Todas las fotos son de la Marcha del 26 oct 2014 en Chimalhuacán / Chicoloapan |
La gente empezó a llegar al punto de reunión. Pronto empezaron a
integrarse y el ambiente empezó a agitarse. Unos tomaron volantes y empezaron a
entregarlos a los automovilistas que circulaban por la Avenida Nezahualcóyotl. Otros
empezaron a colgar las mantas, mientras otros pegaban sus carteles que traían
en las paredes del Deportivo La Lagunilla en Chimalhuacán, Estado de México de
donde pronto saldrían la marcha.
Pronto el sonido que acompañaría a la marcha empezó a sonar y se escuchó
a los compañeros denunciar al Estado como el culpable de muchos de los
asesinatos, torturas y desapariciones forzadas y que también echa mano del
crimen organizado para cometerlos. Se denunció en particular el caso de la
masacre de las 6 personas en Iguala y la desaparición de los 43 estudiantes de
la Normal Rural de Ayotzinapa. Por todo eso estábamos reunidos ahí para
denunciar y forjar la resistencia que combate y denuncia al Estado asesino y al
sistema que protege. Se habló de otros crímenes que han cometido y que
estábamos ahí porque nos hemos puesto de pie en una resistencia independiente
que no está gestionando ante el gobierno, sino una resistencia que pueda poner
¡alto a la guerra contra el pueblo!, una resistencia que pueda poner al Estado
en el banquillo de los acusados y contribuir a crear un futuro esperanzador.
Se llamó a la gente a integrarse a esta resistencia y a la marcha, y al
llamar a iniciarla, el movimiento de la gente empezó. Descolgaron las mantas y
carteles, empezaron a formar el contingente y la marcha salió. Irinea Buendía,
cuya hija Mariana fue asesinada por un policía, encabezó junto con otros la
marcha. Un centenar de gentes fueron parte de este ambiente combativo de
denunciar la naturaleza criminal del Estado el domingo 26 de octubre. Fue un paso
inicial pero muy necesario. Hace falta que mucha más gente conozca la verdad
sobre los crímenes del Estado y que la denuncia y resistencia vaya creciendo a
cientos más, a miles y decenas de miles.
La marcha arrancó en el municipio de Chimalhuacán para entrar en otras
colonias populares del municipio de Chicoloapan. En la trayectoria la gente en
las calles miraba atenta al contingente, leía las mantas y carteles y escuchaba
los coros de la gente cuando gritaba exigiendo justicia y señalando a los
verdaderos criminales. La gente abrió la puerta y ventanas de sus casas, de los
negocios la gente salía para ver la marcha. Como comentó uno de los compañeros
que repartía volantes “la gente se asomaba y les daba gusto. La gente expresó
sentimiento de emoción”.
Mucha gente en todo el recorrido recibió bien los volantes, incluidos
los automovilistas que gritaban “hey, dame uno por favor”. Algunos preguntaban
rápido “¿por qué es esto?” Al escuchar que es una resistencia contra los
crímenes del Estado, algunos decían “muy bien, que bueno que lo hacen”; “está
bien denunciar lo de Ayotzinapa”; o “sí, está bien porque ¡ya basta!, ¡ya
basta!” Alguna gente de las casas o de los negocios también quería debatir al
recibir los volantes. Cuando se les respondía que esta marcha y esta
resistencia no tienen nada que ver con ningún partido político ligado al
gobierno, alguna gente opinaba: “sí órale, qué bueno, hay que darles”.
Otros comentaron, “que bueno, pero necesitamos ser muchos más” y
entonces se les invitaba a integrarse a la marcha, para ir siendo muchos más
como ellos lo decían. Alguna gente opinó, al contrario, que “está bien, pero no
estamos de acuerdo con las marchas, porque se hacen muchas marchas”. Otros
opinaban, “oye, ¿a poco nada más con una marcha vamos a acabar con todo esto?”.
Los revolucionarios que participaron en la marcha junto con otros les
contestaron que no, para eso necesitamos tumbarlos del poder a estos
criminales, su Estado y su sistema.
