¡Redoblar la lucha contra el “gasolinazo”, las reformas estructurales y el sistema que los impone!

Quema de la bandera estadounidense en protesta contra el gasolinazo en Mexicali
¡Ya basta con la rapiña de los capitalistas-imperialistas y su gobierno!

¿Por qué el gasolinazo?

Al contrario de las mentiras de Peña Nieto, José Antonio Meade, Pedro Joaquín Coldwell y otros “altos oficiales”, el aumento más grande a los precios de la gasolina y el diesel en la historia (con un promedio de 14 a 20%) tiene todo que ver con la reforma energética impuesta en el 2013. Este “gasolinazo” es el primer paso hacia la “liberalización del precio” (eliminar el control del precio por el gobierno), estipulada por esa reforma. Los precios “libres” comienzan en marzo en los estados de Baja California y Sonora, y terminarán imponiéndose en todo el país para diciembre con la Península de Yucatán. Esta “maravillosa” “libre” competencia (entre grandes monopolios capitalistas) que el gobierno siempre nos dice traerá “mayor eficiencia y precios más bajos”, en realidad traerá precios más altos (porque los precios internacionales van a la alza ahora y el peso va para abajo), así como mayor subordinación al imperialismo estadounidense y mayor destrucción ambiental.

El “gasolinazo” y la “liberalización” de precios tienen el propósito de lograr dos cosas fundamentales para el funcionamiento del sistema mayormente capitalista y dominado por el imperialismo en que vivimos:

1. Crear condiciones de mayor rentabilidad para los grandes capitalistas nacionales y extranjeros, porque si no pintan para altas ganancias la importación, almacenaje y venta de gasolina, no vendrán a invertir (como ha pasado durante el último año), y el actual sistema opresivo aquí depende de tales inversiones.

2. Aportar más dinero al gobierno federal, sobre todo para manejar la enorme deuda, que es más difícil pagar con la devaluación del peso. El 36% del precio por litro de gasolina son impuestos (IEPS, IVA y otros).

Detrás de la “urgencia” de inversión privada en la gasolina está el hecho de que durante más de 35 años instituciones imperialistas como el FMI y el Banco Mundial, así como los gobiernos al servicio de los grandes capitalistas e imperialistas, han obrado para saquear a Pemex y luego privatizar el petróleo (y sus derivados, como la gasolina). Peña dice “se nos acabó la gallina de los huevos de oro” para encubrir la entrega del “oro negro” al gran capital privado, a la vez que encubre el hecho de que vienen acabando más rápidamente con este recurso no renovable porque se extraía dos veces más de la cantidad del crudo necesario para el consumo nacional para exportarlo. Y se utilizó el 80 por ciento de las ganancias de Pemex para el presupuesto federal, en vez de cobrarles impuestos a las grandes empresas capitalistas, (para ser “competitivo” y seguir atrayendo más inversión extranjera). Esto llevó a no construir ni modernizar las refinerías, ductos, etc. de Pemex, y sí profundizar la dependencia y subordinación al imperialismo, al punto de tener que importar hasta más de la mitad de la gasolina consumida en México hoy en día. Los intereses económicos, geopolíticos y militares del imperio de EU están al mando de la política energética del país desde hace décadas, como parte fundamental de “la integración de Norteamérica”[*]

¡La rebelión se justifica!

La respuesta popular de ¡No al gasolinazo! resonó en las calles casi de inmediato después del anuncio de los aumentos el 28 de diciembre, y sigue ahora, más de 15 días después. En todos los estados y en la capital del país gente de todas las clases populares han salido a manifestarse: jóvenes, estudiantes, transportistas, taxistas, campesinos, obreros, maestros, artistas, músicos, intelectuales, trabajadores de la salud, comerciantes, amas de casa, colonos. Luchadores valientes bloquearon carreteras y tomaron casetas de cobro, instalaciones de Pemex, gasolineras, palacios y oficinas del gobierno. En la frontera norte, en Agua Prieta, tomaron la aduana y dejaron pasar los carros; en Nogales pararon el tren que cruza la frontera; y se quemó la bandera de Estados Unidos en Mexicali.

En Ixmiquilpan, la gente bloqueó la carretera durante varios días y se defendieron de la policía estatal que los atacó y asesinó a dos jóvenes. En otras partes, hubo por lo menos cuatro muertos más, hay muchos heridos y más de 1500 fueron detenidos acusados de “saqueo”. Se ha documentado que en el Estado de México, fuerzas del PRI dirigieron el robo en varias tiendas para azuzar el miedo y las divisiones entre la gente y justificar los ataques y detenciones de la policía. En cambio, las acciones para quitarle una pequeña parte de su riqueza a grandes empresas como Walmart, Soriana y otros fueron en realidad una mínima “redistribución de la riqueza” por parte de los que son brutalmente explotados y hundidos en la miseria por este sistema, y de ninguna manera son un crimen contra la sociedad.

