Los imperialistas se enfrentan por el dominio de Ucrania ¡No a la guerra imperialista, Sí a la revolución!

Protesta en España contra la invasión de Ucrania

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La invasión rusa de Ucrania es criminal, con saldo trágico hasta ahora de cientos de civiles muertos y millones de refugiados. Igualmente criminal es la provocación por parte de Estados Unidos y sus aliados al extender hacia Rusia su alianza militar, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), después de prometer que no lo harían. Esta contienda entre potencias imperialistas no refleja de ninguna manera los intereses del pueblo en ninguna parte. Aumenta mucho el peligro de una tercera guerra mundial que conllevaría la amenaza de la extinción de la raza humana.

La invasión por parte del imperialismo ruso no tiene nada que ver con una supuesta “desnazificación” y “desmilitarización” de Ucrania y todo que ver con expandir el dominio del imperialismo ruso. El presidente ruso Putin ataca a Lenin, el gran líder de la revolución bolchevique de 1917, por “separar" a Ucrania de Rusia al defender el derecho a la autodeterminación de Ucrania, anteriormente oprimida por el imperio ruso zarista. La intromisión del imperialismo estadounidense y sus aliados europeos imperialistas no tiene nada que ver con buscar la “paz" ni la “autodeterminación” de Ucrania y todo que ver con expandir el dominio del imperialismo estadounidense. Intentan cercar militarmente a Rusia y las sanciones o medidas para aislar a Rusia que han implementado el presidente estadounidense Biden y otros gobernantes provocan gran sufrimiento fundamentalmente al pueblo ruso y no a la clase dominante capitalista de Rusia que lanzó esta invasión.

Esta guerra y el peligro de su ampliación no son producto esencialmente de algún supuesto desorden psicológico de Putin, ni de una supuesta debilidad o agresividad personal de Biden, ni nada por el estilo. Las guerras imperialistas son producto de la naturaleza misma del sistema mundial de capitalismo-imperialismo, en que cada potencia imperialista busca ensanchar su dominio, su imperio, so pena de perder en la brutal competencia con las demás potencias que buscan dominar, explotar y oprimir a la gente por todo el planeta. Esta contienda entre potencias imperialistas ya ha llevado a dos guerras mundiales y un sinnúmero de guerras injustas contra naciones oprimidas. En el mundo actual, Estados Unidos, Rusia y China están entrando en conflicto cada vez más. Los tres son países capitalistas (aunque China finge ser “socialista”), los tres son potencias imperialistas y sus conflictos reaccionarios aumentan cada vez más el peligro de una tercera guerra mundial. La única manera de ponerle fin a las guerras imperialistas y el peligro de una guerra nuclear devastadora es por medio de revoluciones para acabar con el sistema del capitalismo-imperialismo.

Abundan el cinismo y la hipocresía de los dos lados imperialistas involucrados en el conflicto en Ucrania. Los políticos y los loros de la prensa imperialista occidental se dicen horrorizados por la invasión rusa supuestamente “sin provocación” pero callan la invasión de Irak por parte de Estados Unidos con la cínica mentira de inexistentes “armas de destrucción masiva”. También suelen callar sus cientos de invasiones e intervenciones, el racismo y opresión a la gente de color en EU y la brutal invasión actual de Yemen patrocinado por el imperialismo yanqui, que ha provocado muchas más muertes de civiles que el conflicto actual en Ucrania. Los cínicos defensores de la agresión del imperialismo ruso callan la sangrienta invasión rusa de Chechenia, su intervención en Georgia y la intensa represión de opositores al régimen en la misma Rusia. Los dos lados denuncian la censura y mentiras de los medios del otro, a la vez que callan o justifican su propia censura y mentiras.

Frente al cada vez más agudo conflicto entre estas potencias imperialistas, los gobiernos de los países oprimidos de África, Asia, Oriente Medio y América Latina no han hecho más que buscar sacar ventaja al alinearse con una u otra potencia imperialista. A fin de cuentas, esto solo refleja los esfuerzos de los grandes capitalistas en estos países dominados por el imperialismo por sacar una mayor tajada de la sobreexplotación de los trabajadores y apuntalar el sistema de explotación y opresión en sus países.

