¡Desde Iguala a los Pinos, cárcel a los asesinos!

¡Todo el pinche sistema es culpable!


Exigimos cárcel para el presidente Enrique Peña Nieto y sus compinches por la participación directa de las fuerzas federales en asesinar a siete personas y desaparecer a los 42 estudiantes el 26 y 27 de septiembre en Iguala, así como por su siniestro encubrimiento de estos crímenes. Ya se sabe, por los valientes reportajes de Anabel Hernández y Steve Fisher (Proceso 1989 y 1990), basados en las declaraciones de los estudiantes y otros testigos, documentos oficiales, videos y otras evidencias, que:

  • El Ejército y las policías federal, estatal y municipal tuvieron conocimiento de los hechos en tiempo real y se coordinaron por medio del sistema C4 en el operativo contra los normalistas de Ayotzinapa;
  • La policía federal participó directamente en los ataques a los estudiantes;
  • La policía federal y la Marina torturaron a los supuestos "testigos" que el gobierno utilizó para armar su fábula de que fue un ataque local del crimen organizado.
Son crímenes desalmados de un sistema desalmado. Este horrendo crimen es parte de la represión política orquestada por el Estado en todo el país que cobró, por ejemplo, la vida de por lo menos 13 luchadores sociales en Guerrero en tan solo 6 meses en 2013. También es la continuación de la larga campaña gubernamental en contra de las normales rurales, incluido el asesinato de dos normalistas de Ayotzinapa en 2011 por las policías federal y estatal. Los gobernantes odian a estos estudiantes pobres por su rebeldía y buscan eliminar estas escuelas porque este sistema mayormente capitalista necesita explotar y despojar a los campesinos e indígenas, no educarlos. Su despreciable racismo es tan arraigado que ni tocan a un oficial de Conacyt que proclama por su Facebook que la masacre de Ayotzinapa fue un caso de “morenacos matando a otros morenacos… un perricidio morenaco”.

La respuesta del gobierno a la exigencia popular de justicia es una escalada de represión que demuestra una vez más la naturaleza criminal de este Estado capitalista. La policía capitalina irrumpe en la UNAM, hiriendo de bala a dos estudiantes. El ejército entra en la Universidad de Coahuila para fichar a los estudiantes que participaron en las protestas por Ayotzinapa. La policía federal ataca ferozmente a los preparativos del concierto Una luz por Ayotzinapa en Chilpancingo donde tocaría Panteón Rococó. Amenazan a locutores, periodistas y otros por criticar a EPN. Secuestran, amenazan y torturan a activistas para imponer el decreto presidencial de ‘ya superemos el dolor’, como en los casos de Julio Reynoso, Bryan Reyes, Jacqueline Santana, Sandino Bucio y ahora Manuel Esquer, estudiante de la Universidad Autónoma Metropolitana secuestrado, golpeado y torturado durante horas. Detienen a luchadores sociales sin más razón que su oposición a la represión política, como es el caso de Rubén Sarabia, Simitrio, dirigente de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes “28 de Octubre” en Puebla. Y ahora buscan imponer su “Ley de Movilidad” como ley mordaza para criminalizar la protesta popular.

Todos los partidos de las clases dominantes sirven a los intereses del sistema en este y otros ultrajes. El PRI, el partido de las masacres, desde Tlatelolco hasta Ayotzinapa, rezuma sangre y podredumbre de cada poro.  El PRD es un cadáver apestoso: su alcalde Abarca y gobernador Aguirre participaron directamente en perpetrar los crímenes de Iguala, y Mancera, el jefe del gobierno capitalino, sigue desatando sus policías rabiosos para golpear a los manifestantes y simples transeúntes. El PAN, que lanzó el supuesto combate al crimen organizado en que las fuerzas del orden capitalista han matado, secuestrado y torturado a muchos miles de personas, llama a más represión. AMLO y demás cabezas de Morena tenían como su precandidato para gobernador de Guerrero al cacique de Iguala que impuso a Abarca en la alcaldía, y mantienen lo que es esencialmente un silencio de complicidad, limitándose a unos cuantos pronunciamientos condenando tanto "los hechos" como la "violencia" de algunos manifestantes, sin hacer nada para desenmascarar los crímenes contra los normalistas de Ayotzinapa, ni movilizar a sus militantes en su contra.

