Rebelión de las mujeres en Irán |
¿Quién ganará la batalla en torno al futuro de Irán?
¡La revolución comunista
es el único camino hacia la emancipación humana!
El levantamiento sin precedentes del pueblo contra la República Islámica
de Irán sacudió al país durante seis meses y sorprendió al mundo con los
atrevidos actos de las mujeres de quemar el hiyab y el grito
resonante de “Abajo la República Islámica”. Este levantamiento marca el
comienzo de un período que conduce a cambios dramáticos en Irán con impactos
globales. La pregunta es ¿qué tipo de cambio será? ¿Un cambio en la cima — tal
como sucedió en 1979 cuando un régimen reaccionario fue reemplazado por otro régimen
reaccionario con diferentes amarres pero que meticulosamente mantuvo intacta la
devastación del sistema capitalista? ¿O prevalecerá en esta ocasión un cambio
revolucionario que, a su vez, abrirá paso a nuevas oleadas de movimientos
emancipadores, anticapitalista-imperialistas, y revoluciones comunistas en el
mundo? ¿Por cuál futuro debemos luchar?
Cualquiera en cualquier lugar que anhele un mundo radicalmente diferente
no debería quedarse al margen en la batalla por el futuro de Irán. Todos
vivimos bajo un único sistema capitalista global, y esta realidad conecta
fundamentalmente la revolución en Irán con el futuro del mundo. El sistema
capitalista-imperialista ha creado una terrible divisoria en el mundo donde
miles de millones de personas en el llamado “Sur Global” son brutalmente
explotadas y viven bajo regímenes vampirescos tiránicos tales como la República
Islámica de Irán (RII), mientras ponen las bases para la prosperidad y democracia de los pocos
cientos de millones de personas en el “Norte Global”. Este sistema está
impeliendo al mundo hacia una guerra nuclear entre las potencias
capitalista-imperialistas “occidentales” y “orientales”. Hoy, la guerra en
Ucrania es su epicentro y ¡mañana podría estallar en Taiwán! Este sistema ha
destruido el medio ambiente hasta el punto de no retorno. Ha convertido a la
mitad femenina de la humanidad en esclavas del siglo 21. ¿No es todo esto
suficiente para exigirnos que nos deshagamos de él lo antes posible por medio
de revoluciones comunistas?
Es por eso que todos aquellos que anhelan un mundo radicalmente
diferente deberían considerar como suya la batalla en torno al futuro de Irán.
En el contexto de la situación actual en Irán, todo tipo de fuerzas burguesas
se han lanzado activamente a la refriega a fin de controlar la situación e
imponer sus alternativas reaccionarias. Ello es lo que sucede cada vez que haya
una gran conmoción social y especialmente cuando el potencial de una revolución
aparezca en el horizonte. Por ejemplo, las momias del antiguo derrocado régimen
del cha han salido a rastras de sus tumbas y han ocupado el escenario en las
protestas de la diáspora iraní, ondeando su ensangrentada bandera reaccionaria
manchada con la sangre de varias generaciones de iraníes luchadores por la
libertad. Estas momias sueñan con restaurar el régimen que llegó al poder por
medio del golpe de estado imperialista británico-estadounidense en 1953 y
gobernó mediante el asesinato, la tortura y el encarcelamiento de sus
oponentes. Además, en 1978-1979, cuando el pueblo se levantó para derrocar al
régimen del cha, un grupo diferente —los fundamentalistas islámicos encabezados
por Jomeiní— que también representaban los intereses de la burguesía en Irán,
entró en la refriega y capturó el liderazgo del levantamiento y convirtió una
posible revolución en una contrarrevolución despiadada y convirtió a Irán en el
infierno que lo es ahora. Las fuerzas fundamentalistas islámicas triunfaron
mediante maquinaciones políticas pero también con el apoyo de los imperialistas
estadounidenses. Es cierto que los imperialistas estadounidenses inicialmente
apoyaron al régimen del cha en contra del levantamiento del pueblo. Pero
rápidamente dieron la vuelta y con la ayuda de su influencia dentro de las
estructuras gobernantes, como el ejército, despejaron el camino para que los
fundamentalistas islámicos llegaran al poder. De esta manera, los imperialistas
estadounidenses truncaron un proceso que tenía el potencial de conducir a una
verdadera revolución. Cuanto más dure ese proceso, tanto más el pueblo,
especialmente los trabajadores, la población de las barriadas y del campo,
podrá llegar a conocer y bregar en la práctica, así como en las intensas
discusiones que arden por todos lados, con los diferentes programas y fuerzas
que representan diferentes futuros.
En el levantamiento actual, también, la necesidad de adquirir este tipo
de conciencia es muy evidente. Es cierto que este levantamiento, por medio de
sus consignas, la quema del hiyab, la amplia unidad y solidaridad entre
las personas, de alzar la voz contra la opresión nacional, la discriminación
contra las personas LGBTQ+, etc., ha producido grandes cambios en la cultura y
ha suscitado una actitud de no tolerancia frente a todo tipo de crímenes de la
RII. Y es cierto que las masas que estaban siguiendo a la RII se han reducido
considerablemente y su legitimidad se ha arrastrado hacia el lodo — tal como lo
confesaron abiertamente figuras importantes del establecimiento
gobernante. Pero nos encontramos lejos de una revolución y hay
muchos peligros por delante.
