Ayotzinapa: Militares participaron y siguen encubriendo los crímenes. ¡Fue y sigue siendo el Estado!

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El Informe Ayotzinapa VI, del Grupo Interdisciplinario del Expertos Independientes (GIEI) contiene documentación y pruebas contundentes de la participación de todos los niveles del Estado en los crímenes contra los normalistas de Ayotzinapa y en su encubrimiento, que sigue bajo el gobierno actual.

Con documentos oficiales y datos de telefonía, el GIEI demuestra que estuvieron presentes y actuaron en los escenarios del crimen el Ejército (incluido el comandante del 27 Batallón de Infantería), el Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), la policía federal, la policía ministerial y la policía estatal, aunque siguen negando los hechos comprobados de su participación.

El centro C-4, controlado por militares, avisó de la llegada de los normalistas de Ayotzinapa a Iguala a los responsables del 27 Batallón, otras autoridades y las policías municipales de Iguala, Huitzuco y Cocula, coludidas con el grupo delictivo Guerreros Unidos, para prepararse y entrar en acción. En los 7 ataques que realizaron, dispararon más de 200 balas, asesinando a dos normalistas e hiriendo a docenas, mataron y mutilaron el rostro del normalista Julio César Mondragón, asesinaron a tres personas más en el ataque al camión del equipo de fútbol de los Avispones, al confundirlos con los normalistas, y culminaron con la desaparición forzada de 43 normalistas.

“¿Cómo un operativo de estas dimensiones pudo suceder dentro de una ciudad pequeña como Iguala, con dos batallones y todas las corporaciones de seguridad presentes? ¿Cómo es posible que desaparezcan 43 jóvenes en medio de toda esa presencia, sin el conocimiento o la colaboración de las mismas? Para el GIEI es evidente que se dio una actuación conjunta de autoridades en el ámbito estatal y federal durante la llegada al centro de Iguala y el ataque a los estudiantes”. (Las citas son del informe del GIEI, el énfasis es nuestro).

Este operativo conjunto ocurrió en el contexto de la orden del general Salvador Cienfuegos, entonces jefe de la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), de “monitorear todos los movimientos de los estudiantes de Ayotzinapa, dado que la conmemoración del 2 de octubre estaba cercana”. De hecho, el Ejército ya tenía tres infiltrados en la normal y monitoreaba minuciosamente sus movimientos en tiempo real. El GIEI demuestra con documentos oficiales que todas las fuerzas que participaron en estos horribles crímenes tenían claro que se trataba de los normalistas; no hubo ninguna confusión con algún grupo delictivo, como el gobierno ha sostenido. La SEDENA y otras autoridades federales fueron informadas en tiempo real de lo sucedido el 26 de septiembre de 2014 en Iguala.

Para el GIEI, el actuar del Ejército se explica, por una parte, por suvisión contrainsurgente”: Inteligencia militar de SEDENA tenía desde hacía tiempo como objetivo a la Escuela Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa y seguimiento de los jóvenes y sus comités y asambleas debido a sus acciones y movilizaciones políticas, en base a un enfoque contrainsurgente”. Por otra parte, la colusión de los comandantes y miembros de los Batallones 27 y 41 de Iguala con el narcotráfico “es parte de las condiciones que facilitaron que se llevase a cabo la desaparición de los estudiantes”. El “Ejército, Marina, Policía Federal, PGJ, PGR, Seguridad pública Estatal y Gobierno de Guerrero… todas las autoridades de ámbito estatal y federal tenían conocimiento previo de la colusión con la Delincuencia Organizada de autoridades y policías municipales de Iguala y varias ciudades cercanas”. Lejos de actuar en su contra, más bien se coordinaban en varios casos con los narcos.

Inmediatamente después de estos crímenes, el gobierno de Peña Nieto montó un operativo para encubrir la participación de las fuerzas federales y estatales y difundir la mentira de la supuesta “verdad histórica” de que solo se trataba de narcos y algunas autoridades locales corruptas. El GIEI comprueba con videos que la Marina sembró “evidencias” en el Río San Juan y el basurero de Cocula y también torturó a varias personas para respaldar esta mentira del Estado. El gobierno actual no ha actuado contra la Marina por estos operativos ilegales. También se ha comprobado que bajo el mando de Cienfuegos hubo una campaña militar para desprestigiar al GIEI. El propio Cienfuegos les negó acceso a testigos clave bajo el argumento de que “era una forma de acusar al ejército”. Es el mismo Cienfuegos a quien el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) rescató, por la insistencia del Ejército, de ser enjuiciado por narcotráfico en Estados Unidos.

