24 de noviembre 2014.
Servicio Noticioso Un Mundo Que Ganar. El siguiente artículo es de Revolución, el periódico del Partido Comunista
Revolucionario, EU. Además de las personas que asistieron al Diálogo en Nueva
York, otras audiencias vieron la transmisión en vivo por internet en Los
Ángeles y el área de la bahía de San Francisco. Fuera de Estados Unidos,
activistas organizaron reuniones para ver este Diálogo en tiempo real por lo
menos en media docena de países en diversos idiomas, según los informes que nos
han llegado hasta el momento. También fue seguido por pequeños grupos e
individuos en otros lugares tarde en la noche y en algunos casos bajo
condiciones peligrosas. El video se puede ver ahora en revcom.us, en donde
también están posteadas preguntas y reacciones de la audiencia.
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El 15 de noviembre, 1.900 personas
llenaron la Iglesia Riverside en la Ciudad de Nueva York para experimentar el
Diálogo entre Cornel West y Bob Avakian — Revolución
y Religión: la lucha por la emancipación y el papel de la religión.
Nunca antes ha sucedido algo semejante.
Cornel West había
prometido que el público “escuchará puntos de acuerdo y desacuerdo… trasgresión
y convergencia… [y], de mayor importancia, escuchará a dos hermanos que hablan
de lo real…". Eso, y más, fue lo que ocurrió. Con intensidad, sinceridad y
amor, ambos oradores sacaron al público de sus espacios de seguridad y comodidad
individuales y colectivos —y lo desafiaron a asumir la responsabilidad del
estado de la humanidad, en marcado contraste y en oposición a la moral
imperante del “yo primero”. Bob Avakian comenzó su intervención con un cálido
homenaje a Wayne Webb, también conocido como Clyde Young, un íntimo amigo y camarada
y miembro del Comité Central del Partido Comunista Revolucionario que murió
hace poco, cuya vida fue un modelo inspirador de cómo aquellos que este sistema
trata como “lo peor de lo peor” pueden convertirse en lo mejor de lo que es
capaz la humanidad.
Los retos profundos
e históricos que enfrenta la humanidad impulsaron el Diálogo, en un momento en
el que miles de millones de personas llevan una vida de miseria innecesaria y
el propio planeta corre peligro. Como dijo el miembro del Comité Anfitrión [y
actor de Hollywood] Ed Asner antes del evento: “Si de este Diálogo solamente
pueden surgir la esperanza y la claridad para iluminar las tinieblas en que
estamos viviendo, pues yo desearía que este mismo Diálogo se repitiera por
todos lados. Lo necesitamos desesperadamente”.
Un diverso y decidido
movimiento de base, así como un Comité Anfitrión que reunió a una gama de voces
sin precedentes, desde la academia hasta padres de familia de jóvenes
afroamericanos asesinados por la policía de Nueva York, hicieron posible
celebrar el Diálogo. Se recaudaron decenas de miles de dólares para promover el
Diálogo. El recaudo de fondos continúa para pagar el anuncio de plana entera en
la edición impresa del jueves 13 de noviembre del New York Times. La emisora radial WBAI se apuntó como patrocinador
mediático del evento.
El público llegó en
autobuses desde Ferguson, Misuri; desde el lado sur de Chicago; y desde los cercanos
multifamiliares de Harlem. Venían de universidades de elite y comunitarias, de
iglesias y escuelas secundarias. En el público había activistas políticos de
larga trayectoria así como jóvenes que nunca habían asistido a un evento
político. El ambiente y el sentir del público se manifestaban con intensidad,
entusiasmo, sentimientos acogedores, elocuencia y con ganas de adentrarse en
las cuestiones; el recinto vibraba con la sensación de algo nuevo que nacía. La
seriedad de los oradores y el cariño y respeto que se tenían el uno al otro establecieron
el tono al que el público respondió sin moverse de sus lugares.
Los oradores
hablaron con profundidad de sus diferencias sobre la cuestión central del
evento —la lucha por la emancipación y el papel de la religión—, así como de sus
puntos de unidad. Como dijimos, los oradores expresaron su determinación de
señalar las formas en que hoy, la gente en todo el mundo tiene que sufrir
innecesariamente y quiénes son los responsables de esta situación, y además,
desafiaron firmemente al público a actuar con valentía contra esta situación.
El público escuchó intensamente las verdades que contaban los oradores durante
más de cuatro horas. Del público se hicieron preguntas a Cornel West y Bob Avakian
que invitaban a la reflexión y la introspección: sobre el estado de la cultura
popular; la moralidad de la violencia; la naturaleza de la policía y cómo
obtener justicia; la posibilidad concreta de hacer y ganar una revolución; y
las experiencias personales determinantes en la vida de los oradores. q
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