En México se marcha en contra del calentamiento global: Fridays For Future

La marcha anterior, el 20 de septiembre de 2019

El viernes 29 de noviembre los integrantes de Fridays For Future México, así como numerosos contingentes provenientes de escuelas de nivel básico, preparatorias, universidades y miembros de la sociedad en general, se manifestaron en la Ciudad de México para protestar en contra del cambio climático, así como de las prácticas y sistema responsables del mismo. Simultáneamente hubo manifestaciones en otras 26 ciudades del país, de acuerdo con los organizadores —como en Chiapas, Chihuahua, Mérida, Campeche, Tijuana, Los Cabos, La Paz, Oaxaca, Puebla, Cuernavaca, Cancún, Veracruz, Córdoba— y en muchos otros países, respondiendo al llamado de la sueca Greta Thunberg, quien ha inspirado a millones de jóvenes alrededor del mundo para exigir que se actúe para frenar la crisis climática que amenaza su futuro y la sustentabilidad de la raza humana y toda la naturaleza.

Cientos de personas, encabezados por niños y adolescentes, se hicieron de viva voz con diversas consignas; “ni un grado más, ni una especie menos”, “revolución o extinción”, “queremos futuro, no hidrocarburos”, “el capitalismo es extinción, la única salida es la revolución”, “gobierno, empresa, el futuro no está en venta”, “es una emergencia, lo dice la ciencia”, ”¿qué queremos? justicia climática, ¿cuándo la queremos? ¡ahora!”. Todas ellas sonaron desde Parque México con dirección a la Secretaría de Energía (Sener) ubicada en Insurgentes Sur, donde la marcha culminó con un mitin. Hablaron representantes de diversas organizaciones y grupos ecologistas. Entre los asistentes se encontraba Claudia Campero, activista perteneciente a Alianza Mexicana contra Fracking, quien calificó como mentirosas a las autoridades de la Sener por no detener esta actividad de extracción de combustibles fósiles. “Desde el año 2016 el número de pozos que utiliza este método pasó de 7 mil 879 a 8 mil 457”, refirió Campero.

En las mantas y carteles que cargaban los manifestantes podían leerse frases como: “no hay planeta B”, “cambio de sistema, no cambio climático” y “no queremos ser la última generación”. Al ser niños y adolescentes quienes cargaban dichas frases, hace mella en el tema de la sustentabilidad que depara para el futuro ¿Existe alguna posibilidad de supervivencia digna para las generaciones que aún se encuentran por debajo de la adultez legal? Y de existir dicha posibilidad, ¿qué sistema es el que se preocupa por la sustentabilidad y no por los índices de rentabilidad? En la voz de esta mayoría resuena una respuesta: El capitalismo no.

“¿Queremos un futuro en que se cuide el planeta, se reduzca drásticamente y luego se elimine la quema de combustibles fósiles para parar el calentamiento global y la extinción de las especies? ¿O queremos seguir con la adicción capitalista al petróleo barato y otros procesos contaminantes, envenenando el aire, el agua y los mares, volviendo cada vez más zonas inhabitables?” Esta disyuntiva se planteaba en el volante de la Organización Comunista Revolucionaria, México, repartido por participantes en la marcha del Movimiento Popular Revolucionario. Y responde contundentemente “si queremos un futuro mejor y esperanzador, hace falta un cambio profundo, hace falta la revolución Recorre el mundo una nueva esperanza, el nuevo comunismo.


Repetidamente se escuchó la consigna: “gobierno federal, declara ya la emergencia ambiental”. Las solicitudes de los manifestantes que exigen al Gobierno Federal la declaración de una Emergencia Climática en México, la reducción de las emisiones de dióxido carbono (CO2), además del cuidado y protección de las especies en peligro de extinción son por demás comprensibles y preocupantes. Sin embargo, sabemos que ni el gobierno ni el actual sistema capitalista tienen interés alguno por detener la explotación y destrucción de los ecosistemas de nuestro país, sino por el contrario ha firmado contratos multimillonarios con diversas empresas que se encargarán de llevar a cabo tal destrucción. Asimismo, la consternación con el proyecto que propone la administración de Andrés Manuel López Obrador del “Tren Maya”, cuya ruta abarcará los estados de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, se hizo muy presente y concisa al grito de “sí a la guacamaya, no al tren maya”. No queremos el tren maya, no queremos las consecuencias que llevarlo a cabo presenta para la sustentabilidad de nuestro futuro.

De igual manera se exigió la suspensión de la construcción de la refinería de Dos Bocas, en territorio tabasqueño, ya que se ha estudiado a plenitud las consecuencias que esto puede tener para los habitantes locales y para la población mundial a corto y largo plazo. Los combustibles de origen fósil no tienen lugar en el futuro, no son un apoyo para la sustentabilidad. Todo lo contrario, son la causa principal del calentamiento global que ya ha acelerado la extinción de muchas especies, ha intensificado mucho los desastres naturales, ha provocado la migración forzada de enormes cantidades de personas y amenaza el futuro de la Tierra.

El mitin finalizó con la escritura de diversos mensajes en la acera frente a la Sener, empleando tiza para ello, con la participación también de niños, que serán los más afectados por las consecuencias del cambio climático. Estas manifestaciones en todo el mundo han sido una expresión del ya presente y creciente descontento social, así como la búsqueda de otro sistema y otro futuro mejor.


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