Al llegar a la presidencia, AMLO prometió entregar toda la evidencia y hacer justicia pero, como lo expresó el padre de uno de los desaparecidos, “ha faltado a su palabra”. Ha ordenado varias veces que los militares entreguen toda la información, incluso ha declarado varias veces que ya se había entregado todo, pero luego sale algo más, demostrando una y otra vez que no fue cierto. Se ha logrado conocer más evidencia, no por la “buena voluntad” de los militares, como nos dice AMLO, sino por la lucha de los normalistas, las madres y padres, muchas otras personas y el trabajo del propio GIEI. Soltaron algo de evidencia para no pagar el alto precio político que resultaría de no hacer nada. Sin embargo, el año pasado, cuando la investigación del fiscal especial Omar Gómez Trejo y del GIEI llegaba “a un punto en el que el caso podría resolverse en gran parte” (Informe Ayotzinapa IV), el gobierno de AMLO intentó reventar el caso, en “lo que parecía”, según el GIEI, “un escenario de ‘cierre del caso’”. Las autoridades corrieron a Omar Gómez Trejo, cancelaron 21 órdenes de captura y presentaron un informe, con pruebas defectuosas y nunca consultado ni con el GIEI ni con los padres de familia, que repetía la misma mentira de antes de una supuesta confusión de los normalistas con una banda delictiva. AMLO defendió todo esto y atacó el trabajo del fiscal especial.

En su Informe VI el GIEI documenta con lujo de detalles la abundante evidencia de que el Ejército y la Marina siguen ocultando evidencia clave que se sabe existe. Por sus reiterados “ocultamientos, negativos y mentiras”, el GIEI ha determinado que ya no puede seguir con su trabajo. Por eso, los familiares de los desaparecidos exigieron, el 26 de julio, una reunión con AMLO para que “diga si va a colaborar o no y a exigir a la Secretaría de la Defensa Nacional la información que se requiere”. Al contrario, AMLO defendió a los militares y lanzó la acusación de que todo “Es una campaña en contra del Ejército de México sin fundamento”, repitiendo la misma acusación utilizada por el criminal gobierno de Peña Nieto. ¡Defiende a los verdaderos criminales y busca criminalizar a los que luchan por la verdad y la justicia!

En efecto, AMLO nos dice que no se tiene ningún derecho de exigir la verdad y la justicia a partir de las pruebas contundentes del GIEI. Finge una y otra vez que se va a “resolver”, cuando en realidad siguen impunes los altos mandos del Ejército y la Marina y otras autoridades que participaron y/o siguen encubriendo el horrendo crimen de desaparecer a 43 jóvenes estudiantes y asesinar a seis personas más. ¿Por qué lo encubren? Porque, de conocer la verdad, quedarían exhibidas las Fuerzas Armadas y demás aparatos del Estado por lo que son: perpetradores de una guerra de contrainsurgencia preventiva contra el pueblo, disfrazada de supuesto combate al narcotráfico, en colusión con el crimen organizado en todos los niveles del gobierno. Quedaría desnudado el Estado por lo que es: una dictadura capitalista criminal y corrupta sobre el pueblo.

Es urgente exigir que se revele toda la información que el Ejército y la Marina todavía están ocultando. Hay que denunciar y luchar contra estos intentos de mantener la impunidad en el caso de Ayotzinapa y también en los cientos de miles de casos de desaparición y asesinato a lo largo y ancho del país que lo vienen transformando en una enorme fosa común. Es urgente preparar la revolución para tumbar este Estado capitalista y crear un nuevo Estado socialista radicalmente distinto, en que las fuerzas armadas revolucionarias sacrificarían la vida propia antes de perjudicar al pueblo.

¡Verdad y justicia ya! ¡Fue y sigue siendo el Estado!

¡Abajo el Estado capitalista! ¡La solución es la revolución socialista!

Aurora Roja

Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México
aurora-roja.blogspot.com        auroraroja.mx@gmail.com

Puedes encontrar los informes del GIEI en https://prensagieiayotzi.wixsite.com/giei-ayotzinapa/informe-

 

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