchadora indígena.
El Salvador: El ejército de EU y la CIA han organizado, armado y
asesorado a las FFAA, policía y escuadrones de la muerte salvadoreños desde los
1950s, hasta dándoles listas de personas que debían asesinar. En los 80s, EU patrocinó
una sanguinaria guerra de contrainsurgencia con saldo de por lo menos 75 mil
muertes, y cientos de miles de refugiados que huyeron al norte. Los jóvenes
salvadoreños indocumentados crecieron en los barrios pobres de EU, y ahí
nacieron los maras, que llegaron a El Salvador cuando muchos fueron deportados
en los 90s.
Guatemala: EU maquinó un golpe militar en 1954 contra el
presidente Jacobo Arbenz, que había nacionalizado tierras no cultivadas del
monopolio estadounidense United Fruit para distribuirlas a los campesinos. En
los 80s, EU respaldó otro golpe de Estado que instauró como presidente al
General Ríos Mont, un pastor fascista cristiano, quien desató una guerra
genocida con armas, aviones y asesoría de Estados Unidos e Israel, masacrando
sistemáticamente a más de 75 mil personas, principalmente de unas 600
comunidades indígenas mayas.
Es una cruel ironía que los
migrantes tienen que arriesgar la vida tratando de llegar a EU, el mismo país
que es el principal responsable de la brutal pobreza, violencia
pandilleril, represión y carestía que no los dejan trabajar y vivir en sus
países de origen. Así funciona este sistema: justamente porque Estados
Unidos explota, saquea y domina gran parte del mundo, se concentra ahí la
riqueza arrancada de la labor de los trabajadores y del saqueo de los recursos
naturales en los países oprimidos. Y así funciona en todo el sistema
capitalista-imperialista mundial, con unos 65 millones de migrantes y
refugiados en el mundo, forzados a huir de sus hogares para intentar sobrevivir
ante la miseria, las guerras reaccionarias, la violencia generalizada y la
destrucción del medio ambiente. Una parte de la riqueza robada por los
imperialistas hace posible un nivel de vida relativamente mejor en los países
imperialistas norteamericanos y europeos, entre otros. Por eso los migrantes
van para allá: porque los grandes capitalistas imperialistas han jodido mucho
más a los países que dominan que a su propio país.
Todo esto es producto
de un sistema, el sistema capitalista-imperialista mundial. Hace falta la
revolución para tumbar este sistema mortífero y crear un nuevo sistema
económico y político socialistas donde se trabaje colectivamente para la
sociedad y para avanzar la misma revolución en los demás países. Donde triunfe
esta revolución se dará la bienvenida y la plena ciudadanía a todos los
migrantes que quieren contribuir a transformar la sociedad, y hacerla una base
de apoyo a la revolución mundial, para poner fin al capitalismo-imperialismo y
construir un nuevo mundo comunista sin fronteras ni ninguna forma de explotación
y opresión. Esta revolución sí es posible: el frenesí racista de Trump es
parte de una respuesta fascista extrema a contradicciones muy profundas para
el sistema imperialista que solo pueden ser resueltas en los intereses de la
mayoría por medio de la revolución comunista.
Los verdaderos criminales
están en la Casa Blanca, azuzando el racismo para tratar de imponer su programa
de fascismo y limpieza étnica. NO
es simplemente una táctica electoral. Mandan 5, 7 o 15 mil soldados a la
frontera. Actualmente hay 12,800 migrantes menores de edad “no
acompañados” apresados en centros de detención en EU. Están expandiendo sus
campos de detención, donde los menores han denunciado el maltrato de estar
encerrados en jaulas o en cuartos muy fríos que llaman “hieleras”, el abuso
físico, insultos racistas y castigos crueles. Así criminalizan a los migrantes
que piden asilo. Han comenzado a quitar los pasaportes de personas mexicanas o
centroamericanas nacidas en EU cuyos certificados de nacimiento fueron firmados
por parteras en vez de doctores, alegando que fueron falsificados. Y Trump
amenaza con negar la ciudadanía a los nacidos en EU de madres indocumentadas.
Todo régimen fascista usa
este método de satanizar a ciertos grupos para embrutecer y endurecer a otra
gente en su contra, y así imponer su programa. El programa del régimen fascista
de Trump/Pence incluye la limpieza étnica de los inmigrantes como parte de su
meta de un país de blancos, donde las personas no blancas no tengan derechos,
sean tratadas descaradamente como una “casta inferior”, lo que podría llegar a
dimensiones genocidas. Es una respuesta reaccionaria y fascista a la crisis
real de millones de refugiados en el mundo, creada por el funcionamiento de su
mismo sistema.
El Estado mexicano es perro
guardián de EU imperialista y cómplice del fascismo. Aunque por lo general no se atreven a usar la misma
invectiva racista y xenófoba que Trump, detrás de sus palabras “humanitarias” actúan
con la misma saña que la Migra estadounidense. Después de las golpizas y gases
en la frontera sur, han encerrado a gente que solicita refugio y han detenido y
deportado la gente que han logrado aislar de las caravanas, hasta jalando
mujeres por las greñas y golpeándolas, negando atención médica a dos mujeres
con abortos espontáneos y echando mano “a todo tipo de presiones, amenazas y
acciones directas", según el titular de la oficialista Defensoría de derechos
humanos oaxaqueña. El gobierno ha presionado a las empresas camioneras a que ni
renten autobuses, y también a gente solidaria que ofrece transporte, amenazando
con procesarlos por "tráfico humano" si dan transporte a los
migrantes. En 2015, las autoridades mexicanas llevaron a cabo el 70% de las
detenciones y deportaciones de migrantes centroamericanos, dejando solo el 30%
a la migra y policía de EU. Como un ejemplo de su actuar, en septiembre de
2018, agentes del INM y la Policía Federal atacaron a los migrantes en Juan
Rodríguez Clara, Veracruz, con saldo de 47 detenidos, 15 lesionados y, según la
gente, dos muertos. Un joven hondureño que escapó informó que escuchó la orden
de la policía “Tiren a matar que son unos perros”. Todo
esto demuestra una vez más que el Estado mexicano es un aparato
represivo encargado de mantener el sistema mayormente capitalista bajo
dominación imperialista, principalmente de los Estados Unidos.
Apoyemos a los migrantes y
luchemos por la revolución que emancipará a la humanidad. Los migrantes merecen el firme apoyo de todos.
Unámonos con ellos, denunciemos los crímenes brutales en su contra por parte de
las autoridades mexicanas, estadounidenses y centroamericanas, y preparemos la
revolución liberadora que pondrá fin a toda esta crueldad.
¡Alto a las Detenciones, Deportaciones y Ataques
Racistas!
¡Liberen a los Migrantes!
¡Saquemos a las verdaderas bestias: Trump, Pence y sus
compinches mexicanos!
Organización Comunista Revolucionaria, México (4/nov/2018)
aurora-roja.blogspot.com / auroraroja.mx@gmail.com
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