Este 8 de marzo la furia de las mujeres vuelve a estremecer el mundo

En todo el mundo tomaron las calles cientos de miles de mujeres para luchar contra el patriarcado que las oprime en cada rincón del planeta. De Guatemala a Afganistán, de Japón a Pakistán, de Turquía a Estados Unidos y por todo Latinoamérica, se manifestó una creciente rebelión que puede convertirse en una fuerza poderosa para la revolución. Una revolución que puede y necesita acabar con el patriarcado y toda forma de opresión y explotación.  

En México, las mujeres volvieron a salir a las calles, desde Tijuana a Tapachula, de Guadalajara a Xalapa, de Juárez a Oaxaca, en Puebla, Tlaxcala, Chiapas, Hidalgo, Sonora y muchos lugares más. Expresaron su furia e indignación por la opresión que se intensifica contra las mujeres y que adquiere formas más brutales, como el asesinato, en promedio, de 10 mujeres cada día, en muchos casos por el simple hecho de ser mujeres. En varios estados las protestas fueron realmente masivas, con la participación principalmente de jóvenes. Exigieron que se paren los feminicidios, las violaciones, el acoso sexual, justicia para las víctimas y castigo a los culpables, así como el aborto legal y seguro.

En la Ciudad de México (CDMX), desde el día anterior al 8 de marzo, unas mujeres se plantaron frente a la muralla metálica que el gobierno levantó para proteger el Palacio Nacional. En esa muralla con letras grandes pintaron “MÉXICO FEMINICIDA”, además de otras frases como “Nosotras somos la resistencia” y “Conservadora su impunidad que protege asesinos”. También un gran globo dirigible voló por el cielo de la ciudad con enormes letreros que señalaban, por un lado, “10 feminicidios diarios” y por el otro lado, “Ninguna en el olvido”. De nuevo las murallas, de nuevo la creatividad de las mujeres. Porque además amurallaron la Catedral, y en otra de esas murallas con un grafiti artístico a colores plasmaron “¡Aborto legal en todo el país!”. En la Glorieta donde antes estaba el monumento a Cristóbal Colón, y que han renombrado la Glorieta de las Mujeres que Luchan, cambiaron el monumento de madera, de la mujer con el puño arriba, por una de metal. El ambiente de combatividad empezaba con estas acciones.

Desde el gobierno federal y capitalino, además de sus murallas, hicieron todo lo posible para intimidar y criminalizar a las mujeres que saldrían a marchar. Anunciaron y promovieron que sería la marcha más violenta, tratando así de sembrar temor en las mujeres y en la sociedad en general. Intentaron crear este ambiente de miedo para que menos gente fuera a la marcha y para tratar de aislar a las manifestantes, criminalizarlas y pintarlas de lo peor.

Desde el púlpito de Palacio Nacional, el presidente Andrés Manuel López Obrador por la mañana declaró, justificando y uniéndose a la declaración del gobierno de la CDMX, de que sería peligrosa la marcha: “Sí, sí, porque hay mucha infiltración del conservadurismo de derecha”. Así vuelve a intentar descalificar la oposición justa y radical como si fuera parte del “circo” burgués de los partidos electorales de Morena, PRI, PAN, MC, etc.  La furia por el asesinato y abuso de las mujeres es justa y necesaria. Estos crímenes son intolerables, y son razón más que suficiente para tumbar y desmantelar el sistema capitalista patriarcal con una revolución real. Como bien plantearon las manifestantes: “Conservadora su impunidad que protege asesinos”.

La satanización no les funcionó: El rechazo al intento de intimidar fue palpable. La Ciudad de México —ya el 8 de marzo— se inundó de decenas de miles de mujeres. Se pintó de morado y verde, porque miles de jóvenes se cubrieron de playeras, pañoletas, pañuelos y banderas que portaron de esos colores. Decenas de miles marcharon por las calles desde varios puntos de concentración para llegar al Zócalo. Desde pasado el mediodía se anunció que contingentes de mujeres empezaron a llegar al Zócalo y siguieron llegando hasta pasado las seis de la tarde.

Los contingentes expresaron radiantes su coraje, su hartazgo y a la vez su emoción y alegría de volver a encontrarse y juntas caminar, gritar y bailar. Denunciaron a gritos que “Ni una más, ni una asesinada más”, “Porque vivas se las llevaron vivas las queremos”, “Hay que abortar, hay que abortar, hay que abortar este sistema patriarcal”, “La policía no me cuida, me cuidan mis amigas”, “El Estado opresor, es un macho violador”, “Si tocan a una, respondemos todas” y muchos cánticos más, acompañados por los ritmos de batucadas. Portaban cartulinas donde expresaban su sororidad e indignación: “Estoy aquí por las que ya no están”, “Abuela vine a gritar lo que te hicieron callar”. Hubo un tendedero de denuncias de acosadores que se colocó en el asta bandera frente a Palacio Nacional. También madres de victimas de feminicidios, o que buscan a sus hijas desaparecidas, fueron parte de los contingentes.

Contingentes entraban y salían del Zócalo, con estimaciones de alrededor de 75 mil manifestantes. Grupos de mujeres golpeaban las murallas que cubrían Palacio Nacional y la Catedral Metropolitana; intentaban derrumbarla pero desde dentro de las vallas arrojaban polvo de extintores y gas.

El Movimiento Revolución repartimos el volante “Un llamado a las mujeres rebeldes y a todos los que odian la violencia, el abuso y el desprecio que asedian a las mujeres: A organizarse ahora para una Revolución Real que arrase con la opresión de las mujeres y emancipe a la humanidad”, de la Organización Comunista Revolucionaria, México (OCR,M), que está disponible en el blog http://aurora-roja.blogspot.com. Una compañera  y un compañero agitaban que este movimiento de las mujeres es muy positivo e inspirador, y que para acabar con la opresión se necesita acabar con el patriarcado. Se leyó esa parte del volante: “¿Vamos a contentarnos con unas reformas cosméticas al sistema patriarcal o debemos luchar por acabar con el patriarcado y toda forma de opresión? Si queremos acabar con la opresión de las mujeres, hay que preguntarse ¿qué hace falta para lograr eso? Hace falta hacer añicos el Estado actual que deja en absoluta impunidad la aplastante mayoría de los crímenes misóginos y cuyas mismas fuerzas armadas y policías manosean, violan y matan a mujeres. Hace falta acabar con el capitalismo tanto “legal” como del crimen organizado que deshumaniza y esclaviza a las mujeres y saca enormes ganancias de la pornografía, la prostitución, la trata, anuncios comerciales denigrantes, así como de la superexplotación de la mano de obra femenina. Se tiene que acabar y transformar en toda la sociedad la familia patriarcal tan opresiva para las mujeres y niños. Es necesario abrir toda esfera de la sociedad a la plena participación de las mujeres en pie de igualdad. Hace falta desatar plenamente la furia de las mujeres y emprender una enorme lucha en la familia, en el trabajo, en la escuela, en la cultura y las artes, en toda la sociedad para criticar y transformar todo tipo de relaciones e ideas opresivas de machismo y supremacía masculina”. Y eso solo es posible por medio de una revolución real. A la vez otras compañeras y compañeros les entregaban el volante a las mujeres y hombres que pasaban, así como también les ofrecimos la literatura revolucionaria.

Fue un día de participación masiva y combativa de las mujeres, un ambiente explosivo de furia, “que viene creando condiciones más favorables para la revolución” como lo plantea el volante,

Bajo este sistema capitalista y patriarcal, los crímenes no van a parar, ni la represión por parte del gobierno. Tal como se vuelve a ver. En Michoacán, Guanajuato y Tlaxcala los puercos policías se lanzaron contra mujeres que participaban en la marcha, las sometieron y las golpearon y se las llevaron detenidas. El 6 de marzo una joven de 18 años que fue golpeada y pateada por los policías en San Miguel de Allende, Guanajuato. El 8 de marzo al final de la marcha en Morelia, 25 jóvenes, mujeres y hombres, fueron detenidos, y en Tlaxcala se llevaron 3 detenidas al final de la protesta.

Como lo dice el volante de la OCR,M: “¡Ya basta con tanta opresión, tantas injusticias, tantas mujeres asesinadas, violadas, ultrajadas y despreciadas! Si quieres acabar con el patriarcado y toda forma de opresión, únete al Movimiento Revolución. Trabajamos colectivamente para la revolución liberadora que tanta falta hace. Nos adentramos en por qué hace falta una revolución real, qué implica y cómo será la nueva sociedad que se plantea, debatiendo el nuevo comunismo que es la guía imprescindible para abrir una nueva etapa de revoluciones en el mundo. Y llevamos esta revolución liberadora con la gente para extender el movimiento para la revolución a la vez que nos unimos con todo el mundo dispuesto a luchar contra los crímenes, injusticias, destrucción y ataques cometidos por este desalmado sistema”.

¡Romper las Cadenas!

¡Desatar la Furia de las Mujeres Como una Fuerza Poderosa para la Revolución!

Aurora Roja

Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México

Descargar en formato PDF:
8M-reportaje.pdf

aurora-roja.blogspot.com                   auroraroja.mx@gmail.com

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