Veamos los factores objetivos y subjetivos generales. ¡La RII sigue
fuerte! Pero, el mayor obstáculo para pasar a una revolución real es subjetivo
— es decir, ¡todavía existen grandes ilusiones falsas sobre lo que es una
revolución! La mayoría de la gente piensa que una revolución es sinónimo de
“cambio de régimen”. Pero un “cambio de régimen” que reemplace a la RII con
otro régimen, ya sea que se llame república o monarquía, a la vez que se
consolida el sistema capitalista, ¡nunca podrá ser una revolución! Una
revolución significa derrocar a la RII con todo su aparato militar y
administrativo y sus instituciones ideológicas por medio de una lucha profunda
y organizada para establecer un estado socialista.
Existen otros problemas subjetivos relacionados con nuestro propio
partido. Nuestro partido no ha luchado lo suficiente para manifestar
concretamente la alternativa de una revolución socialista tal como se presenta
y describe en nuestra “Constitución para una Nueva República Socialista en
Irán”. En todo nuestro trabajo, tenemos que partir del hecho de que Irán
necesita una revolución, qué tipo de revolución necesita y qué se requiere —
qué cosas tenemos y qué cosas no tenemos y las que deberíamos esforzarnos por
tener para ganar tal revolución. La burguesía propaga la falsa noción de
“revoluciones sin líderes” por medio de sus portavoces pequeñoburgueses. ¡Nunca
ha existido ni ha sido posible tal cosa! Pero la burguesía apuesta por tales
ideas a fin de hacer que la situación esté bajo su tutela en un momento en que
este levantamiento ha creado nuevas oportunidades para ganarse a la gente a la
línea y la estrategia de una revolución comunista.
Es un hecho elemental que Irán necesita una verdadera revolución. ¡Y es
una verdad básica que nosotros en Irán y en el mundo entero vivimos bajo un
solo sistema capitalista global y hace falta que este sistema se largue!
La era de las revoluciones burguesas ya ha terminado y nuestra sociedad
necesita una revolución proletaria. El carácter proletario o comunista
de esta revolución no significa que “pertenezca” a los trabajadores o que sean
principalmente los trabajadores los que participen en la lucha por ella. ¡No!
Más bien, significa que la revolución necesaria para la sociedad y el mundo de
hoy tiene sus raíces en los intereses más fundamentales y más amplios del
proletariado, lo que se refiere a hacer avanzar a la sociedad hacia el
comunismo y liberar a toda la humanidad del sistema de clases y sus males.
Así que, les decimos a todos aquellos que no quieren ser solo activistas
en este o aquel movimiento y quieren luchar por “todo” y dedicar su vida a eso,
deben unirse a nuestro partido a fin de colectivamente ponernos a la altura de
las grandes oportunidades que ha brindado el levantamiento del pueblo y dar
rápidos y grandes saltos para esta revolución.
Los acontecimientos en Irán se están dando en el contexto de una
situación internacional inaudita. La situación mundial está experimentando
mucha turbulencia y se están deshilachando todas las relaciones de poder y las
estructuras gobernantes del sistema capitalista imperialista que han durado más
de 70 años desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. Este mundo es un infierno
para miles de millones de personas, pero las potencias imperialistas están prometiendo
atizar aún más las llamas de su infierno. Ante esta situación, hace falta
movilizar para esta revolución no sólo a aquellos que ya viven un infierno,
sino también a aquellos que se encuentran en una situación mejor. Existen
únicamente dos futuros posibles ante nosotros: una revolución o un
empeoramiento de la situación ya infernal.
Asumir, aprender y aplicar el Nuevo Comunismo desarrollado
por Bob Avakian, su arquitecto y el Marx de nuestros tiempos, nunca
debe limitarse a unos pocos cuadros comunistas. Más bien, es tan crítico como
lo son vitales el agua y el aire, especialmente para aquellos que soportan las
formas más severas y crueles de explotación y opresión social. Si estas
personas van a convertirse en la columna vertebral y la fuerza impulsora de las
revoluciones comunistas, pues hace falta que tengan la capacidad de hacer
frente a la realidad de nuestra sociedad y de nuestro mundo a fin de poder
cambiarlo hacia lo mejor. Es posible hacer eso únicamente gracias al Nuevo
Comunismo porque se basa en un método y enfoque científico para conocer y
cambiar la realidad.
Necesitamos a decenas de miles de personas en Irán y en todo el mundo,
desde Asia y África hasta Europa y las Américas, dedicadas a luchar por la
emancipación humana. El mundo entero clama por ser transformado y esta
necesidad se ha demostrado de manera explosiva en las calles de Irán.
¡No tenemos nada que perder más que nuestras
cadenas! ¡Tenemos un mundo que ganar!
ViSdP: Kramer, 70178 Stuttgart
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