México no ha sido la excepción, aunque la respuesta al conflicto por parte del gobierno de la llamada “4T” fue particularmente tambaleante. En un primer momento, el presidente López Obrador solo se pronunció a favor de los principios generales de la “paz” y la “autodeterminación de los pueblos”: un posicionamiento bien hipócrita al no oponerse a la flagrante violación del derecho a la autodeterminación con la invasión rusa de Ucrania. Sin embargo, muy pronto el gobierno mexicano dio un giro de 180 grados, a lo mejor debido a presiones del imperialismo estadounidense, votando en la Organización de Naciones Unidas (ONU) a favor de la resolución estadounidense condenando la agresión rusa, ahora con la hipocresía de no condenar a la vez la agresiva expansión de la OTAN por parte de Estados Unidos y sus aliados para cercar militarmente a Rusia.

Las maniobras de las clases dominantes, así como el cinismo y la hipocresía con los que las disfrazan, obedecen a los cálculos fríos de grandes explotadores capitalistas. Sin embargo, en esta situación, mucha gente de mejores intenciones entre el pueblo tampoco ha encontrado mejor solución que alinearse con las posiciones e intereses, o bien del imperialismo estadounidense o bien del imperialismo ruso. Muchas veces esto es guiado por un desafortunado nacionalismo estrecho, buscando el mejor lugar para "mi" país al alinearse con uno u otro imperialismo y, en el caso de los que le van a Rusia, pensando erróneamente que “el enemigo de mi enemigo es mi amigo”. No logran imaginar nada más allá del actual sistema capitalista-imperialista que causa tanto sufrimiento innecesario y está llevando a la humanidad hacia el desastre con sus guerras y destrucción del planeta.

Este estrecho nacionalismo busca “su” lugar en este infierno capitalista y solo puede llevar a perpetuar los horrores que el capitalismo-imperialismo causa. En vez del nacionalismo, se necesita enarbolar el internacionalismo, de poner por encima de todo, los intereses del proletariado y las masas oprimidas del mundo y finalmente de toda la humanidad. Hay que oponerse a todas las guerras imperialistas y a todas las potencias imperialistas e impulsar revoluciones para tumbar al sistema capitalista-imperialista mundial.

Muchos piensan que esto es utópico, que lo único “razonable” es actuar dentro de los mortíferos confines del sistema actual. En realidad, no hay nada más irrazonable que quedarse con los brazos cruzados mientras los imperialistas y grandes capitalistas andan destruyendo el mundo, hasta con el peligro existencial por el calentamiento global y la amenaza de guerra nuclear.

Las masas populares no se dan cuenta de su poder potencial, pero los de arriba sí lo ven y lo invocan cada vez más. Todos los gobiernos metidos en el conflicto apelan al pueblo: el presidente ucraniano Zelensky apela al pueblo ucraniano a resistir; Putin ha apelado al ejército y al pueblo de Ucrania a sublevarse contra su gobierno; Biden alienta a la élite y al pueblo ruso a rebelarse contra su propio gobierno.

Se abre y se puede abrir otro camino. En Estados Unidos, el Partido Comunista Revolucionario, EE. UU., condena la invasión y denuncia sobre todo los crímenes de “su” país, dándole la bienvenida a las derrotas del imperialismo estadounidense para fortalecer la lucha revolucionaria por tumbarlo en las "entrañas de la bestia". En Ucrania, no son pocas las personas que han buscado la manera de luchar con los jóvenes de las tropas rusas, tratando de convencerlos de que no deben participar en esa guerra fraticida. En Rusia, miles de personas han desafiado una férrea represión para protestar la invasión. Como señaló una periodista que se arriesgó a una condena de hasta 15 años de prisión por protestar en un noticiero ruso, “sólo de nosotros depende detener esta locura, asistan a las manifestaciones, no tengan miedo, no pueden encarcelarnos a todos.”

Ni con el imperialismo estadounidense ni con el imperialismo ruso. La esperanza de la humanidad estriba en la revolución comunista contra todo imperialismo, contra todo el sistema capitalista-imperialista y por una nueva sociedad liberadora en la que todos quisiéramos vivir. Llevemos esta declaración a las justas protestas contra la guerra.

¡Fuera tropas rusas de Ucrania!
¡Al carajo con los imperialistas estadounidenses y rusos que provocaron esta guerra!
¡Frente a la amenaza de guerra mundial imperialista, urge la revolución liberadora!

Organización Comunista Revolucionaria, México

aurora-roja.blogspot.com            auroraroja.mx@gmail.com

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