Sigue la guerra contra el pueblo: ríos de sangre, fosas clandestinas por dondequiera, mujeres asesinadas y violadas con impunidad y un sinnúmero de otros crímenes cometidos o solapados por el Estado bajo la tutela del imperialismo estadounidense. En Tlatlaya, como en Ayotzinapa, el gobierno mintió descaradamente, negando el hecho que ya se conoce: que el Ejército ejecutó a sangre fría en el lugar a 21 personas que se habían rendido. Ahora la Comisión Nacional de Derechos Humanos informa que dos mujeres que presenciaron esta masacre bestial fueron torturadas física y sexualmente por agentes de la procuraduría mexiquense para obligarlas a dar testimonio para encubrir este crimen. En Veracruz elementos de la Marina, disfrazados de "Matazetas" ultimaron sin piedad en 2011 a 23 hombres y 12 mujeres que no tuvieron nada que ver con los Zetas. Año tras año las organizaciones de derechos humanos documentan cientos de casos de asesinatos, secuestros y tortura por parte de las fuerzas armadas y policía que quedan en completa impunidad. Los más de 120 mil asesinatos, 25 mil desapariciones y 30 mil feminicidios en los últimos ocho años han ocurrido en el contexto de la Iniciativa Mérida bajo la tutela del gobierno de Estados Unidos, y ahora se revela que el FBI participó en las pesquisas utilizadas para encubrir los crímenes de Iguala.

Ferguson = Ayotzinapa. No sólo libran una guerra contra el pueblo en México: al otro lado de la frontera el Estado criminal de EU también libra una guerra contra el pueblo, principalmente los jóvenes negros y latinos, matándolos y encarcelándolos, con el mayor número de gente encarcelada en todo el mundo, a la vez que la criminal cacería de migrantes ha alcanzado el mayor nivel en toda la historia. Frente al asesinato policíaco de Michael Brown en Ferguson y muchos otros negros, la gente en EU está alzándose en justa protesta y rebelión contra el mismo sistema opresivo mundial que combatimos aquí.

¡Ya basta! ¡No dejemos que estos desgraciados sigan asesinando, violando, secuestrando y torturando! Desde sus inicios, el Estado que emergió de la revolución de 1910 contra la dictadura porfirista ha sido una dictadura de los imperialistas, grandes capitalistas y terratenientes. Nunca han dudado, desde el asesinato a traición de Zapata y Villa hasta Tlatelolco y Ayotzinapa, en masacrar, reprimir y oprimir al pueblo en los intereses de conservar su sistema de explotación y opresión de la gran mayoría en aras de las obscenas ganancias de un puñado de multimillonarios mexicanos y extranjeros. Y desde sus inicios en el genocidio de los indígenas y la esclavitud de los negros hasta las invasiones de Irak y Afganistán, el Estado de los grandes capitalistas del imperialismo estadounidense, principal potencia que domina a México y la mayor parte del mundo, nunca ha dudado en cometer los crímenes más bestiales para conservar su imperio de miseria y muerte. 
Todo el pinche sistema capitalista-imperialista y el Estado que lo defiende son podridos y nunca dejarán de azotar, sojuzgar y explotar al pueblo. ¡La revolución es la solución! Lo que el pueblo necesita es la REVOLUCIÓN y nada menos. No necesita intentos de curar el cáncer de este sistema con venditas de reformas o cambios de partidos o personal en el actual Estado criminal e ilegítimo. Tampoco podrán acabar con estos horrores los intentos de crear “autonomías” sin tumbar el sistema y el Estado actual, ni las guerrillas que carezcan de un programa y visión capaz de liberar al pueblo. Los terribles hechos gritan con la fuerza del huracán la necesidad de una verdadera revolución emancipadora, que será producto de la lucha revolucionaria de millones guiada por un partido, por un programa y por la ciencia liberadora del nuevo comunismo. Hay que trabajar por esa revolución venidera ahora mismo, forjando la conciencia, organización y dirección necesarias a la vez que luchamos por generalizar la más amplia resistencia a los crímenes del sistema. Sobre las cenizas del actual sistema inhumano construiremos entre todos un nuevo mundo en los intereses del pueblo y de la emancipación de toda la humanidad.

¡Que esta vez no salgan con la suya! ¡Levantemos un torrente de lucha de miles y millones exigiendo castigo ejemplar a los criminales de Iguala, desde Peña Nieto hasta Abarca, así como la presentación con vida de los 42 desaparecidos. Las magníficas protestas de los últimos meses han remecido el país. Las acciones más contundentes siguen siendo las que llevan cada vez más amplia y profundamente a la gente la verdad sobre estos crímenes, que dan voz a las víctimas del mar de atropellos imperdonables y que movilizan el coraje de cada vez más gente para ponerle fin a toda la guerra contra el pueblo.

¡Alto a la guerra contra el pueblo! ¡El Estado no es omiso, es criminal!
¡Luchar contra el Poder y transformar al pueblo para la revolución!

Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria

aurora-roja.blogspot.com                   auroraroja.mx@gmail.com

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