Por el avance de la marcha, los compañeros no podían quedarse a platicar
mucho con toda esta gente, y algunos entonces les solicitaron que regresaran.
Una buena parte de la gente sacaba monedas o billetes y los depositaron en el bote
para las necesidades de la Red Nacional de Resistencia ¡Alto a la Guerra Contra
el Pueblo!
El gusto y la solidaridad se expresó también cuando una joven salió de
una casa con su cartulina que decía: “Todos somos Ayotzinapa”. De la Escuela
“Próceres” salió otra joven con su cartulina “Una luz para Ayotzi” y junto con
otro joven se integraron a la marcha. Esta cartulina estuvo presente hasta donde
concluyó la marcha con el mitin final. Otra joven salió y estalló de gusto al
saber que hay gente en estas colonias populares impulsando la lucha y la
resistencia. Ella eso no lo creía posible en su colonia, sino sólo en la UNAM,
donde ella estudia. Le dio un gusto de esperanza que estuviera la resistencia
popular en su colonia y al momento se integró a la marcha.
Por las calles y avenidas pudo escucharse los coros que retumbaban del
contingente: “Vivos se los llevaron, ¡Vivos los queremos!”; ¡El gobierno
miente, asesina a la gente!; “No estamos
todos, faltan 43!”; “Hombro con hombro, codo con codo, Ayotzi, Ayotzi, Ayotzi
somos todos” (repitiendo con Atenco, Tlatlaya, etc., somos todos); “Qué son los
policías y militares. ¡Asesinos y violadores!”; “Pueblo no te calles, sal
conmigo a las calles”; “Resistencia nacional, contra el Estado criminal”: “Gobierno
fascista, que asesinas normalistas”; “Gobierno asesino, que matas campesinos”;
“¿Qué quieren las mujeres de país? ¡Justicia, justicia, justicia!” “¿Qué
quieren los migrantes? ¡Justicia, justicia, justicia!” La gente desató su
iniciativa en una cantidad de consignas que no podemos escribir todas aquí.
Así que el ambiente político de la marcha vibró fusionándose con el potencial
latente de las amplias masas populares, que puede desatarse para ir formando el
torrente de lucha necesario para parar esta guerra contra el pueblo.
Finalmente la marcha llegó al parque de la colonia Santa Rosa del
municipio de Chicoloapan. Pasó al micrófono Irinea Buendía, que llamó a parar
estos asesinatos de mujeres en el Estado de México y a los jóvenes y
estudiantes como los de la Normal Rural de Ayotzinapa. Con mucho vigor y
entusiasmo alentó a todos con un “¡Ya basta, ya basta de estos crímenes contra
el pueblo!” Escuchamos canciones con un joven intérprete de rock, y luego
escuchamos a Lourdes Mejía, madre de Carlos Sinuhe Cuevas Mejía quien fue
asesinado por su activismo político en la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM, precisamente un 26 de octubre del 2011. Lourdes exigió
justicia para su hijo y justicia para los estudiantes asesinados en Iguala y
que entreguen a los 43 que la policía se llevó. Escuchamos otras canciones
interpretadas por un compañero de la Red Nacional de Resistencia. Y finalmente
habló el compañero del Movimiento Popular Revolucionario (el texto de su
discurso está en http://aurora-roja.blogspot.mx/2014/10/nace-algo-nuevo-y-muy-importante.html).
Alentó a todos a seguir forjando la resistencia y solicitó aplausos para todos
los que participaron en la marcha y para todos los que hicieron posible esta
Segunda Semana Nacional de Resistencia ¡Alto a la Guerra Contra el Pueblo!
Así se culminó esta Segunda Semana Nacional de Resistencia. Y de nueva
cuenta un agradecimiento y un aplauso a todos, absolutamente a todos los que de
diferentes formas hicieron valiosas contribuciones y grandes esfuerzos para impulsar
esta resistencia, la Red Nacional de Resistencia ¡Alto a la Guerra Contra el
Pueblo! y las actividades de la Segunda Semana de Resistencia. Y como dijo el
compañero del MPR: ¡adelante a forjar la resistencia y a la vez forjar el
movimiento para la revolución!
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