En marchas y mítines grandes y pequeños se palpa el enojo y hartazgo, no solo por este atraco contra los ínfimos salarios y la subsistencia precaria de tantos millones, sino también por muchos otros crímenes del mismo sistema opresivo: los doscientos mil asesinados en la última década; las decenas de miles de desaparecidos que ninguna fuerza del Estado busca sino más bien amenaza y hasta asesina a los civiles que sí los buscan; la connivencia de la policía, las fuerzas armadas y los jefes políticos con el narcotráfico; el crimen de Ayotzinapa donde sí fue el Estado que asesinó a 6 personas, desapareció a 43 normalistas, encubrió su crimen y sigue negado justicia, igual que en Nochixtlán, en Tlatlaya, y muchos otros casos; así como la impunidad que siempre hay para los que asesinan a sangre fría a nuestros jóvenes, a las mujeres, a los indígenas, a los luchadores sociales, a los periodistas que digan la verdad, y muchos otros inocentes.

Este sistema está podrido; ¡preparemos la revolución!

Frente a tantos horrores, mucha gente ya está harta de las mentiras y los engaños de los “líderes” y los partidos electorales, que se llenan la boca de “preocuparse por los pobres”, mientras sirven exclusivamente a los intereses de las clases dominantes, los grandes capitalistas y terratenientes que controlen los medios de producir la riqueza de la sociedad. Estos compiten entre sí en una lucha bárbara por expandir o, si no, hundirse frente a la competencia y desaparecer como capitalistas. Explotan brutalmente a los millones que producen esa riqueza y no son dueños de nada. ¡Ya no queremos vivir bajo un sistema tan injusto, tan cruel y degradante!

El despertar y la lucha justa de decenas o cientos de miles contra el gasolinazo recalcan la crisis de legitimidad del gobierno de Peña Nieto. El 75% o más de la población lo desaprueba, y el grito justo de ¡Fuera Peña! es el que más resuena en las movilizaciones. Los partidos electorales de dizque oposición buscan utilizar esta crisis para reemplazar al PRI y tomar el mando del mismo sistema quebrado. Pero este sistema no puede resolver ninguna de las grandes contradicciones que lo caracterizan, sea quien sea que tome las riendas del Poder.

Se intensifican estas grandes contradicciones en el país y en todo el mundo, con la competencia y rivalidad entre las potencias; las guerras reaccionarias entre los fundamentalistas islámicas y las potencias imperialistas que dominan a los pueblos mayormente islámicos; el ascenso del fascismo en Estados Unidos con la elección de Trump y Pence, que representan un grave peligro para el mundo entero y para México en particular; el reforzamiento de la opresión y la violencia patriarcal en contra de las mujeres en todo el mundo; la intensificación de la explotación de los obreros y los campesinos y el crecimiento de la pobreza; la intensificación del despojo y discriminación contra los pueblos indígenas y la represión y militarización del campo y de la ciudad; la aceleración del calentamiento global, la destrucción del medio ambiente y la extinción de los especies. Y nada de esto puede resolverse bajo este sistema.            

Estas mismas contradicciones profundas del sistema capitalista-imperialista proporcionan la base para la revolución que sí puede resolverlas y liberar a la humanidad, y trabajar ahora en serio para esta revolución es lo que más vale hacer con tu vida. Luchemos contra el poder ahora, llevemos a la gente el entendimiento de que el fondo del problema es el sistema capitalista-imperialista que domina el mundo, y la solución es una revolución comunista que puede acabar con todos estos horrores y crear un mundo mucho mejor. Forjemos un núcleo creciente que capacite a si mismo y a cada vez más gente, despertada y arrojada a la lucha por las mismas atrocidades del sistema, para dirigir la revolución que hace falta, con el entendimiento y el método más científico: la nueva síntesis del comunismo, de Bob Avakian. Las contradicciones del sistema se agudizan, la humanidad enfrenta grandes peligros y grandes oportunidades. Preparemos la vanguardia, preparemos al pueblo y preparemos el terreno para hacer la revolución que podrá abrir un futuro liberador para la humanidad.

¡Fuera Trump! ¡Fuera Pena! ¡Abajo todo el sistema!
¡Luchar contra el Poder, y transformar al pueblo, para la Revolución!

Aurora Roja, voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México
aurora-roja.blogspot.com       auroraroja.mx@gmail.com




[*] Para mayor análisis de cómo las instituciones imperialistas han impuesto un plan consciente para la privatización y extranjerización de la industria petrolera en México desde 1982, véase: ¡No a la privatización de PEMEX!¡Rompamos la dominación imperialista y construyamos un futuro liberador!, republicado como “Orígenes del gasolinazo en la reforma energética” en aurora-roja.blogspot.com.

No hay comentarios: