Declaración del 1º de mayo del Partido Comunista de Irán (marxista-leninista-maoísta)
12 de mayo de 2021 | revcom.us
Con motivo de este Primero de Mayo, Día
Internacional de los Trabajadores, esta es nuestra declaración a todos los
luchadores en contra de la República Islámica de Irán:
La República Islámica
de Irán (RII) se autodenomina “revolucionaria”, pero de hecho, desde su llegada
al poder, inició una sangrienta represión contra los verdaderos
revolucionarios. Utilizó la palabra “revolución” para confundir y engañar a las
masas con el fin de ocultar su verdadera naturaleza fascista, al igual que
Hitler utilizó la palabra “socialista” en su partido fascista para unificar a
algunos trabajadores y masas de la población de Alemania.
La República Islámica
es un régimen fascista que ha integrado la religión y el Estado, y sus leyes se
basan en la ley sharia del Corán. El fascismo implica un desprecio absoluto por
los derechos del pueblo. Implica balear a los trabajadores en huelga, abatir a
los refugiados afganos que entran o están dentro de Irán, o abatir a los que
contrabandean combustible (conocidos como Sookhtbaran) o contrabandean
mercancías (conocidos como Koolbaran) a través de las fronteras sólo para
sobrevivir*. El fascismo implica encarcelar a las mujeres sólo por negarse
a ponerse el hiyab. Implica sofocar la creatividad de los artistas. Implica
impedir la libertad de pensamiento y de expresión. El fascismo implica atacar,
perseguir y matar a los bahá’ís simplemente por ser de la religión bahá’í.
Implica leyes basadas en la inquisición y la condena a aquellos que no tienen
religión o por ser comunistas.
Este régimen nunca ha
sido un régimen revolucionario. Es un régimen fascista y contrarrevolucionario.
Una revolución se refiere a arrojar todas las ideas y relaciones viejas y
obsoletas entre los seres humanos, al basurero de la historia.
Para entender cómo
nuestra sociedad puede cambiar cualitativamente, cómo librarnos del infierno
creado por este régimen fascista que se impone a más de ochenta millones de
personas, para liberarnos de la discriminación política, ideológica, de género
y nacional, de la pobreza y de las penurias económicas, debemos ponerse de pie
contra la embestida de este régimen fascista.
Debemos luchar por la
libertad de expresión y por el derecho a la protesta en general, y ponernos en
pie en contra de los ataques al comunismo y a los comunistas en particular. En
toda la sociedad debemos crear un ambiente de odio e indignación contra la
supresión del disentimiento y de aquellos que se oponen a este régimen.
A lo largo de los
últimos dos siglos, los trabajadores de todo el mundo han asestado duros golpes
al capitalismo de diversas maneras, pero el capitalismo ha sido capaz de
aguantar y superar esos golpes. Como resultado, las divisiones de clase y las
diferencias sociales se han intensificado y en unas pocas décadas han cobrado
un impulso vertiginoso en formas más aterradoras que nunca.
Veamos el mundo de
hoy: cómo cientos de millones de trabajadores migrantes están en una búsqueda
de ser esclavos bajo uno u otro trabajo; cómo cientos de millones de mujeres se
han convertido en piedras angulares de la rentabilidad de la acumulación del
capital en las maquiladoras del mundo; y cómo el Medio Oriente arde en las
guerras destructivas emprendidas por los gobiernos reaccionarios de la región,
desde Irán y Pakistán hasta Arabia Saudita, Turquía e Israel, así como las
potencias imperialistas.
Veamos a Afganistán.
Durante décadas ha sido el escenario de la agresión y la ocupación de parte del
imperialismo estadounidense. Estados Unidos lo invadió hace veinte años bajo el
estandarte de “liberar a las mujeres del Talibán”. Hoy, en nombre de la “paz y
la tranquilidad”, hace acuerdos con el mismo Talibán y se une con él.
Observemos el
funcionamiento del sistema capitalista mundial. Este sistema ha causado más
pobreza, hambre y desempleo, guerras y desplazamientos, migraciones y fascismo,
y racismo y fundamentalismo religioso. Ha obligado a la inmensa mayoría de
nuestra gente por todo el mundo a vivir en la desesperanza, la desesperación y
la división. Este sistema capitalista amenaza ahora a la propia supervivencia
de los seres humanos y a la vida misma con su destrucción del medio ambiente y
sus consecuencias.
Fíjense en [la]
pandemia del coronavirus/Covid-19. Surgió del corazón y del funcionamiento de
este sistema de producción social explotador y destructivo. Ha convertido cada
minuto de la vida de cientos de millones de personas en un infierno y terror
sobre la tierra.
En tal situación, hay
que entender y amplificar el énfasis científico de Bob Avakian: “…tenemos dos
opciones: o vivir con todo eso —y condenar a las generaciones del futuro a lo
mismo, o a cosas peores, si es que siquiera tengan un futuro— o, ¡hacer
la revolución!”
Es decir, para
cambiar esta situación, se necesita la ciencia y el método científico. Al igual
que no es posible erradicar la Covid-19 sin la ciencia, no es posible eliminar
el capitalismo sin la ciencia del comunismo. Abrazar y actuar sobre la base de
este hecho científico es el primer paso para crear una transformación
revolucionaria en la lucha contra el régimen de la República Islámica. En las
palabras de Marx “Una vez se ha penetrado en la conexión de las cosas, se viene
abajo toda la fe teórica en la necesidad permanente del actual orden de cosas,
se viene abajo antes de que dicho estado de cosas se desmorone en la práctica”.
(Carta de Marx a Ludwig Kugelmann, 1868)
El comunismo es una
ciencia fundada por Marx y del cual Bob Avakian ha desarrollado otros avances
con una transformación en una ciencia más avanzada/desarrollada: el Nuevo
Comunismo. El Nuevo Comunismo tiene un enorme poder científico para dirigir la
segunda ola de revoluciones comunistas, pero únicamente si esta ciencia está en
las manos de miles y decenas de miles de personas y se convierte en la guía
para el modo de pensar y las acciones de la gente.
La primera ola de la
revolución comunista se inició con Marx y condujo a las victorias de la
revolución socialista en la Unión Soviética (1917-1956) y luego en China
(1949-1976). Pero esas revoluciones fueron derrotadas al poco tiempo y el
capitalismo se revivió en esos países, lo que desató al capitalismo de modo que
se volviera aún más agresivo en todo el mundo. El sistema capitalista ha
sobrevivido durante las últimas pocas décadas porque ninguna otra revolución
socialista ha triunfado y la mayoría de los movimientos sociales han maniobrado
dentro del marco existente de este sistema. Así, el capitalismo se ha vuelto
aún más conflictivo o endurecido. Los portones del capitalismo se abrieron de
par en par para la intensificación vengativa y agresiva de la explotación y la
pobreza. Puso en marcha atrás y se robó cada trozo de las hazañas de las
revoluciones socialistas del pasado, inclusive de los movimientos de liberación
de los trabajadores, de los intelectuales y de las mujeres.
De más importancia,
las calumnias en contra del comunismo y en contra de la historia de las
revoluciones comunistas, la oposición a los partidos comunistas
revolucionarios, se han convertido en una virtud en las comunidades académicas
e intelectuales. Los gobiernos o los de arriba, con todo su poder de
propaganda, repitieron y enseñaron las mentiras contemporáneas más grandes
sobre la “experiencia catastrófica del socialismo y del comunismo”. Tanto es
así que el “anticomunismo” se convirtió en un poderoso movimiento de
propaganda.
En Irán, el régimen
teocrático y sus organismos de seguridad, inteligencia e inquisición apoyaron
entusiastamente esta regresión intelectual. Han reemplazado a la ciencia y al
pensamiento y descubrimientos científicos por la búsqueda ciega de la
superstición y la ignorancia. Ante esta situación, nosotros no sólo no debemos
retroceder, sino que debemos acelerar el desafío a todos los disparates. El
futuro de la humanidad depende de este enfoque. Es vital y urgente que estemos
a la vanguardia de defender la realidad del comunismo; que aprendamos y
apliquemos el Nuevo Comunismo, que nos organicemos y organicemos a otros — en
el contexto de los partidos y las organizaciones basados en el Nuevo Comunismo
en Irán y en cualquier parte del mundo. Es esta y únicamente esta dinámica la
que puede fortalecer el núcleo, ampliar la fuerza de todos los movimientos
sociales.
Con eso en mente,
convirtamos el Primero de Mayo y los meses posteriores en una campaña para
introducir el Nuevo Comunismo, para levantar el estandarte del “Manifiesto y
Programa de la Revolución Comunista en Irán” y el anteproyecto de la “Constitución
de la Nueva República Socialista en Irán”. Difundamos la rebelión y la lucha en
contra del régimen fascista de la República Islámica con cien medios prudentes,
como dijo Mao Zedong: “El marxismo consta de miles de verdades, pero todas se
reducen a una frase: ¡Se justifica la rebelión contra los reaccionarios!”.
Partido Comunista de
Irán (marxista leninista maoísta)
1º de mayo de 2021
*Nota de pie de página de revcom: La pobreza extrema ha obligado a
muchas personas, en su mayoría jóvenes, a entrar en la economía informal. Para
sobrevivir, se dedican a actividades peligrosas. En la frontera oriental con
Pakistán y Afganistán, estos Sookhtbaran contrabandean combustible en cubetas,
contenedores y camiones desde Irán. Los Koolbaran son los que contrabandean
mercancías desde Irak hasta Irán, a través de las montañas del Kurdistán. Los
guardias fronterizos constantemente hostigan, arrestan e incluso matan a estos
hombres y mujeres, niños y niñas.
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